Centros de Día
En nuestros centros la nutrición es algo que desde el primer momento hemos involucrado en las valoraciones interdisciplinares ya que consideramos que es una parte fundamental.
En los centros de día tenemos personas que están muy bien y lo que quieren es seguir estando bien y que no necesitan la asistencia al centro de día; hay personas recién diagnosticadas de múltiples patologías -demencias, Parkinson, ictus-; pero también hay familias que quieren aprender una correcta nutrición en casa para sus mayores y para ellos.
Importancia de la valoración nutricional
Por tanto, es imprescindible que todo el equipo de profesionales esté completamente informado y que la valoración nutricional sea uno de los pilares, tras la valoración geriátrica que ha de ser muy minuciosa.
Una de las bases de la metodología Hoffman es la neuroplasticidad cerebral. A partir de los 45-50 años el cerebro habitualmente se deja de estudiar, pero tenemos que ser capaces de estudiar el cerebro y valorar que áreas cognitivas pueden estar ya afectadas para así empezar a estimularlas y si no lo están empezar a prevenir. Y con la alimentación pasa exactamente lo mismo, tenemos que tener en cuenta no sólo el tipo de alimentos que damos, sino cómo los damos y qué tipo de nutrientes hay que dar.
Un caso clínico
Un ejemplo: un paciente de 78 años con Parkinson de 10 años de evolución que empezó con un deterioro cognitivo brutal. Al analizar interdisciplinarmente área por área (médica, rehabilitación -fisioterapia-, terapia ocupacional, neuropsicología, nutrición) nos dimos cuenta de que la persona tenía un temblor esencial importantísimo y que necesitaba una asistencia en terapia ocupacional a la hora de la alimentación. Lo que más le gustaba eran los purés y había dejado de comerlos. Y en realidad lo que sucedía es que se moría de la vergüenza porque con el Parkinson no podía comer puré.
Comenzamos a valorar qué alimentos necesitaba, para darle alimentos que contengan dopamina -las habas verdes y las hebras del plátano- aparte del fármaco. También contamos con las ayudas técnicas necesarias a nivel de terapia ocupacional y con la rehabilitación para re-entrenar a esa persona para que, a pesar de su temblor, pudiera comer purés.
También trabajamos con la familia, en una escuela de familias, para que entiendan qué necesitaba esta persona. En nuestros centros cada persona tiene una dieta personalizada completamente diferente.
Pacientes polimedicados
Independientemente de la patología que se tenga hay que hacer una historia completa y poner en común a todos los especialistas que habitualmente entre ellos no se comunican. Y lo que suele pasar es que estos pacientes están polimedicados y entre los fármacos suele haber complicaciones y contraindicaciones. Muchos problemas de desnutrición vienen de que la propia medicación ha generado pérdida de sensación de sed, pérdida de sabores y la inapetencia.
Todos los especialistas de un mayor deben conocer el plan de tratamiento que estamos haciendo. También hacemos un informe mensual para la familia para que vea cómo se va trabajando en cada área (nutricional, neuropsicológica) y se lo enviamos también al especialista para explicarle la evolución. También es importante valorar una posible deshidratación. Asimismo realizamos formación a los profesionales y a las familias a través de la escuela de salud.
Por último comentar que a través de nuestros estudios tenemos constatación de que cambios en la alimentación producen mejoras físicas y cognitivas.