‘En inmunoterapia, lo mejor está por llegar’
Este madrileño afincado en Pamplona por convicción de estar en el lugar adecuado y por devoción a uno de sus profesores, Jesús Prieto, ha viajado por todo el mundo nutriéndose y mostrando sus avances en la denominada revolución de la Oncología, lainmunoterapia. Veloz en su obra y palabra, Ignacio Melero (Madrid, 1964) concede una entrevista a el diario El Mundo en su despacho, todavía por decorar, en la planta cuarta de la Clínica Universidad de Navarra, casi estrenando pipetas, pasillos y mobiliario. Allí, mientras responde a las consultas de sus colaboradores, trata de hacer un repaso por la historia reciente de este exitoso tratamiento y esboza un futuro más que esperanzador.
¿Qué es la inmunoterapia?
La manera más sencilla de definirla es como una serie de técnicas y estrategias que persiguen despertar y alentar la respuesta del sistema inmunitario para que reconozca y destruya a las células del tumor y así rechazar el tejido enemigo o al menos controlar su crecimiento.
¿Hay algunos tumores que son más tratables con inmunoterapia que otros?
Pensábamos que eso era así, pero ahora mismo no estamos seguros de esa afirmación. A medida que vamos progresando vemos que estas terapias están demostrado actividad clínica en un espectro de enfermedades cada vez más grande.
¿Y cuáles son estas enfermedades?
Hoy por hoy, parece que hay evidencia sobra para su uso en melanoma metastásico, para el cáncer de pulmón de células no pequeñas y para el cáncer renal. A lo largo de este año se incorporarán a la lista el cáncer de vejiga, el de cabeza y cuello, y probablemente el linfoma de Hodking refractario. También esperamos un enorme desarrollo de unas técnicas de terapia celular para reprogramar linfocitos T de modo que reconozcan células de leucemias y de linfomas. Y, por último, creemos que este año tendrá una gran repercusión tratamiento del hepatocarcinoma de hígado del que hemos hecho un desarrollo clínico aquí. A lo largo de los próximos cinco años probablemente aumentará el número de indicaciones y la inmunoterapia se utilizará bien como tratamiento único o en combinación con otros tratamientos.
¿Cuántos ensayos clínicos estáis realizando ahora con inmunoterapia?
Bueno, directa e indirectamente, estamos ahora realizando 21 ensayos de nueva terapia en distintas fases de ejecución, reclutamiento y es posible que dentro del primer semestre de este año se abrirán otros cinco o seis. Muchos de ellos son investigaciones esponsorizadas por la industria farmacéutica y también tenemos un número limitado, pero también importante, de unos seis ensayos clínicos, y otros dos o tres en proyecto, esponsorizados por el propio centro, por la propia Universidad de Navarra.
Ha mencionado que la inmunoterapia es eficaz en pacientes con tumores que no han respondido a otros tratamientos, ¿es esta terapia la esperanza de los más necesitados?
Sí, en Oncología a diferencia de otras especialidades médicas los ensayos clínicos en fase temprana se hacen en pacientes y no en voluntarios sanos y la razón es el balance riesgo beneficio que se puede aplicar. En general, siempre los nuevos tratamientos se empiezan a desarrollar en los pacientes con mucha carga tumoral y sin expectativas de curación por otra vía. El avance es en dirección opuesta, es decir, se empieza a tratar en estadios más avanzados de la enfermedad porque la eficacia en estos pacientes sugiere que se podrían beneficiar en fases más tempranas, cuando un paciente debuta con una enfermedad metastásica. Ahora hay muchos ensayos clínicos que intentan averiguar si la inmunoterapia en primera línea de tratamiento es más eficaz que la tearpia que se venía utilizando.
¿Cuáles son los retos para utilizar la inmunoterapia en fases más tempranas?
La industria farmacéutica en colaboración con centros como el nuestro trata de interrogar al entorno tumoral y a las células del sistema inmunitario del paciente para poder encontrar lo que llamamos biomarcadores, que en el fondo son parámetros bioquímicos o biológicos que nos permitan predecir qué pacientes se van a beneficiar del tratamiento.
¿Hay pacientes que se deben excluir de este tipo de tratamientos?
Hoy por hoy, no tenemos biomarcadores con valor predictivo negativo y en enfermedades como el cáncer metastásico no podemos excluir a los pacientes de estos tratamientos. No tenemos ningún biomarcador que nos satisfaga y por supuesto no tenemos ninguno validado.
¿Se puede decir que estas terapias permiten la cronificación del cáncer?
Tenemos muchos pacientes con enfermedad estable de larga duración, en la que se sigue viendo en los escáneres que el tumor no crece. Hay claramente un porcentaje de pacientes en los que no se objetiva una disminución de la carga tumoral pero con la inmunoterapia continúan vivos y sin que progrese la enfermedad durante muchos meses. Y esto es lo que principalmente mueve las curvas de superviviencia y hace que las estrategias de inmunoterapia superen a otras previas del tratamiento en muchos casos. No hablaría de cronificación de la enfermedad, pero sí de estabilización de la enfermedad.
¿Y con buena calidad de vida? ¿Tienen efectos secundarios estas terapias?
Las nuevas inmunoterapias tienen dos tipos de efectos secundarios uno es que cuando se activa el sistema inmunitario ocurre una inflamación sistémica, hay fiebre y escalofríos, algo parecido a una gripe mala en algunos tratamientos. En otros, lo que despertamos son cuadros muy parecidos a las enfermedades autoinmunes, como enfermedad inflamatoria intestinal o dermatitis claramente mediada por infiltrados inflamatorios de leucocitos. De modo más infrecuente, aparecen inflamaciones de otros órganos endocrinos, o el hígado.
¿Y estos efectos son agudos o crónicos?
Para nuestra tranquilidad suelen ser muy controlables, responden muy bien a corticoides y a otros tratamientos inmunosupresores y la verdad es que la tolerancia a este tipo de tratamientos, en comparación con terapias bien establecidas en oncología, tiene un balance de seguridad muy favorable. No obstante, es un tipo de tratamiento en que el médico necesita tener un buen entrenamiento para poder reconocer pronto este tipo de efectos secundarios y tratarlos.
¿El gran reto de estas terapias es su precio?
Bueno, yo no soy un experto en el proceso de fijar precios, como médico lo que quiero es que estas terapias se traigan lo antes posible para ponerlas a disposición de los pacientes. Entiendo que tiene que haber mecanismos para permitir esto, y que debe de haber muy buenos gestores para saber cómo se conjugan todos los intereses. No sé cuál sería la mejor manera de hacer esto.
¿Cómo ve el futuro en la lucha contra el cáncer?
Lo veo con optimismo porque en inmunoterapia, al menos, lo mejor está por llegar. Vamos a tener muchos avances en los próximos años, está muy claro que va a haber estrategias de tratamientos basadas en combinaciones e iremos viendo resultados que claramente van a mejorar el pronóstico de los pacientes. De alguna manera, durante este tiempo de avance revolucionario y vertiginoso, muchos pacientes se están beneficiando, sobre todo los que participan en ensayos clínicos. En este sentido, nuestro país está teniendo un papel muy destacado, hay muchos grupos que han participado de modo decisivo en ensayos clínicos pivotales que han demostrado eficacia, eso debe ser motivo de orgullo. Estoy especialmente orgulloso de los pacientes españoles que son especialmente valerosos y altruistas en su participación en ensayos clínicos. Uno se siente con la conciencia más tranquila pues muchos pacientes de nuestro país han recibido tratamientos que les han conferido beneficio clínico.
¿Qué otras áreas pueden tener un perfil similar, expansivo, a la inmunoterapia?
Son la inmunoterapia y sus combinaciones pero también tratamientos basados en mecanismos muy específicos del tumor. La terapia génica probablemente tenga aplicaciones, porque el sistema inmunitario a lo que mejor responde es a un virus y por tanto la viroterapia, que es introducir en el tumor virus recombinantes, tiene un efecto potente, sobre todo cuando se combina con estrategias de inmunoterapia. Hay ya ensayos clínicos que lo combinan con inmunomodulación y los datos preliminares son muy buenos, con lo cual todo ese tipo de estrategias van a tener aplicaciones seguro.
Fuente: http://www.elmundo.es/salud/2016/03/14/56c6f231268e3e422c8b45e6.html