Seguir una dieta equilibrada, también en verano
Tras el verano, muchas personas se quejan de haber cogido unos kilos de más. Una mayor vida social, unos horarios menos rígidos y, en vacaciones, el aumento de las comidas fuera de casa puede llevarnos a engordar. Pero esto no tiene que ser así. Con la ayuda de la nutricionista Elisa Escorihuela y su “Guía de alimentación saludable en verano”, se podrá seguir una dieta equilibrada también en la temporada estival.
En concreto, se trata de elegir unos menús ligeros, intentando que se adapten al estilo de vida estival. Por ejemplo, pensando en platos únicos, que se puedan llevar en un taper para las comidas, y así poder realizarlas en la playa o en la piscina, y dejar para las cenas los menús más completos (aunque también ligeros). La propia nutricionista es clara: “Llevar una alimentación saludable y realizar ejercicio físico te ayudará a disfrutar de tu verano sin aumentar esos kilos que solemos coger en vacaciones”, explica. En la guía, podrás encontrar las recetas que a continuación proponemos. En este sentido, es importante señalar que en cada una de ellas, en el margen superior derecho, aparecen las raciones de hidratos de carbono que aporta. Este dato resulta muy importante para las personas que padecen diabetes.
Menús adaptados a cada persona
Una cuestión a tener en cuenta siempre, no solo en verano, con respecto a la alimentación, es que hay que adaptar lo que se come a cada persona, su actividad y sus gustos. Una vez dicho esto, sí que se pueden seguir una serie de recomendaciones que hagan más saludable la alimentación durante el verano.
Por ejemplo, los desayunos, que pueden estar formados por una taza de leche desnatada, cuatro galletas integrales y una pieza de fruta, o sustituir las galletas por tostadas de pan integral con tomate y aceite de oliva. Los más deportistas pueden añadir unos 30 gramos de frutos secos a su desayuno y los cereales integrales con yogur desnatado también pueden ser una buena opción.
En cuanto a las comidas, las ensaladas (como la de judías, patata y sardinas, la de lentejas y langostinos o una Caesar ligera), pueden constituir el plato principal. Otras opciones son el gazpacho, las parrilladas de verduras o los arroces con pollo.
Las cenas, tras un día fuera, pueden ser un poco más elaboradas, aunque cuidando no pasarse en las calorías. Algunos menús recomendables serían las verduras asadas de primero con sepia a la plancha después; una ensalada de cogollos con tomates y una tortilla de champiñones o milhojas de calabacín, berenjenas y queso fresco. De postre, siempre fruta.
Con esta alimentación y practicando un poco de deporte, el verano no dejará esos kilos de más que a tantos preocupan.