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La nutrición como herramienta para prevenir las enfermedades no transmisibles en el mundo

Durante su intervención el marco de la reunión de alto nivel de Naciones Unidas, celebrada en Nueva York, lamentó que “cerca del 40 por ciento de las embarazadas en África y Asia padecen anemia. Cada año, unos 13 millones de bebés nacen con un peso peligrosamente bajo, de menos de 2 kilos y medio”.

“Las tasas de lactancia materna se han estancado. En todo el mundo, sólo el 35 por ciento de los bebés son alimentados únicamente de leche materna durante los seis primeros meses de vida”, recordó Chan.

A su juicio, para mejorar la nutrición en el mundo “se han perdido muchas oportunidades, muchas de ellas con consecuencias a largo plazo”. “Celebro que se preste atención en una reunión de alto nivel a la nutrición como una oportunidad para ponerse al día”, aseveró.

“Tenemos problemas desde hace tiempo vinculados a la desnutrición y a las deficiencias de nutrientes que sufren algunos bebés durante los primeros años de vida, entre los que se encuentran la elevada mortalidad y los daños en el crecimiento y las funciones mentales”, indicó.

Según la Dra. Chan, han aparecido nuevas preocupaciones que se deben tener en cuenta y que apremian a la acción, entre ellas “el creciente número de mujeres que presentan sobrepeso y obesidad en el momento de quedar embarazadas, lo que eleva su riesgo de desarrollar diabetes y tener bebés también con riesgo de diabetes”.

“En el otro extremo tenemos el daño que hace la desnutrición durante los primeros 100 días de vida, desde la gestación hasta la niñez temprana. Como sabemos ahora, este daño, que suele ser irreversible, eleva el riesgo de que aparezcan enfermedades no transmisibles a lo largo de la vida”, explicó.

“De hecho, la desnutrición en las primeras etapas de la vida duplica el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. Asimismo, aumenta el riesgo de hipertensión, ictus, EPOC, osteoporosis”, añadió.

Invertir en que los bebés tengan una buena nutrición durante los primeros cien días de vida proporcionaría, dice, importantes beneficios que durarán toda una vida. A su juicio, muchas de las medidas de promoción de la salud destinadas a lograr este objetivo son “llamativamente simples y asequibles”.

Ricos y pobres mueren por culpa de la comida

Más de 900 millones de personas en todo el mundo padecen hambre crónica y el quince por ciento de la población mundial se acuesta con hambre todas las noches, un fenómeno que se ha visto agravado por la especulación sobre productos alimenticios y por el consiguiente aumento de los precios, según revela el Informe Mundial sobre Desastres 2011 de la Cruz Roja, presentado estos días.

En contraste, 1.500 millones de personas en el mundo padecen sobrepeso, incluso en países emergentes del sur de Asia y del norte de África, donde se cobra más vidas que el propio hambre. Este fenómeno de “malnutrición” se debe, en buena parte, al auge de la importación de alimentos procesados en detrimento de la producción directa de materias primas de uso alimentario en los propios países.