Neurobiología de la conducta amoral
En un artículo titulado La buena iluminación es la mejor policía se explicaba que la oscuridad incrementa la tendencia a la conducta deshonesta. Para demostrarlo lo primero que hicieron los experimentadores fue descender la iluminación en la clase donde se realizaban los cuestionarios a los individuos y éstos decían más mentiras. Posteriormente se les hizo jugar a un juego económico, el juego del dictador, donde tenían seis dólares a repartir y es el dictador quien decide que parte del dinero va a ofrecer. En condiciones ordinarias, es decir sin gafas de sol, dan 2-3-4 dólares pero si les ponen unas gafas de sol se ahorran un dólar. Además hay una relación negativa potentísima entre la sensación de anonimato (que te proporcionan las gafas de sol) y la oferta: cuanto más anónimo menos se da. Es decir, todos tenemos potencialidad para ser buena gente y mala gente con pequeños cambios.
Conducta deshonesta en gente ordinaria
En la Universidad de Groningen se ideó un experimento para detectar conducta deshonesta en gente ordinaria. Se trataba de una observación naturalística. Los experimentadores pidieron permiso a la municipalidad de la ciudad y a la Universidad y se eligió un parking de bicicletas de un supermercado. Colocaron cámaras para grabar la conducta de los individuos al salir del supermercado. En el parking había una norma por la que no se pueden pintar grafitis. Los experimentadores colocaron un anuncio en los manillares de las bicicletas de una pizzería cercana y lo que se medía es la cantidad de gente que ensuciaba el suelo, que es una conducta incívica.
Los resultados muestran que de 77 ciclistas observados el 33% ensuciaba el suelo (cuando las normas son respetadas). Pero si la misma norma, que no se pueden pintar grafitis, no se ha respetado (los experimentadores habían pintado grafitis a propósito) de 77 ciclistas observados, el 70% ensuciaba. Es decir, en condiciones naturales el 30% de la gente es cívica, pero cuando las normas no se observan hay un 30% que no respeta las normas y un 40% se apunta a lo que prevalece. La mayoría silenciosa se apunta a lo que prevalece. Es decir, no hay buenos y malos, sino que hay una proporción de gente que se apunta a un lado u otro en función de lo que predomina.
Los experimentadores buscaron otras situaciones, en segundo lugar en el parking de coches del supermercado. En este caso la norma a seguir era que los carritos se dejan en el lugar adecuado para ello. Los experimentadores colocaban la publicidad en el parabrisas de los coches y los resultados eran idénticos: cuando los sujetos veían los carritos sin colocar (lo habían hecho los experimentadores) el 70% ensuciaba el suelo. En cambio cuando los carritos estaban en su lugar sólo el 30% ensuciaba.
El experimento se repitió también en un parking de superficie y en este caso la norma era que no se dejaran bicicletas atrapadas en la valla y no se podía pasar por esa valla, sino que se tenía que ir por la puerta principal. Pues bien, si alguien ponía bicicletas el 70% abría la valla y pasaba.
Y, finalmente, colocaron dinero real en la plaza mayor de Groningen (como olvidado en un sobre) y en este caso el número de gente que se apunta a quedarse el dinero (se trata de un robo) si el buzón y el parterre estaban sucios (era la norma que no se observaba) era el doble.
Hay una determinada proporción de gente que para cada conducta y cada situación tendería, ocurra lo que ocurra (tanto si se respetan las normas como si no), a portarse bien en general. Hay una minoría, entre el 10-30 %, que tiende a portarse mal. Y en medio hay una mayoría que se apunta a lo que prevalece: si prevalece la conducta corrupta se apunta a ello y al contrario.
Esto recuerda los experimentos de Milgram cuando se pidió a la gente que torturara en un determinado protocolo un 30% se resiste, incluso a intensidades moderadas cesa su participación en el experimento y hay un 15-20% que lo deja a las intensidades altas.
En otro experimento se daba la oportunidad de decir mentiras, a los sujetos se les tomaban imágenes cerebrales y tenían que predecir si iba a salir cara o cruz en una moneda que aparecía en una pantalla. Si la predicción era correcta ganaban tres dólares y si era incorrecta no ganaban. En la mayor parte de los ensayos no había oportunidad de engañar pero en otros ensayos se les decía que el programa fallaba de vez en cuando, y daba una ventana de oportunidad donde se podía no hacer una previsión y después se le preguntaba que salía y si decía cara aunque hubiera pensado cruz ganaba los tres dólares. Había una oportunidad de mentir. La probabilidad de acertar en muchas tiradas se mueve entre 45-65 %. Pero si en los ensayos tienes la posibilidad de mentir y dices que lo has acertado siempre estás mintiendo. Los resultados en este otro paradigma son los mismos.
Base neurobiológica
¿Por qué existe esa tendencia a perjudicar, a no portarse bien, cuando en realidad hay poco en juego? Los neurólogos sospechan desde hace 100 años que tienen que haber territorios en la corteza frontal anterior (preferentemente en la base) que regulen estas tendencias y por lo tanto la gente que tiene tendencia a comportarse mal, quizás es que no les funcionan bien estos territorios.
Hay evidencias de que las lesiones precoces de territorios frontales mediales y basales anteriores llevan desde la conducta cívica responsable a la conducta amoral. Además hay indicios de que hay gente con temperamentos peculiares, sin lesiones (como los psicópatas, los narcisistas, los mesiánicos, los que tienen delirios de gloria.) que son peligrosos y quizás es porque en los territorios en los que las lesiones producen déficits severos hay disfuncionalidades sutiles.
Caso clínico. Lesiones precoces en la corteza prefrontal
El caso más espectacular es el de un niño y una niña que presentó Damasio en un artículo titulado Empeoramiento de la conducta social cooperadora y moral relacionada con las lesiones precoces en la corteza humana prefrontal. La conclusión era que el daño precoz en territorios prefrontales resultó en un síndrome que se parece a la psicopatía (individuos malos, reiterativos, morbosos, crueles y fríos, “los malos peores”).
Se estudió el cerebro de la chica y el chico cuando tenían 21 años. En la chica se trataba de una lesión que ocurrió a los 5 meses por un accidente de tráfico y el chico había tenido un tumor benigno pero de rápido crecimiento que obligó a los neurocirujanos a intervenir a los 8 meses. En los dos casos, que eran de clase media-alta y en los que las familias dedicaron años a la reeducación, de mayores tenían un amplio currículo policial. Y desde pequeños, aunque no tenían problemas académicos, habían presentado multitud de problemas de conducta y, sobre todo, ausencia total de remordimientos, culpa y compasión.
Hay un experimentos llamado Iowa gambling task en el que se juega con 2000 dólares. Se trata de jugar al solitario con 4 pliegos de cartas A,B,C y D. Cada carta lleva asociado un premio o un castigo, de manera que hay pliegos que se van descubriendo que dan gratificaciones pequeñas y castigos soportables, y en cambio cartas que dan gratificaciones potentes pero también castigos mayores (que al final llevan a los números rojos), pero se tiene que ir descubriendo jugando. Por ejemplo, jugamos y en él A obtenemos 50 dólares. Para generar apetito en los primeros ensayos siempre hay reforzamiento, de manera que tendremos 2050 dólares. Se va jugando de manera que entre el ensayo 8-11 aparece el primer castigo y si eres perseverante y continuas con el mismo se repite y entonces te apuntas a otro que te da más y ganas rápido pero después pierde más. Y entre el ensayo 20 y 30 todo el mundo ya sabe de qué va. Al suspender el experimento se pregunta a los individuos si saben de qué va el juego, y se graban sus respuestas.
Este experimento se aplicó a la chica y al chico en cuestión y se vio que no había diferencias entre ellos (el estudio se hizo cuando tenían 21 años) y sus controles de comparación. No había diferencias para resolver el juego a nivel cognitivo entre ellos y sus controles sin lesiones (igual edad, sexo, nivel educativo, nivel familiar, etc.).
Los resultados muestran que al final los individuos normales de 100 ensayos hacen 28 ensayos de los pliegos peligrosos y 72 de los buenos. Es decir, que se apuntan de vez en cuando a la tentación de jugar a los más peligrosos. Pero la chica, que sabe igual cuales son los pliegos buenos y los malos, sigue jugando al riesgo y da 68 opciones a los peligrosos y 32 a los seguros y el chico 54 y 46 y (y ambos acabaron en números rojos) . Cuando se les preguntó al final porque continuaban la respuesta fue: “¿Y si cambia la racha al final?”.
La actividad electrodermal es una medida independiente, fisiológica, de hasta qué punto el sistema interno, tus vísceras, te avisan de los riesgos. En los sujetos normales se alteran mucho más que estos dos chicos, ante los pliegos peligrosos y ante los seguros (tres veces más). Pero además la reactividad electrodermal es mayor ante los pliegos aburridos que ante los peligroso en estos dos sujetos. Es decir que no sólo reaccionan menos al riesgo sino que reaccionan erróneamente. Y esto no depende de que los sistemas de captación periférica de estímulos inadvertidos no los capten. Por lo tanto tiene que haber un problema de evaluación de la señal de riesgo respecto de la señal de seguridad y no del reflejo de sobresalto (porque éste era idéntico) .
Los individuos cercanos a la maldad tienen algún tipo de disfuncionalidad, sin lesiones, que se acerca a lo que les ocurre a estos dos chicos que han perdido un territorio que se ocupa de evaluar estas circunstancia.
A estos dos sujetos se les plantearon otros dilemas. Por ejemplo: vais en bote salvavidas porque ha zozobrado el crucero donde navegabais, va muy cargado y hay que echar a gente por la borda, y se les da a elegir entre su madre o el perro. Pues bien, los controles normales echan al perro, los que han tenido lesiones en esos territorios de adultos (lesiones Gage de adultos) también echan al perro porque se acuerdan de que la norma moral recibida es ésta, pero los dos individuos del estudio dijeron que echaban a la madre. Y además lo razonaron porque su madre les molestaba y el perro les defendía.
Comportamientos psicopáticos
De manera que la cuestión es: un individuo que ha hecho algo tremendo ¿tiene o no un trastorno? Por ejemplo en el caso de Anders Behring Breivik, el asesino noruego, el fiscal pidió que lo consideraran trastornado aunque él mismo dijo que no lo estaba, que lo que hizo fue por unos objetivos claros. Al final ha sido condenado por asocial perverso a una condena perdurable sin considerarlo trastornado, y por lo tanto sin enviarlo a un hospital psiquiátrico (que era lo que pedía el fiscal). Y en España tenemos el caso de Bretón. La pregunta es: ¿cuáles son los mecanismos que hay detrás de los comportamientos psicopáticos?
Los dilemas soportan la crítica que es un juego, que está desconectado de la realidad, pero cuando la gente tiene que cavilar decisiones sobre dilemas que están más cercanos (si conoces a la persona que tienes que sacrificar), resulta que los territorios que se activan preferentemente son los que se lesionan en los niños que después se vuelven psicópatas irremediables.
Los territorios que se ocupan de las decisiones morales potentes, aquellas que pueden llevar a si vulneras a la maldad, son: cíngulo anterior, posterior, ínsula, circunvolución temporal superior y polo temporal. Son territorios que intervienen en multitud de tareas donde hay que tomar decisiones morales fuertes y son aquéllos donde los psicópatas tienen a presentar funcionamiento inadecuado de este circuito: los territorios lesionados en los casos Gage adultos o precoces de los niños, las amígdalas, los territorios insulares e interconexiones entre ellos, además de otros.
Los individuos psicópatas son habladores, simpáticos, grandiosos, fríos, manipuladores, mentirosos, insensibles, tienen desarreglos de la empatía pero no ausencia, entienden muy bien las apetencias y deseos de los demás para manipularlos pero no les resuena en ellos el mecanismo adecuado.
Cuando se han hecho medidas en ellos se han observado disminuciones de la sustancia gris en esos territorios (polo temporal anterior, córtex orbitofrontal medial y lateral, circunvolución temporal superior y en las ínsulas). Hay además disminuciones en cíngulo anterior y posterior y esto se relaciona con la intensidad de la escala de psicopatía: cuando más fríos e insensibles, morbosos y crueles menos complejidad neural en el segmento de sustancia gris en los territorios indicados. Además cuando se les coloca en tareas con resonancia magnética funcional también muestran actividades peculiares.
En otro estudio se midió la tendencia a la psicopatía en adolescentes (es decir, a hacer sufrir a los demás y a mostrarse fríos ante el perjuicio de los demás) respecto a controles y a adolescentes hiperactivos. Se vio que los territorios ante tareas donde hay que el diagnosticar el sufrimiento, a partir de caras de sufrimiento, en estos chicos se activa menos el circuito que pone en correspondencia las señales de alarma ante el sufrimiento ajeno y el procesamiento de cómo uno tiene que actuar ante eso.
Estos sujetos también son particularmente vengativos. En un trabajo se estudiaron los deseos de venganza ante la aplicación de dolor a una persona ajena. Se colocaba a dos sujetos desconocidos a jugar en un juego de bienes públicos, donde el contrincante se porta bien o se portaba mal con el sujeto. Les daban 10 libras para cada tirada y les decían que si invertían en el segundo el mercado se iba a portar bien e iban a triplicar las ganancias y se las podrían repartir. Pero en realidad el segundo era un aliado de los investigadores y al principio se portaba un poco bien pero después se portaba mal o fatal (y no le devolvía nada). Por lo tanto el primero empezaba a pensar que el contrincante era un sinvergüenza. Posteriormente al sujeto lo colocaban en el equipo de neuroimagen y al que se había portado mal lo ponían en una camilla y le aplicaban corrientes eléctricas con más o menos intensidad. Y les volvían a hacer jugar otra vez para medir cómo respondía el sujeto ante las señales de dolor del que recibía las corrientes, para ver cómo lo procesaba su cerebro.
Los resultados en mujeres muestran la activación de territorios insulares y frontales anteriores que participan en los mecanismos que hemos visto ante el momento de infligir dolor a una persona que tienes al lado. Respecto al que se ha portado bien las mujeres sufren (el cerebro de sufrir dolor físico por el dolor ajeno), pero ante una persona que se ha portado mal tu cerebro sufre menos el dolor ajeno. Y en el caso de los hombres nada, ante el sufrimiento aplicado a alguien que se ha portado bien su cerebro lo pasa mal, pero si se ha portado mal no importa y además se activa el cerebro de pasarlo bien: cuanto más sufre más bien lo pasa. En las mujeres no ocurre así con el dolor físico pero si es pérdida moral de reputación sí.
Dolor real versus ganancia personal
En Cambridge unos investigadores se han inventado un procedimiento experimental para hacer experimentos en términos reales y le han llamado la condición experimental del dolor real versus la ganancia personal. Pero en este caso los individuos se conoces, llegan juntos al laboratorio, rellenan cuestionarios, se explican cosa de sus vidas, es decir tienen cierta relación, pero a uno le toca ser el que va a recibir y otro es el que toma la decisión (pero en realidad es un confederado). Se aseguran a fondo de que se ha establecido una relación, incluso de cierta amistad, entre los dos. Se le pasa un video en el cual el sujeto está sufriendo porque le están aplicando choques eléctricos, que el que va a decidir si los manda o no los manda los ha recibido previamente porque el experimento está montado de tal manera para que lo prueben primero. Pero hay dinero de por medio, les dan 20 libras y cada vez que llega un estímulo es el aviso de que le van a dar una corriente eléctrica al otro individuo y el sujeto puede decir si da una libra de las 20 que tiene para ahorrarle esta corriente a esta persona que acaba de conocer.
Los resultados muestran que cuando esto se pregunta en una situación imaginaria la mayoría de los chicos dicen que darían el dinero. Pero cuando es dinero real en una situación real tienen a retener 12 libras de las 20. Es decir que permiten que la persona que acaban de conocer reciba un choque eléctrico.
Conclusión
Todo lo explicado puede ser útil para ayudar al sistema judicial añadiendo sabiduría a la decisión de los jurados, a la identificación de testimonios, a la recuperación de memorias difusas, a los reconocimientos en situaciones policiales, a determinar si una confesión es falsa o no, a perfeccionar los detectores de mentiras, a establecer perfiles temperamentales de los ofendedores sistemáticos y para entrar, de verdad, en la mente de los criminales.