20º Congreso IUNS: El sobrepeso y la malnutrición son indicadores claves de desarrollo
Desarrollo y salud son dos elementos intrínsecos beneficiarios y colaboradores el uno del otro: sin desarrollo no hay salud y sin salud no hay desarrollo. La nutrición es un elemento clave en la salud y así lo ha reflejado la doctora María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante la sesión inaugural del 20º Congreso Internacional de Nutrición de la IUNS.
Según los expertos, la salud es un indicador muy significativo de la situación y las prioridades de la población. Las políticas de desarrollo pueden potenciar o debilitar los factores determinantes de la salud a nivel mundial. La doctora Neira ha explicado su importancia: “Es esencial tener en cuenta las consecuencias que pueden acarrear para la salud las políticas llevadas a cabo en todos los sectores, ya sean políticas alimentarias, energéticas, de transporte o de agua. Por tanto, alcanzar las metas de desarrollo sobre salud requiere cohesión política y soluciones compartidas a nivel global y a través de múltiples sectores”.
Dentro de las metas de salud, cabría destacar, las políticas de alimentación y agriculturas sostenibles, fundamentales para acabar con el hambre y la desnutrición, así como para lograr la seguridad alimentaria a largo plazo y la seguridad nutricional para todos. Ambas metas tienen como objetivo mejorar la eficiencia de los sistemas de producción agrícola, así como preservar los diversos ecosistemas de los que depende la oferta y el abastecimiento mundial de alimentos.
Por otra parte, con el fin de alcanzar mejorías en aspectos determinantes relacionados con la salud, los expertos consideran que sería conveniente centrarse y seguir diferentes indicadores claves como por ejemplo el sobrepeso o la desnutrición. Por su parte, la doctora Neira ha asegurado que “para poder avanzar hacia modelos sostenibles de seguridad alimentaria y nutricional los indicadores de nutrición deben reflejar tanto la falta como el exceso de alimentación”. “Resulta imprescindible que todas las personas tengan acceso equitativo a los alimentos de alta calidad, ricos en micronutrientes y que contengan la cantidad mínima de aditivos y residuos químicos garantizando la salud de salud de las población”, ha añadido.
Asimismo, el retraso en el crecimiento es considerado entre los expertos como un indicador esencial sobre el que trabajar para alcanzar las metas de desarrollo sostenible. “El retraso del crecimiento infantil no es sólo un indicador de la salud del niño, sino también del desarrollo social y económico global de la población”. En este sentido, una mejor nutrición (menos grasas saturadas, una mejor proteína animal y más frutas, verduras o frutos secos), una dieta equilibrada, así como el acceso a alimentos saludables pueden proporcionar señales muy válidas que permitan continuar trabajando en esta línea.
Por lo tanto, tal y como ha defendido la doctora Neira, “es necesario adoptar un enfoque político global que tenga en cuenta la contribución de la salud al desarrollo sostenible, y la importancia e influencia determinante que ejerce sobre múltiples sectores”. La situación que se plantee después de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio) de 2015 se perfila como una oportunidad para generar una nueva arquitectura global en lo que a salud se refiere y así responder a las necesidades y prioridades de los países y desempeñar un papel más efectivo en el objetivo común de alcanzar “una salud para todos”.