Contra el riesgo cardiovascular: Más fruta y verdura
Las personas que basan su alimentación en el consumo de frutas, verduras y legumbres tienen niveles de presión arterial más bajos y podrían beneficiarse de un reducción de entre el 20% y el 30% del riesgo cardiovascular. Así lo recuerdan desde la Fundación Española del Corazón (FEC), que defienden importancia del consumo de productos vegetales.
Esta entidad, perteneciente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), hace referencia a un reciente estudio publicado en el ‘Journal of the American Medical Association’ (JAMA) que reveló como la dieta vegetariana se asocia a una disminución de los niveles de presión arterial.
En concreto, vieron que las personas que seguían una dieta vegetariana tenían una presión arterial sistólica 7 mmHg inferior a los consumidores habituales de carne, y un presión diastólica unos 5 mmHg más baja. Por otra parte, los datos extraídos de los ensayos clínicos sugerían que la reducción era de 5 y 2 mmHg respectivamente.
Además, como ha reconocido el director del comité científico del Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón (PASFEC), Pedro Betancor, ” también ayuda a reducir el colesterol (ya que se consume un menor número de calorías), la aparición de diabetes, la obesidad y, por consiguiente, el riesgo cardiovascular total”.
Pese a ello, este experto reconoce que “no hay que llegar a la creencia de que para reducir el riesgo cardiovascular hay que ser vegetariano”. “La dieta mediterránea, que incluye el consumo de carne y pescado, ha demostrado que reduce sustancialmente el riesgo cardiovascular total y, en cambio, es una dieta que se caracteriza por su variedad. Lo ideal es mantener una dieta equilibrada en la que, obviamente, se puede incluir el consumo de carne, pero eso sí, en cantidades moderadas”, ha explicado.
De hecho, la FEC considera que en España se consume gran cantidad de carne roja, en parte porque “la carne es más barata, se aprovecha más, está más disponible y suele ser más sabrosa que el pescado a causa de su alto contenido graso”.
Esta creencia viene respaldada por los datos de consumo alimentario de 2013 que demuestran que la carne representa el 22,1 por ciento del gasto total de la cesta de la compra, mientras que la pesca supone el 13,1 por ciento, las frutas frescas el 9,3 por ciento y las hortalizas el 9,3 por ciento.
“En el momento de escoger, es más recomendable consumir carne blanca, que incluye el conejo, el pollo y el pavo, ya que tiene muy poca cantidad de grasa pero los mismos componentes nutricionales que la carne roja. Por otra parte, el consumo de pescado dos veces por semana también disminuye el riesgo cardiovascular”, ha explicado Betancor.
Los riesgos de la dieta vegana
Pero tampoco es necesario llegar al vegetarianismo estricto, que únicamente permiten el consumo de vegetales eliminando cualquier alimento de origen animal (no incluyen el consumo de leche, derivados lácteos, huevos o miel).
Según la FEC, las personas que siguen esta última dieta, conocida como dieta vegana, deben tener en cuenta algunas recomendaciones para mantener un buen estado de salud. “Es muy importante que las personas que únicamente consumen vegetales mezclen los alimentos de manera adecuada ya que, en caso contrario, pueden tener déficit proteico”, ha alertado.
De los 21 aminoácidos esenciales, hay 9 que el organismo no puede producir por sí solo y hay que suministrarlos con la dieta. La clara de huevo, la leche, las carnes o los pescados tienen todos los aminoácidos esenciales pero los vegetales no. Entre ellos, las legumbres son los que contienen más proteínas (un 20% de su contenido) y aportan gran parte de los aminoácidos que nos faltan, aún así no los aportan todos.
Es por ello que es imprescindible que la dieta vegana incluya la combinación de legumbre con cereales ya que conjuntamente aportan al organismo los aminoácidos que faltan. Además, cabe destacar que las personas que siguen estas dietas deben tomar suplementos de vitamina B12 ya que “ésta no existe habitualmente en los vegetales”.