Llega el verano, se acaba el mal tiempo y nos quitamos el abrigo. Nos olvidamos de los problemas del invierno y en nuestra cabeza solo quedan pensamientos para esas vacaciones tan merecidas en la playa o en la montaña con un elemento en común: un sol hecho para disfrutar.
Pero no te confíes y prepárate, nosotros te damos unos consejos para cuidar tu cuerpo y mente y disponer todo para que nada te coja por sorpresa.
Aquí te dejamos unos cuantos consejos:
1. Primeros cuidados de la piel antes de ponerte al sol
Después de meses sin que tu cuerpo se exponga a radiación UV, es normal que lo primero que queramos hacer es ponernos el bañador y tumbarnos al sol.
Para evitar las manchas y quemaduras, prepara tu cuerpo unos días antes eliminando impurezas. Exfólialo completamente y obtendrás una piel nueva, lista para un bronceado uniforme.
2. Bronceado perfecto a base de smoothies
Si lo que quieres es proteger tu piel de los rayos UV, además de utilizar protección solar adecuada a tu tipo de piel, puedes preparar tu piel aportando cantidades suficientes de nutrientes como las vitaminas A y C, que ayudan al normal funcionamiento de la piel.
Mezcla el zumo de 1 naranja con 2 zanahorias y un tomate y obtendrás el refresco del verano.
3. ¡Pon tus defensas a trabajar!
Gripes, catarros, malestar… casi siempre vienen asociados a la época invernal, pero cuando abusamos del aire acondicionado en oficina, coche y casa, puede acabar resultando en unos catarros veraniegos de larga duración.
El termostato que no baje de los 25 ºC. Intenta adaptarte al calor del clima poco a poco y demuéstrale a tu cuerpo que puedes aguantar las altas temperaturas sin problema.
4. Cuidado con tus ojos
Aparte de nuestra piel, en verano debemos tener especial cuidado con nuestros ojos.
No salgas de casa sin unas gafas (un filtro UV 400 te proporciona una protección completa) y lleva gorras en las horas de mayor incidencia solar.
Recuerda, además, que la altitud de la montaña hace los rayos más peligrosos.
5. Protégete en todo momento
No solo estamos expuestos al sol cuando estamos en la playa, sino que también lo estamos haciendo involuntariamente cuando paseamos al aire libre, hacemos deporte… Por ello lo mejor es estar protegido siempre.
Acostúmbrate a utilizar protector solar cuando salgas de casa y protege las zonas de piel descubiertas, así evitaras la aparición de manchas y quemaduras.
6. Descansa y duerme bien
Días largos y noches cortas. El periodo de descanso es mucho menor en verano y nos encontramos que podemos llegar a acostarnos más tarde y a levantarnos más temprano.
Si puedes, intenta descansar un poco a lo largo del día desconectando o echándote una siesta, así recargaras un poco las pilas para acabar el largo día, pero recuerda, estos breves descansos no sustituyen tus horas de sueño nocturno.
7. En verano vigila el calzado
Con el aumento de temperatura necesitamos un calzado que ayude a nuestro pie a transpirar, pero ojo, no consiste en estar con chanclas todo el día.
Como recomendación, aconsejamos un calzado que recoja el pie, con sujeción y que la suela no sea demasiado fina y plana.
8. Restablece tu equilibrio hídrico
El calor, el clima seco y árido… favorecen la deshidratación. Por este motivo en verano es especialmente importante prestarle atención a la ingesta de líquidos.
No esperes a tener la sensación de sed para beber un buen vaso de agua y recuerda consumir entre 2 y 2,5 L diarios.
9. Préstale atención a tu pelo
El calor y el polvo pueden empeorar problemas como la caspa, la caída, o las puntas abiertas.
Lávate el pelo todo lo que necesites, pero si ves que este acaba sufriendo más de lo debido, aplica el champú solo en el cuero cabelludo y deja las puntas para otro momento, así no se te resecará tanto.
El champú seco también es una muy buena opción para no tener esa sensación de pelo graso.
10. Huevo y miel para una mascarilla capilar
Hay muchas mascarillas que podemos aplicarnos para poder evitar los estropicios estivales.
La miel nutre el cabello de forma natural, mientras que el huevo proporciona vitaminas y otros nutrientes.
Un huevo, 2 cucharadas de miel y aplicar sobre el pelo húmedo durante 30 min. Aclarar con abundante agua.