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diabetes y ejercicio fisico

Ejercicio físico para personas con Diabetes

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La alimentación y la actividad física deben estar integradas para mantener unos niveles adecuados de glucosa en sangre en las personas con diabetes, así como para evitar complicaciones asociadas.

Las características del ejercicio a practicar, como son el tipo, la frecuencia, la duración y la intensidad, deben ajustarse de forma individual siguiendo los consejos del médico según cada caso.

El ejercicio físico ayuda a metabolizar los hidratos de carbono y produce una disminución de la glucosa en sangre, lo que es de interés en diabetes tipo 1. También mejora la sensibilidad a la insulina, por lo que también resulta beneficioso en diabetes tipo 2. Por todo ello, ayuda a controlar la glucemia. Además aporta beneficios en el control del peso y otros factores como la hipertensión.

Lo ideal es mantener unas pautas de actividad constantes y evitar que el ejercicio coincida con los picos de acción del tratamiento con insulina, ya que podría producirse una disminución excesiva de la glucosa en sangre, lo que se conoce como hipoglucemia. Por ello conviene estar alerta ante los síntomas que la producen y llevar consigo alimentos con azúcar para tomarlos en caso necesario.

ACTIVIDAD FÍSICA RECOMENDADA EN DIABETES

 

En la diabetes tipo 1 la Fundación Española del Corazón recomienda a realizar actividad física a diario y combinar el ejercicio con las pautas de inyección de insulina, el horario de comidas y la cantidad de hidratos de carbono de la dieta. Además, recomienda practicarlo a primera hora del día y evitar ambientes muy calurosos o muy fríos para practicarlo.

Según la Guía de práctica clínica de diabetes mellitus tipo 2, en este tipo de diabetes se indican las siguientes pautas:

– Diabetes sin complicaciones: ejercicio de intensidad moderada (50-70 % de la frecuencia cardíaca máxima) durante 4 días a la semana y con una duración de 30 a 60 minutos al día.

– Diabetes con riesgo cardiovascular: disminuir la intensidad y adaptar la actividad al riesgo. Abandonar el ejercicio en caso de sentir dolor.

Por todo ello, el ejercicio físico, adaptado al tipo de diabetes y al estado de salud de forma individual, es beneficioso para ayudar a controlar la diabetes.

diabetes niños

La situación escolar de los niños con diabetes

diabetes niños

La mitad de los padres de niños con diabetes en edad escolar ha tenido que modificar de alguna manera su actividad laboral para poder atender a su hijo de forma apropiada. Aun así, padres y madres están de acuerdo en que el hecho de tener diabetes no dificulta en absoluto la integración del niño en su entorno escolar y de amigos.

Éstas son algunas de las conclusiones que se destacan en el estudio que ha puesto en marcha la Fundación para la Diabetes con el fin de conocer las necesidades de los niños con diabetes en edad escolar de toda España. El objetivo de esta investigación es conocer de manera exhaustiva las dificultadas a las que se enfrentan las familias con hijos con diabetes, para así trazar planes que faciliten una plena integración en todos los ámbitos de la vida de estos niños, como es el mayor conocimiento de la enfermedad por parte de los profesores y la presencia de profesionales sanitarios en los centros escolares.

La diabetes supone un cambio en el estilo de vida y la puesta en marcha de cuidados especiales que exigen que el entorno más cercano del niño –padres, otros familiares y profesores- conozca esta enfermedad para evitar que puedan aparecer situaciones de aislamiento social o discriminación que provoquen en él o ella reacciones de rebeldía o rechazo a la enfermedad ya que ello podría influir de forma negativa en su adhesión al tratamiento.

Más información y formación a profesores

Según los datos de este estudio en el que han participado 880 madres y padres de niños con diabetes de entre 3 y 16 años, sólo la mitad de los profesores saben lo que es la diabetes tipo I. Además, el 5% de los padres afirma que ha tenido que cambiar a su hijo de colegio, y el 4% indica que no lo han admitido debido a que el niño tenía diabetes.

En el grupo de edad de niños menores de 6 años es donde los padres han encontrado más problemas en el centro escolar debido a la diabetes, llegando la cifra hasta el 27%. Por otro lado, aproximadamente el 16% afirma haber variado la pauta de controles de glucemia o de insulina por falta de colaboración en el centro escolar.

“Es necesario subrayar que, aunque los profesores, así como sus compañeros conocen que estos niños tienen diabetes, todavía es necesario incrementar la información y formación a los docentes para facilitar al niño un estilo de vida saludable y un entorno seguro y especialmente para saber cómo manejarla en los centros escolares en caso de emergencia”, según comenta Marina Beléndez, la doctora en Psicología Marina Beléndez, Profesora de la Universidad de Alicante, además de coautora de este trabajo.

Otra de las demandas que reclaman el 70% de los padres es que los centros escolares cuenten con un profesional sanitario para poder atender y controlar los niveles de glucemia de estos niños.

Por otro lado, de aquellos escolares que necesitan inyectarse insulina en el colegio, aproximadamente la mitad de ellos, no han tenido que cambiar sus pautas, tanto de inyección como de autocontrol en horario escolar. No obstante, en los niños más pequeños sí que ha sido necesario variar estas pautas de análisis de glucemia.

Mejora de la situación

Este estudio es una continuación de otro realizado entre los años 2004 y 2006 centrado en conocer las demandas de los padres de niños con esta enfermedad en edad escolar (entre 3 y 16 años). En esta ocasión también se amplía el ámbito geográfico, puesto que los estudios de la primera etapa se realizaron en Madrid (2004) y Castilla-La Mancha (2006), y este nuevo trabajo engloba a toda la geografía española.

La comparativa de los resultados de ambos estudios indica que durante esta última década la situación ha mejorado de forma paulatina en algunos aspectos como es la práctica deportiva en los colegios. “De todas formas, los padres consideran necesario capacitar al profesorado y al resto del personal de los centros educativos para resolver situaciones cotidianas, así como la existencia de personal de enfermería en cada colegio”, apunta el otro autor de este estudio, Iñaki Lorente, Psicólogo experto en diabetes y patrono de la Fundación para la Diabetes.

Total integración

Las conclusiones de este estudio indican también que estos niños están totalmente integrados en los centros escolares. De hecho, en el 84% de los casos han sido los propios niños quienes han dado a conocer a sus compañeros de clase que padecen diabetes.

La práctica totalidad de los niños con diabetes hace deporte con sus compañeros de una forma totalmente normalizada, pero sólo algo más del 30% de los padres piensa que el profesor de educación física sabría reconocer una hipoglucemia.

desayuno, galletas, cereales

Leche, galletas y cerales, el desayuno más popular

desayuno, galletas, cerealesEl estudio ha puesto de manifiesto que el 96 por ciento de los escolares desayuna y, por tanto, que aun hay un cuatro por ciento que no lo hace. Por otro lado a media mañana, durante el descanso escolar el 80,7 por ciento de los escolares consumen algún alimento.

Considerando conjuntamente ambas ingestas, la del desayuno y la de media mañana, el 77,8 por ciento de los escolares realiza ambas; mientras que otro 18,2 por ciento sólo desayuna y no toma nada durante el recreo. El restante cuatro por ciento se divide entre un preocupante 1,1 por ciento que no come nada durante toda la mañana hasta la hora de la comida y un 2,9 por ciento que no toma nada hasta la hora del recreo (y por tanto, que asiste a las primeras horas de clase en ayunas).

Los alimentos consumidos

Durante el desayuno, la leche o los lácteos están presentes de manera prácticamente universal: globalmente el alimento más consumido es la leche, bien sola (44,6 por ciento), bien chocolateada (47,1 por ciento) seguida por las galletas y por los cereales de desayuno. Así pues, los desayunos más habituales combinan la leche o los lácteos con otra categoría de producto, sean galletas, cereales, pan o una pieza de bollería. La fruta tiene una presencia muy limitada y se toma generalmente en forma de zumo.

Los alimentos consumidos a media mañana constituyen un complemento a la ingesta del desayuno propiamente dicho. Lo más habitual es que se tomen bocadillos (39,7 por ciento), zumos (37,1 por ciento) así como algún lácteo (21,6 por ciento) y fruta (14,4 por ciento).

Respecto a la ingesta global de la mañana (desayuno + a media mañana), la leche o los lácteos están presentes en más de 9 de cada 10 ingestas de la mañana (93,5 por ciento) seguida por los bocadillos (37,4 por ciento), los zumos (37 por ciento), las galletas (35 por ciento) y los cereales (29 por ciento). Sólo consumen fruta propiamente dicha un 15,7 por ciento de los encuestados.

Las ingestas típicas combinan los alimentos más habituales: leche o lácteos con galletas o con cereales; o bien leche con galletas y un bocadillo; o leche con galletas y un zumo. La otra opción más habitual durante las mañanas es leche sola y un bocadillo.

Desde un punto de vista global vemos que el 91,5 por ciento de todos los escolares toman algún lácteo, el 82,8 por ciento toma algún cereal (si incluimos la bollería el porcentaje aumenta al 91,7 por ciento) mientras que apenas hay presencia de fruta en la mitad de las ingestas previas a la comida.

Opiniones sobre el desayuno

Los escolares admiten de manera prácticamente universal (98,1 por ciento) que es importante desayunar todos los días y a casi 9 de cada 10 les gusta tomarlo. Por lo que respecta a las valoraciones del desayuno, en un primer nivel se justifica que guste o no desayunar simplemente por el hecho de tener hambre (al haber pasado muchas horas sin comer) o de no tenerla (aún).

Centrándose en el detalle, del desayuno se valoran sus efectos beneficiosos a primera hora y su contribución a sentirse física e intelectualmente mejor ya desde el mismo momento de desayunar. A la mayoría también le gustan los alimentos que suele tomar.

En la vertiente negativa, desagrada del desayuno que debe tomarse con prisas, poco después de levantarse de modo que se asocia a un estado somnoliento. Asimismo, la ración del desayuno se describe con frecuencia como poco sabrosa (comparada con otras comidas) y con poca variación.

Recomendaciones

Un desayuno agradable que aporte en torno al 20 por ciento de las necesidades energéticas diarias y que contemple la existencia de una pequeña colación a media mañana puede inducir un mejor perfil nutricional en la ingesta total diaria de la población infantil y juvenil.

Aunque en los últimos 20 años hemos aumentado considerablemente el porcentaje de población consumidora de la ración del desayuno, continúa siendo necesario mantener el esfuerzo por reducir los porcentajes de población que aun prescinden del mismo. Conjuntamente con este esfuerzo, también seria deseable tratar de incidir en una mayor adecuación de su composición, incorporando en mayor medida alimentos del grupo de las frutas y (en menor medida) de los cereales, así como incidir en las cantidades dietéticamente adecuadas, según los expertos.

Hacer de esta primera ración una experiencia satisfactoria exige crear las condiciones adecuadas para el mismo: dedicarle un tiempo suficiente, llevarlo a término en compañía (lo que estimula un consumo más adecuado) y atender a la preparación y a la variedad de alimentos en un marco agradable y familiar.

Aunque a menudo las prisas y las ocupaciones favorecen que estos aspectos se descuiden, especialmente en la primera comida del día, el tema es importante si el niño tiene que sentarse solo en la mesa, sin compañía, y considerando, además, que dedicar el tiempo suficiente para el desayuno demanda levantarse con suficiente antelación lo que conlleva haberse acostado a la hora adecuada.

En esta tarea de promoción es preciso que los poderes públicos competentes y las entidades preocupadas por la alimentación de niños y jóvenes mantengan el énfasis en la mejora de los hábitos alimentarios en el desayuno como elemento clave en la mejora de las potencialidades de nuestros hijos.