El Programa PERSEO
El programa Perseo es un programa piloto para luchar contra la obesidad en el ámbito escolar. Este programa surge en el año 2006 como iniciativa para las escuelas y se desarrolla dentro de la estrategia Naos.
Cuando se inició el programa había unos datos relativos al programa ENKID y a la encuesta general del año 2006. En estos momentos los datos de obesidad que se manejan en la Agencia son los datos de prevalencia de sobrepeso y obesidad del estudio Aladino que cifran el sobrepeso en un 30%. En los últimos años podemos decir que la obesidad infantil se encuentra estacionada.
En el programa Perseo trabajan un grupo de expertos, en todos los ámbitos, y una comisión gestora representante de las Consejerías de Sanidad y Educación de las Comunidades Autónomas y la AESAN.
El programa se inicia con un convenio de colaboración entre todas las administraciones públicas y se trata de una intervención en el ámbito escolar para la cual se eligen las Comunidades Autónomas en función de los datos de obesidad infantil que presentaban en el año 2006.
Para desarrollar el programa se contó con financiación del Plan de calidad del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad.
Objetivos
El objetivo del programa Perseo es promover hábitos de vida saludables en escolares de educación primaria (6-10 años) a través de un programa educativo movilizador con participación de los profesores, familia, centros escolares y los centros de salud primaria. Se trata de intervenciones sencillas y aplicables en condiciones reales.
Se trata de un programa institucional y necesita de la participación de las distintas administraciones públicas ya que la AESAN no puede ponerse en contacto directo con colegios por no tener competencias en educación.
Fase de inicio
Para realizar el programa se seleccionaron 64 centros escolares (intervención + control) movilizando alrededor de 13000 alumnos de las Comunidades de Andalucía, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Murcia, Ceuta y Melilla.
La mayoría de los centros eran públicos pero también había concertados y privados. En el programa intervinieron colegios grandes y pequeños (siendo los mayoritarios de entre 100-200 alumnos) de ciudades grandes de más de 100000 habitantes y pequeñas, de menos de 50000 habitantes.
Fase de intervención
La intervención se llevó a cabo en los alumnos, familias y los centros educativos durante los cursos académicos 2007-08 y 2008-09. Se realizó una valoración al inicio para conocer la situación de los niños en los comedores escolares y las familias y una valoración final con el objeto de ver cómo se avanzó con el programa y ofrecer unos resultados.
Para la intervención se elaboró material didáctico por un equipo de profesionales. Este material constaba de diferentes guías de alimentación (elaboradas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria), de comedores (realizada por la SENC) y de actividad física (coordinada por el Dr. Oscar Veigas de la UAM) dirigido al alumnado y disponible en la página web de Perseo.
Además de estas guías educativas se realizaron actividades dirigidas a formación del profesorado de estos centros educativos. También se desarrolló una guía sobre obesidad infantil para profesionales sanitarios de atención primaria que se repartió entre los centros de atención primaria cercanos a los domicilios de los centros escolares (redactada por la Asociación Española de Pediatría) junto con material divulgativo de diversa índole. Además de estos materiales, charlas y talleres para la intervención se desarrolló una página web.
Fase de evaluación
Durante la fase inicial se realizó una valoración antropométrica de los alumnos, unos cuestionarios a los niños para medir su grado de conocimiento de alimentación y un cuestionario al colegio para conocer cómo eran los menús escolares.
Al final del programa, 2 años académicos, se midieron nuevamente los parámetros antropométricos, se evaluó el menú escolar y el grado de conocimiento en temas de alimentación de los niños.
Resultados
El informe de resultados, elaborado a través de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, está disponible en la página web de la AESAN.
En general podemos decir que el grado de aceptación del programa fue bastante elevado pero al medir el índice de implementación se observó que el valor medio de implementación fue de 5 (se ha cumplido el 50% del programa previsto).
El programa no tenía como objetivo revertir la obesidad o sobrepeso, sino intentar introducir en el centro conceptos como nutrición, actividad física e importancia de la alimentación y la salud en el programa habitual del centro.
En la fase inicial del programa la prevalencia de obesidad, según IMC, en niños era de 19,87 % y en niñas 15,31%. Cuando finalizó el programa no se observaron diferencias significativas con respecto al inicio tanto en los niños-as control como en los de intervención. Esto era lo esperado ya que en una intervención de este tipo los resultados se observan más a largo plazo.
Analizando los datos más en profundidad se observa que hay datos que marcan una cierta tendencia positiva:
– La proporción de niñas tipificadas como obesas al finalizar el programa, y que no lo eran al inicio del mismo, es menor en el grupo de intervención que en el grupo control. De este dato se puede extraer que el programa tiene una acción positiva.
– Participar en la intervención Perseo puede disminuir en un 20% la probabilidad de ser obeso respecto al grupo control.
– Cuanto mayor sea la fidelidad e implementación del programa el riesgo de ser obeso se reduce significativamente.
– Es necesario adoptar medidas que garanticen la implementación de este tipo de iniciativas: en los centros con mayor implementación se han obtenido mejores resultados.
Hábitos y conocimientos
Los resultados en cuanto a hábitos y conocimientos son más evidentes. La participación en la intervención del programa Perseo tiene un efecto favorable sobre la práctica de la actividad física y disminuye significativamente las actividades sedentarias.
En los hábitos de alimentación se comprueba como también se mejora el consumo de frutas, verduras y hortalizas además de moderar, en algunos casos, el consumo de alimentos con elevada densidad calórica (chucherías, bollería, refrescos, etc). También se observa, según el índice KIDMED, que hay una mayor aproximación a la dieta mediterránea en niños-as del grupo de intervención respecto al control. Aquellos colegios en los que se había aplicado Perseo empezaron a ofertar más fruta y verdura en sus comedores.
Un 64 % de los centros de intervención Perseo refiere que en los dos últimos cursos ha consultado y utilizado manuales y guías con orientaciones nutricionales sobre los comedores.
Respecto a conocimientos relacionados con la alimentación y nutrición, se observa que han mejorado, especialmente sobre el conocimiento y aplicación de las recomendaciones sobre el consumo de frutas y verduras. Reconocen mejor que el pan es un elemento adecuado en un desayuno saludable. Describen la fruta y los zumos de frutas recién preparados como ingredientes de un desayuno de buena calidad nutricional.
Apreciación del programa
Una encuesta realizada tanto a profesores como a alumnos dio como resultado que el programa había gustado mucho ( 65%) y había gustado ( 28,5% ). Al 30% de las familias el proyecto les ha gustado mucho y al 69% les ha gustado (un 99% de las familias valora positivamente Perseo). Más de la mitad de las familias opina que el programa ha contribuido favorablemente a que sus hijas e hijos cambien los hábitos alimentarios y de actividad física.
Conclusiones
El programa Perseo ha conseguido excelentes datos de participación y de apreciación por parte de familias y alumnado.
Algunos índices reflejan un efecto positivo de Perseo en la prevalencia de obesidad de los alumnos participantes.
El programa Perseo ha tenido un efecto positivo en los hábitos de actividad física y alimentación.
Sólo cabe esperar resultados a largo plazo, pero la evaluación de la intervención ha mostrado ya cambios con respecto a la situación inicial.
Los resultados del programa Perseo demuestran que la intervención pública es eficaz en la prevención de la obesidad infantil y en la instauración de hábitos alimentarios y de actividad física saludables, pero es fundamental considerar la implementación a largo plazo.