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Soja genisteína tratamiento Alzheimer

La genisteína, presente en la soja, útil en el tratamiento del Alzheimer según un estudio de la Universidad de Valencia

La Universitat de València, a través del grupo de investigación FRESHAGE liderado por el catedrático de Fisiología José Viña, ha publicado entre enero y marzo de este año tres trabajos científicos vinculados al envejecimiento, en una línea de investigación que lleva en funcionamiento más de veinte años. El equipo valenciano ha localizado una molécula, presente en la soja, que es eficaz para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en animales y que se prepara para ensayar.

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Los estudios, en Nature Communications, Journal of Alzheimer’s Disease y Nature Neuroscience, abren la puerta a la prevención tanto de los fallos físicos asociados al envejecimiento, conocidos como la fragilidad del anciano; como a prevenir los fallos de cognición debidos fundamentalmente a la enfermedad de Alzheimer.

En el primero de los trabajos, G6PD protects from oxidative damage and improves health span in mice, publicado en colaboración con el grupo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas que dirige Manuel Serrano, el grupo de investigación de José Viña ha constatado que ratones modificados genéticamente pueden mejorar su calidad de vida durante el envejecimiento, especialmente en lo que respecta a pérdidas físicas que se asocian a la fragilidad. Así, los científicos han detectado que los ratones con alta expresión de la proteína glucosa 6 fosfato deshidrogenasa, son especialmente resistentes a la pérdida de fuerza, de masa muscular y de peso que se asocia con la fragilidad.

“La modulación de esta proteína (que se puede hacer mediante modificaciones dietéticas así como con programas de ejercicio) es una posibilidad prometedora para mejorar la fragilidad en personas ancianas. Considerando que la fragilidad es un primer paso hacia la dependencia, estos resultados tienen interés tanto desde el punto de vista personal como social”, apunta José Viña, también profesor de la Facultat de Medicina i Odontologia de la Universitat de València.

El segundo de los trabajos publicados por el grupo de la Universitat en envejecimiento está referido a la enfermedad de Alzheimer: PTEN recruitment controls synaptic and cognitive function in Alzheimer’s models. El equipo valenciano ha colaborado en un esfuerzo internacional para demostrar los mecanismos por los cuales se pierden las conexiones entre las células nerviosas en la enfermedad de Alzheimer.  “Ello se debe a que se pierde la actividad de una proteína conocida como PTEN. Cuando se aumenta la actividad de esta proteína, se inducen cambios en los animales que se pueden entender como el equivalente a los que ocurren en las personas afectas de la enfermedad de Alzheimer”, apunta el profesor Viña.

En esta línea de trabajo, y ya a través de una investigación propia de la Universitat de València, -y en estrecha colaboración multidisciplinar con los grupos del profesor García Verdugo y los profesores Marta Rodríguez y José Miñarro-, el equipo científico ha localizado una molécula, presente en la soja, la genisteína, que es eficaz para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en animales. “Estos resultados, que son muy prometedores, deben ser tomados con la natural cautela hasta que se tengan resultados de los ensayos clínicos que se están preparando para determinar si el tratamiento que es eficaz en los modelos animales también lo es en personas”, indica José Viña. En este segundo caso, completa el catedrático de Fisiología: “el objetivo no sería la curación completa de la enfermedad de Alzheimer sino retrasar los síntomas más dramáticos de la misma, especialmente la demencia”.

 

Retraso en la aparición de la demencia

En este sentido, y con el fin de dar una imagen de la importancia del proyecto, el experto apunta que si se retrasara la aparición de la demencia asociada a la enfermedad de Alzheimer cinco años, el número de pacientes disminuiría a la mitad. “Todos los esfuerzos, como los que se están llevando al estudiar los efectos de la soja sobre la enfermedad de Alzheimer, orientados a retrasar la aparición de los síntomas de demencia, tienen un enorme interés para el tratamiento de la enfermedad, la cual causa un enorme peso tanto personal, como social, como económico”, indica José Viña.

 

Investigaciones

José Viña Ribes es catedrático del Departamento de Fisiología de la Facultat de Medicina i Odontologia. Su actividad investigadora se ha dedicado, entre otros temas, al envejecimiento y los radicales libres (regulación de distintos genes antioxidantes por estrógenos y componentes de la dieta), a enfermedades asociadas a la longevidad (en especial el Alzheimer, la sarcopenia senil, la diabetes y la coronariopatía), a las alteraciones metabólicas durante el envejecimiento y su prevención mediante antioxidantes tiólicos, o al control del dopaje en deportistas de élite.

Parte de su trabajo ha sido publicado en revistas y publicaciones especializadas de prestigio, como Journal of Clinical Investigation, Hepatology, Aging Cell, Nature, Cell, Biochemical Journal, Journal of Pediatrics o American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, entre otras.

 

Artículos: 

Sandrina Nobrega-Pereira1, Pablo J. Fernandez-Marco, Thomas Brioche, Mari Carmen Gomez-Cabrera, Andrea Salvador-Pascual, Juana M. Flores, Jose Viña & Manuel Serrano: «G6PD protects from oxidative damage and improves health span in mice». Nature Communications (2016) |

Knafo S, Sánchez-Puelles C, Palomer E, Delgado I, Draffin JE, Mingo J, Wahle T, Kaleka K, Mou L, Pereda-Perez I, Klosi E, Faber EB, Chapman HM, Lozano-Montes L, Ortega-Molina A, Ordóñez-Gutiérrez L, Wandosell F, Viña J, Dotti CG, Hall RA, Pulido R, Gerges NZ, Chan AM, Spaller MR, Serrano M, Venero C, Esteban JA.: «PTEN recruitment controls synaptic and cognitive function in Alzheimer’s models». Nature Neuroscience. 2016 Jan 18. doi: 10.1038/nn.4225

Bonet-Costa V, Herranz-Pérez V, Blanco-Gandía M, Mas-Bargues C, Inglés M, Garcia-Tarraga P, Rodriguez-Arias M, Miñarro J, Borras C, Garcia-Verdugo JM, Viña J.: «Clearing Amyloid-β through PPARγ/ApoE Activationby Genisteinis a Treatment of Experimental Alzheimer’s Disease». Journal of Alzheimer’s Disease. 2016 Feb 10. DOI: 10.3233/JAD-151020

 

Fuente: http://www.uv.es/uvweb/universidad/es/listado-noticias/universitat-publica-tres-investigaciones-alzheimer-fragilidad-fisica-revistas-maximo-impacto-1285846070123/Noticia.html?id=1285961338828

La demencia se reduce en un 20% desde los años 70

La demencia retrocede un 20% por década desde los años 70

La proporción de mayores que desarrollan demencia es menor, pero la cifra de pacientes sigue creciendo por causa del envejecimiento poblacional

La demencia se reduce en un 20% desde los años 70

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a día de hoy conviven en todo el mundo 47,5 millones de personas con demencia. Tal es así que la demencia, conjunto de enfermedades neurodegenerativas entre las que, dada su enrome prevalencia, destaca la enfermedad de Alzheimer, ha sido catalogada como la ‘epidemia del siglo XXI’. Sin embargo, la incidencia de la demencia podría estar descendiendo, lo que implicaría que si bien no se puede curar o frenar –aún no contamos con tratamientos efectivos para ello–, sí puede ser prevenida o retrasada. Así lo muestra un estudio internacional dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Boston (EE.UU.), en el que se incide en la necesidad de incrementar las investigaciones sobre los factores demográficos, ambientales y de estilo de vida de la demencia para, así, consolidar esta tendencia descendente.

Entonces, ¿podemos esperar que el número de casos de demencia disminuya en los próximos años? No. La prevalencia crecerá, y mucho, porque la cifra de personas en riesgo de desarrollar demencia –esto es, los mayores de 65 años– está aumentando progresivamente dado el envejecimiento poblacional en todo el planeta. De hecho, la OMS estima que la cifra de pacientes será de 75,6 millones en 2030 y de 135,5 millones en 2050. Lo que indica el estudio es que el porcentaje de mayores que desarrollarán la enfermedad será, probablemente, menor.

Como explica Sudha Seshadri, directora de esta investigación publicada en la revista «The New England Journal of Medicine», «aún en la actualidad no tenemos tratamientos efectivos para prevenir o curar la demencia. Sin embargo, nuestro estudio alienta la esperanza de que algunos casos de demencia puedan ser prevenidos, o cuando menos demorados, con medidas de prevención primarias –evitar que aparezca la enfermedad– o secundarias –una vez presentada, evitar que evolucione a una forma clínica avanzada en la que la sintomatología sea evidente».

Un 20% por década

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han analizado los datos del Estudio de Framingham, trabajo cuyos participantes han sido profusa y continuamente monitorizados para detectar el desarrollo de deterioro cognitivo o de demencia desde el año 1975.

Concretamente, los autores evaluaron las tasas de demencia al final de cada una de las cuatro décadas registradas –desde los años 70 hasta la década 2001-2010–, prestando una especial atención a cada uno de los factores que pudieran explicar una posible reducción de esta incidencia –entre otros, la educación, el tabaquismo y distintas enfermedades como la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia.

Nuestro estudio alienta la esperanza de que algunos casos de demencia puedan ser prevenidos, o cuando menos demoradosSudha Seshadri

Los resultados mostraron una reducción promedio de la incidencia de demencia de un 20% por década.

Y esta disminución, ¿fue homogénea para todos los tipos de demencia, caso del alzhéimer? No. De hecho, resultó mucho mayor en el subtipo de demencia causado por las enfermedades cardiovasculares, caso del ictus. Y es que como destacan los autores, «también observamos una reducción del impacto de las enfermedades cardiovasculares, lo que denota la importancia de la prevención de estas patologías y del tratamiento efectivo del ictus».

Es más; la incidencia de la demencia sólo se redujo en las personas con un elevado nivel educativo.

Población como la española

El estudio, lógicamente, tiene sus limitaciones. Los autores reconocen no haber analizado el papel que han jugado los cambios en la dieta y el ejercicio físico sobre la incidencia de demencia a lo largo de estas cuatro décadas. Y de la misma manera, también reconocen que la gran mayoría de participantes en el Estudio Framingham son de ascendencia europea, por lo que quizás no resulte del todo extrapolable a otras poblaciones –aunque sí, sin ninguna duda, a la española.

Sea como fuere, indica Carole Dufouil, del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm) en Burdeos y co-autora del estudio, «el estudio muestra que la prevención primaria y secundaria, así como las mejoras en el abordaje de las enfermedades cardiovasculares, el ictus y sus factores de riesgo, podrían ofrecer una oportunidad para reducir la carga proyectada de demencia para los próximos años».

O dicho de otro modo, como concluye Sudha Seshadri, «las medidas de prevención efectivas podrían minimizar la explosión del número de personas afectadas por la enfermedad en las próximas décadas».

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-incidencia-demencia-reducido-20-por-ciento-decada-desde-anos-70-201602110639_noticia.html