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El 80% de las personas sometidas a cirugía de diabetes consigue controlar la enfermedad

El 80,5 por ciento de las personas que se han sometido a cirugía de diabetes ha conseguido controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida, según se ha puesto de manifiesto en los resultados del informe con mayor número de casos disponible en España, un total de 82 operaciones en dos años -de febrero de 2010 a febrero de 2012-, realizadas en la Hospital Quirón de Zaragoza.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, y el jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza, el Dr. Jorge Solano, han presentado el informe sobre un tipo de intervención que comenzó a realizarse en el mundo hace cuatro años y de la que sólo hay mayor número de casos en un hospital de Estados Unidos y otro de Brasil, aunque no con tan buenos resultados como en nuestro país.

El Dr. Solano ha aclarado que sólo los diabéticos tipo 2, es decir, a los que les aparece la enfermedad en edad adulta por mal funcionamiento de la insulina, pueden someterse a este tipo de cirugía. Además, han de reunir otra serie de características, como tener entre 18 y 65 años y un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 35, es decir, “cierto sobrepeso” puesto que con la operación pierden entre siete y diez kilos.

Asimismo, deben ser casos de diabetes mal controlada, con una hemoglobina glicosilada de más del 6,5 y con existencia de reserva pancreática. En concreto, de los 82 pacientes operados en Quirón Zaragoza, 31 son mujeres y 51 varones, con una media de edad de 50 años y una diabetes de 7,9 años de antigüedad media.

De ellos, 27 se trataban sólo con pastillas y 52 precisaban, además, inyectarse insulina. Tras la intervención, tan sólo uno de los pacientes precisa una pequeña dosis de insulina al día y 15 siguen tratándose con pastillas en una dosis inferior a la original y los 66 restantes han conseguido controlar la diabetes y no precisan ningún tipo de tratamiento.

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha apelado a la “prudencia” y ha señalado que hasta que no hayan pasado diez años con el mantenimiento de estos datos no se podrá hablar de curación de la enfermedad.

Mejora de la calidad de vida

El Dr. Jorge Solano ha expuesto las complicaciones asociadas a la diabetes que padecían los pacientes operados. “Así, 71 de ellos presentaban exceso de triglicéridos en la sangre, 64 tenían el colesterol alto, 56 hipertensión, 18 habían tenido cardiopatías, cinco problemas con la vista (retinopatía) y dos, hemorragia cerebral”.

“Tras la intervención, al 53,5 por ciento de los pacientes se les ha eliminado la hipertensión arterial, al 71,8 por ciento la hipertrigliceridemia y al 98,4 por ciento la hipercolesterolemia, lo que contribuye a disminuir las complicaciones vasculares derivadas de la diabetes, como el infarto de miocardio y la retinopatía con ceguera (patología que se estabiliza e incluso en algunos casos “da marcha atrás”)”, ha comentado.

Otras complicaciones que pueden disminuir son los accidentes cerebro-vasculares y la nefropatía que puede acabar en diálisis o riñón artificial. Además, se resuelve la disfunción eréctil. “La mejora de la calidad de vida supone un gran cambio para los pacientes a los dos meses de la intervención”, ha apuntado el facultativo.

El Dr. Solano ha resaltado la importancia de estas cifras y mejoras teniendo en cuenta que las complicaciones asociadas a la diabetes suponen que la esperanza de vida de estos pacientes se acorta diez años en relación con una persona no diabética.

Igualmente, ha subrayado la incidencia de la diabetes, que ha pasado de afectar al cinco por ciento de la población al 15 por ciento, y que, además de empeorar la calidad de vida de quien la sufre, son pacientes que requieren una “alta demanda hospitalaria” y, por tanto, conllevan “un coste económico”.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, ha mostrado su satisfacción por los buenos resultados obtenidos: “Un orgullo y satisfacción” para el centro, incluyéndose este informe entre los primeros del ranking mundial y logrando mejorar la diabetes y las enfermedades colaterales.

¿Quiénes pueden beneficiarse de esta cirugía?

El Dr. Solano ha estimado que en España hay unos tres millones de personas susceptibles de ser operadas de cirugía de diabetes, es decir, que hasta el 60 ó 70 por ciento de diabéticos tipo 2 -hay unos cinco millones en España- son susceptibles de ser operados.

El Hospital Quirón de Zaragoza es el centro que más personas ha operado de esta patología en España y es el primero que hizo públicos sus resultados oficialmente en el país, aunque también hay otras clínicas privadas que ya realizan esta intervención.

Además, hay dos hospitales públicos que han obtenido la acreditación para realizarla, el Hospital de Bellvitge, en Barcelona; y el Royo Villanova de Zaragoza, aunque todavía no han realizado ninguna operación, según ha comentado el Dr. Solano, que forma parte del equipo autorizado en el hospital público aragonés.

Tipo de intervención

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha expuesto que “la operación consiste en realizar un by-pass en el intestino para que la comida no pase por la parte de este órgano que estimula unas hormonas que hacen que suba el nivel de azúcar en sangre al llegar allí la comida”.

“También se reduce el tamaño del estómago, aunque en unas semanas se expansiona y recupera un tamaño prácticamente igual al que había antes de la operación. En caso de ser necesario, la intervención es reversible de forma sencilla”, ha apuntado el Dr. Solano.

La operación dura habitualmente menos de una hora, se hace por cirugía laparoscópica (mínimamente invasiva) y el paciente pasa directamente a planta y recibe el alta en 48 horas si vive a menos de una hora del hospital y a las 72 si vive a más de una hora.

El postoperativo requiere de dieta líquida cinco días, triturada otros cinco, blanda 15 días y ya puede comer normal entre el día 21 y 23 de la operación, mientras que el alta laboral se recibe entre la semana y las tres semanas. Después se hacen controles periódicos.

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La diabetes copa el 15 por ciento de las consultas en AP

La diabetes tipo 2 se ha convertido en uno de los problemas sanitarios más importantes de nuestro tiempo. La epidemia de obesidad y sedentarismo ha llevado a un gran incremento de su prevalencia en nuestro país y con ello a un aumento del gasto sanitario. Según los resultados del estudio Di@bet.es, recientemente publicado, la prevalencia entre las personas mayores de 18 años en España es del 13,8%, de los que un 6% desconoce que la padece. Además, se prevé que la tendencia para los próximos años también vaya en aumento.

Además de hiperglucemia, las personas con diabetes suelen presentar otros factores de riesgo como hipertensión, obesidad y dislipemia, lo que hace que presenten un elevado riesgo cardiovascular y acudan con asiduidad al sistema sanitario.

Por ello, el médico de atención primaria (AP) es clave en el diagnóstico precoz, tratamiento y seguimiento de las personas con diabetes, así como en la prevención de la enfermedad. Según el doctor José Javier Mediavilla, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y de las VI Jornadas de Diabetes en Atención Primaria organizadas recientemente junto a la Sociedad Española de Diabetes, “al ser la diabetes tipo 2 una enfermedad crónica, el médico de AP es el profesional sobre el que debe pivotar la atención de estos pacientes, tanto por su accesibilidad y cercanía como por la continuidad e integración de cuidados que caracterizan al primer nivel asistencial”. De hecho, las consultas relacionadas con la enfermedad ocupan hasta un 15% de todas las que se realizan en AP.

El doctor Mediavilla señala que “la buena colaboración entre los médicos de AP y los profesionales del segundo nivel asistencial que en algún momento atienden a las personas con diabetes (endocrinólogos, cardiólogos, oftalmólogos, nefrólogos, etc.) es crucial en el manejo de esta enfermedad, que produce complicaciones tanto macro como microvasculares, y que necesita los cuidados compartidos de diversos profesionales sanitarios”. Lo ideal es que la atención se centre en el paciente y que exista continuidad en la misma.

Diabetes y mortalidad por enfermedad cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte asociada a la diabetes, siendo responsables del 65-75% de los casos. Las personas con diabetes tipo 2 presentan hasta cuatro veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ictus que las personas que no tienen esta patología. De hecho, las personas con diabetes tipo 2 tienen más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio que las personas sin diabetes que ya hayan sufrido uno antes, mientras que el 45% de los hospitalizados por un infarto de miocardio presenta diabetes confirmada o diagnosticada anteriormente.

Sin embargo, el Dr. Pérez, Director de Unidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, asegura que “los pacientes no suelen establecer una relación directa entre diabetes y enfermedad cardiovascular como sí lo hacen cuando se habla, por ejemplo, de afectaciones en la vista o en los riñones, que son complicaciones que asocian más fácilmente a su patología”.

La prevención primaria de la DM2 es eficaz si se actúa sobre los factores de riesgo modificables, como lo son el colesterol, la hipertensión arterial, el tabaquismo o la obesidad. Existe evidencia científica demostrada para afirmar que las medidas nutricionales y la actividad física son eficaces en la prevención y el manejo de la diabetes tipo 2, pudiendo reducir el riesgo de padecerla hasta en un 60%.

“El papel del médico de Atención Primaria es de vital importancia en la prevención y control de la diabetes tipo 2, ya que puede transmitir al paciente la gravedad de esta patología y explicarle cómo puede actuar para controlar sus factores de riesgo cardiovascular. El objetivo último es la reducción de la morbilidad y de la mortalidad causada por enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos”, subraya el Dr. Antonio Hormigo, médico de AP y miembro del Grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

La salud bucodental, fundamental en el tratamiento de la diabetes

Los diabéticos presentan un mayor riesgo de presentar infecciones de la boca tales como gingivitis o enfermedad periodontal, lo que puede dañar las encías y los huesos de la mandíbula. La enfermedad de las encías puede dificultar el control de la glucosa en la sangre por la presencia de focos infecciosos persistentes.

El doctor Mediavilla recuerda que “la revisión de la boca debe ser una actividad rutinaria para las personas con diabetes, que han de conocer las medidas higiénicas pertinentes y acudir al especialista ante cualquier problema bucal”.

Los niveles elevados de glucemia pueden llevar asimismo a la aparición de aftas, caries, infecciones por hongos (candidiasis bucales) y retraso en la cicatrización y curación de estas patologías.

Otro problema bucal causado por la diabetes es la afección llamada “boca seca” (xerostomía). La sequedad constante que afecta a las personas con diabetes irrita los tejidos blandos de la boca, causando a menudo inflamación y dolor.

Controversias en el tratamiento dietético del síndrome metabólico

Existe una gran controversia en la comunidad científica sobre la existencia real del síndrome metabólico, que se caracteriza por la presencia de obesidad y otros factores de riesgo como son hiperglucemia, hipertensión y dislipemia.

Según el coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes Mellitus de SEMERGEN, “el tratamiento higiénico-dietético de este síndrome enfrenta a los defensores de distintos tipos de dietas existentes para disminuir el peso y mejorar el metabolismo: dieta baja en hidratos de carbono, baja en grasas, alta en grasas y baja en hidratos de carbono, dieta equilibrada, simplemente hipocalórica o combinaciones de las mismas”.

Las células intestinales pueden ser clave para producir insulina en pacientes con diabetes tipo I

Hasta ahora, los trasplantes de células madre estaban considerados por muchos investigadores como la forma más adecuada para reemplazar las células pancreáticas de estos pacientes por otras que sí permitiesen liberar insulina en la sangre en función de las necesidades del paciente.

El problema, según reconocen los expertos, es que aunque dichas células podían desarrollarse en laboratorio a partir de células madre embrionarias, éstas no son adecuadas para un trasplante ya que no liberan la insulina en respuesta a los niveles de glucosa, por lo que podrían causar una hipoglucemia que podría ser mortal.

Sin embargo, en este estudio realizado por los profesores Chutima Talchai y Domenico Accili se ha demostrado que las células progenitoras del intestino tienen la “sorprendente capacidad” de desarrollar células productoras de insulina.

Dichas células ya habían demostrado su potencial para producir una amplia variedad de células, incluyendo aquellas que producen la serotonina y otras hormonas secretadas en el tracto gastrointestinal.

En esta ocasión, los autores observaron que cuando se desactiva el gen Foxo1, conocido por desempeñar un papel clave en el destino celular, las células progenitoras también generan las células productoras de insulina.

Además, el momento en que se inhibía dicho gen no afectaba al desarrollo de estas células, incluso cuando fue desactivado después de que los ratones llegaran a la edad adulta. “Nuestros resultados muestran que podría ser posible hacer crecer las células productoras de insulina en el tracto gastrointestinal de los pacientes pediátricos y adultos”, admite Accili.

“En el páncreas, cuando inhibimos el gen Foxo1, no pasa nada”. Sin embargo los expertos se preguntan por qué sí sucede esto en el intestino.

Asimismo, los investigadores han comprobado cómo estas nuevas células intestinales tienen unos sensores receptores de glucosa que les permite liberarla en respuesta de los niveles que hay en sangre.

“Todos estos hallazgos nos hacen pensar que persuadir al intestino de un paciente para hacer células productoras de insulina sería mejor manera de tratar la diabetes que las terapias basadas en células madre embrionarias o células iPS”, según Accili.

Por ello, añade, la clave para convertir el hallazgo en una terapia viable sería encontrar un fármaco que tenga el mismo efecto sobre las células progenitoras gastrointestinales en estos pacientes como la anulación del gen Foxo1 en ratones.

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¿Qué complicaciones para la salud conlleva la diabetes?

En la actualidad, aproximadamente 1 persona de cada 4 a partir de los 18 años tiene diabetes o algún tipo de trastorno con riesgo de derivar en diabetes. La diabetes conlleva un riesgo vascular a largo plazo y genera complicaciones en la visión y en la función renal, y puede producir coronariopatía o arteriopatía periférica, entre otras.

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Descubren un proceso de inflamación cerebral en el origen de la diabetes

El hallazgo, que se publica en el último número de la revista Endocrinology, ya ha sido probado en modelos animales y abre la puerta a potenciales tratamientos farmacológicos contra esta enfermedad en humanos.

El hipotálamo, la glándula endocrina que se encarga de liberar las principales sustancias que regulan el hambre y la saciedad, está relacionada con el desarrollo de diabetes.

La inflamación de esta región cerebral, que actúa como centro integrador del sistema nervioso vegetativo y que es también responsable de la expresión fisiológica de las emociones, genera resistencia a la insulina, antesala de esta patología.

El equipo de investigación del CIBERobn, dirigido por el doctor Jesús Argente Oliver desde el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, partió de esta hipótesis para demostrar el hecho de que la resistencia a la acción de la insulina está estrechamente relacionada con una señalización intracelular incorrecta de la leptina y la insulina, que intervienen en la regulación del apetito, provocada por una alteración hipotalámica.

Concluida la fase de probaturas, muestras y ensayos, se demostró que el grado diferente de sensibilidad a la acción de la leptina e insulina en el hipotálamo de animales diabéticos y no diabéticos está involucrado en la regulación diferencial de la expresión de estos neuropéptidos moduladores del apetito, existiendo una relación inversa entre el grado de activación y la hiperfagia (aumento excesivo de la sensación de apetito e ingesta descontrolada de alimentos), característica de la diabetes.

“En la transición de pre-diabetes a diabetes, comprobamos que la expresión de los neuropéptidos que controlan la ingesta está modulada por el sustrato del receptor de la insulina 1 (IRS1) y es diferente en roedores deficientes de IRS2 (molécula reguladora de la insulina) diabéticos y no diabéticos”, ha reconocido el doctor Argente.

Se puede conseguir un efecto protector

En dicho estudio se describe que el mayor grado de activación de las vías de señalización de la leptina e insulina en ratones nulos para IRS2 no diabéticos mediado por el incremento compensatorio del IRS1 puede ejercer un efecto protector contra las alteraciones hipotalámicas que conducen a desequilibrios en la regulación del apetito y el metabolismo, evitando o retrasando la aparición de diabetes.

De hecho, ha explicado este experto, los resultados confirman que en el animal pre-diabético “existe un perfil de los neuropéptidos involucrados en la regulación del apetito similar al animal control y estrechamente relacionado con una mayor sensibilidad a la acción central de la insulina mediada por IRS1 y contrapuesto al encontrado en el animal diabético tras el debut”.

Estos hallazgos sugieren que el tratamiento farmacológico dirigido a estas vías de señalización para ambas hormonas y el bloqueo de las dianas de inflamación hipotalámicas estudiadas podrían ser de interés para el tratamiento de la resistencia a la acción de la insulina y la diabetes tipo 2.

Cómo la diabetes favorece el deterioro cognitivo

Y es que, según reconoce Argente, no controlar la diabetes tipo 2 podría tener un impacto a largo plazo sobre el cerebro y su deterioro. En esta línea, recientes investigaciones como la de un grupo del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia han podido determinar que, en pacientes afectados por diabetes, la ausencia de la molécula IRS2 tiene consecuencias en los procesos de adquisición de la memoria.

La clave de esta conexión radica en la ausencia, en modelos animales, de IRS2, que impide la potenciación a largo plazo de un proceso celular que refleja la adquisición de la memoria.

Estos estudios proporcionan una explicación sobre la prevalencia de deterioro cognitivo en pacientes con desórdenes metabólicos, estableciendo un enlace directo entre la resistencia a la insulina y el daño cerebral.

Además, respalda estudios epidemiológicos en los que enfermedades como la obesidad, la hiperinsulinemia o la diabetes incrementan el riesgo de desórdenes neurodegenerativos, tales como la enfermedad de Alzheimer.

En el caso de los pacientes con diabetes tipo 2, la expresión de los niveles de IRS2 está reducida de forma significativa. En este sentido, se ha podido demostrar que la ausencia de la molécula impide la respuesta de las neuronas a estímulos que deben generar memoria.

Aunque falta mucho camino por recorrer, los investigadores proponen que un aumento en la expresión y función de la molécula sería una diana muy atractiva en el tratamiento de diabetes y la prevención del deterioro de las funciones cognitivas.

De igual modo, los expertos sostienen que el deterioro de la memoria y el aprendizaje entre los diabéticos es reversible restituyendo la insulina y aunque no se va a curar la diabetes, sí se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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Diagnóstico precoz y específico de la diabetes

La diabetes es una de las patologías más prevalentes en el mundo desarrollado. Se trata de una enfermedad crónica que comporta una importante morbilidad y mortalidad, especialmente por enfermedad cardiovascular.

Su incidencia va en aumento y se prevé que en el año 2025 la población mundial de diabéticos alcanzará los 300 millones de casos. “Y un aspecto especialmente relevante es que este incremento se producirá de forma importante en la infancia y la adolescencia”, subraya la Dra. Roser Casamitjana, miembro de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) y del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínic de Barcelona.

En España se ha realizado recientemente un estudio epidemiológico, multicéntrico en población de más de 18 años, y se ha encontrado una prevalencia de diabetes del 13,8 por ciento, teniendo en cuenta que casi la mitad desconocía que fuera diabético (Diabetología 2012, 55:88-93).

Por su parte, las hipoglucemias debidas a un tumor productor de insulina (insulinoma), afectan a cuatro casos por millón de habitantes y por año.

El laboratorio clínico juega un papel decisivo en la detección de ambas enfermedades, de ahí que la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), organice cursos y seminarios y potencie la investigación en este campo.

Para detectar la diabetes el único parámetro empleado hasta ahora era la glucosa en sangre. Sin embargo, recientemente las principales sociedades científicas involucradas, incluida la Organización Mundial de la Salud, han aceptado el uso de la determinación de la hemoglobina A1c (HbA1c), por considerar que constituye un mejor índice de exposición global a la glucemia y por tanto es un marcador más preciso de la presencia y gravedad de la diabetes, además de presentar menos variabilidad biológica y no depender de la situación de ayuno.

“Para etiquetar el tipo de diabetes se dispone además de una batería de pruebas complementarias, bioquímicas, hormonales, inmunológicas y moleculares que contribuyen a definir si se trata de una DM tipo1, DM tipo 2 o de diabetes monogénicas”, añade la Dra. Casamitjana.

Con respecto a las hipoglucemias, el laboratorio es básico para diagnosticar o descartar la presencia de un insulinoma, mediante una secuencia de pruebas.

Dentro de los avances más recientes en el campo de la diabetes, destacan por una parte la genética molecular, que ha permitido conocer los genes implicados en el desarrollo de determinados tipos de la enfermedad, estudiar su expresión, su modulación por diversos factores y el papel que algunos de ellos tienen en el desarrollo pancreático. Estos conocimientos han contribuido a conocer mejor los mecanismos metabólicos que tienen lugar en la célula beta pancreática y pueden en un futuro ayudar a diseñar fármacos más específicos.

El mayor y mejor conocimiento del papel de las hormonas gastrointestinales en la regulación de la secreción de insulina ha sido otro de los progresos más relevantes, sin olvidar los avances tecnológicos en la determinación de la HbA1c, que han contribuido a mejorar el seguimiento de estos pacientes y a introducir este parámetro en el diagnóstico de la enfermedad.

Para la Dra. Casamitjana, “el futuro plantea al laboratorio clínico el reto de encontrar un parámetro que permita diagnosticar de forma más precoz y específica la enfermedad, permitiendo así que pueda iniciarse el tratamiento adecuado lo más rápidamente posible con el fin de retardar al máximo las consecuencias que se derivan de la hiperglucemia crónica”.

Diabetes gestacional y diabetes neonatal

En la diabetes gestacional, el diagnóstico está actualmente en discusión, ya que no todos los países ni todos los centros utilizan el mismo criterio para su diagnóstico. “Este hecho no es banal puesto que la utilización de uno u otro criterio bioquímico implica diferencias notorias en cuanto a su prevalencia, a la intervención terapéutica derivada de la misma y a la consideración de las ventajas que para la madre y el feto conlleva”, puntualiza esta experta.

Por su parte, la diabetes neonatal puede ser transitoria o permanente, siendo la primera la más frecuente. Su diagnóstico se realiza mediante el estudio molecular de tres genes y aunque la relación fenotipo-genotipo no es del 100%, el hallazgo de mutaciones en uno u otro de ellos contribuye al diagnóstico y a la predicción de la evolución. En este sentido, el estudio molecular debería realizarse en aquellos casos en los que presumiblemente se trate de una diabetes neonatal permanente.

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Consiguen reducir el riesgo de diabetes mediante un novedoso modelo de intervención sobre el estilo de vida

El Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol (IDIAP) de Barcelona ha conseguido reducir sustancialmente la incidencia de la diabetes tipo 2 en pacientes de alto riesgo a través de un novedoso proyecto de intervención sobre el estilo de vida, puesto en marcha durante la práctica clínica en Atención Primaria.

En concreto, el proyecto, conocido como Diabetes in Europe-Prevention using Lifestyle, Physical Activity and Nutritional-intervention (DE-Plan-Cat/PREDICE), ha reducido en un 36 por ciento el riesgo relativo de desarrollar diabetes.

“Estos resultados demuestran que la intervención intensiva sobre el estilo de vida bien estructurada no sólo es factible en Atención Primaria, sino que además reduce sustancialmente la incidencia de diabetes entre los participantes con riesgo alto”, ha reconocido Bernardo Costa, coordinador del estudio en el IDIAP.

Para realizar el experimento, se seleccionaron al azar 2.547 usuarios entre la población no diabética, de 45 a 75 años, asignada a los centros de Atención Primaria.

Después realizaron un cribado doble y secuencial, primero 2.054 (80,6 por ciento) mediante el cuestionario FINDRISC (con 8 ítems analizando el riesgo futuro de diabetes) y, segundo, 1.192 con una prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG).

Los participantes de alto riesgo, aunque libres de diabetes (624 de los usuarios), se asignaron bien a una intervención estandarizada o bien a la intervención intensiva sobre el estilo de vida (individual o grupal). 552 usuarios aceptaron la intervención asignándose 219 (39,7 por ciento) al modelo estandarizado y 333 (60,3 por ciento) a la intervención intensiva.

Ambos grupos fueron comparables en edad, sexo, índice de masa corporal (IMC), puntuación obtenida en FINDRISC (16,2/15,8), en los indicadores glucémicos así como en el interés por introducir cambios en su estilo de vida. Los dos conjuntos fueron seguidos, el primero con medidas convencionales y el segundo mediante refuerzo periódico personal de su motivación.

De este modo, se les diagnosticó la diabetes a 124 participantes, de los cuales 63 (28,8 por ciento) siguieron una intervención estándar y 61 (18,3 por ciento) en intervención intensiva.

Asimismo, se redujo un 36 por ciento el riesgo relativo de desarrollar diabetes en el grupo de intervención intensiva respecto a la intervención convencional. La incidencia de diabetes fue de 7,2 y 4,6 casos por 100 personas/año, respectivamente, durante una mediana de 4,2 años.

La intervención intensiva tuvo un efecto protector significativo sobre la incidencia de diabetes en todos los modelos multivariados analizados. Para reducir un caso de diabetes se tuvieron que tratar 9,5 participantes durante 4 años.

“Esta experiencia puede mostrar el camino a seguir a otras iniciativas que se están intentando desarrollar en otros países y refuerza la idea teórica de que la diabetes tipo 2 se puede prevenir introduciendo cambios perfectamente asequibles en el estilo de vida”, concluye Costa.

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Un nuevo estudio genético relaciona el receptor de la melatonina con la diabetes

Un nuevo estudio, publicado en Nature Genetics, ha encontrado evidencias de la relación entre la hormona melatonina del reloj corporal y la diabetes tipo 2. El estudio encontró que las personas con mutaciones genéticas raras en el receptor de la melatonina tienen un riesgo mucho mayor de padecer diabetes tipo 2; estos resultados ayudarán a evaluar, con mayor exactitud, el riesgo de diabetes y podrían conducir al desarrollo de tratamientos personalizados.

Investigaciones anteriores ya habían señalado que las personas que trabajan en turnos nocturnos tienen un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad cardiaca, además, las personas que sufren interrupciones repetidas del sueño, presentan síntomas temporales de diabetes. El ciclo sueño-vigilia del cuerpo está controlado por la hormona melatonina, que produce somnolencia y reduce la temperatura corporal.

En 2008, un estudio genético dirigido por el Imperial College de Londres, descubrió que las personas con variaciones comunes en el gen MT2, un receptor de la melatonina, tienen un riesgo ligeramente mayor de diabetes tipo 2.

Ahora, un nuevo estudio revela que cualquiera de las cuatro mutaciones raras en el gen MT2, aumenta el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2. La liberación de insulina, que regula los niveles de azúcar en la sangre, es regulada por la melatonina. Por ello, los investigadores sugieren que las mutaciones en el gen MT2 pueden alterar la relación entre el reloj interno del cuerpo y la liberación de insulina, resultando en un control anormal de azúcar en la sangre.

El profesor Philippe Froguel, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, quien dirigió el estudio, explica que “el control del azúcar en sangre es uno de los muchos procesos regulados por el reloj biológico del cuerpo. En nuestro estudio, hemos encontrado variantes muy raras del gen MT2, que tienen un efecto mucho mayor que otras variantes más comunes descubiertas anteriormente. La catalogación de estas mutaciones nos permitirá evaluar con más precisión el riesgo que tiene una persona de padecer la enfermedad, en función de su genética”.

En el estudio, el equipo del Imperial College y sus colaboradores de varias instituciones, en el Reino Unido y Francia, examinaron el gen MT2 en 7.632 personas para buscar las variantes más inusuales que tienen un mayor efecto sobre el riesgo de sufrir la enfermedad.

En total, se encontraron 40 variantes asociadas a la diabetes tipo 2, de las cuales, cuatro, eran muy raras, e inhabilitaban completamente el receptor, siendo éste incapaz de responder a la melatonina.

Entonces, los científicos confirmaron la relación con estas cuatro variantes, en una muestra adicional de 11.854 personas. Tras el análisis de la segunda muestra, las mutaciones que bloqueaban completamente el receptor demostraron tener un efecto muy grande en el riesgo de diabetes, lo que sugiere que existe una relación directa entre el MT2 y la enfermedad.

La salud de los niños puede predecir si sus padres padecerán enfermedades futuras

La investigación, liderada por Charles Glueck del Hospital Cincinnati (Estados Unidos), observó a 852 escolares que tenían de media 12 años y que padecían colesterol, triglicéridos, sobrepeso y presión sanguínea alta. Después, 26 años más tarde, evaluaron a sus padres, que tenían de media 66 años.

Así, hallaron que en el 47 por ciento de las familias estudiadas, uno de los padres había sufrido un ataque cardiaco o derrame cerebral. Mientras que en el 37 por ciento de los casos, uno de ellos había desarrollado diabetes.

De esta manera, los autores del estudio explicaron que si un niño de 12 años tiene “colesterol malo” puede predecir que su padre tenga problemas cardiovasculares, 30 años después.

De la misma manera, si el menor padece de sobrepeso, su padre puede desarrollar diabetes en el futuro. Además, si el hijo tiene la presión alta, sus padres tienen el doble de posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca o derrame cerebral.

En este sentido, los investigadores consideran que revisar la salud de los niños es importante, puesto que puede dar pistas del estado de sus padres, ya que éstos no siempre se realizan los chequeos necesarios.

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La diabetes gestacional afecta a una de cada diez embarazadas

Según datos de la SEMI la prevalencia de diabetes gestacional, “está aumentando significativamente en los últimos años” debido a la mala alimentación y al retraso en la edad de la maternidad.

Sin embargo, los principales motivos por los que surge en esta etapa de la vida de la mujer son los cambios hormonales que se dan en este periodo y que provocan resistencia a la insulina. Esto favorece la aparición de la diabetes en aquellas mujeres que no pueden compensar esa resistencia.

Evitar que estas mujeres “debuten” con la diabetes es necesario, ya que “tienen más riesgo de complicaciones durante el embarazo”, mantienen desde SEMI. Algunos de estos problemas son la hipertensión arterial o diversas infecciones urinarias. No obstante también se pueden producir complicaciones en el feto.

“Es importante diagnosticar y tratar adecuadamente la diabetes gestacional para evitar en el feto las complicaciones asociadas”, redunda el coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la SEMI, el doctor Ricardo Gómez Huelgas. A su juicio, “la principal complicación es la macrosomía fetal, asociada a un marcado incremento de complicaciones en el parto”.

Casi la mitad de los casos de diabetes no están diagnosticados

Casi el 60 por ciento de la población adulta española presenta problemas de sobrepeso y la prevalencia de la diabetes se sitúa alrededor del 14 por ciento. Sin embargo, “casi la mitad de los casos no están diagnosticados”, aseguran desde la sociedad.

La pérdida de peso reduce la presión arterial en obesos y la diabetes en pacientes pluripatológicos

Este trabajo, parte precisamente de la premisa de que ya existen “evidencias suficientes que documentan y avalan” la relación entre el aumento de la presión arterial, la hipertensión arterial y el exceso de grasa corporal.

Igualmente, los autores de este trabajo sostienen -en la introducción del mismo- que también existe “evidencia concluyente” de que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial en individuos obesos, “sino que además tiene efectos beneficiosos en la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertrofia ventricular izquierda y la apnea obstructiva”.

Al tiempo, resaltan el hecho de que muchos de los factores que influyen en dichas patologías son “modificables”, tanto los que tienen que ver a los factores conductuales, “como régimen alimentario, inactividad física y consumo de tabaco y alcohol”; como los factores de tipo biológico, “como las dislipemias, la hipertensión arterial, el sobrepeso o la hiperinsulemia”.

“Es aquí, en la capacidad de modificar dichos factores, donde podemos y debemos actuar”, subrayan los investigadores de este trabajo. Del mismo modo, apuntan a la reducción de peso a largo plazo “como una parte importante de la atención prestada a las personas obesas con diabetes”.

Por todo ello, se marcaron como objetivo de su presente investigación el comprobar en un caso clínico concreto los factores directos que provoca la adhesión y seguimiento de las indicaciones sanitarias con respecto a la pérdida de peso y su relación con el mejor control metabólico, tanto de la diabetes, como de la presión arterial, la cifras de colesterol total y los triglicéridos.

Así, presentaron el caso clínico de seguimiento y evolución durante 18 meses en la consulta de enfermería de una mujer de 50 años, de origen anglosajón, residente en la Costa del Sol desde hace 25 años, casada, sin hijos, fumadora de 15 cigarrillos al día, obesa y sedentaria.

Aclararon en su estudio que dicha paciente diana es una persona obesa que comienza con hiperglucemia sugerente de diabetes y que, al mismo tiempo, debuta con hipertensión arterial y dislipemia mixta. Además, reseñan que tiene hábitos alimentarios “al estilo inglés”, con tratamiento farmacológico para la diabetes, la hipertensión arterial y la dislipemia.

Tras valorar los resultados clínicos previos y su posterior control de la enfermedad y test de adherencia al plan terapéutico de esta paciente, los autores del trabajo han concluido que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial, sino que tiene además efectos beneficiosos en la diabetes y la hiperlipemia. Además, subrayan que “muchos de los factores” que influyen en dichas patologías son modificables, “tanto los factores conductuales como los biológicos”.

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Una terapia de células madre podría revertir la diabetes

Una terapia de células madre procedentes de sangre de cordón umbilical podría revertir la diabetes tipo 1. Así lo han señalado investigadores de la University of Illinois, en Chicago (Estados Unidos), descrita en la publicación BMC Medicine.

La diabetes tipo 1 es causada por el ataque del sistema inmune del propio organismo a las células beta del islote pancreático. Su tratamiento requiere una inyección diaria de insulina que regule los niveles de glucosa del paciente en sangre. La nueva terapia “reeduca” las células T de los diabéticos, responsables de este ataque, para restablecer la función pancreática y reducir la necesidad de insulina.

La terapia educadora de las células madre pasa lentamente linfocitos separados de la sangre del paciente sobre células madre de sangre de cordón inmovilizadas procedentes de donantes sanos. Después de dos o tres horas en el dispositivo, los linfocitos “reeducados” son devueltos al paciente.

Los progresos de los pacientes fueron observados a las 4, 12, 24 y 40 semanas después de administrarse la terapia. El péptido C es un fragmento de proteína fabricada como un subproducto de la insulina fabricada y puede utilizarse para determinar cómo están funcionando las células beta.

Este indicador continuó mejorando a la semana 24 y se mantuvo hasta el final del estudio, lo que significa que la dosis diaria de insulina requerida para mantener sus niveles de glucosa en sangre pudo reducirse. En consonancia con estos resultados, la hemoglobina glicosilada (HbA1C) indicadora del control de la glucosa a largo plazo también se redujo en las personas que recibieron tratamiento, no así en el grupo de control.

Según el investigador de la University de Illinois (Chicago) Yong Zhao, que dirigió este estudio multicéntrico, “también observaron un mejor control autoinmune en estos pacientes”. “La terapia educadora de las células madre elevó el porcentaje de linfocitos T reguladores en la sangre de personas en el grupo de tratamiento”.

“Otros marcadores de la función inmune, como el TGF-beta1, también mejoraron. Nuestros resultados sugieren que es esta mejora en el control autoinmune, mediado por los reguladores autoinmunes AIRE, que permite recuperarse a las células beta del islote pancreático”, concluye.