La meditación, clave en la psicología clínica
Técnicas como la meditación pueden resultar “muy beneficiosas” en terapias de psicología clínica. Así lo manifiesta el profesor de la Universidad de Granada y experto en ‘Mindfulness’ Alberto Morales, que ha participado en el curso de verano organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) ‘Mindfulness. Atención plena: fundamentos, mecanismos y principales aplicaciones’.
Morales explica que “hace más de 20 años que se estudian este tipo de herramientas en el ámbito clínico y empírico con buenos resultados”. Según comenta, existe un porcentaje “elevadísimo” de personas que acuden a las clínicas con problemas homogéneos, o con trastornos depresivos, ansiosos o acusados “de dispersión mental”. La meditación “ataja estos problemas clínicos”, destaca.
Una práctica que está “estrechamente relacionada a otras” y que consiste además en un entrenamiento de la persona para que sea “consciente de las emociones que están circulando en su interior”. Por ejemplo, si el paciente sufre de ansiedad, “habrá que entrenar a esta persona a que maneje estas emociones. No tiene sentido pensar en detener esa ansiedad, igual que no se puede detener el océano, pero si se puede surfear sobre él mediante un entrenamiento”.
Por otro lado, ha asegurado que “no existen recetas, aunque estamos acostumbrados a tomar fármacos cada vez que nos ocurre algo. Y realmente tanto la meditación, como el ‘mindfulness’ o este tipo de prácticas, lo que buscan es propiciar un cambio integral de vida”. En definitiva, “implicarte para que en tu vida se de un cambio, no excluyendo los problemas, sino afrontándolos de forma diferente”, subraya.
“Se venden muchas de estas prácticas como ‘paquetes’ que curan la ansiedad o los trastornos depresivos”, explica, “pero hay que entender que no se pueden desconectar de la raíz que tiene, que pasa por el crecimiento espiritual, y que te invita a que solventes estos problemas no como un remedio inmediato, sino a que pases toda tu vida trabajándote, en un reaprendizaje emocional”.
El profesor añade que “todas las personas en principio pueden optar a estas terapias”, siempre y cuando no tengan “una descompensación psicológica muy importante”, algo que por otro lado “no abunda en las clínicas ni en la vida cotidiana, ya que la mayoría de las personas que acuden a las clínicas pueden practicar estas técnicas”, concluye.