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La dieta mediterránea y los hábitos saludables mejoran la fertilidad

Expertos del Centro Médico de Reproducción Asistida (CREA) han indicado que seguir la dieta mediterránea y asumir hábitos saludables, como hacer ejercicio moderado de forma regular, dejar el tabaco y el alcohol y evitar el estrés, influyen de forma positiva en la mejora de la capacidad reproductiva.

La codirectora de CREA, la doctora Carmen Calatayud, ha explicado que diversos estudios confirman que la dieta mediterránea, rica en verduras, legumbres, aceite y pescado está relacionada con una disminución de los problemas disovulatorios, una mejora en el desarrollo embrionario y fetal, y un aumento, por tanto, de la tasa de gestación en los ciclos de reproducción asistida.

Además, ha advertido de que el estrés, las dietas desequilibradas, los hábitos tóxicos y la vida sedentaria son factores negativos para la fertilidad; mientras que el consumo moderado de café “no parece que altere la capacidad reproductiva, si bien la mayoría de las sociedades aconsejan limitar el consumo de cafeína en las mujeres embarazadas o que estén intentando conseguir gestación”.

El estrés también tiene sus efectos nocivos sobre la fertilidad, ya está relacionado con la situación personal o profesional del individuo o con el diagnóstico y tratamiento de la esterilidad. Se ha observado que el pronóstico de los tratamientos de reproducción asistida es peor en mujeres sometidas a altos niveles de estrés.

En el caso del varón, el estrés puede alterar la calidad seminal y se erige como la principal causa de abandono de los tratamientos de reproducción asistida. “Por estas razones, es importante que las parejas puedan tener un adecuado asesoramiento psicológico en relación a las alteraciones emocionales ligadas a la esterilidad”, ha recomendado la doctora.

Tabaco y alcohol

Por otro lado, desde CREA destacan los indicios “suficientemente alarmantes” de los efectos nocivos del tabaco sobre la fertilidad e invitan a los pacientes a “a abandonar su consumo, desmontando la extendida y falsa creencia de que en caso de embarazo, es peor la ansiedad provocada por no poder fumar, que el hábito tabáquico moderado”.

En concreto, alertan de que en la mujer el tabaco afecta negativamente a nivel de ovario, trompa, útero, embrión, feto y recién nacido. También hay evidencias de un efecto deletéreo del tabaco sobre la espermatogénesis en el hombre.

En cuanto al alcohol, su consumo se ha relacionado en el caso de la mujer con retraso del crecimiento folicular, alteración de la maduración del ovocito, disminución de la fertilidad, menor tasa de fecundación e implantación y aumento de abortos. Respecto al hombre, la ingesta alcohólica se traduce en una reducción de la cantidad y movilidad de los espermatozoides, así como en un aumento de espermatozoides anormales.

Con todos estos datos, “podríamos decir que existen pruebas suficientes para recomendar a las parejas que tratan de quedar embarazadas que deben limitar e incluso abstenerse de consumir alcohol antes de la concepción y durante el embarazo”, señala Calatayud.

Actividad física y peso

Asimismo, la actividad física moderada practicada de forma regular puede ser beneficiosa para la salud reproductiva por el efecto que tiene en el control del peso, en la disminución del estrés y en el aumento de la autoestima. Por el contrario, alerta la doctora Calatayud, “el exceso de actividad física puede aumentar el riesgo de infertilidad, debido a alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario, responsable del equilibrio y funcionalidad hormonal”.

También la obesidad puede afectar negativamente a las funciones del ovario, a la calidad ovocitaria y endometrial, y a la ovulación, mientras que la mujer con bajo peso pude presentar retraso en la menarquia, anovulación y alteración de los ciclos menstruales.

Abusar de carbohidratos y azúcares puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo

De este modo, el estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU., destaca la importancia de seguir una dieta equilibrada, afirma el autor principal Rosebud Roberts, epidemiólogo de la Clínica Mayo, quien subraya la importancia de que la dieta sea equilibrada en cuanto a la proporción de proteínas, carbohidratos y grasas, “porque cada uno de estos nutrientes cumple una función importante para el organismo”.

Los investigadores hicieron un seguimiento de 1.230 personas de edades comprendidas entre los 70 y los 89 años, que proporcionaron información sobre su alimentación durante el año anterior. Un equipo especializado compuesto por médicos, enfermeras y neuropsicólogos evaluó la función cognitiva de los participantes en el estudio.

A los 940 que no mostraron signos de deterioro cognitivo se les pidió que volvieran a someterse a evaluaciones de seguimiento. Después de casi cuatro años de investigación, 200 de los citados 940 empezaron a mostrar un deterioro cognitivo leve así como problemas de memoria, lenguaje, pensamiento y juicio superiores a los habituales para la edad.

Así, quienes indicaron consumir las tasas más altas de carbohidratos al comienzo del estudio tenían 1,9 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve que aquellos con una ingesta inferior de carbohidratos. Por otro lado, los participantes con mayor consumo de azúcar tenían 1,5 veces más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo leve que quienes indicaban los niveles más bajos.

Igualmente, las personas cuya alimentación era más rica en grasas presentaban un 42 por ciento menos de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo con respecto a las personas con el nivel de consumo de grasas inferior, y quienes consumían alimentos con mayor contenido proteínico redujeron el riesgo a un 21 por ciento.

Teniendo en cuenta la ingesta total de grasas y proteínas, las personas con mayor consumo de carbohidratos tenían 3,6 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve. “Una ingesta alta de carbohidratos podría resultar nociva para el ser humano, porque los carbohidratos repercuten en el metabolismo de la glucosa y la insulina”, ha explicado Roberts.

Dicho esto, ha precisado que el azúcar estimula el cerebro, por lo que es “bueno” si se consume con moderación. “En cambio, un nivel de azúcar demasiado elevado puede impedir que el cerebro realmente utilice el azúcar, similar a lo que ocurre con la diabetes de tipo 2”, ha señalado.

Abusar de carbohidratos y azúcares puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo

De este modo, el estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU., destaca la importancia de seguir una dieta equilibrada, afirma el autor principal Rosebud Roberts, epidemiólogo de la Clínica Mayo, quien subraya la importancia de que la dieta sea equilibrada en cuanto a la proporción de proteínas, carbohidratos y grasas, “porque cada uno de estos nutrientes cumple una función importante para el organismo”.

Los investigadores hicieron un seguimiento de 1.230 personas de edades comprendidas entre los 70 y los 89 años, que proporcionaron información sobre su alimentación durante el año anterior. Un equipo especializado compuesto por médicos, enfermeras y neuropsicólogos evaluó la función cognitiva de los participantes en el estudio.

A los 940 que no mostraron signos de deterioro cognitivo se les pidió que volvieran a someterse a evaluaciones de seguimiento. Después de casi cuatro años de investigación, 200 de los citados 940 empezaron a mostrar un deterioro cognitivo leve así como problemas de memoria, lenguaje, pensamiento y juicio superiores a los habituales para la edad.

Así, quienes indicaron consumir las tasas más altas de carbohidratos al comienzo del estudio tenían 1,9 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve que aquellos con una ingesta inferior de carbohidratos. Por otro lado, los participantes con mayor consumo de azúcar tenían 1,5 veces más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo leve que quienes indicaban los niveles más bajos.

Igualmente, las personas cuya alimentación era más rica en grasas presentaban un 42 por ciento menos de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo con respecto a las personas con el nivel de consumo de grasas inferior, y quienes consumían alimentos con mayor contenido proteínico redujeron el riesgo a un 21 por ciento.

Teniendo en cuenta la ingesta total de grasas y proteínas, las personas con mayor consumo de carbohidratos tenían 3,6 veces más posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve. “Una ingesta alta de carbohidratos podría resultar nociva para el ser humano, porque los carbohidratos repercuten en el metabolismo de la glucosa y la insulina”, ha explicado Roberts.

Dicho esto, ha precisado que el azúcar estimula el cerebro, por lo que es “bueno” si se consume con moderación. “En cambio, un nivel de azúcar demasiado elevado puede impedir que el cerebro realmente utilice el azúcar, similar a lo que ocurre con la diabetes de tipo 2”, ha señalado.

Dos vasos de leche al día en niños es suficiente para conseguir los niveles de vitamina D recomendados

Los investigadores explicaron que estudios anteriores habían demostrado que la leche de vaca incrementa, en los niños, la cantidad de vitamina D en sangre, a la par que reduce los niveles de hierro.

El hierro, que el organismo consigue mediante la ingesta de carnes y legumbres, es importante para el desarrollo del cerebro y proteger contra la anemia; por su parte, la vitamina D, que ayuda a la absorción de calcio y a prevenir el ablandamiento de los huesos, es producida de manera natura por el organismo, gracias a la exposición solar y también se consigue ingiriendo leche o pescados grasos.

El doctor Jonathon Maguire, autor principal del estudio, del Toronto”s St. Michael”s Hospital, y su equipo entrevistaron a los padres de 1.311 niños, que tenían entre 2 y 5 años entre diciembre de 2008 y el mismo mes de 2010. Además extrajeron muestras de sangre de estos menores.

Los investigadores encontraron que tomar una taza -250 mililitros- aumentó la vitamina D en la sangre de los niños y disminuyó un poco los niveles de hierro.

Maguire ha precisado que los niños con una piel más oscura pueden necesitar entre 3 y 4 tazas de leche diarias durante el invierno, cuando sus cuerpos producen menos vitamina D a consecuencia de que la exposición solar es menor.

Por su parte, Patsy Brannon, un profesor de ciencias de la nutrición de la Universidad de Cornell en Ithaca, (Nueva York, Estados Unidos) ha señalado que este hallazgo es consecuente con la recomendación del Departamento de Agricultura de ingerir dos tazas de leche entre los dos y tres años de edad; aunque los niños mayores necesitan 2,5 tazas.

Brannon recomienda un suplemento diario de vitamina D para llegar a las recomendaciones establecidas, pero añade que las personas pueden conseguir vitamina D de otras fuentes de alimentos.

El debate viene, según los autores, porque la Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños de entre 2 y 8 años tomen dos tazas de leche al día, pero en otro manual, la organización dice que los niños necesitan suplementos de vitamina D si ellos beben menos de cuatro tazas diarias.

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Alcohol y Tabaco

Recogemos la intervención de Dña. Mª Carmen Vidal Carou durante de Mesa Redonda Entorno alimentario y situaciones especiales en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

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Interacciones dieta-xenobióticos en las etapas de la vida y situaciones fisiológicas

Recogemos la intervención de D. Josep Tur Marí en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

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Influencia de los fármacos en la utilización de la dieta y el estado nutricional

Recogemos la intervención de Dña. Elena Alonso Aperte en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

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Concepto de interacción dieta y xenobiótico: las interacciones alimento/medicamento como ejemplo

Recogemos la intervención de D. Abel Mariné Font en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

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¿Qué meriendan los niños españoles?

A los niños españoles les encantan las actividades físicas al aire libre, pero comen poca fruta, “luego si la actividad al aire libre se asocia a la ingesta de fruta, es esperable que aumente su consumo en niños”, ha considerado la directora del centro, la psicóloga Rocío Ramos-Paúl, durante la presentación del estudio en Madrid.

De esta manera, esta experta ha apostado por buscar formas atractivas de presentación para que “aumente sus ganas” de consumir fruta. Además de aprovechar el tiempo de ejercicio físico o actividades al aire libre para introducir la fruta, ha señalado.

El estudio revela también que el 50,8 por ciento de los niños españoles prefiere consumir fruta si se presenta en forma de zumo, macedonia o triturada y que el 49,8 por ciento de los padres considera que la cantidad de fruta que toma sus hijos es insuficiente.

Con todo, la psicóloga ha subrayado la importancia de que los niños sigan una dieta saludable, que incluya piezas de fruta y verduras, con el objetivo de prevenir la obesidad y el sobrepeso que, en España, ronda el 30 por ciento.

Por otro lado, esta experta ha recordado que los menores deben hacer ejercicio físico de manera habitual. No obstante, a tenor de los resultados del estudio, sólo el 56 por ciento de los niños observados en la muestra -tienen una media de 10 años- hacen deporte dos o tres veces a la semana.

En cuanto a la frecuencia de la práctica deportiva, el 87 por ciento de los niños realiza actividades al aire libre de dos a cinco días a la semana y el 13 por ciento sólo un día o menos.

Asimismo, los resultados del estudio también muestran que el 17,2 por ciento de los niños juega a los videojuegos en su tiempo libre y un 13,8 por ciento lee y realiza manualidades en casa.

Embutidos en la merienda

Por otro lado, el 68 por ciento de los niños españoles merienda bocadillo con embutidos o chocolate y un 10 por ciento, productos industriales, algo que, a juicio de la psicóloga, viene marcado por la tradición española.

Sin embargo, el porcentaje de niños que comen bollería industrial aumenta cuando éstos tienen hambre entre horas o finalizan una actividad física (el 75,5%). “Es importante habituarles desde pequeños a una alimentación saludable, de manera que si al final de la actividad física, lo primero que encuentran es fruta, ellos la elegirán por sí mismos cuando tengan hambre”, ha señalado Ramos-Paúl.

En cuanto a la elección de la merienda, el 59,7 por ciento de los niños españoles elige su merienda solo o con la ayuda de sus padres. “En la medida en que los padres incorporan la fruta en las rutinas alimentarias de los niños, es esperable que aumente el consumo de fruta por parte de éstos sin necesidad de que sus progenitores tengan que recordárselo”, ha señalado esta experta.

Así, ha explicado que “si desde pequeños asocian el consumo de frutas a situaciones como la media mañana, la merienda o entre horas, los niños tendrán el hábito de consumir fruta en estos momentos porque se les educa en ser responsables con su dieta”.

Canarias a la cabeza en índice de obesidad infantojuvenil

Algunas de las causas de que el archipiélago canario haya llegado a estas cotas las encuentran los expertos en el turismo y la migración del ámbito rural a las grandes ciudades, que “han influido notablemente en la transición nutricional que ha experimentado Canarias en los últimos años”. A su juicio, estos hechos “han disparado las cifras de obesidad en el Canarias”.

Y es que, pese a que estos factores han ayudado a mejorar la situación económica de la población, también han originado un cambio en los hábitos alimenticios de sus habitantes, “sustituyendo la comida tradicional por una alimentación rica en grasas”, sostienen.

Diversos estudios han planteado la problemática de esta comunidad, como Enkind, que fue realizado entre población española de entre 2 y 24 años entre el año 1998 y el 2000. Éste establecía una prevalencia total entre obesidad y sobrepeso de un 32,8 por ciento en Canarias, siendo el de la obesidad del 18 por ciento y el del sobrepeso de un 14,8 por ciento.

Por su parte, las encuestas de salud de 2006 y 2009 cifraron esta prevalencia en población de 2 a 17 años del archipiélago canario en entre un 29 por ciento y un 38 por ciento en varones, y entre un 33 por ciento y un 39 por ciento en mujeres; algo similar a lo que evidenció el estudio Enrica entre 2008 y 2010. En éste, se observó una prevalencia de obesidad de entre un 22,9 por ciento y un 36 por ciento en adultos.

Al año siguiente, el Estudio Nacional Aladino, realizado sobre 7.923 niñas y niños de entre 6 y 9 años evidenció que un 21,2 por ciento de obesidad y 28,4 por ciento de sobrepeso en Canarias. Datos refrendados por la Encuesta de Salud, que añade que “en Canarias existe una prevalencia de obesidad mucho más acusada en mujeres que en varones en comparación con la existente a nivel nacional”.

Esta enfermedad conlleva riesgo cardiovascular

La obesidad es una enfermedad que “tiene importantes repercusiones sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo”, ya que mantiene una “estrecha relación” con factores de riesgo cardiovascular, sostienen desde SEEDO. Y es que “tres de cada diez fallecimientos en Canarias se producen a causa de alguna enfermedad cardiovascular”.

Para intentar paliar estas cifras, la Consejería de Sanidad de esta comunidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, puso en marcha en 2005 el Proyecto DELTA de educación nutricional, y participó en el Programa PERSEO. Ambos estaban orientados “a fomentar la alimentación saludable y la actividad física desde los primeros años de vida”, indican.

Además, el Gobierno canario activó una estrategia global para frenar el exceso de peso entre la población. Ésta contempló el Programa de Intervención para la Prevención de la Obesidad Infantil, (PIPO), y el Protocolo de Abordaje de la Obesidad Infantil y Juvenil“.

El primero es una guía pediátrica de alimentación con pautas nutricionales y de actividad física hasta los 18 años y otra de menús saludables desde los 4 hasta los 18 años. De esta manera, PIPO “pretende ser una herramienta de información sobre alimentación saludable a la vez de servir para la intervención precoz de los problemas de sobrepeso y obesidad”, subrayan.

En cuanto al Protocolo de Abordaje de la Obesidad Infantil y Juvenil, éste “busca proporcionar pautas y criterios basados en la evidencia científica para combatir el exceso de peso en la infancia y la adolescencia”, manifiestan. Para ello, se basan “en la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento”, concluyen desde SEEDO.

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Una fórmula predice los riesgos de obesidad infantil en el momento de nacer

Una simple fórmula puede predecir al nacer la probabilidad de un bebé de padecer obesidad en la infancia, según un estudio publicado en la revista Plos One. Disponible como una calculadora online, estima el riesgo del niño a ser obeso en función de su peso al nacer, el índice de masa corporal (IMC) de los padres, el número de personas en el hogar, la categoría profesional de la madre y si fumaba durante el embarazo.

Los investigadores del estudio esperan que su método de predicción se utilice para identificar a los bebés en alto riesgo y ayudar a las familias a tomar medidas para evitar que sus hijos engorden en exceso, ya que la obesidad infantil es una de las principales causas de la diabetes tipo 2 temprana y las enfermedades cardíacas y circulatorias, además de ser cada vez más común en los países desarrollados.

“Esta prueba se realiza en muy poco tiempo, no se requiere ninguna prueba de laboratorio y no cuesta nada”, explicó el profesor Philippe Froguel, de la Escuela de Salud Pública del “Imperial College” de Londres (Reino Unido). El también director del estudio enmarca que todos los datos que se utilizan son factores de riesgo “bien conocidos” para la obesidad en la niñez, pero que “esta es la primera vez que han sido utilizados juntos para predecir desde el momento del nacimiento la probabilidad de que un niño se convierta en obeso”.

“Una vez que un niño se convierte en obeso, es difícil que pierda peso, por lo que la prevención es la mejor estrategia y tiene que comenzar tan pronto como sea posible”, aconseja el profesor Froguel, quien lamenta que las campañas de prevención hayan sido “bastante ineficaces en la prevención de la obesidad en los niños en edad escolar”. “Enseñar a los padres acerca de los peligros de un exceso de alimentación y malos hábitos alimentarios a una edad temprana, sería mucho más eficaz”, afirma.

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En marcha el Plan Cuídate + 2012 para un menor consumo de sal y grasas

Pilar Farjas, ha destacado la importancia de reducir el consumo excesivo de grasas y sal en las comidas para prevenir enfermedades no trasmisibles (ENT) o crónicas como la obesidad, diabetes mellitus tipo 2, y problemas cardiovasculares, como la enfermedad isquémica cardiaca y la enfermedad cerebro-vascular, entre otras.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales causas de estas ENT están estrechamente relacionadas con la alimentación inadecuada y la falta de actividad física. En concreto son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el escaso consumo de frutas y verduras y el sedentarismo, además del consumo alcohol. Factores de riesgo que pueden ser modificados a través de medidas sencillas dirigidas a los estilos de vida.

Por otro lado, en 2011 la ONU aprobó una declaración política sobre la Prevención y Control de las Enfermedades No Trasmisibles (ENT), en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Nueva York. En ella se recalcaba que las ENT, constituyen un problema grave y creciente en todo el mundo, y afectan a millones de personas causando muertes de forma creciente también en la población joven y en edad productiva.

Además de la preocupación existente en términos de salud pública, prevenir la obesidad, la hipertensión y otras enfermedades crónicas es importante para evitar una futura escalada de los costes sanitarios y mantener la viabilidad del Sistema Nacional de Salud.

Por otro lado, se sabe que muchos alimentos contienen grasa en exceso. Un consumo elevado de ellos conduce a incrementar ciertos factores de riesgo, que se podrían reducir con un menor consumo de ellos, sustituyéndolos por productos que han ido reduciendo paulatinamente la grasa en su composición y de los que ya hay una importante oferta en el mercado, así como con un mayor consumo de frutas y verduras. De esta forma, con este cambio de hábitos, el consumidor mantiene una alimentación variada y saludable que le ayuda a disminuir la ingesta calórica y el consumo de grasas saturadas, estrechamente relacionadas con la concentración de colesterol plasmático y ciertas enfermedades cardiovasculares.

Por otro lado y respecto a la sal, según un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y la AESAN (Ortega y col, 2011), en España se consumen 9,8 g de sal por persona y día, lejos de los 5 g que recomienda la OMS. Se estima que la reducción del consumo de sal a los niveles recomendados por la OMS podría evitar cada año 20.000 accidentes cerebrovasculares y 30.000 eventos cardíacos en España.

Por ello, la reducción del consumo de sal, grasas y azúcares se ha convertido en una prioridad para organismos como la OMS y la Comisión Europea. En concreto, en el Grupo de Alto Nivel sobre Nutrición y Actividad Física de la Comisión Europea, en el que están representados cada uno de los estados miembros de la UE, se acordó realizar estrategias de reducción del consumo de sal y grasas en 2008 y 2012, respectivamente.

La AESAN desarrolla, desde el año 2005, la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Estrategia NAOS), que tiene como finalidad mejorar los hábitos alimentarios e impulsar la práctica regular de la actividad física de todos los ciudadanos, pero poniendo especial atención en la prevención durante la etapa infantil. Con la Estrategia NAOS, cuyo lema es Come sano y muévete, desde la AESAN se crean y potencian opciones y entornos favorables para la adopción de medidas sostenibles a escala individual, comunitaria y nacional que, en conjunto, den lugar a una reducción de la morbilidad y la mortalidad asociada a la obesidad y a otras enfermedades crónicas.

Por ello y como en otros países de nuestro entorno, se están desarrollando diversas actividades, entre otras, como la que hoy ocupa, que están destinadas a informar y concienciar a la población de la relación entre el consumo excesivo de sal y grasas y sus consecuencias para la salud y se está trabajando con la industria de la fabricación y distribución de alimentos para la reducción del contenido en grasas y sal en los alimentos y las bebidas.

Los objetivos de esta nueva acción de comunicación son:

– Continuar sensibilizando a la población sobre los problemas derivados del consumo excesivo de sal en el marco del Plan nacional de reducción del consumo de sal en España

– Sensibilizar y concienciar a la población trasladando información sobre los beneficios de reducir también el excesivo consumo de grasas y

– Promover hábitos de vida saludables.

PLAN CUIDATE + 2012 sobre grasas, sal y hábitos saludables

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), a través de la Estrategia NAOS, y continuando con sus acciones de sensibilización y visibilización del problema de la obesidad y de los derivados de una alimentación poco saludable y del sedentarismo, presenta el Plan Cuídate + 2012, una propuesta moderna e interactiva para aquellas personas que, independientemente de su edad, han decidido cuidarse más.

Tras el éxito de la primera convocatoria, con el Plan Cuídate + menos sal es mas salud, lanzada en el 2011, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) del MSSSI, para el año 2012, ha centrado la iniciativa fundamentalmente en informar sobre las grasas y la sal, nutrientes necesarios para nuestro cuerpo, pero cuyo consumo debe ser moderado y no superar los niveles recomendados por organismos internacionales y en la promoción de la actividad física.

El Plan Cuídate + 2012 presenta una página web para ofrecer información sobre grasas además de la de la sal, y sobre algunos hábitos saludables, como la práctica de la actividad física. También habrá un registro para unirse al Plan y dos juegos que, de manera sencilla, ayudarán a transmitir la importancia de implementar hábitos saludables.

Aquellos ciudadanos que deseen registrarse en Plan Cuídate + 2012 deberán responder a unas sencillas preguntas que permitan conocer su estilo de vida y así poder personalizar la información aportada. A partir de entonces recibirán 20 mensajes, de lunes a viernes, con contenidos sobre alimentación, actividad física y otros consejos saludables que les mostrarán lo sencillo que es cuidarse, y cuidar a los nuestros, incluyendo pequeñas modificaciones en nuestro día a día y los beneficios que reportan para nuestra salud.

Los usuarios podrán seguir el programa a través de la Red Social twitter (@plancuidatemas).

Este año 2012, podrán además descargarse una aplicación móvil gratuita con la que podrán llevar a todos lados las recomendaciones, trucos y recetas del Plan Cuídate + 2012.

El Plan Cuídate + 2012, “premiará” a aquellos ciudadanos que apuestan por cuidarse más, con un recetario cada 5 días de intervención, con recetas fáciles y saludables creadas por la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid. La página web ( www.plancuidatemas.es), se establece como un punto de información de la AESAN del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, donde los ciudadanos podrán encontrar información sobre las ventajas de consumir con moderación las grasas y la sal, y los riesgos derivados de un consumo excesivo y también otros recursos, como por ejemplo indicaciones para leer adecuadamente el etiquetado de los productos, que les facilitará el consumo responsable de alimentos y la elección más adecuada de los mismos.

A través de los correos que se envíen a los usuarios registrados se darán cuenta de que cuidarse no es tan complicado y que la implementación de ciertos gestos en nuestro día a día ayuda a construir unos hábitos de vida saludables sólidos, que sin duda reportan grandes beneficios para nuestra salud.