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Nutricosmética

Nutricosmética, ¿qué es?

Nuestra piel es el órgano más grande y extenso de nuestro cuerpo. Es la fina línea que separa el interior de nuestro organismo del exterior, y es la barrera que nos protege de aquellas fuerzas tanto mecánicas como químicas a las que estamos expuestos en el día a día.

Además, su apariencia es reflejo del bienestar interno, y es como “nuestra carta de presentación”.

Debido a la permanente exposición a distintas agresiones como el sol o la contaminación, así como al continuo proceso de envejecimiento, la piel pierde humedad, tensión y elasticidad, resultando en la aparición de signos como arrugas, manchas, y en la pérdida de luminosidad.

Aunque existen numerosos cosméticos que prometen cuidar de nuestra piel, una de las mejores formas de mejorar la “salud” de nuestra piel es hacerlo de dentro hacia afuera; es decir, a través de la buena alimentación y el aporte de aquellos nutrientes clave. ¿Quieres saber cuáles son?

Vitaminas

Vitamina A

Su participación en la diferenciación y especialización celular relacionan a esta vitamina con el mantenimiento normal de la piel y las mucosas, ya que supone que la vitamina A también participe en dichos procesos en el caso de las células epiteliales.

En su forma activa, la vitamina A (o retinol) podemos encontrarla en alimentos de origen animal (salmón o yema de huevo). Por el contrario, como betacarotenos, las principales fuentes son los productos a base de plantas, sobre todo frutas y verduras coloridas (zanahoria, tomate, espinacas).

Vitamina C

Este micronutriente es muy apreciado por su implicación en la síntesis y mantenimiento del colágeno, el cual ayuda a dar soporte a nuestros tejidos. También ayuda a proteger las células contra el estrés oxidativo, y por tanto a reducir el daño que producen los radicales libres sobre ellas.

Su obtención a partir de la dieta se consigue principalmente a partir de algunos vegetales (como el pimiento o el brócoli) y de algunas frutas (como los frutos rojos y los cítricos).

Vitamina E

Al igual que las anteriores vitaminas, la E tiene una función antioxidante. Su papel está ligado a la protección de las células frente al estrés oxidativo.

Las reservas corporales de vitamina E se mantienen principalmente a través del consumo de aceites, frutos secos y semillas, pero el germen de muchos cereales (consumidos integrales) también es una buena fuente para obtener una dosis de esta vitamina liposoluble.

Vitaminas del grupo B

El grupo B se compone de distintas vitaminas que a menudo coexisten conjuntamente en los mismos alimentos y, aunque juegan un papel por ayudar a mantener una buena salud, son tres las que destacan por su contribución en el cuidado de la piel.

Riboflavina (o B2), Niacina (o B3), y Biotina (o B7), están implicadas en distintos procesos relacionados con el metabolismo celular, principalmente con aquellos relacionados con la protección y el mantenimiento del correcto estado de las membranas celulares y mucosas, lo cual influye indirectamente en la salud de las células de nuestra piel.

Minerales

Zinc

Dos de sus funciones principales son ayudar a proteger a las células frente al estrés oxidativo, y participar como cofactor en la división celular. Así, una buena reserva de este mineral nos ayudará al mantenimiento de la piel en condiciones adecuadas, asimismo, juega un papel en el mantenimiento de las uñas y el cabello.

Podemos encontrar este mineral en alimentos como las ostras y otros moluscos, los cereales en su forma integral, las carnes y lácteos, o las pipas de calabaza y las legumbres.

Cobre

Al igual que el zinc, el cobre también actúa como antioxidante, protegiendo la piel del daño causado por un aumento de los radicales libres.

Además, este mineral contribuye a la correcta pigmentación de la piel y el cabello, y participa en el mantenimiento de los tejidos conectivos.

Es fácil encontrarlo en alimentos como el hígado de cerdo, ternera o pato, las setas shiitake, las semillas de sésamo o el chocolate negro, sobre todo en el cacao.

Más allá de los minerales y vitaminas mencionados, para que tu piel luzca con aspecto saludable, suave y brillante te recomendamos llevar una dieta equilibrada y con variedad, así como hidratarte bebiendo suficiente cantidad de agua. Además, mantén una rutina de higiene e hidratación adaptada a tu tipo de piel y recuerda protegerte del sol con ropa y protección solar adecuada.

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consultas de farmacia en verano

Consultas típicas de la piel en la farmacia en verano

consultas de farmacia en veranoEl buen tiempo propicia que se hagan más planes fuera de casa, que aumenten las escapadas de fines de semana y que, por fin, lleguen las esperadas vacaciones. Durante el periodo estival la farmacia se convierte, más que nunca, en el lugar de referencia para resolver las necesidades de salud y buscar asesoramiento.

Entre las consultas más frecuentes se encuentran aquellas referidas a la piel. Entre las más comunes destacan afecciones como la hiperpigmentación como melasma, el léntigo solar o léntigo malignomelanoma, las picaduras de insectos, los hongos, el acné, las queratosis actínicas o incluso los posibles carcinomas, entre otros.

Gema Herrerías, farmacéutica y vocal de dermocosmética del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla, explica en qué consisten algunas de ellas y cómo pueden tratarse:

Melasma

La experta indica que la hiperpigmentación de mayor consulta en la farmacia comunitaria es el melasma, que suele afectar a la región malar, el labio superior, el mentón y la frente. “Es muy frecuente en mujeres jóvenes que toman o han tomado anticonceptivos orales y durante el embarazo”, aclara Herrerías.

Respecto al tratamiento, insiste en utilizar protector solar cada mañana combinado con un producto despigmentante por la noche y/o por la mañana, según la tolerancia cutánea. El producto despigmentante se puede encontrar en diferentes texturas, según la tipología de cada piel.

Acné

El acné es una alteración de la producción de la grasa cutánea con proliferación de Propionibacterium acnes. Esto provoca que aparezcan comedones abiertos y/o cerrados, así como posibles lesiones inflamatorias como: pápulas pústulas, nódulos, quistes o cicatrices.

“El tratamiento del acné varía en función del predominio de comedones o de lesiones inflamatorias”, señala Herrerías. “El ácido azelaico o el peróxido de benzoilo son muy útiles en su abordaje en casos más leves, a menos que se requiera tratamiento farmacológico por prescripción médica en casos moderados a graves”.

Prurito

Las lesiones con prurito más consultadas son las picaduras de insectos o la urticaria. En la urticaria aparecen lesiones llamadas habones con edema sobreelevadas que pican. “En el caso de las picaduras, la reacción es localizada con picor en forma de pápula excoriada que puede llegar a formar hasta una ampolla”, matiza Herrerías.

En estos casos los farmacéuticos suelen recomendar productos que contengan amoniaco o calamina para aliviar los síntomas.

Quemaduras

Las quemaduras son alteraciones o pérdidas de sustancia de la superficie corporal producidas por el contacto con diferentes agentes. Pueden ser debidas a agentes térmicos, eléctricos o químicos. Según su profundidad se clasifican en primer grado o epidérmicas, segundo grado o dérmicas, tercer grado o subdérmicas. “Consideraremos quemaduras críticas a aquellas que afectan al rostro, los pliegues, las manos, los pies, los genitales externos y las quemaduras circulares en los miembros”, afirma la experta.

Las quemaduras deben limpiarse con suero fisiológico y tal y como especifica Herrerías, en caso de que sean de primer grado se tratarán con una crema hidratante reparadora con centella asiática que se aplicará de dos a tres veces al día. Las de segundo grado superficiales y pequeñas, deben ser tratadas con una cura húmeda eliminando la piel de las ampollas.