Dietas personalizadas
Muchos son los factores que debe de tener en cuenta un dietista nutricionista a la hora de elaborar una dieta: sexo, edad, situación fisiológica y patología, que pueden condicionar el nivel energético, el nivel nutricional, la cantidad de nutrientes que se incorporarán a la dieta. También en función del estado nutricional se aplican suplementaciones o restricciones según convenga. Asimismo, el estilo de vida condiciona la dieta, hay que personalizar la dieta en función de horario, de la rutina y de los hábitos dietéticos. También hay que tener en cuenta la composición y forma de preparar los alimentos a la hora de hacer dietas personalizadas.
Sabemos que hay cierta predisposición genética a padecer ciertos tipos de situaciones y en los últimos años este componente genético está cobrando mayor importancia: entre un 40-70 % de las obesidades tienen algún grado de predisposición genética.
En un futuro próximo probablemente encontraremos que los dietista integraremos una nueva información a añadir dentro de la valoración del estado nutricional y es la determinación del perfil genético de cada paciente, es decir, la mayor o menor predisposición de cada persona a sufrir una determinada enfermedad relacionada con la alimentación: sobrepeso, obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etc.
Desde el punto de vista genético hay dos grandes tipos de obesidad, la monogénica, que son mutaciones en único gen pero que se da con una frecuencia bajísima, y la poligénica. El gen más conocido es el FTO y es el que está implicado en la mayor parte de este tipo de análisis.
En los últimos meses han aparecido laboratorios que ofrecen kits para realizar análisis del genoma de cada paciente.
Vitagenes
Esta empresa ofrece un kit llamado WellnessAge® que se puede comprar por teléfono o internet por cualquier persona, con unas instrucciones para hacer un frotis bucal. Hay que rellenar un consentimiento informado para analizar su genoma y unos datos personales.
Con las instrucciones lo rellena y lo envía al laboratorio y a las 4 semanas puede consultar sus resultados en la página web. En este caso el kit analiza entre 25-36 snips (variaciones del ADN) por un precio de unos 500 euros y emite un informe de 50-80 páginas. Se analizan polimorfismos sobre predisposición a obesidad y algunas de sus enfermedades asociadas.
El resultado puede ser sin riesgo genético o bien cuando hay una mutación hay un riesgo genético medio, y cuando la mutación es de sujeto homocigoto el riesgo es alto.
En primer lugar se hace un juicio genético. Si el riesgo genético de esta persona es medio alto, posteriormente se evalúa el riesgo externo de obesidad en base al cuestionario que ha rellenado el paciente y, por último, se hace un juicio global con el resultado del riesgo global. Y se recomienda que al recibir el test el usuario vaya a un profesional o clínica que le ayude a interpretar los resultados y poner en tratamiento.
Genotest
Este laboratorio dispone de un test llamado Nutrichek®. En este caso aparece un listado de centros asociados, clínicas de nutrición, farmacias y gabinetes de dietética, y se puede comprar bien directamente o a través de uno de esos centros.
El test tiene un precio aproximado de 250 euros y analiza 14 snips. En este caso se emite un informe de unas 13 páginas y en la segunda parte del informe hace una interpretación de los resultados. Y, en tercer lugar, dan una serie de consejos personales. Si no hay alteraciones no debe modificarse significativamente el patrón de dieta y si las hay se recomiendan reducir los alimentos ricos en grasas de origen animal y grasa monoinsaturadas -excluyendo el aceite de oliva- y recomienda especialmente las grasa poliinsaturadas de los pescados azules.
Ferrer inCode
Nutri inCode® analiza la predisposición genética a desarrollar una serie de situaciones analizando 150 variantes genéticas en 55 genes. El precio es alrededor de 600 euros y hay que comprarlo a través de un centro sanitario. Emite un informe de unas 31 páginas dividido en dos partes. La primera parte del informe es para el médico y está dividida a su vez en tres partes: informe clínico analítico en base a un cuestionario sobre datos personales (no tiene nada que ver con la genética) calcula el IMC y la predisposición familiar (lo que se hace en la consulta dietética). La segunda parte, el informe genético, es el resultado del análisis genético de las 150 variantes. Y en la tercera parte aparecen las recomendaciones personalizadas. La segunda parte del informe, que le llaman informe para el paciente, recoge resultados de información genética y aquí hay una distribución de las 150 variantes genéticas.
Eugenomic
En este caso se analizan el perfil de bienestar genético en base a 8 perfiles. Hay dos posibilidades pedir el perfil completo o sólo una parte, que puede ser el control de peso. El informe puede llegar a ser de 80 páginas. Este test también debe ser respaldado por un médico, farmacéutico o dietista nutricionista, o incluso el propio paciente lo puede solicitar siempre que haya un facultativo detrás.
El informe tiene 4 partes. Primero dan la tabla de todos los resultados y después detallan los que tienen alto riesgo o bien protección. El informe es extenso y dan unas recomendaciones.
Test de intolerancia alimenticia
No tienen nada que ver con los test genéticos. El más conocido es el Alcat Test®, que se basa en una reacción de citotoxicidad enfrentando las células del propio organismo frente a distintos tipos de alimentos.
Se requiere de un análisis de sangre y con una batería de 20 tubos se pone una alícuota de sangre en cada tubo y en cada uno se enfrenta a un alimento distinto. En el caso del test Alcat 100 alimentos 20 aditivos y después está el blanco, donde simplemente está la alícuota de sangre. Se estudia la variación del número de células, de la agregación entre ellas, etc. Y se dibujan unas curvas de distribución, cada una de las curvas se compara con el blanco y en base a la diferencia de cada una de ellas frente al blanco se establece el resultado.
Se trata de una patente americana de hace unas décadas y se hizo una adaptación para alimentos españoles. El precio es entre 450 y 600 euros. En función de los resultados recomienda eliminar de la dieta todos los alimentos que salen positivo alto, evitar los que salen positivo medio, el bajo lo deja a juico del profesional, y negativo se pueden consumir.
Al realizar una búsqueda en Pubmed de los estudios que hay en relación a este test, de los 9 encontrados y ninguno apoya claramente la utilización de este tipo de técnicas. El último estudio aparecido en el año 2010 dice que estos métodos tienen falta de una validación técnica y clínica, y por tanto, no se justifica su uso y se desaconseja su utilización porque podrían conducir a disminución de la calidad de vida, e incluso a una situación de malnutrición.
Valoración final
-El conocimiento del perfil genético podrá ser integrado en el perfil de consulta dietética en un futuro.
-Hacen falta más estudios con más poblaciones y con mayor profundidad.
-No todas las etnias con la misma mutación responden igual a una misma dieta, hay que hacer estudios controlados.
-La base de estos test genéticos son estudios poligénicos, que cada mutación por si sola tiene muy poco peso y habrá que estudiar la interacción entre todas ellas, entre la dieta y ellas, y el resto de estilos de vida.
Conclusión
Por tanto, en la actualidad no hay evidencia científica sólida para diseñar dietas personalizadas basadas en la genética con garantías de éxito. Aunque el futuro es prometedor, a fecha de hoy todavía nos queda un camino por recorrer.