reportaje_generica

Recomendaciones clínicas para mejorar el manejo de la dislipemia aterogénica

Los máximos especialistas en Dislipemia Aterogénica (DA) en España se reúnen en Madrid, en la Jornada para el Consenso de Dislipemia Aterogénica, para presentar y debatir los resultados del Consenso experto sobre propuestas para la mejora del manejo de la dislipemia aterogénica, que recoge una serie de recomendaciones teóricas para la mejora del manejo clínico de los pacientes que padecen esta patología.

Dicho consenso, el primero desarrollado en España sobre esta frecuente situación clínica, ha sido elaborado utilizando el método Delphi y recogiendo las opiniones de 65 expertos, incluyendo cardiólogos (23% de los encuestados), endocrinólogos (24,6%), médicos de atención primaria (27,7%) e internistas (24,6%). Tanto el Consenso como la Jornada cuentan con el aval de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) y se organiza con la colaboración de Abbott, compañía global biomédica y diversificada al cuidado de la salud.

La Jornada será presentada por el Dr. Fernando Civeira Murillo, Presidente actual de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA); y será coordinada por el Dr. Jesús Millán Núñez-Cortés, Jefe de Servicio de Medicina Interna de Hospital Gregorio Marañon, y el Dr. Juan Pedro-Botet Montoya, Jefe de sección del Servicio de Medicina Interna, Hospital del Mar, Barcelona.

Fruto del documento de consenso basado en el método Delphi, se ha elaborado un decálogo de conclusiones en torno a la DA. “El objetivo principal de esta Jornada es, partiendo del decálogo de conclusiones, consensuar una serie de recomendaciones de práctica clínica para el manejo y el control de esta enfermedad”, ha señalado el Dr. Juan Pedro-Botet Montoya. “Esperamos alcanzar el grado de consenso suficiente que nos permita dictar recomendaciones clínicas destinadas a optimizar la prevención de la DA, su detección precoz, valoración diagnóstica, abordaje terapéutico y seguimiento clínico en los distintos ámbitos asistenciales del sistema sanitario”, ha añadido.

Consenso experto sobre propuestas para la mejora del manejo de la DA

El objetivo era desarrollar un consenso multidisciplinar para establecer recomendaciones clínicas en torno a la DA. Sus conclusiones revelan que la valoración externa por expertos en DA constata un elevado nivel de acuerdo profesional con las recomendaciones clínicas propuestas. Estas recomendaciones constituyen un instrumento útil para la mejora del manejo clínico de los pacientes con esta enfermedad.

Los resultados del Consenso han sido formulados con el siguiente decálogo de recomendaciones:

1. Para la correcta valoración de una dislipemia es preciso disponer de un perfil lipídico completo: colesterol total, cLDL, cHDL, c-no-HDL y triglicéridos.

2. En situaciones de alto o muy alto riesgo (diabetes mellitus, síndrome metabólico, obesidad, prevención secundaria) hay que descartar siempre la existencia de una dislipemia aterogénica.

3. Dado que el cHDL bajo, sobre todo si se acompaña de hipertrigliceridemia, comporta un incremento del riesgo cardiovascular, su control es un elemento clave para reducir el riesgo residual de origen lipídico.

4. La medición del perímetro de cintura abdominal en presencia de hipertrigliceridemia facilita el cribado clínico de la Dislipemia Aterogénica.

5. La existencia de una dislipemia aterogénica implica que el cLDL, pero también el cHDL y los triglicéridos deban ser considerados como objetivos terapéuticos.

6. El paciente con dislipemia aterogénica requiere un seguimiento clínico y analítico similar al del paciente con hipercolesterolemia, así como su derivación a una unidad especializada si fuera preciso.

7. Sobre la base de los reconocidos beneficios cardiovasculares, se debe intentar siempre la corrección de la dislipemia aterogénica mediante cambios en el estilo de vida y, cuando sea preciso, tratamiento farmacológico adicional.

8. Si bien la estatina es el fármaco hipocolesterolemiante de elección para la prevención cardiovascular, ante la existencia de una DA deberá considerarse la coadministración de un fibrato.

9. En el tratamiento farmacológico combinado por dislipemia aterogénica, el fenofibrato es el fibrato de elección, estando contraindicado el gemfibrozilo.

10. En el paciente con DA y cLDL controlado, el hipolipemiante de elección es el fibrato. En caso de hipertrigliceridemia aislada, o intolerancia a fibratos, se pueden emplear ácidos grasos omega-3 a dosis no inferior a 3 g/día.

La dislipemia aterogénica, un riesgo cardiovascular

La DA es una alteración del metabolismo lipídico caracterizada por aumento de los triglicéridos y/o descenso del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (HDL). Junto a ello existen otras alteraciones derivadas de ello, como unas partículas LDL pequeñas y densas, o un aumento general de lipoproteínas que contienen apoB, que configuran un perfil dislipémico asociado a un alto riesgo de padecer arterioesclerosis. De ahí su denominación.

Según ha explicado el Dr. Millán Núñez-Cortés, “cualquiera de las alteraciones de esta enfermedad se acompaña de un elevado riesgo cardiovascular. Este tipo de dislipemia es muy frecuente en situaciones clínicas en las que conocemos que su riesgo cardiovascular es elevado. El prototipo de ellas es la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 y el síndrome metabólico”.

No se conoce con exactitud la prevalencia de la DA en España aunque se están llevando a cabo estudios para conocerlo, pero se sabe que es una dislipemia especialmente prevalente en personas con alto riesgo. “El descenso de HDL llega a ser del 60% en los pacientes con infarto de miocardio. La DA en sujetos con trastornos metabólicos antes señalados puede llegar a las 2/3 partes. Y en pacientes que ya están siendo tratados con estatinas, aún con el colesterol-LDL controlado, su prevalencia puede llegar a ser de cerca del 40%” indica el Dr. Millán Núñez-Cortés.

Según los resultados de un estudio llevado a cabo recientemente para valorar la prevalencia de DA en población laboral española, en el que han participado 70.609 trabajadores, cerca del 6% de la población laboral presenta criterios de DA y tienen por tanto incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular (46% de ellos menores de 40 años de edad).

Las dislipemias en España son un proceso infradiagnosticado, infratratado e infracontrolado, y esto es particularmente llamativo en la población con un riesgo cardiovascular elevado o con antecedentes de enfermedad cardiovascular. Un trabajo muy reciente señala como la percepción del médico tiende a infravalorar la dislipemia, a menos que las alteraciones lipídicas sean muy llamativas, tanto en atención primaria como en especializada. Y eso impide intensificar o combinar los fármacos en el tratamiento hipolipemiante a pesar de la existencia clara y creíble de guías clínicas accesibles.

Es preciso descartar o confirmar una DA en todos los pacientes con alto riesgo vascular, en aquellos que ya han sufrido enfermedad cardiovascular, en los que pertenecen a los grupos de riesgo con enfermedades metabólicas, y en aquellos que ya están siendo tratados con estatinas como fármacos hipocolesterolemiantes, porque la DA es la responsable de una parte del riesgo residual de origen lipídico.

Los pacientes con dislipemia aterogénica requieren del mismo seguimiento clínico que los diagnosticados con hipercolesterolemia. Aunque el objetivo primario desde el punto de vista terapéutico es el colesterol y el cLDL, los triglicéridos y el cHDL han de ser considerados objetivos secundarios en aquellas situaciones en las que se encuentre presente la dislipemia aterogénica. Y llegado el caso, será preciso derivar a Unidades de atención especializada a los pacientes que requieran un esfuerzo terapéutico adicional para controlar su enfermedad.