alimentos que cuidan de los huesos

6 alimentos que cuidan de tus huesos

¿Cómo podemos mejorar nuestra salud ósea? llevar una dieta sana y equilibrada, es una de las claves del éxito para cuidar nuestro esqueleto, y mantener unos huesos sanos y fuertes a lo largo de la vida.

El tejido óseo es un órgano vivo. Continuamente se está remodelando; es decir, se descompone y repara constantemente. Por esta razón, nutrirlo adecuadamente es imprescindible si nuestra meta es conseguir un buen envejecimiento.

Conociendo los micronutrientes (minerales y vitaminas) que pueden tener mayor repercusión sobre tu salud ósea, y cuáles son los alimentos que pueden considerarse una buena fuente de éstos, mantener tus huesos fuertes será una tarea más sencilla.

ALIMENTOS QUE CONTIENEN CALCIO:

Como todos sabemos, el calcio tiene una función estructural clave, pues forma parte, no sólo de nuestros huesos, sino también de nuestros dientes.

Su consumo es esencial para el desarrollo de esas estructuras en los niños, por lo que se debe incorporar en unos niveles adecuados a través de la dieta.

De manera general, este mineral tiene un mayor peso en la infancia y en la vejez. El desarrollo esquelético del bebé en camino, así como el aumento de las pérdidas que se producen de este mineral durante la vejez, justifican la mayor necesidad de calcio en estos casos. Pero también en población adulta aumentan los requerimientos en determinadas situaciones fisiológicas como son el embarazo y la lactancia.

Y es que un déficit de calcio puede traducirse en unos huesos débiles y de fácil rotura en el futuro, y puede ser la causa de varios trastornos incluso con ausencia de lesiones.

En ese sentido, incluir en la dieta alimentos que sean buena fuente de calcio puede ayudarnos, no sólo al mantenimiento de nuestros huesos y dientes, sino que también contribuirá al proceso de división y diferenciación celular y al funcionamiento normal de la neurotransmisión.

Aquí os dejamos algunos alimentos que proporcionan unos niveles adecuados de este mineral.

Leche:

Con una cantidad media de 124 mg por 100 g, la leche de vaca se considera una buena fuente de calcio. Además, se trata de un alimento de consumo básico y fácil de encontrar en cualquier tienda cerca de nuestra casa.

Dada la amplia presencia de la leche y los derivados lácteos en la dieta, resultan esenciales para alcanzar las ingestas recomendadas de este mineral.

Algas Desecadas:

Este alimento, cada vez más común en nuestras tiendas, bate récords en cuanto a contenido en calcio.

Dadas a conocer sobre todo por la gastronomía japonesa, nos encontramos frente a un producto con un alto contenido tanto en hierro como en calcio. Por ejemplo, el alga Wakame tiene un contenido de 660 mg por 100 g y la Kombu tiene 900 mg de calcio, aunque las cantidades que tomamos son mucho más pequeñas, también contribuyen al aporte de este mineral.

Alubias: 

Además de las conocidas alubias blancas, tenemos una gran paleta de colores a la hora de introducir este tipo de legumbres: rojas, negras, pintas… todas ellas con propiedades excepcionales. En cuanto a contenido en calcio, las alubias contienen 128 mg por cada 100 g, proporcionando así unos niveles considerables de este.

 

ALIMENTOS QUE CONTIENEN VITAMINA D:

Esta vitamina liposoluble ayuda a nuestros huesos a absorber y utilizar adecuadamente el calcio. Un correcto aporte también se relaciona con el normal funcionamiento de los músculos, y por tanto, es adecuada en todas las etapas, especialmente durante el crecimiento y la edad avanzada, en la que se pierde progresivamente masa muscular.

Aunque se clasifica dentro del grupo de las vitaminas, en el organismo la vitamina D actúa más como una hormona, estando relacionada con el funcionamiento normal del sistema inmunitario y el proceso de división celular.

Para la mayoría de las personas, el mayor aporte de vitamina D se consigue gracias al contacto de los rayos UV con nuestra piel. Además, existen una serie de alimentos que nos pueden proporcionar una cantidad nada despreciable de vitamina D y que complementan el aporte ayudando a evitar un exceso de exposición solar.

Salmón:

Los pescados azules se consideran una de las mejores fuentes de vitamina D.

Este es el caso del salmón, que contiene una alta cantidad de esta vitamina, y resultan una buena forma de obtenerla de manera fácil y sabrosa.

Sardinas:

Esta otra variedad de pescado azul es un alimento a tener en cuenta para que la vitamina D no falte en tu dieta.

Las sardinas también destacan por su contenido en fósforo, hierro, su alto contenido en proteínas, y por ser una buena fuente de ácidos grasos insaturados omega 3.

Las sardinas, al igual que el salmón, se estima que tienen un alto contenido en vitamina D, alrededor de 8 µg por 100 g de alimento.

Huevo:

El huevo es otra de las fuentes de vitamina D que tenemos a nuestro alcance. Con un aporte de 1,75 µg por 100 g de alimento, es una buena forma de incorporar esta vitamina a nuestra dieta.

Estos alimentos son solo algunos ejemplos de la gran variedad de productos que puedes incorporar en la dieta para cuidar día a día la salud de tus huesos. Estamos seguros de que, si prestas atención a tu alimentación, gozarás de una salud ósea a prueba de décadas, disfrutando así una vida plena en todos los sentidos.

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8 claves para ponerse en forma en verano

8 claves para ponerse en forma antes del verano

8 claves para ponerse en forma

Ponerse y mantenerse en forma, deben tratarse como una cuestión de salud, y no debería periodizarse únicamente al período estival. Por ello, hoy queremos daros las claves básicas para empezar a ponernos en forma desde ya, y mantenerla después.

Está más que demostrado a nivel científico que la actividad física y la práctica de ejercicio físico son la mejor medicina para gozar de un buen estado de salud, tanto a nivel físico, como a nivel mental y desarrollo neuromotor. Los beneficios inherentes a la práctica de actividad física y deporte son innumerables, si bien los más concluyentes son la mejora del estado de salud, prevención de ciertas enfermedades y patologías, y como tratamiento efectivo en procesos de recuperación.

El ser humano está hecho para moverse, y el movimiento lleva implícito una mejora en la calidad de vida. Lo más sencillo a la hora de decidir recuperar nuestra funcionalidad, es empezar incorporar en nuestra vida diaria hábitos de vida saludables. Comenzar a aumentar la actividad física en nuestra rutina diaria provocará en el medio y largo plazo unos nuevos hábitos de vida que nos ayudarán no sólo, a mantenernos más activos y dinámicos, si no por supuesto, más sanos.

Ahora que comienza el buen tiempo, es el momento perfecto para dar un paso cualitativo a nuestras rutinas diarias y ponernos en forma. El buen tiempo, el aumento de horas d luz, invitan a realizar más actividades al aire libre, y por tanto, poder incrementar el tiempo de la práctica tanto de actividad física como de deporte al aire libre.

La pregunta ahora es, ¿ Qué entendemos por estar en forma?

Tener una buena forma física, lo entendemos desde una perspectiva integrada que implica una nutrición adecuada y saludable a nuestra actividad física diaria, un buen sistema cardio respiratorio y músculo – esquelético que nos permitan realizar actividad y ejercicio físico de forma continuada y sin problemas o molestias; pero además de gozar de una buena salud, tener un cuerpo lo suficientemente fuerte para realizar nuestra vida diaria con normalidad, ser hábiles y tener unas articulaciones móviles que nos permitan realizar movimientos de forma natural.

Comparto contigo lo que para mí son los puntos imprescindibles para comenzar a llevar una vida más activa, saludable e iniciarte en la práctica deportiva y ponerte en forma antes del verano. Luego, con estos nuevos hábitos ya incorporados en tu vida, mantenerte en forma será mucho más sencillo.

 

¿ Cuáles son las claves más importante para ponernos en forma?

 

  • Comienza el día dedicando entre 5 – 10 minutos por las mañanas a realizar unos estiramientos en casa para conectar tu cuerpo y tu mente y recuperar la movilidad de tus articulaciones tras las horas de sueño. Tras varias horas en una única posición, el cuerpo necesita un tiempo para despertarse, recuperar los rangos naturales de movimiento de sus articulaciones y ponerse en marcha. Practicar diariamente unos estiramientos al levantarnos nos ayuda a comenzar el día con mejores sensaciones a nivel físico y mental.
  • Planifica tu semana: Lo ideal es colocar en tu agenda diaria un espacio de tiempo reservado para ti, para cuidarte. Puedes empezar por 30-45 minutos diarios de manera que irás alternando ejercicios cardiovasculares con otro tipo de movimientos funcionales para ir enseñando al cuerpo a moverse bien y recuperar patrones básicos de movimiento. Ponerse en forma, como hemos indicado, es sobre todo una cuestión de salud para ti, de modo que debe convertirse en una prioridad. Lo mejor es empezar poco a poco, de forma progresiva. Siendo el principal objetivo mejorar nuestra salud.
  • Recupera / descubre las actividades o deportes que te motivan, gustan y hacen sentir bien. Desde caminar, a montar en bici, jugar al pádel etc. Ahora es el momento de incluirlas de forma progresiva en tu vida. Lo mas sencillo es realizar aquella actividad física o ejercicio que te reporta más satisfacción y que, a priori te supone menos esfuerzo ponerte a ello. Comenzar nuevas rutinas, siempre supone un esfuerzo inicial, de manera que lo mejor es realizar las actividades y/o ejercicio que más te gusten para no asociarlo a una obligación y poder disfrutarlo realmente. El buen tiempo y el aumento de las horas de luz al día son factores que nos vana a ayudar en este proceso. También , para ir incorporando más actividad física a nuestro día a día. Por ejemplo: caminar para ir al trabajo, o dar un corto paseo después de comer, subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor, salir a jugar con tus hijos al parque etc. La cuestión es moverse más.
  • Trabajo en circuitos: Si no disponemos de demasiado tiempo, y como punto de partida, una opción variada y más divertida, es realizar un entrenamiento en circuito de ejercicios. Es decir, entre 5-8 ejercicios que iremos realizando de forma continuada a una intensidad moderada recuperando al final de cada vuelta. De esta forma, podemos optimizar el tiempo de trabajo, a la vez que resulta más ameno el entrenamiento.  Empezaremos por movimientos simples, funcionales, sin complicarse demasiado para asegurarnos que los hacemos correctamente . Por ejemplo: sentadillas, zancadas alternas, flexiones de brazos con las rodillas apoyadas, plancha isométrica con apoyo de rodillas, saltar a la combar, saltos verticales, skipping en el sitio, subir y bajar escaleras…  De esta manera podemos construir un pequeño circuito de ejercicios que iremos realizando uno tras otro hasta completar el mismo. Para empezar, y dado que no incluimos cargas externas, puede realizarse el circuito o bien por tiempo de trabajo o número de repeticiones de cada ejercicio. Ejemplo: Realizar el mayor número de repeticiones de cada ejercicio  durante 40 segundos, descansando 10 segundos antes del siguiente ejercicio . Una vez completado el circuito, descansamos 1 minutos caminando y repetimos entre 3 y 4 veces más.  Es una manera divertida, efectiva y que no requiere de mucho tiempo. Perfecto para empezar a ponernos en forma y recuperar movimientos naturales. 
  • Cuida cómo te alimentas. La nutrición juega un papel vital en el funcionamiento de los diferentes sistemas del organismo, así como en el estado anímico que podemos tener. Por ello, la nutrición es la mejor compañera del ejercicio físico y actividad física. Sin agobiarse y sin restricciones, la idea es re-educar nuestros hábitos nutricionales e ir sustituyendo aquellos alimentos que no nos aportan lo necesario por aquellos que sí. Comienza por la lista de la compra. Incorpora frutas de temporada, más productos verdes, menos productos procesados y congelados, por carne y pescado y verduras . Hazlo fácil. Evitar todo aquello que es ultra procesado, alto contenido de azúcares añadidos y grasas saturadas. De esta manera, en casa será más fácil si de lo que disponemos es más natural; evita las tentaciones.
  • Practica deporte con tus hijos. En la actualidad en la que vivimos, cada vez es menor la frecuencia que los niños y adolescentes juegan en la calle, practican deportes colectivos ..la falta de tiempo, el uso de dispositivos móviles está provocando que se pierda la esencia de las relaciones afectivas; Una buena manera de comenzar a ponerte en forma es incluir actividades y deportes para practicar en familia. Una forma excelente de compartir tiempo de calidad, enseñar valores a los más pequeños y disfrutar del ejercicio.
  • Incluye actividades que ayuden a relajarte y mejorar cualidades como el sentido propioceptivo, la flexibilidad, la movilidad y el equilibrio. Clases específicas de estiramientos, o sesiones de Yoga, Pilates complementarán tu plan semanal de ejercicio para estar en forma.
  • Y por último y más importante, establece un compromiso contigo mismo y con tu salud . Estar en forma no consiste en buscar el cuerpo perfecto para los meses de verano; estar en forma es una cuestión de actitud y un estilo de vida activo. Hazlo fácil y cuenta con un profesional que te asesore, ayude y enseñe el camino para poder planificar cada una de sus sesiones de entrenamiento.

 

Y sobre todo, disfruta del proceso y del bienestar que produce el sentirse en forma.

 

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Consejos para una correcta higiene postural en edad escolar

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Los niños con una postura adecuada
crecen como adultos más saludables.

 

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