La Alimentación Emocional
La alimentación emocional se conceptualiza como “comer en respuesta de algún evento o estado de ánimo”, que habitualmente, suele ser de carácter negativo[1].
Así, las situaciones de estrés, las preocupaciones, y la tensión o ansiedad se relacionan con el hecho de comer para tranquilizarnos[2]. Igualmente, emociones como la tristeza, la frustración o el dolor, suelen incitar comportamientos alimentarios en los que se pierde el control de lo que se come, o no se tiene en cuenta la sensación de hambre fisiológica.
Aun siendo reconocido este comportamiento como negativo, las medidas para manejar este tipo de alimentación no son conocidas o aplicadas por la mayoría de las personas que se encuentran en este tipo de situaciones.
Aquí te hablamos de dos de ellas.
Mindfulness eating o alimentación consciente
Por mindfulness se entiende un “estado de conciencia plena de cuerpo y mente, que involucra estar presente y sin juzgar en las experiencias vividas en cada momento”[3].
Su aplicación en relación con el comportamiento alimentario significa comer más conscientemente, de manera que se coma lo suficiente para estar satisfecho, ni más, ni menos[4]. Parece simple, pero aplicarlo a la vida cotidiana no es tan sencillo. Requiere de un aprendizaje y una ruptura con los hábitos que se tenían hasta el momento.
La idea es que cuerpo y mente trabajen juntos en el envío y recepción de las señales esenciales sobre lo que se necesita o se quiere comer. Se puede aprender a diferenciar sensaciones como las de estar satisfecho, hambriento, o simplemente querer comer algo rico y delicioso4, y esto nos permite pararnos a pensar y buscar una solución distinta a la comida en aquellas situaciones en las que un evento o emoción negativa nos ha generado un impulso de comer descontroladamente.
Alimentación intuitiva
La alimentación intuitiva representa otra manera de manejar las sensaciones y/o emociones vinculadas a la alimentación.
Concretamente, este enfoque enfatiza la confianza en las sensaciones percibidas de hambre y saciedad, evitando o reduciendo las situaciones en las que se come emocionalmente[5].
Se trata por tanto de una manera de basar nuestra alimentación estableciendo una fuerte conexión con las señales internas del cuerpo y aprender a distinguirlas y guiarse por ellas[6].
Sus principios básicos son sencillos y se resumen a continuación. Lo más importante para aplicarlos es estar dispuesto a integrarlos en los hábitos diarios:
- Darnos permiso incondicional para comer cuando tenemos hambre, percibiendo cada comida como emocionalmente neutral y sin hacer distinciones entre alimentos buenos o malos[7].
- Querer y apreciar nuestro cuerpo7.
- Comer para satisfacer el hambre física y no emocionalmente7.
- Confiar plenamente en que las señales percibidas nos guiarán correctamente hacia lo que necesitamos fisiológicamente, seleccionando así aquellos alimentos que mejor nos sienten y cuyo sabor también cubra las demandas de nuestro paladar5.
Aplicar uno u otro método es elección personal, pero el resultado final consiste en evitar las interferencias emocionales en nuestro comportamiento alimentario gracias a la práctica constante de la integración de cuerpo y mente.
[1] Thayer R. Calm Energy: How people regulate mood with food and exercise. Oxford: Oxford University Press; 2001.
[2] Nguyen-Rodriguez ST, Unger JB, Spruijt-Metz D. Psychological Determinants of Emotional Eating in Adolescence. Eating disorders. 2009;17(3):211-224.
[3] Brown K.W, Ryan R.M. The benefits of being present: Mindfulness and its role in psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology. 2003;84(4):822–848.
[4] Albers S. What Is Mindful Eating? En: Solis M. editors. Eating mindfully: how to end mindless eating and enjoy a balanced relationship with food. 2nd ed. Oakland: New Harbinger Publications; 2012. p. 6-9
[5] Tribole E, Resch E. Intuitive Eating. A Revolutionary Program That Works; 2012:1-344.
[6] Anderson L.M, Reilly E.E, Schaumberg K. et al. Eat Weight Disord. 2016; 21: 83
[7] Cadena-Schlam L, López-Guimerà G. Intuitive eating: An emerging approach to eating behavior. Nutr Hosp. 2015;31(3):995-1002
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