Entradas

Azúcares en la alimentación

Azúcares en la alimentación

Azúcares

En la actualidad, todo lo que concierne al consumo de azúcar es controvertido. Existen tantos prejuicios como desconocimiento sobre los tipos de azúcares, por lo que adquiere especial relevancia aprender a distinguirlos para conocer los azúcares en la alimentación y saber cuál es recomendable evitar[i].

Azúcar añadido vs. azúcar intrínseco

El azúcar añadido nada tiene que ver con el naturalmente presente en los alimentos o intrínseco. El azúcar añadido es el azúcar que se añade a los alimentos durante su fabricación, su cocinado o el que incorporamos en el momento de consumo.

Es importante diferenciarlo del azúcar intrínseco, que es el que se encuentra naturalmente presente en los alimentos como frutas o lácteos, el yogur y la leche, en estos últimos en forma de lactosa[i],[ii].

Es relevante conocer la diferencia entre ellos ya que ambos actúan muy diferentes en nuestro cuerpo. Como no hay pruebas de que el consumo de azúcares intrínsecos tenga efectos adversos para la salud, las recomendaciones sobre la reducción del consumo de azúcares añadidos, basados en el análisis de los últimos datos científicos, no se aplican al consumo de los azúcares intrínsecos presentes en las frutas y las verduras enteras frescas[iii].

Azúcar añadido… ¿Cómo lo identifico?

azúcar

Para poder saber si un alimento contiene azúcares añadidos debemos fijarnos en su etiquetado. En la tabla de información nutricional aparece la cantidad de los azúcares totales, pero no se hace distinción entre los añadidos y los intrínsecos.

Para poder saber si un alimento contiene azúcares añadidos deberemos fijarnos en la lista de ingredientes. Si en ésta aparece la palabra azúcar o alguno de sus sinónimos como jarabe, todas las palabras acabadas en -osa (fructosa, sacarosa, glucosa), maltodextrina, zumo o miel entre otros, el alimentos contendrá azúcares añadidos[i].

Puede ocurrir que en la lista de ingredientes veamos que no contiene azúcar o alguno de sus sinónimos, sin embargo, cuando nos fijamos en la tabla de información nutricional, vemos que el alimento sí que contiene azúcares. Este es el caso por ejemplo de los yogures naturales (no azucarados), que lo que contienen son azúcares intrínsecos[i].

 

Consecuencias del elevado consumo de azúcares añadidos y recomendaciones

El entorno actual se caracteriza por un suministro económico y abundante de azúcares añadidos. Una ingesta elevada de azúcares añadidos se relaciona con una mala calidad de la dieta, el sobrepeso y la obesidad, la caries dental y el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer o diabetes[ii],[iv].

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta reducida de azúcares añadidos a lo largo de toda la vida. Tanto en adultos como en niños, se recomienda reducir su ingesta a menos del 10% de la ingesta calórica total, y se sugiere que se reduzca aún más, a menos del 5%[iv].

Pero el azúcar añadido no es todo…

Una mala alimentación y la falta de ejercicio son las causas más frecuentes de sufrir enfermedades no transmisibles y factores de riesgo para la obesidad. Ambos son factores que podemos modificar para mejorar nuestros hábitos de vida y evitar así sus consecuencias perjudiciales en la salud[iv].

Para mejorar la alimentación, como hemos visto, es importante reducir el consumo de azúcares añadidos, pero no es lo único en lo que debemos fijarnos, la clave está en el conjunto de la dieta y hábitos. Es importante prestar atención a otros factores, como a reducir el consumo de grasas saturadas y sal.

En el caso del ejercicio es fundamental mantenerse físicamente activo, ya que nos va a ayudar a tener una vida más sana y feliz. Además de ayudar a mantenerse ágil físicamente, mejora el bienestar mental (reduce el estrés y mejora el sueño), la función cognitiva y contribuye al mantenimiento de un peso adecuado.

Mejora la evolución de determinadas enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia u obesidad.

Se recomienda realizar semanalmente al menos 150 minutos de actividad física moderada (como caminar rápido) o 75 minutos de actividad física vigorosa (como correr) o bien una combinación de ambas. Además, al menos 2 días a la semana realizar ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad[v].

______________________________________________________________________________________________

[i] Fundación Alimentación Saludable. Noticias de nutrición en positivo. Cómo distinguir azúcar natural de azúcar añadido. Junio 2018. Disponible en: https://www.alimentacionsaludable.es/noticias/noticia.asp?id=358

[ii] Fidler Mis N., Braegger C., Bronsky J., Campoy C., et al. Sugar in Infants, Children and Adolescents: A Position Paper of the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2017; 65(6):681-696.

[iii] Organización Mundial de la Salud (OMS). Nota informativa sobre la ingesta de azúcares recomendada en la directriz de la OMS para adultos y niños. 2015. Disponible en: https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugar_intake_information_note_es.pdf

[iv] Organización Mundial de la Salud (OMS). Directriz: Ingesta de azúcares para adultos y niños. 2015. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/154587/WHO_NMH_NHD_15.2_spa.pdf;jsessionid=7298CAA1B852FD3B0D3AE72A4B0C6C51?sequence=2

[v] Ministerio de Sanidad. Gobierno de España. Estilos de vida saludable. Actividad física: Recomendaciones de actividad física. Disponible en: https://estilosdevidasaludable.sanidad.gob.es/actividadFisica/actividad/home.htm

 

 

Lucha contra la obesidad infantil

Lucha contra la obesidad infantil

doctor-using-stethoscope-listen-baby-in-pregnant-woman-for-checking-heartbeat-of-infant

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI cuya prevalencia ha aumentado hasta unos niveles alarmantes. Así, en el año 2016, más de 41 millones de niños menores de 5 años en todo el mundo tenían sobrepeso u obesidad. Además, más de 340 millones de niños y adolescentes entre 5 y 19 años con este problema.

Si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025[i],[ii],[iii].

¿Cuáles son las consecuencias?    

La obesidad infantil está asociada a complicaciones de salud graves. Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siéndolo en la edad adulta, aumentando las probabilidades de padecer enfermedades no transmisibles como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor (como osteoartritis) y algunos cánceres[i],[ii],[iii].

¿Qué se puede hacer desde casa?

El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas, el entorno y las comunidades son factores clave ya que pueden influir en las decisiones en torno a la alimentación y actividad física de los niños2.

Resulta imprescindible que los padres actúen como ejemplo promoviendo la elección de alimentos saludables y realicen ejercicio con regularidad.

Es en el hogar donde los más pequeños adquieren los hábitos de vida. En este contexto, se deben elegir desde casa menús variados que incluyan todos los grupos de alimentos2, sin olvidar los lácteos, ya que son fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas, como la A, D, B2 y B12 y, son una excelente fuente de calcio[iv]. Es importante limitar la ingesta de grasas y azúcares frente a un aumento del consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos2.

Lucha contra la obesidad infantil

Del mismo modo, es fundamental la realización de actividad física, que consiste desde juegos, deportes, desplazamientos o actividades recreativas, como montar en bici, jugar a la pelota, patinar…. Se recomienda que los niños inviertan como mínimo 60 minutos diarios a estas actividades, teniendo un mayor beneficio si se practican más tiempo[v].

Estrechamente relacionado a la actividad física, nos enfrentamos al “tiempo de pantalla”, que son aquellas actividades que se hacen frente a una pantalla como ver la televisión o jugar a videojuegos. Como norma general, se debe suprimir todo empleo de pantallas en niños menores de 2 años y limitar el tiempo a 1 o 2 horas diarias para niños mayores de 2 años. Esta actividad sedentaria, entre otras cosas, dificulta la conciliación del sueño, aumenta el riesgo de desarrollo de problemas de atención y ansiedad y fomenta la obesidad[vi].

Pero no solo es necesario una dieta saludable y la actividad física, también es muy importante el sueño. Diferentes estudios indican que la falta de horas de sueño puede incrementar el hambre y el apetito por alimentos ricos en calorías. Es importante en este periodo vital establecer un horario para irse a la cama que permita regular el sueño y mantener un peso normal[vii].

Por lo tanto, es fundamental apoyarse en estos 3 pilares para evitar el sobrepeso y la obesidad.

Recomendaciones específicas

Ningún alimento es malo si se toma la cantidad recomendada para cubrir las necesidades nutricionales diarias y se acompaña de unos buenos hábitos. A continuación, te damos unas pautas para fomentar hábitos saludables en los más pequeños y prevenir así la obesidad[vii]:

Lucha contra la obesidad infantil

  • Desayunando se controla el apetito y evita que los niños picoteen entre horas.
  • Evita que coma bollos, chucherías a media mañana o durante la merienda, ofrécele siempre fruta.
  • Ten en cuenta los alimentos que toma en el colegio para completar su alimentación.
  • Evita las comidas precocinadas o comidas rápidas (fastfood).
  • Aumenta el consumo de frutas y verduras a 5 raciones diarias.
  • Es recomendable hacer 5 comidas al día.
  • Evita premiar o castigar durante las comidas para que no vinculen los alimentos con premios o castigos.

 

Los comportamientos aprendidos durante la infancia se mantienen en la vida adulta. Por lo tanto, la mejor medida para prevenir la obesidad o sobrepeso es mediante una alimentación sana desde la infancia acompañada de práctica diaria de ejercicio y un buen descanso[vii].

________________________________________________________________________________________________________________________________

[i] Organización Mundial de la Salud (OMS). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Sobrepeso y obesidad infantiles. Disponible en: https://www.who.int/dietphysicalactivity/childhood/es/

[ii] Organización Mundial de la Salud (OMS). Comisión para acabar con la obesidad infantil. Datos y cifras sobre obesidad infantil. Disponible en: https://www.who.int/end-childhood-obesity/facts/es/

[iii] Organización Mundial de la Salud (OMS). Obesidad y sobrepeso. 1 de abril de 2020. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

[iv] Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Guía de la Alimentación Saludable para Atención Primaria y colectivos ciudadanos. Recomendaciones para una alimentación individual, familiar o colectiva saludable, responsable y sostenible. 2018. Disponible en: http://www.nutricioncomunitaria.org/es/noticia/guia-alimentacion-saludable-ap

[v] Organización Mundial de la Salud (OMS). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud. Disponible en: https://www.who.int/dietphysicalactivity/factsheet_recommendations/es/

[vi] MedlinePlus. NIH Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. Tiempo de pantalla y los niños. Ultima revisión 17/5/2019. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000355.htm

[vii] Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Estrategias para prevenir la obesidad y sobrepeso infantil. Disponible en: https://www.aecc.es/sites/default/files/migration/todo-sobre-cancer/prevencion/alimentacion/documentos/estrategias-prevenir-obesidad.pdf