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Los peligros de una ingesta inadecuada de líquidos

La deshidratación influye en la capacidad de rendimiento, y en situaciones de deshidratación leve de sólo el 2 por ciento, resultan afectadas habilidades cognitivas como la coordinación viso-motora, la atención y la memoria a corto plazo. Así lo explica Lluìs Serra-Majem, presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN) y de la Academia Española de la Nutrición (AEN), que ha participado en el simposio ‘Avances en hidratación, alimentación y salud’.

Además, en este encuentro, celebrado en el marco del Congreso de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) en Sevilla, también se ha puesto de manifiesto que una ingesta inadecuada de líquidos en niveles superiores produce un descenso en la capacidad de alerta y concentración, y aumenta el cansancio, la fatiga y la somnolencia.

El agua es un nutriente esencial que se obtiene a través del consumo de los diferentes alimentos y bebidas que se toman a diario y a lo largo del día. “Actualmente, existe una mayor concienciación sobre la importancia de estar adecuadamente hidratado y, en especial, ante condiciones ambientales determinadas”, apuntó la directora del Grupo de Investigación VALORNUT y catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa Mª Ortega.

Por ello, los experto recomiendan que entre un 75-80 por ciento del líquido que ingerimos a diario provenga de las bebidas y un 20-25 por ciento de los alimentos, ya que el papel del agua en el organismo pasa por transportar los nutrientes, eliminar las sustancias de deshecho, y la regulación térmica.

Por otro lado, el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y profesor Asociado de Nutrición Comunitaria de la Universidad de Navarra, Javier Aranceta, aseguró que según la intensidad y la duración de la actividad laboral o las condiciones ambientales en las que se realice, la falta de hidratación puede llegar a afectar al rendimiento del trabajador.

Son muchas las actividades laborales que exigen un gran esfuerzo y que en ocasiones tienen lugar en condiciones ambientales duras y extremas. “En estos casos, las pérdidas hídricas pueden ser de gran magnitud. Asimismo, en el trabajo industrial, factores como la ropa hermética o el equipamiento de protección (máscaras) pueden afectar a la hidratación del trabajador. Junto a ello, en oficinas y espacios de trabajo con aire acondicionado, causante de sequedad ambiental, se debe cuidar de manera especial el nivel de hidratación”, manifestó Aranceta.

A este respecto el experto señaló que es necesario reponer líquidos durante toda la jornada laboral con una pauta normalizada que forme parte de los protocolos laborales según el tipo y la intensidad del trabajo. Además, explicó que es muy importante acudir al trabajo bien hidratado y rehidratarse cada hora durante la jornada laboral.