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¿Sirven las dietas hiperproteicas para adelgazar? Fortalezas y debilidades

Algunos estudios

En el año 2012 la American Health Associaton se posicionó al no recomendar las dietas altas en proteínas para la pérdida de peso por los riesgo que se corren al incorporar muchas proteínas y dejar de lado otros alimentos con peso específico más importante en nuestra salud, fundamentalmente hidratos de carbono complejos con fibra y fitonutrientes, y vegetales con vitaminas y minerales de bajo valor calórico energético.

También en el 2012 se publican en British Medical Journal datos del seguimiento a 43.000 mujeres durante 17 años de la utilización de dietas bajas en hidratos de carbono y altas en proteínas sin considerar su naturaleza o fuente (independientemente de si su origen es animal o vegetal) y están asociadas a un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares

En ese mismo año la revista Stroke concluye, según un metanálisis, que el consumo de carne roja y sus derivados procesados se asocia al aumento del riesgo de accidentes cardiovasculares.

En el 2013 European Journal of Clinical Nutritrion publica que el consumo de carne roja y de carne procesada aumenta el riesgo de accidente cardiovascular, concretamente, el accidente cerebrovascular isquémico.

También en 2013 la International Journal of Cancer dice que el consumo de proteína total, ya sea animal o vegetal, podría estar directamente relacionado con el cáncer urotelial.

Por tanto nadie debería asociar el consumo de más proteínas (más allá de las recomendaciones) a beneficio alguno.

Dietas con fases, ¿por qué?

Todas las dietas de este tipo hiperproteicas, proteinadas, altas o ricas en proteínas tienen fases, ¿por qué? Una dieta equilibrada no tiene fases y en cambio ésta te advierte que no debes estar demasiado tiempo en la primera fase hiperproteica.

Tampoco se recomienda por parte de embarazadas y niños, pero si una dieta no es adecuada para una mujer embarazada ni para un niño, no es adecuada para nadie.

¿Quién defiende estas dietas?

Y otras preguntas: ¿quién defiende las dietas altas, ricas en proteínas, hiperproteicas y proteinadas? Es una cuestión económica. Y ¿por qué hay tantas dietas milagro? Porque no funciona ninguna.

¿Estas dietas sirven para adelgazar?

Una de las fortalezas en que se han basado estas dietas es que son más saciantes las proteínas que otros macronutrientes y por lo tanto al comerlas comemos menos, hacemos ingestas de menor valor calórico. Pero según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) esto no es cierto. En el año 2010 expresó su opinión científica a través de dos consultas realizadas. Y no hay opinión científica que sustente la alegación de la salud sobre que la proteína incrementa el poder saciante y que esto implique un menor ingesta dietética. No hay una relación causa efecto entre el poder saciante de la proteína y que se coma menos.

Pero, ¿sirven para adelgazar? Hay bastantes estudios clínicos que evalúan la eficacia de las distintas dietas hiperproteicas frente a otros patrones dietéticos en el adelgazamiento. Hay estudios a corto plazo y a corto plazo.

Estudios a corto plazo

En el primer estudio del año 2004 Halton y colaboradores sí obtuvieron beneficios a corto plazo pero sólo 6 de los 15 estudios controlados abarcaban hasta los 6 meses, el resto menos tiempo.

En el año 2006 en un estudio de Krieger y colaboradores no se obtuvo diferencia variando el contenido proteico.

En otro estudio del 2006 (McMillan-Price ) tampoco se encontraron diferencias ni en un estudio del año 2010 (Kerksick).

En un estudio del año 2007 (Meckling) sí se encontraron, había una mayor pérdida de peso significativa en el grupo de dieta hiperproteica (estudio de 12 semanas).

Y en el año 2010 un estudio (Krebs) encontró una mayor pérdida de peso con dieta hiperproteica (pero con una dieta de 99 gramos de proteínas al día, que ya la estamos comiendo, incluso superando).

Estudios a largo plazo

Estudios a más largo plazo (año 2004 Due) nos dicen que la pérdida inicial con la dieta hiperproteica no se observó ni al año ni a los dos años.

Un estudio del 2006 (Brinkworth) no encontró diferencias significativas. Y otro de ese mismo año (McAuley) dice que hay ventaja de la dieta hiperproteica a los 6 meses no contrastable al año.

En 2008 (Clifton) tampoco encuentra diferencias significativas. Ni tampoco en 2009 Sacks encontró diferencias en cuatro grupos con cuatro estrategias dietéticas diferentes. Y en el estudio de Layman se vio mayor pérdida de peso inicial del grupo de dieta hiperproteica pero no diferencias al año.

Por su parte, Hession encuentra mayor pérdida de peso en las dietas hiperproteicas a los seis meses y ligeramente superior al año. Y en el de Clifton, también del 2009, se afirma que la dieta hiperproteica es más eficaz en pérdida de peso y reducción de grasa abdominal pero sólo en el subgrupo cardiovascular.

Dietas cetogénicas

Una de las últimas evidencias sobre las dietas cetogénicas (no es una dieta hiperproteica como tal, sino que lo que se controla es la presencia de hidratos de carbono) es un metanálisis de 25 estudios con un seguimiento de por lo menos un año, donde se concluye que las personas asignadas a dietas cetogénicas con muy bajo aporte de hidratos de carbono alcanzan mayores pérdidas de peso que aquellas asignadas a dietas bajas en grasas.

En este estudio las diferencias significativas fueron de 0,91 kilos al acabar el año, pero este resultado ¿es clínicamente relevante? ¿Se puede mantener a una persona durante más de un año con no más de 50 gramos de hidratos de carbono por esta diferencia de 0,91 Kilos?

Además los autores afirman que no han evaluado la adherencia, pero reconocen que la adherencia a las dietas muy bajas en hidratos de carbono fue especialmente baja.

Al mismo tiempo diversos estudios retrospectivos muestran que las dietas bajas en hidratos de carbono y altas en proteínas pueden aumentar la mortalidad por todas las causas.

En el año 2009 según el British Journal of Nutrition la ingesta de proteína se asocia de forma significativa con un mayor IMC en un estudio de 168 varones y 182 mujeres seguidas durante 23 años.

En un estudio (2011 Journal of Obesity) con una muestra muy grande de 89.000 participantes durante 6,5 años se concluye que el consumo de proteína procedente de alimentos de origen animal, especialmente carne y aves, parece asociarse positivamente con la ganancia de peso a largo plazo.

Y en el estudio más reciente (2013 Vergnaud AC), con una muestra de 373.000 seguida durante 5 años, se afirma que los participantes que consumen una cantidad de proteína por encima de las recomendaciones de la American Diabetes Association podrían estar expuestos a un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad en la edad adulta.

En resumen

Las evidencias con respecto a las dietas hiperproteicas en la prevención y tratamiento del sobrepeso y la obesidad son las siguientes (según el documento de consenso de la Fundación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética):

-La dieta hiperproteica (DHP) puede inducir a corto plazo (menos de 6 meses) mayor pérdida de peso que una dieta convencional rica en hidratos de carbono (nivel de evidencia 2+).

-La DHP no induce a largo plazo (más de 12 meses) una mayor pérdida de peso que una dieta convencional rica en hidratos de carbono (nivel de evidencia 1+).

-No hay datos suficientes en el momento actual que nos permitan establecer la eficacia de las DHP en el mantenimiento del peso perdido tras una fase inicial de pérdida de peso con otro tipo de dieta.

-La DHP favorece la preservación de la masa magra mejor que una dieta rica en hidratos de carbono (nivel de evidencia 2+).

-La DHP puede incrementar a muy largo plazo el riesgo de mortalidad total y cardiovascular, fundamentalmente cuando la proteína es de origen animal (nivel de evidencia 2+).

Recomendaciones

En base a esas evidencias se establecen las siguientes recomendaciones:

-Para garantizar el mantenimiento o incremento de la masa magra, durante una dieta hipocalórica, resulta eficaz aumentar el contenido de proteínas de la dieta por encima de 1,05 g/kg (recomendación de grado B).

-Si se prescribe una DHP se debe limitar el aporte de proteína de origen animal para prevenir un mayor riesgo de mortalidad a muy largo plazo (recomendación de grado C).

-En el tratamiento de la obesidad no se recomienda inducir cambios en la proporción de proteínas de la dieta (recomendación de grado A).

Conclusión

Lo peor de las dietas hiperproteicas, disociadas, milagrosas o mágicas es que transmiten conceptos erróneos sobre la obesidad y su tratamiento. La incultura popular con respecto a la nutrición se va haciendo cada vez más grande, atribuyendo, en este caso a las proteínas, un papel que no tienen y dejando de nombrar el que sí tienen.

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¿Sirven las dietas hiperproteicas para adelgazar? Fortalezas y debilidades

Recogemos la ponencia de D. Juan Revenga en el marco de la Jornada Verdades y mentiras sobre las dietas de adelgazamiento, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia