La importancia de mantener hábitos saludables en el hogar es fundamental en el día a día. Sin embargo, con frecuencia la teoría no se pone en práctica de forma tan fácil como todos quisiéramos. Y es que el ritmo frenético de las rutinas de hoy en día dificulta en muchas ocasiones seguir unos hábitos saludables y, sobre todo, en el ámbito familiar.
¡Y qué decir de los más pequeños de la familia!
Como se suele decir, los niños son el espejo de sus mayores, y también lo son en cuanto a la alimentación. Y es que los adultos tienen una gran responsabilidad en la educación nutricional: la variedad de alimentos, colores y texturas harán despertar al niño la importancia de comer sano, variado y equilibrado.
Hace décadas, la alimentación en familia era mucho más fácil, debido a que se coincidía mejor en horarios, actividades o distancias. Sin embargo, con el paso de los años, comer en familia es cada vez más complicado y exige un esfuerzo extra por parte de todos.
Merece la pena detenerse a pensar en la importancia de adquirir unos hábitos saludables para todos los miembros de la familia.
Apunta las claves sobre los hábitos saludables en el hogar:
- Procura comer, al menos, una vez al día en familia.
La cena es la mejor opción entre semana, y conviene tomarla juntos y a la misma hora. Además, es aconsejable que todos los miembros tengan el mismo menú.
- Preocúpate por seguir una dieta saludable.
- Elabora o pide ayuda para preparar menús semanales variados y equilibrados para llevar al trabajo.
- Complementa las cenas de los más pequeños en función del menú escolar diario.
- Añade creatividad a los platos, sobre todo con aquellos alimentos que gusten menos:
- Elabora purés, guarniciones, añade hierbas aromáticas que hagan más apetecibles ciertos sabores o prueba con distintas técnicas de cocinado.
- En el caso de los más pequeños, haz de la comida algo divertido y cuida la presentación de los platos más dificultosos: prepara brochetas de frutas, corta las verduras con formas originales, o procura emplear colores vivos que les atraigan.
Pero no sólo es importante la alimentación en sí, sino también otros aspectos que la rodean:
- Cuida la higiene, hay que lavarse las manos antes y después, así como cepillarse los dientes después de comer.
- Atrévete a cocinar. Si la cocina no es lo tuyo, empieza por platos sencillos. Además, es recomendable cocinar con los niños, y animarles a participar cuando sea posible, para que adquieran conocimientos poco a poco.
- Procura comer despacio, sentado y sin prisas.
- Mira el reloj antes de empezar a comer y emplea al menos 20 minutos en dicha tarea.
- Procura no comer con ansiedad y trata de masticar cada bocado unas 10 veces.
- Crea un ambiente agradable y familiar.
- Emplea tiempo en preparar la mesa, con manteles y menaje adecuados y anima a todos a colaborar.
- Conviene evitar comer con distracciones como la televisión o el teléfono móvil.
- Es aconsejable aprovechar la hora de comer para dejar a un lado las tensiones del trabajo y conversar sobre las experiencias y actividades extralaborales.
En definitiva, sé el primero en disfrutar de la comida y harás que aquellos que te rodean también lo hagan. Con estos trucos crearás hábitos saludables que conservarás a lo largo de tu vida y que los más pequeños también aprenderán.