Prevención y cuidado diario de pieles atópicas
Es bastante frecuente que con la llegada de frío nuestra piel se vuelva especialmente seca y enrojecida, y en ocasiones, esta situación se generaliza y agrava llegando a provocar molestas lesiones. Esto se conoce como piel atópica, que muchas veces afecta a los más pequeños de la casa, sin que sepamos muy bien cómo actuar y afectando a nuestra vida cotidiana.
La dermatitis atópica o piel atópica es una alteración muy frecuente en la piel, que ocurre hasta en el 5 % de los adultos y entre el 10-20 % de los niños. Este tipo de piel se caracteriza por ser seca, descamada e irritable, debido a que carece de ciertos nutrientes encargados de la hidratación en la piel.
En muchas ocasiones, esta situación puede empeorar produciendo lesiones intensas y muy molestas, con picazón, hinchazón y enrojecimiento de la piel, que pueden presentarse en forma de brotes.
Al tratarse de una alteración crónica no existe un tratamiento definitivo, pero sí que se puede prevenir o mejorar los síntomas que provoca. La clave de la prevención se basa en mantener una hidratación óptima, con el fin de evitar la aparición de brotes o disminuir la gravedad de éstos.
Pilares fundamentales en la prevención de dermatitis atópica:
- Control de la temperatura.
- Evitar los ambientes demasiados calurosos y la humedad en el hogar.
- Procurar no ducharse con agua demasiado caliente (<32 ºC) ni durante un tiempo muy prolongado, eligiendo siempre esponjas y cepillos suaves que no dañen la piel.
- Vestirse con ropa adecuada:
- Evitar materiales sintéticos, como el nylon, ya que con el roce pueden irritar la piel.
- Elegir prendas holgadas y de materiales blandos que transpiren, como el algodón.
- Lavar la ropa nueva antes de usarla para eliminar residuos de tintes o perfumes.
- Cuidado e higiene diario de la piel.
- Evitar el contacto con agua demasiado caliente ya que puede agravar la inflamación.
- Secar la piel suavemente, con la ayuda de toallas de algodón y sin frotar, para evitar irritar la piel.
- Utilizar diariamente cremas emolientes adecuadas a cada tipo de persona, que hidraten y nutran a la barrera de protección natural de la piel.
- Utilizar geles de baño hipoalergénicos y sin perfumes, especialmente en el caso de los niños.
- Aplicar protección solar durante todo el año, y en especial en las zonas más sensibles.
- Vigilar la alimentación y aquellas situaciones concretas que se relacionen con un empeoramiento de síntomas, identificando posibles factores desencadenantes de los brotes.
- Cuidar la salud emocional y controlar el estrés
¡Hay que tener en cuenta que cada piel es diferente y necesitará de un cuidado especial!
Merece la pena concienciarse en la importancia del cuidado de la piel y confiar en la hidratación como pieza fundamental para combatir los brotes la piel atópica. Aunque como siempre, un médico especialista es quien debe indicar el tratamiento a seguir en cada caso. Recordando regularmente estos consejos, sumados a una alimentación saludable y al control del estrés en nuestro día a día, favorecerás la prevención y alivio de los molestos síntomas de una piel atópica.