El estudio Innovación responsable de Forética y el Observatorio Zeltia destaca las ventajas competitivas de la innovación con criterios sociales y ambientales para las organizaciones. Aporta siete recomendaciones para que las empresas y administraciones públicas integren la responsabilidad social en sus acciones innovadoras.
El estudio analiza el papel que juega la responsabilidad social a la hora de desarrollar nuevos productos y servicios, y qué aporta la integración de criterios de sostenibilidad a la generación de nuevos modelos de negocio. En el informe se define la innovación responsable como “aquella innovación que realiza una aportación positiva al trinomio de factores económico, social y ambiental”.
En palabras del Director de Desarrollo Corporativo de Forética y director del estudio, Jaime Silos, “la innovación responsable es una de las principales herramientas de crecimiento futuro para cualquier sector de actividad como respuesta a los retos actuales que tienen que enfrentar empresas de todos los tamaños, como son la transformación a un planeta cada vez más urbano, el cambio demográfico, la escasez de recursos y el cambio climático, entre otros”.
Según destaca el estudio, la concentración de innovación en un entorno geográfico determinado responde a tres factores: la existencia de un alto nivel de especialización, el establecimiento de incentivos a la innovación y la buena gobernanza a nivel socio-político.
En concreto en España, el desarrollo de la innovación responsable es enormemente heterogéneo, destacando especialmente las comunidades de Aragón, Cataluña, Madrid, Navarra y País Vasco. En general, España tiene una buena base y potencial innovador, gracias al elevado porcentaje de población de entre 30 y 34 años con estudios superiores o a la importante participación en artículos científicos internacionales, entre otros puntos fuertes a destacar. No obstante, hay grandes retos pendientes vinculados fundamentalmente a la comercialización de las innovaciones y a la productividad de la I+D en términos de generación de nuevas patentes.
El Director de Comunicación de Grupo Zeltia, Fernando Mugarza, ha destacado que “la innovación se encuentra íntimamente relacionada con la sostenibilidad y la responsabilidad social. La innovación responsable en un país es reflejo de su ímpetu innovador, supone innovar en cualquier ámbito de una organización de forma ética, ajustada a los principios básicos de la RSE, es por lo tanto un concepto que impregna a la cultura de la Organización (Liderazgo innovador), es una palanca de generación de valor añadido, de mejora de la productividad y la competitividad y está vinculada al capital humano de las organizaciones y empresas, involucra directamente a grupos de interés tanto externos como internos a la Organización”.
El estudio señala tres esferas de interacción entre la innovación y la responsabilidad social: los productos y servicios, los procesos y la innovación social. De las tres, la más avanzada es la primera, en la que compañías transforman los retos de la sostenibilidad en una fuente de negocio, o en una identificación de riesgos que es necesario mitigar. En la esfera de los procesos, aunque de manera menos directa, las organizaciones encuentran nuevas formas de hacer las cosas que les hace más eficientes, lo que acaba impactando en la cuenta de resultados. Sin embargo, es en la tercera esfera –la innovación social- donde las organizaciones pueden encontrar ventajas competitivas menos replicables y más duraderas.
El documento termina con una serie de recomendaciones encaminadas a ayudar a las empresas y administraciones públicas a integrar la responsabilidad social en sus acciones innovadoras.