Descubren un inhibidor del apetito que transforma la grasa mala en buena
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han demostrado que la oleiletanolamida, un componente natural derivado de los ácidos oléicos y producido por el intestino delgado, que inhibe el apetito, también favorece la transformación de la grasa “mala” del organismo en “buena”.
El estudio ha sido coordinado por investigadores del Hospital Regional Universitario de Málaga y del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), que han visto que este compuesto es capaz de intensificar la acción de termogénesis de los agonistas Beta-3 adrenérgicos, permitiendo convertir el tejido adiposo blanco en pardo.
La transformación de la grasa blanca o “mala” en grasa parda o “buena”, es fundamental para regular el balance energético y evitar la obesidad, por lo que este hallazgo podría abrir las puertas al diseño de terapias antiobesidad más efectivas.
En el estudio se analizó el papel que juegan los agonistas Beta-3 adrenérgicos y la oleiletanolamida en potenciar la reducción de la ingesta de alimentos y la pérdida de peso corporal mediante un mayor gasto energético.
Tras suministrar ambos compuestos a roedores durante seis días, vieron que la administración conjunta de ambos era más efectiva en la reducción de ingesta de alimentos que la administración independiente de cada uno de ellos.
En el estudio demostraron además que la oleiletanolamida intensifica la acción de termogénesis de los agonistas Beta-3 adrenérgicos y favorece la aparición de fenotipos del adipocito marrón en el tejido adiposo blanco de las ratas, que fueron tratadas con una combinación de agonistas beta-3 adrenérgicos y oleiletanolamida.
Un hallazgo relevante teniendo en cuenta que el tejido adiposo marrón es uno de los responsables en la regulación del gasto energético y bloquear su acción conduciría a formas de obesidad.
Las investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas han demostrado el fracaso casi absoluto de la farmacología tradicional basada en monoterapias para el tratamiento de la obesidad. De ahí que los esfuerzos, en la actualidad, se centren en el desarrollo de terapias combinadas aplicadas a la ingesta de alimentos y al gasto energético para incrementar su nivel de éxito.
Además, combinar la estimulación de los agonistas Beta-3 adrenérgicos con oleiletanolamida podría ser útil para remodelar el tejido adiposo y para reducir los efectos cardiovasculares no deseados de los fármacos antiobesidad.