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¿Cómo influye el estrés en nuestra alimentación?

Los trabajadores que padecen estrés “consumen mayor cantidad de comida rápida y menos porciones de frutas y verduras”, según un estudio publicado en el número de octubre de la revista Preventing Chronic Disease. La investigación, realizada por la Universidad de Washington, asocia también niveles altos de estrés laboral con menos actividad física y mayor frecuencia de comer mientras se realiza otra tarea.

El estrés sufrido en el puesto de trabajo “va unido a una serie de malos hábitos alimenticios ya que se reduce la ingesta de agua y las comidas se hacen a deshoras y de forma poco equilibrada, pues se comen menos alimentos ricos en fibra y se aumenta el consumo de comida rápida, rica en grasas saturadas”, explica Jesús Román, presidente del Comité Científico de SEDCA.

Estos malos hábitos alimenticios así como las situaciones agobiantes que pueden vivirse en el puesto de trabajo “provocan una alteración de los movimientos peristálticos del intestino producido por una reducción del aporte sanguíneo al tracto intestinal. Cuando esos movimientos se ralentizan, se produce estreñimiento”, explica el profesor Román. Además, el estrés también provoca que “al tener menos tiempo, se retrase el momento de la defecación”, añade.

El Foro de Regulación aconseja que “es muy importante aumentar la ingesta de líquidos, sobre todo agua, realizar una alimentación equilibrada rica en fibra y practicar ejercicio físico. Pero también es fundamental tener una disciplina de horarios, comer cuando se debe y no tomarlo como un esfuerzo”, aconseja Román. En el caso de que esto no funcione, se puede recurrir de forma transitoria a preparados farmacéuticos de origen vegetal, basados en plantas como el fucus, la cáscara sagrada o la frángula.

Aumento del estrés laboral por la crisis

El 58% de los trabajadores españoles afirman haber sufrido un incremento del nivel de estrés laboral durante la crisis financiera, según la encuesta Regus Business Tracker. Los principales motivos son la exigencia del aumento de la rentabilidad y la presión por mantener la excelencia en el servicio al cliente. La amenaza de poder ser despedido o el aumento de responsabilidades en iguales condiciones económicas y laborales influyen también en el nivel de estrés.