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La mitad de los españoles con diabetes no sabe que la padece

Los datos presentados en este encuentro pertenecen al estudio “di@bet.es”, realizado por la Sociedad Española de Diabetes (SED), que ha mostrado además que el 60 por ciento de estos pacientes presentaba obesidad, casi el 50 por ciento tenía problemas con la tensión arterial, el 30 por ciento eran fumadores y el 70 por ciento desarrollaba un trabajo sedentario y no realizaba ninguna actividad física.

Ante estos datos, el secretario de la SED, el doctor Ángel Díaz, recuerda “lo importante que es tomar el control de la diabetes con medidas preventivas, para intentar frenar esta epidemia”.

Para ello, los expertos coinciden en tres claves para frenar el avance de la diabetes: bajar el peso, realizar deporte y llevar una dieta saludable.

Díaz ha explicado que “la diabetes nos preocupa porque produce efectos devastadores como la ceguera -es una de las causas más comunes de esta patología-, y genera un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de suponer un alto coste sociosanitario y una carga para las familias de los pacientes”.

“Diabesidad”

El jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirón de Madrid, el doctor Esteban Jódar, ha hecho hincapié en el grave problema que supone la obesidad para los pacientes diabéticos, “la relación entre obesidad y diabetes es tan intensa que hemos inventado una palabra, “diabesidad”, para explicar que se trata de una pareja de hecho difícil de separar, puesto que las personas con obesidad tienen siete veces más de riesgo de sufrir diabetes”.

En este sentido, el doctor Jódar insiste en que “cuando analizamos a los sujetos obesos con diabetes que pierden un porcentaje significativo de su peso, los datos que obtenemos es que se cura la diabetes en un 70 por ciento de los casos. Así, no se trata sólo de que si eres muy obeso tienes más riesgo de sufrir diabetes, sino que si eres capaz de perder peso, la diabetes se puede disipar en parte”.

Los diabetólogos han explicado que actualmente los tratamientos contra la diabetes ayudan a bajar peso y tienen cada vez menos efectos secundarios, pero aseguran que “no son milagrosos” por lo que se necesita la colaboración del paciente para superar la enfermedad. A este respecto, Jódar ha apuntado que “un 40 por ciento de las recetas para la diabetes, no salen de la farmacia, por lo que nos encontramos ante un problema de adherencia a los fármacos”.

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El cambio de hábitos del verano produce una alteración de los controles de la diabetes

Como explica el coordinadores del Grupo de Trabajo en Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el doctor Martín López de la Torre, “el cambio en los horarios de la rutina diaria, en la actividad física, la cantidad de alimentos ingeridos, así como los viajes, conllevan a que las personas con diabetes descuiden una serie de pautas que se siguen durante el resto del año, lo que puede conllevar un mal control de la enfermedad”.

Estos problemas se incrementan para los pacientes con diabetes tipo 2, asociada al sobrepeso y la obesidad, ya que en verano se produce un aumento de peso a causa de las vacaciones. Como explica López de la Torre, “se estima que los diabéticos tipo 2 ganan entre tres y cinco kilos de peso en verano. Esto conlleva un empeoramiento del control de la diabetes y, además, son kilos muy difíciles de perder después de las vacaciones”.

Este tipo de diabetes tiene en las sociedades un gran impacto por el alto número de casos que se ve favorecido por la obesidad de la población. Por esta razón se prevé que las cifras de diabetes tipo 2 vayan en aumento en todo el mundo debido al estilo de vida sedentario, el sobrepeso y la obesidad. De hecho, se estima que entre el 75 y el 80 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 tiene obesidad.

“Estas personas suelen descuidar la alimentación durante el verano, ya que se tiende a comer más alimentos y disminuyen su actividad física habitual. No obstante, es muy importante que no ganen peso mediante el control de la alimentación también durante las vacaciones y la realización de actividad física desde el principio y de forma continuada, como natación, bicicleta o paseos, algo que además puede procurarles un mayor disfrute del verano”, añade el experto.

El Dr. López de la Torre recuerda que “nunca hay que descuidar el control por corto que sea el periodo de tiempo; el mal control de la diabetes se asocia a complicaciones muy graves y todos los días cuentan para evitarlas y/ o retrasar su aparición”.

Por todo ello no es de extrañar que la diabetes sea la cuarta causa de muerte en la mayoría de los países desarrollados, el 50 por ciento de las personas con diabetes padece retinopatía diabética, que a su vez aumenta de dos a tres veces la frecuencia de infarto de miocardio, por encima de dos veces la trombosis cerebral, y es responsable del 20 por ciento de las amputaciones de las extremidades inferiores.

Consejos para mantener el control de la diabetes en verano

El control de la diabetes en verano y durante las vacaciones es posible. “Sólo es necesario adoptar una serie de pautas de control”, destaca el doctor López de la Torre.

Los expertos recomiendan controlar la alimentación, de forma que sea lo más similar posible a la del resto del año al menos en cuanto a regularidad y distribución de alimentos. Además deben realizarse controles de glucemia para poder vigilar y corregir las variaciones en la dieta y actividad física.

En esta época del año en la que se realizan viajes debe prestarse atención a los medicamentos como la insulina. Durante los viaje deben ir bien identificados, con un listado de los medicamentos que porten, incluyendo los principios activos siempre que viajen a países extranjeros, y el último informe médico. Igual de importante es mantener los medicamentos en las condiciones de conservación óptima preservando la insulina del calor.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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España se sitúa a la cabeza de Europa en obesidad infantil

Las razones principales de este incremento, según el doctor Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se encuentran en el “cada vez más elevado nivel de sedentarismo, la alta ingesta de calorías procedentes de grasas y proteínas y el bajo consumo de frutas y verduras”. Pero más allá de los factores ambientales, se está investigando si la predisposición genética puede influir en el desarrollo de la obesidad, “puesto que los países del norte de Europa presentan una rutina de ejercicio y dieta semejante a la española, así como unos programas preventivos similares, pero sus porcentajes de niños obesos son ligeramente inferiores”, apunta en el marco del 60 Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría que se celebra en Valladolid.

A juicio del doctor Dalmau, la obesidad constituye una enfermedad crónica, que una vez instaurada, resulta difícil de controlar sin la adopción de medidas concretas. Por ello, desde el Comité de Nutrición de la AEP se insiste en la detección precoz y en la importancia del seguimiento del niño-adolescente. No obstante, esta tarea no siempre es factible. Según el Dr. Dalmau, el principal escollo está “en el limitado tiempo de consulta por paciente. El control adecuado del niño con sobrepeso u obesidad requiere aumentar el número de visitas, algo que ni es viable actualmente ni está contemplado en los programas de salud más allá de los dos años. La mayoría de las comunidades autónomas disminuye el número de visitas a partir de los tres años para el control del niño sano, por lo que es más difícil detectar precozmente el sobrepeso”.

Por este motivo, el entorno escolar y familiar debe asumir un papel prioritario aunque, según los pediatras, son precisamente estos dos núcleos los que más han influido en las actuales conductas alimentarias de los menores. “La mayor parte de los problemas de sobrepeso en los niños procede de unos malos hábitos alimentarios que inculcan los padres”, asegura el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité Organizador del Congreso. Y es que a veces el estrés y las prisas llevan a los padres a recurrir a la comida rápida y a la bollería industrial como parte de la dieta diaria de sus hijos, lo que poco a poco tiende a convertirse en una rutina alimenticia de la que es complicado salir. Para el doctor Jurado, “los padres deben ser los primeros en instaurar unos hábitos saludables, cambiando el tradicional bocadillo, en ocasiones hiperproteico e hipercalórico, por una pieza de fruta o un producto lácteo”.

En ocasiones, tan sólo con un pequeño cambio se pueden lograr resultados óptimos. “Eliminar el picoteo no nutricional (bollería, chucherías, frutos secos, etcétera) y aumentar el ejercicio físico son los primeros pasos para prevenir la obesidad”, subraya el doctor Dalmau.

La moda de las dietas

En el otro extremo de las conductas nutricionales actuales se encuentra la adherencia a dietas no controladas, una moda muy extendida sobre todo entre las niñas. “Los estudios indican que cada vez hay un mayor porcentaje de adolescentes que no están de acuerdo con su peso y que recurren a dietas que encuentran en las revistas o que les recomienda alguna amiga. Dietas sin rigor científico que provocan un desequilibrio dietético: se saltan comidas para después saciar el hambre abusando de alimentos calóricos como la comida rápida y la bollería industrial”, destaca el coordinador del Comité de Nutrición.

Por ello, los pediatras advierten de los riesgos de las dieta a niños que aún deben seguir creciendo. “La principal diferencia entre el tratamiento de la obesidad en un adulto y un niño es que este último se encuentra en pleno crecimiento y no debe limitar la ingesta de alimentos, sino aumentar el gasto calórico”, señala el Dr. Dalmau.

Las bondades del ejercicio

Una buena dieta debe ir acompañada por el ejercicio físico, fundamental en todas las etapas de la vida pero clave en la etapa del crecimiento del niño. El profesor Julio Ardura, presidente del Congreso, considera que existen muchos mitos relativos al ejercicio físico: “No hace falta ir al gimnasio, sino que con pequeños gestos como ir andando al colegio o subir las escaleras se está ejercitando el cuerpo”. El Congreso ha reservado un espacio para un evento deportivo que tendrá lugar el sábado por la mañana (10:00 a 12:00). Dirigido a niños, se organizarán competiciones de balonmano y baloncesto.

Los siete pecados de la nutrición

1. Abusar del picoteo no nutricional como frutos secos, chucherías, etc.

2. Déficit de ingesta diaria de verduras y hortalizas.

3. Consumo insuficiente de fruta.

4. Abuso del consumo de alimentos de alta densidad calórica por grasas.

5. Ingesta de hidratos de carbono de absorción rápida como la bollería industrial.

6. Elevado consumo de alimentos hiperproteicos.

7. Falta de ejercicio físico diario.

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Un test sencillo podría ayudar a predecir la muerte prematura de los pacientes con diabetes

Según el líder de esta investigación Donald W. Bowden, director del Center for Diabetes Research at Wake Forest Baptist, las personas con diabetes tienen ya un alto riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y sufrir una muerte temprana.

“Con este estudio hemos descubierto que podemos identificar a un subgrupo de individuos en este grupo de riesgo que presenta incluso un riesgo más elevado y los medios para hacer esto están ya ampliamente disponibles en forma de escáner por tomografía computerizada, un test no invasivo y relativamente barato”, señala.

Al menos el 60 por ciento de los pacientes con diabetes, incluso aquellos en diálisis por sufrir fallos renales, al final muere de un evento vascular como un ictus o un ataque al corazón. Sin embargo, según Bowded, la pregunta de por qué tantos pacientes diabéticos mueren de forma temprana ha permanecido sin respuesta.

Para el Diabetes Heart Study, el equipo de Bowden siguió a cerca de 1.500 pacientes con diabetes en Carolina del Norte durante unos 13 años, recopilando datos sobre varios aspectos de la enfermedad y sobre cómo afectan a la salud individual. Cuando los participantes del estudio original comenzaron a morir los investigadores se pusieron a investigar por qué.

“Cuando revisamos los datos del último año nos sorprendimos del número de participantes que habían muerto ya durante este estudio”, señala Bowden, quien apuntó que el objetivo era averiguar “si existía algún predictor de quién podría morir frente a aquellos que seguían vivos”.

“En un grupo de personas que ya presenta un alto riesgo, buscábamos un método para identificar a los individuos que presentaban todavía un riesgo mayor de muerte prematura con la meta de buscar intervenciones o vías para focalizar la atención médica y la atención hacia estos individuos con el riesgo más alto”.

Un test que cuesta unos 142 euros

Unos registros elevados de calcio en las arterias coronarias (CAC) son un importante indicador de enfermedad coronaria. Este registro proporciona una medida para averiguar hasta qué punto la enfermedad arterial coronaria o las “placas” calcificadas están presentes en los vasos sanguíneos del corazón.

Las placas juegan un importante papel en los ataques al corazón y otros eventos vasculares y pueden medirse tomando una tomografía computerizada “depurada” en comparación con el típico escáner por tomografía computerizada que emplea muy pocos rayos X, que no requiere inyecciones y se realiza en menos de 10 minutos. Este test en Wake Forest Baptist cuesta unos 200 dólares (142 euros) y algunas compañías de seguros estarían dispuestas a financiar esta prueba en determinadas situaciones.

En la población diabética existe un espectro muy amplio de placas calcificadas que aparecen en las arterias y en el corazón, desde individuos sin placas hasta pacientes que presentan todos sus vasos casi totalmente calcificados.

Estos investigadores separaron más de 1.000 participantes de este estudio en cinco grupos según la cantidad de placas calcificadas que presentaban en sus vasos sanguíneos al inicio del estudio. La salud de estos participantes fue seguida después durante una media de 7,4 años antes de que los investigadores compararan los datos de aquellos individuos que murieron durante el estudio con los de quienes seguían vivos.

“Vimos un dramático riesgo de muerte temprana en las personas con mayores niveles de placas calcificadas en sus vasos sanguíneos”, dijo Bowden, quien precisó que cuando se comparó el grupo con las mayores cantidades de placas con el grupo que tenía menos placas calcificadas, el riesgo de fallecer era más de seis veces mayor en el grupo con altos niveles de placas calcificadas.

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Identifican un gen regulador clave en la obesidad y la diabetes

Dado que la grasa juega un papel clave en la susceptibilidad a las enfermedades metabólicas como la obesidad, la enfermedad cardiaca y la diabetes, el estudio subraya el gen regulador como un posible gen candidato para futuros tratamientos para combatir estas enfermedades.

Se sabía ya que el gen KLF14 está vinculado a la diabetes tipo 2 y a los niveles de colesterol, pero hasta ahora se desconocía como hacía esto y el papel que tenían en el control de tres genes localizados más alejados en el genoma.

Los investigadores examinaron más de 20.000 genes en biopsias de grasa subcutánea de 800 mujeres gemelas voluntarias de Reino Unido. Descubrieron una asociación entre el gen KLF14 y los niveles de expresión de múltiples genes distantes descubiertos en el tejido graso, lo que significa que actúa como un interruptor clave para controlar estos genes. Esto se confirmó en una posterior muestra independiente de 600 biopsias de individuos islandeses.

Estos otros genes descubiertos que son controlados por KLF14 están en realidad vinculados a una variedad de características metabólicas, incluyendo el índice de masa corporal (obesidad, colesterol, insulina y niveles de glucosa), subrayando la interconexión de los rasgos metabólicos.

El gen KLF14 es especial en que su actividad se hereda de la madre. Cada persona hereda un conjunto de todos los genes de ambos padres. Pero en este caso, la copia de KLF14 del padre está desactivada, lo que significa que la copia de la madre es el gen activo, un proceso llamado impronta. Además, la capacidad de KLF14 de controlar otros genes dependía por entero de la copia de KLF14 heredada de la madre, la copia heredada del padre no tenía efecto.

Según explica Tim Spector, director del proyecto, “este es el primer gran estudio que muestra cómo pequeños cambios en un regulador clave pueden causar una cascada de otros efectos metabólicos en otros genes. Esto tiene un gran potencial terapéutico en particular y mediante el estudio de poblaciones grandes específicas como las de gemelos esperamos encontrar más de estos reguladores”.

Los autores señalan que KLF14 parece actuar como un controlador maestro de los procesos que conectan los cambios en la conducta de la grasa subcutánea ante alteraciones en los músculos y el hígado que contribuyen a la diabetes y a otros trastornos. “Estamos trabajando duro ahora que conocemos estos procesos y cómo podemos utilizar esta información para mejorar el tratamiento de estos trastornos”, concluye Mark McCarthy, coautor del trabajo.

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La leptina, presente en la leche materna, previene la obesidad y la diabetes

Así lo ha asegurado con motivo de la entrega del VII Premio Alimentación y Salud, que recibirá hoy jueves, día 26, a las 18:30 h. en el edificio Central de la Universidad de Navarra.

Para este científico, uno de los mayores especialistas de España en Nutrición y Genética, el mal funcionamiento de esta proteína se encuentra en la raíz de muchos problemas de obesidad: “Cuando la leptina funciona, ésta advierte a nuestro cuerpo que ya tiene suficientes reservas de grasa, haciendo que disminuya la sensación de hambre y aumente el gasto energético”.

Los estudios que comenzó con su equipo en el año 2000 le permitieron constatar que una de las causas más habituales de este mal funcionamiento de la leptina se encuentra en la carencia de su consumo durante la lactancia, “ya que la leptina está presente en la leche materna pero no en las leches artificiales. Nos dimos cuenta de esto cuando descubrimos que nuestro estómago contiene leptina ya desde el nacimiento, cuando casi somos incapaces de sintetizarla. Posteriormente, los estudios con niños lactantes maternos confirmaron que estos engordaban menos gracias a la leptina de la leche de sus madres”.

Respecto a otros factores de los padres que afectan a los hijos, el Dr. Palou recuerda que todavía no sabemos exactamente en qué proporción la alimentación de los padres influye en la salud de su descendencia: “Los genes son muy importantes, pero también la historia que cada uno de nosotros escriba con ellos. Con esto queremos decir que la alimentación en las etapas tempranas de la vida también produce modificaciones químicas en los genes, condicionando su expresión y su función”.

¿Comemos mejor que nunca?

Por otra parte, Andreu Palou confirma que a pesar de que en la actualidad se come mejor que nunca, hay un mayor control de los alimentos y la esperanza de vida ha aumentado, “encabezamos la lista de países europeos con mayor tasa de obesidad infantil, junto con Malta. Esta cuestión se explica, en parte, porque disponemos de mayor cantidad de alimentos, apetecibles, densos energéticamente y porque estamos perdiendo los principales rasgos de la dieta mediterránea”.

En este sentido, el nuevo Premio Alimentación y Salud de la Universidad de Navarra subrayó la gravedad de estos datos, “puesto que la obesidad infantil es, estadísticamente, garantía de obesidad en edades posteriores”.

La entrega de este premio se engloba en la I Semana de la Nutrición, organizada por el centro académico y la Cátedra Tomás Pascual Sanz. Con anterioridad, el experto participará en una mesa redonda con discípulos suyos, moderada por el catedrático de Nutrición, Alfredo Martínez Hernández.

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Un mejor control del colesterol, la diabetes o el tabaquismo salvaría 135.000 vidas al año

Esta es una de las conclusiones del estudio EURIKA, elaborado con la colaboración de AstraZeneca y presentado durante el Congreso Médico EuroPrevent, sobre Prevención y manejo del riesgo cardiovascular en la práctica diaria, realizado en doce países europeos sobre más de 7.600 pacientes que tenían al menos un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).

“Del estudio EURIKA se concluye que la hipertensión fue responsable del 32,7 por ciento del riesgo de muerte cardiovascular, la dislipemia del 15,1, el tabaco del 10,4 y la diabetes del 16,4 por ciento, en clara relación con la prevalencia de estos factores”, ha explicado el Dr. José Ramón Banegas, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Unidad de Epidemiología de la Universidad Autónoma de Madrid.

En este sentido, se ha observado que “España presenta una mayor prevalencia de dislipemia, diabetes y sedentarismo y un menor control de dislipemia y diabetes que la media de los otros países europeos estudiados”, ha añadido.

Por su parte, el experto del departamento de Epidemiología Cardiovascular y Genética del Centro Nacional para la Investigación Cardiovascular (CNIC), el Dr. Eliseo Guallar, ha asegurado que “el conocimiento del vínculo entre los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y la probabilidad de morir son limitados. Con datos del estudio EURIKA se han cuantificado cuántas vidas se podrían salvar cada año proporcionando mejores cuidados preventivos en Europa”.

“La presión arterial elevada, el colesterol elevado, el tabaquismo y la diabetes pueden manejarse eficazmente a través de cambios en el estilo de vida, tratamientos adecuados o una combinación de los dos. De acuerdo con estos datos, instamos a los médicos y a los pacientes a colaborar para controlar estos factores de riesgo y reducir el riesgo a largo plazo de muerte por enfermedad cardiovascular”, ha señalado, por último, el profesor Julian Halcox, de la Universidad de Cardiff, Reino Unido.

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Gene-environment interactions in the development of obesity and type 2 diabetes

En el marco del IV Congress of the International Society of Nutrigenetics/Nutrigenomics (ISNN) From reference intakes to personalized nutrition, patrocinado por el Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud, D. Frank B. Hu, pronunció la ponencia Gene-environment interactions in the development of obesity and type 2 diabetes que recogemos a continuación.

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Actividad física en el tratamiento de la diabetes

En el marco de las 4as Jornadas de Actualización en Nutrición Alimentos Funcionales y Actividad Física en la Promoción de la Salud, patrocinadas por la Cátedra Universidad de Navarra – Instituto Tomás Pascual Sanz, el Dr. Lluís Forga Llenas pronunció la ponencia Actividad física en el tratamiento de la diabetes que recogemos a continuación.

Acceda a la transcripción de la ponencia