Problemática en obesidad infantil
En un estudio del año 2012 se calculó la prevalencia en España para las distintas comunidades autónomas, por ejemplo en el País Vasco hay un 6% de obesidad y 16% de sobrepeso. Los datos son inferiores a los elevados del Sur y Este de España. En general al prevalencia de obesidad es entre 5-7 % en las regiones del Norte (incluida Madrid) y va creciendo en función del gradiente Norte-Sur.
La obesidad en general, como sabemos, es un gran problema de salud, ya que hay una tendencia en la sociedad a ir creciendo, como ha sucedido en EEUU. Además la obesidad infantil condiciona la morbilidad asociada a la edad adulta e incluso en algunos casos baja la expectativa de vida. Los niños obesos van a tener diabetes tipo II y sus expectativa de vida será menor que la de sus padres y abuelos.
La obesidad es el exceso de ingesta o el fracaso en el gasto energético (gastamos poco). En definitiva consumimos mucha más energía de la que gastamos.
Características de la dieta infantil
En la dieta de los niños y adolescentes encontramos excesos y carencias. Los excesos son en consumo de quesos grasos, carnes rojas y embutidos, frituras, pastelería, productos ricos en grasas animales y saturadas, y refrescos. Y en cambio hay carencias en pescados, legumbres, verduras y hortalizas, frutas frescas y cereales integrales. Todo esto también es extensible a los mayores porque los pequeños reflejan los hábitos de los mayores.
Tendríamos que mejorar limitando la comida basura, disminuyendo el tiempo dedicado a la televisión y a las pantallas, disminuyendo las raciones…
La mejor edad para crear hábitos correctos nutricionales es entre 6-9 años, en los mayores es más difícil cambiar los hábitos nutricionales.
La obesidad es poligénica y multifactorial
Las recomendaciones dietéticas dependen de razones culturales, zona geográfica, costumbres gastronómicas, condiciones socioeconómicas, pero también hay que hacer caso a la genética. Hay enfermedades monogénicas, sólo hay un gen alterado, y si damos la proteína que codifica ese gen el paciente mejora. En alimentación las cosas no son tan fáciles, en la obesidad hay miles de genes implicados, sobre todo hay muchos genes que regulan la ingesta. Es decir, la obesidad es poligénica y multifactorial.
En el futuro tal vez tengamos información sobre qué tipo de comida según los genes es mejor para cada uno, pero por ahora tenemos que ir poco a poco en función de la evidencia científica. Y lo más fácil es reconocer qué variantes genéticas se asocian con algún factor de riesgo, por ejemplo el colesterol elevado, la mayor acumulación de grasa corporal, etc.
Estudio EVASYON
Es un estudio de intervención en adolescentes obesos realizado en 5 ciudades de España. En este estudio se desarrolla, aplica y evalúa la eficacia de un programa terapéutico para adolecentes con sobrepeso y obesidad utilizando una aproximación integral que incluye educación nutricional y actividad física. Está desarrollado por equipos multidisciplinares en los que intervienen psicólogos, psiquiatras, dietistas, especialistas en ejercicio físico y pediatras.
El programa consistía en una restricción calórica con una dieta equilibrada. Las 10 primeras semanas el programa era intensivo, la dieta era cerrada y a partir de esa semana el adolescente podía elegir algunos elementos. Y se acompañaba de un programa de educación física pautado con visitas semanales, con juegos recreativos en común y se medía si había mejorado su fuerza física, su capacidad de resistencia, etc. También tenían ayuda psicológica. Y el seguimiento ha durado un año.
Eran unos 200 adolescentes y examinando en las células blancas de la sangre el ADN genómico (también se puede extraer de la saliva o por raspado bucal) se les han medido una serie de variantes genéticas, algunas relacionadas con el apetito, o con el tejido adiposo. Se estudiaron 9 variantes genéticas construyendo un score. Por ejemplo para una variante genética tan importante como en el gen FTO pueden tener un alelo A (alanina) o T (timina). Al sumar todas las variantes había individuos que tenían entre 6 -13 (el máximo número era 18, dos copias por cada una de las 9 variantes).
Lo que hemos visto es que en la pérdida de peso el cambio en el peso seguía una cierta tendencia, de manera que los individuos que tenían un score genético más alto perdían más peso porque partían, en parte, de mayor peso. Algo similar se ve en el porcentaje de masa grasa. Para los niños y adolescentes que están creciendo, el IMC no sirve, sino que se calcula el IMC según su edad, esto es la desviación estándar del IMC.
En resumen, lo más interesante es que hemos establecido una diferencia según si las personas tenían un score genético bajo (menos de 9) o alto (por encima de 9) y hemos visto la asociación que existía entre tener ese score genético con los parámetros bioquímicos después de la pérdida de peso. Los resultados muestran que en los que tienen baja carga genética de obesidad casi todas las medidas bioquímicas son más favorables: tienen mayor cambio en la leptina, en la glucosa, en el colesterol y en las apolipoproteínas. A igualdad de pérdida de peso los parámetros bioquímicos son más favorables cuando tiene una carga genética baja.
En cambio si tienes una carga genética alta la pérdida de peso no es tan favorable. Es decir, se ve que la pérdida de peso no es igual para todo el mundo, sino que si tienes una carga genética alta los beneficios de la pérdida de peso se van a disfrutar menos.
La importancia del estilo de vida saludable
Para terminar decir que en la obesidad y en los programas de pérdida de peso tendremos que tener en cuenta las variantes genéticas, las marcas epigenéticas y, por supuesto, los factores del estilo de vida.
En la literatura estamos viendo como se estudian cada vez mejor las interacciones entre las variantes genéticas y, por ejemplo, el ejercicio físico. En un trabajo reciente con más de 250.000 sujetos se ve que la actividad física es buena para prevenir la obesidad independientemente de la variante genética que se tenga. Éste es un mensaje interesante: las variantes genéticas pueden ser desfavorables pero casi siempre un estilo de vida saludable va a beneficiar.