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La importancia de la educación nutricional desde la infancia

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Uno de los pilares fundamentales para el correcto crecimiento y desarrollo de las funciones del cuerpo humano es una adecuada nutrición. (1)

Es por eso por lo que, los niños que aprenden a comer correctamente durante su infancia tendrán más probabilidades de seguir, en la edad adulta, una dieta sana y equilibrada. Esta conducta es, sin duda, la mejor herramienta de prevención de muchos trastornos y enfermedades. (2)

¿Qué es la educación nutricional?

Así, la educación nutricional consiste en una serie de estrategias y métodos educativos diseñados para facilitar la adopción de conductas y hábitos saludables relacionados con la alimentación de manera voluntaria.

El objetivo es generar un cambio social logrando mejorar el comportamiento y prácticas alimentarias. Esto conllevará a una mejora en la salud de la población. (3)

¿Por qué desde la infancia?

En este sentido, la infancia se caracteriza por ser la etapa donde se produce un mayor crecimiento físico y desarrollo psicomotor.

Esto implica que la alimentación no debe proporcionar solamente la energía para mantener las funciones vitales. También, debe cubrir las necesidades relacionadas con el crecimiento y la maduración del niño. (4)

Por ello, el proceso de aprendizaje de los hábitos alimentarios es especialmente importante durante los primeros años de vida ya que, además de faciitps-img-madre-hijalitar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, ayudará a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta.

Es importante que en este periodo se favorezcan las condiciones necesarias para que el niño adquiera progresivamente unos hábitos alimentarios saludables y genere una buena relación con la comida. (4)

Además, los distintos ambientes donde come el niño (en casa, en casa de los abuelos/familiares, en las guarderías…) deben transmitir una serie de hábitos: como la utilización de los cubiertos, los hábitos higiénicos básicos y un comportamiento adecuado en la mesa que el niño irá aprendiendo progresivamente. (4)

Estrategias

El objetivo de la educación nutricional desde la infancia es poder proporcionar comidas completas con calidad nutricional e higiénica. Para esto, se pueden implementar distintos métodos que probablemente cueste al inicio reforzar, pero que luego con la práctica fluirá.

Así, la incorporación de los nuevos alimentos se debe hacer de una manera progresiva, lenta y en pequeñas cantidades, con un intervalo de algunos días (entre 3 y 5), para cada nuevo alimento y observando cómo se tolera. (4)

¿Qué podemos hacer?

Idealmente, los niños deben llevar un horario regular en sus comidas para evitar el desorden y picoteo entre medias. Las comidas deben realizarse en un ambiente relajado y cómodo evitando distracciones como la televisión y los dispositivos electrónicos como teléfonos o tablets. Para facilitar el aprendizaje de buenas prácticas alimentarias y, además, para fomentar la interacción con la familia y el desarrollo cognitivo. (4)

También es importante fomentar la elaboración de las comidas en casa, con alimentos frescos y naturales, para evitar la preferencia de las comidas rápidas y ultra procesadas.

Con esto, se potencia la variedad de las preparaciones para evitar caer en la monotonía y a su vez, incorporar alimentos de temporada que identifiquen la gastronomía de la zona.

Otra estrategia es fomentar el descubrimiento y la aceptación progresiva de diferentes alimentos para que el niño aprenda sobre el placer de comer con moderación. Lo recomendable es educar el paladar del niño desde una temprana edad para que vaya aceptando los diferentes sabores (frutas, verduras, lácteos, pescado, huevos, pollo…). (2)

En conclusión, es muy importante trasmitir poco a poco a los niños, siempre que sea posible, conocimientos sobre los diferentes grupos de alimentos, sus funciones, beneficios, frecuencia de consumo y los posibles riesgos. Para que lo vayan aprendiendo paulatinamente y tomando la conciencia necesaria para ser capaces de alimentarse de una manera saludable a largo plazo. (2)

_____________________________________________________

[1] Asociación Española de Pediatría (AEP). Comité de nutrición y lactancia materna (2021). Manual de Nutrición A. España: LUA Ediciones.

[2] Villaplana M., Educación Nutricional en el niño y adolescente (2011). Ámbito farmacéutico. VOL 30, NUM 3. Disponible en: https://docplayer.es/58002911-Educacion-nutricional-en-el-nino-y-el-adolescente.html

[3] Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Educación Alimentaria y Nutricional. [23/05/2022] Disponible online: https://www.fao.org/nutrition/educacion-nutricional/es/

[4] Generalitat de Catalunya. Departament de Salut. Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia (de 0 a 3 años). Disponible en:  https://www.escolabressolblauet.com/varios/Recomendaciones_para_la_alimentacion_en_la_primera_infancia.pdf

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LA MERIENDA INFANTIL, SU IMPORTANCIA Y OPCIONES SALUDABLES

La merienda in fantil saludable

La importancia del almuerzo y la merienda en los niños

Una alimentación variada y equilibrada durante la infancia y la adolescencia no solo implica la inclusión de todos los grupos de alimentos y en las raciones recomendadas, sino que también está ligada a unos hábitos de vida saludable. Entre estos últimos, cabe destacar un correcto reparto energético dividido en 5 comidas a lo largo del día.

En este sentido, la distribución de la ingesta diaria de alimentos a lo largo de cinco momentos del día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) permite que los niños tengan un reparto uniforme de energía y nutrientes, acortando los periodos de tiempo que pasan sin ingerir alimentos, llegando a la próxima comida con menos apetito, garantizando el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre y evitando así el consumo de las reservas propias del organismo, y mejorando su rendimiento académico. Sin embargo, no solo es importante que los niños merienden, también lo es elegir correctamente los alimentos a incluir en estas comidas.

Tanto el almuerzo de media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 % del aporte energético diario total, pero lo ideal es que esas calorías provengan de alimentos con un elevado contenido en vitaminas, minerales y proteínas, las cuales contribuyen al crecimiento y mantenimiento de la masa muscular. La fruta, los lácteos y los cereales no deben faltar en la merienda, además es una buena opción para completar las raciones diarias recomendadas de estos alimentos.

“Tanto el almuerzo de media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 % del aporte energético diario total”

Opciones saludables para la merienda

Así, los lácteos como la leche, el queso fresco o el yogur, especialmente si es natural y sin azúcar, aportan una gran variedad de nutrientes, imprescindibles en etapas de crecimiento, como el calcio, que contribuye al correcto desarrollo de los huesos en niños. Para hacer más apetecible la merienda el queso se puede acompañar de un poco de miel o añadir al yogur cereales integrales o un poco de fruta. Esta última, también puede consumirse como pieza única y además se puede elegir entre una gran variedad de frutas de temporada como el plátano, la mandarina o la manzana, cortada será más fácil de llevar y comer.

Durante la etapa infantil tiene lugar un importante gasto energético, con unos requerimientos nutricionales aumentados. Los niños están en pleno desarrollo y son muchas las horas que pasan en el colegio o realizando actividades extraescolares y, en definitiva, en movimiento. Por todo ello, también es importante asegurar un aporte adecuado de hidratos de carbono, ya que constituyen la principal fuente de energía para nuestro organismo y contribuyen al mantenimiento de la función cerebral normal. Así, alimentos como el pan o los cereales, preferiblemente integrales, resultan idóneos para incluir en la merienda o media mañana de los más pequeños.

De esta manera, otra opción muy adecuada para la merienda de los niños son los bocadillos, de jamón cocido, curado, lomo, queso, las opciones son ilimitadas. Además, los bocadillos permiten incluir otro tipo de alimentos como los frutos secos, ya sea a través del propio pan o en su interior, por ejemplo, combinando queso crema con unas nueces trituradas.

Los niños están en pleno desarrollo y son muchas las horas que pasan en el colegio o realizando actividades extraescolares y, en definitiva, en movimiento.

Como hemos comentado, tanto el almuerzo como la merienda son comidas para reponer energía y controlar el hambre hasta la comida o cena, por ello no deben ser muy abundantes, con una ración reducida es suficiente para saciar el apetito y aportar los macro y micronutrientes requeridos. Además, debemos variar los alimentos que incluimos en la merienda de los niños, para evitar que se aburran y los rechacen. Hacer que participen en la preparación de sus comidas y meriendas también hará que coman con más ganas.

Foto de fondo creado por pressfoto – www.freepik.es

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Manualidades infantiles: los Frutiglobos

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Los Fruti-Globos son una actividad ideal para que los pequeños de la casa estén un rato entretenidos y al mismo tiempo tengan un acercamiento divertido con un alimento tan sano como la fruta. Saca las tijeras y el pegamento e hincha los pulmones, que toca una tarde divertida.

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