La vuelta al cole, un buen momento para recuperar hábitos de salud
Alimentación saludable y equilibrada en todas las comidas, ejercicio a diario y descanso adecuado son claves para la salud.
Las vacaciones de los más pequeños se acaban y es hora de que comiencen un nuevo curso escolar. Por eso, esta época representa el momento idóneo para animarles a que lleven o recuperen unos buenos hábitos de salud. Llevar una dieta diaria saludable, acostumbrarse a una actividad física frecuente y unas horas de sueño adecuadas son hábitos que, si interiorizan desde pequeños, les ayudarán a tener una buena salud de adultos.
Quizá una de las rutinas más complicadas de cambiar es la del desayuno. Es frecuente que cuando los padres piensan en ella surjan preguntas como, ¿qué ocurre si mi hijo se va sin desayunar al cole? o ¿cómo debe ser el desayuno?
En este sentido, es recomendable desayunar en casa o en el colegio y tomar algo a media mañana para así evitar los temidos “atracones”, uno de los grandes problemas a la hora de mantener una dieta saludable. Es importante ser conscientes de que todas las comidas son igual de importantes, que todas deben ser saludables y que hay que evitar los atracones.
Si desayunamos de forma saludable, contribuimos al equilibrio nutricional del día. No hay desayunos ideales y el criterio debe ser el mismo que para el resto de comidas. Es decir, variado, equilibrado y sobre todo saludable. Por ejemplo, el desayuno es, junto a la merienda, el momento perfecto para tomar un vaso de leche u otros lácteos como los yogures o el queso. Podemos, además, acompañarlo de una pieza de fruta, un puñado de frutos secos o pan integral, huyendo siempre del exceso de azúcar.
La práctica deportiva es otro de los hábitos que debería formar parte del día a día de nuestros hijos. Ayuda a evitar el sobrepeso y la obesidad y facilita que el niño tenga un desarrollo equilibrado. Además, la actividad física mejora las relaciones sociales, reduce la ansiedad al tiempo que mejora la autoestima, ayuda a que se valore más el compañerismo y anima a asumir retos y responsabilidades.
Para que el niño esté predispuesto a practicar deporte es importante buscar actividades que le gusten y procurar que se las tome como si fuera un juego. Para ayudarle a decidir, es recomendable que la familia lleve a cabo actividades en las que se incluya algún tipo de actividad física, como patinar, montar en bicicleta o practicar senderismo, entre otras.
El descanso adecuado es otro hábito saludable que no se puede dejar atrás. La estabilidad emocional del niño o su grado de irritabilidad pueden depender mucho del número de horas de sueño que tengan cada noche. Debemos intentar que los niños se acuesten siempre a la misma hora, así como evitar la presencia en su habituación de aparatos que puedan alterar su horario de sueño: ordenador, consolas, teléfono, televisión… Si no es posible, se pueden pactar horarios de uso que no interrumpan o acorten las horas de sueño y vigilar su cumplimiento. Asimismo, también se debe procurar que no se vayan a la cama con el estómago vacío ni inmediatamente después de la cena y, por supuesto, evitar bebidas y alimentos excitantes que puedan dificultar su descanso.
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