La microbiota intestinal modula el desarrollo cerebral y el comportamiento
El efecto de la microbiota o micromedioambiente intestinal, integrado por comunidades microbianas que colonizan el intestino humano, sobre el desarrollo cerebral y el comportamiento es una de las líneas de investigación más recientes en este campo y abre una nueva vía en la posible utilización de probióticos con efectos beneficiosos para la salud, a través de su acción sobre los circuitos neuronales.
Así se desprende de los datos presentados en el IV Workshop sobre Probióticos, Prebióticos y Salud por la investigadora Viorica Braniste, del Departamento de Microbiología, Cáncer y Biología Celular Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia). Según esta experta, miembro del grupo de Sven Pettersson, las investigaciones básicas que han llevado a cabo revelan que la colonización por parte de la microbiota intestinal afecta al desarrollo cerebral de los mamíferos y su comportamiento durante la etapa adulta.
A través de mediciones de la actividad motora y del comportamiento relacionado con la ansiedad, este grupo sueco ha demostrado en ratones que el proceso de colonización microbiana desencadena unos mecanismos de señalización que afectan a los circuitos neuronales implicados en el control motor y de la ansiedad.
El trabajo presentado en Madrid refuerza la hipótesis de que la microbiota intestinal normal puede afectar al desarrollo cerebral normal y las funciones conductuales. Además, respalda la teoría de que en las primeras etapas de la vida existe un período en el que la microbiota intestinal puede afectar al cerebro y al comportamiento en la vida adulta.
Entre los mecanismos que podrían mediar en la comunicación entre intestino y cerebro, Braniste, ha destacado los circuitos neuronales establecidos. En este sentido, ha dicho que la microbiota intestinal puede provocar señales a través del nervio vago hacia el cerebro y viceversa. La modulación de transmisores, como la serotonina, melatonina, ácido gamma-aminobutírico, histaminas y acetilcolina, en el intestino es otro posible mecanismo de acción que podría mediar los efectos de la microbiota intestinal.
Asimismo, la investigadora ha avanzado que es posible que la microbiota intestinal sea capaz de modificar la expresión de algunos genes de riesgo o que forme parte de mecanismos que alteran las funciones cognitivas observadas en pacientes con enfermedades gastrointestinales. Los cambios conductuales observados e impuestos por la presencia de la flora intestinal observados en esta investigación pueden tener mayores implicaciones si tienen en consideración las alteraciones psiquiátricas en seres humanos, ha destacado Braniste.
Grupo de trabajo en prebióticos
Durante la cuarta edición del Workshop de SEPyP se creó un grupo de trabajo multidisciplinar formado por expertos con el objetivo de trabajar en un documento consenso acerca de los prebióticos. En la primera reunión de trabajo del grupo, el profesor Glenn Gibson (University of Reading), uno de los pioneros europeos en la investigación en probióticos, prebióticos y microbiota, destacó la multitudinaria asistencia de especialistas al Workshop, alabando el poder de convocatoria de SEPyP. Una vez establecidas las pautas de trabajo entre los asistentes, la Profesora Nieves Corzo (CSIC-UAM) liderará el grupo.