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La dieta mediterránea reduce un 30 por ciento el riesgo cardiovascular

Así lo verifica el Lyon Diet Heart Study, un ensayo llevado a cabo por la Asociación Americana del Corazón, que ha probado la eficacia de la dieta mediterránea sobre la tasa de recurrencia coronaria después de un primer infarto de miocardio.

Concretamente, el estudio analizó a un grupo de personas que, bajo un mismo perfil de factores de riesgo coronario, se les administró durante 46 meses una dieta mediterránea basada en consumo de pan, hortalizas, verduras, pescado, fruta y un menor consumo de carne roja. Los resultados concluyeron que los sujetos que siguieron una dieta de estilo mediterráneo tenían un riesgo del 50 al 70 por ciento más bajo de volver a padecer una enfermedad cardiaca.

De esta manera, la investigación ha demostrado que la dieta es un elemento clave tanto en la prevención como en el tratamiento de cualquier enfermedad relacionada con el corazón. Una dieta equilibrada es la dieta de estilo mediterráneo, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010, a la cual se le atribuyen múltiples propiedades saludables como la disminución de enfermedades cardiovasculares.

La dieta mediterránea está basada en el consumo de productos vegetales -frutas, verduras, legumbres y frutos secos-, pan y otros cereales -que contengan el trigo como alimento básico-, productos lácteos preferiblemente desnatados, el aceite de oliva como grasa principal, y dentro de las proteínas priorizar el consumo de pescado y aves sobre el de la carnes rojas. Además, también es cardiosaludable el consumo regular de vino o cerveza en cantidades moderadas -dos vasos al día en varones, uno en mujeres-, ha comentado Regina Dalmau, miembro de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

En este sentido, la experta ha insistido en que las dietas bajas en grasas de origen animal -sobre todo grasas saturadas- y que potencian el consumo de frutas, verduras y productos integrales, disminuyen significativamente los niveles de colesterol en sangre, uno de los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.

Asimismo, otro aspecto en el que coinciden varios estudios son las propiedades cardioprotectoras del ácido graso omega-3, que según nos señala la cardióloga Dalmau contribuye a reducir los triglicéridos y la proporción de partículas de colesterol LDL densas y pequeñas, que son las que más favorecen la ateroesclerosis. “Además los ácidos omega-3 tienen propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias que, sin duda, contribuyen también a mejorar la prevención cardiovascular”, ha matizado.

El estudio DART

DART es el primer ensayo controlado que estudió la influencia de la dieta en el reinfarto con el objetivo de probar la hipótesis de que el pescado azul confiere protección contra la enfermedad coronaria. En el análisis se observó una reducción de la mortalidad durante los dos primeros años después del infarto de miocardio entre aquellos que consumieron 300 gramos de pescado azul a la semana, o que tomaron suplementos de aceite de pescado en una cantidad equivalente.

El ácido graso omega-3 es propio del salmón y otros pescados azules -sardinas, anchoas, pez espada o atún-, pero también lo encontramos en alimentos de origen vegetal como aceites vegetales, los frutos secos, algunas verduras como la lechuga y las espinacas, así como la piña y las fresas.

Según un artículo publicado en la Revista Española de Cardiología, en el que se dieron a conocer los resultados del Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular (ENRICA), más de un 46,7 por ciento de la población española sufre hipercolesterolemia y sólo la mitad sabe que la padece.

Además, otro dato alarmante es que 28.000 personas mueren cada año en España debido a la obesidad y el sobrepeso, tal y como lo indica un estudio llevado a cabo por diversos departamentos de Medicina Interna de hospitales españoles, publicado también en la revista de la Sociedad Española de Cardiología.

Ante estos datos, la FEC ha insistido en que siguiendo un estilo de vida más saludable se pueden llegar a prevenir hasta el 90 por ciento de los infartos y ha recomendado combinar la práctica de ejercicio físico regular con la reducción de alimentos que aumentan los niveles de colesterol.

“Mantener una alimentación equilibrada, basada en la dieta mediterránea, es un elemento esencial para la prevención de enfermedades relacionadas con nuestro corazón”, ha zanjado la Fundación.

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Programa comunitario 5 al día

Cinco al día es un movimiento internacional que tiene como objetivo promover el consumo de frutas y hortalizas a nivel global. En España esa acción la lidera la Asociación 5 al día para la promoción del consumo de frutas y hortalizas. Es una asociación que recibe el apoyo de los productores y distribuidores de frutas y hortalizas en España, que es una de las grandes productoras de frutas y hortalizas, asimismo es una gran consumidora junto con otros países de la cuenca mediterránea. También hay apoyos de instituciones públicas y privadas.

Sus acciones más destacadas son el programa educativo 5 al día y también acciones de promoción de la salud que se realizan en el ámbito comunitario.

Mensaje 5 al día

El mensaje de 5 al día lleva consigo el lema del consumo diario de al menos 5 raciones entre frutas y hortalizas, que en España están establecidas entre tres raciones de futas al día y dos de hortalizas preferentemente frescas.

Está claro el efecto promotor de la salud de las frutas y hortalizas en la dieta en las diferentes enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Se ha establecido por estudios epidemiológicos como objetivo de salud pública el consumo de 600 gramos al día (400 gramos hacen referencia al objetivo individual). Así 2,7 millones de muertes al año podrían prevenirse si la población consumiera esa cantidad.

Las frutas y hortalizas también tienen un efecto protector del riesgo de padecer obesidad. Hay quien piensa que no tienen efecto por sí mismo, sino que el hecho de consumir frutas y hortalizas hace que no se consuman otros alimentos y, por lo tanto, desplazan a los alimentos que pueden promover el riesgo cardiovascular, de cáncer u obesidad (y como ya saben los datos de obesidad en España son alarmantes).

Las frutas y hortalizas ocupan un lugar privilegiado en las recomendaciones comunitarias de salud pública. Las 5 raciones al día suponen los 600 gramos del objetivo de salud pública pero que en el último estudio de la encuesta nacional de la ingesta dietética en España no llegamos ni siquiera a los 400. El 40% de la población adulta no consume fruta a diario y el 60% no consume hortalizas a diario, y son cifras similares en la población infantil. Según la última encuesta el 10% de la población infantil comía fruta 1 vez a la semana o nunca.

Acciones en nutrición comunitaria

El programa comunitario 5 al día es transversal a muchísima acciones en la comunidad, por ejemplo los productores y distribuidores de la industria agroalimentaria son también difusores del mensaje del consumo diario de frutas y hortalizas. Las grandes empresas recurren a la asociación para que en el marco de su responsabilidad social corporativa puedan promover el consumo de frutas y hortalizas en el espacio laboral.

Los medios de comunicación también son una herramienta muy importante de la asociación desde donde se lanza notas de prensa con información útil, se hacen documentos de consenso y de posición para orientar no solamente a la asociación sino a los socios productores, distribuidores y a la industria agroalimentaria. También hay un programa educativo y se fomenta desde la asociación los entornos facilitadores del consumo de frutas y hortalizas

Frutas y hortalizas trasformadas

¿Qué cuenta como fruta y hortalizas? Las frutas y hortalizas frescas como tomates, setas comestibles, y después hay una serie de alimentos que están fabricados a partir de ellas. El consumo de sodio en España ronda los 9 gramos pero la recomendación es de 5. El 70% del sodio de la dieta procede de alimentos trasformados. En el documento de consenso director se establece un límite por el que las hortalizas trasformadas que quieran promover el consumo a través del mensaje 5 al día no deben exceder una cantidad de sodio.

En los zumos también el examen es riguroso y es necesario un certificado de autenticidad, no puede tener azúcares añadidos y, además, se controla mucho la comunicación que va a hacer el fabricante sobre en qué marco se debe a consumir el zumo. Por ejemplo en el consenso del comité científico se indica que el zumo puede representar como máximo una ración de fruta al día. También en los cocinados se establecen límites para grasas saturadas.

¿Qué es una ración?

Se establece qué es una ración en función de un consenso en el comité científico. La ración media se estipula entre 140-150 gramos, dos de hortalizas y tres de frutas (www.5al dia.org). Para el establecimiento de las raciones se han seguido unos criterios, se han tenido en cuenta raciones que son dietéticamente posibles -que habitualmente se consumen- y que hay una equivalencia entre los grandes principios inmediatos y entre la fibra. Y también se han tenido en cuenta los estudios epidemiológicos que están disponibles en la web.

El mensaje en la comunidad

Las instituciones de salud, educación y agricultura hacen suyo ese mensaje y por ejemplo en las acciones de promoción de frutas y hortalizas los minoristas usan esa imagen para que haya implicación de muchos actores de la comunidad. Hay acciones en los puntos de venta (mercados, grandes superficies, etc) de información nutricional que son realizadas por dietistas nutricionistas.

También podemos orientar al consumidor a que elija menús cerrados con al menos un ración de frutas y otra de hortaliza. Hay industria alimentaria que nos ha pedido la cesión de la imagen para lanzar el mensaje del consumo diario de frutas y hortalizas. Para la asociación es una oportunidad de comunicación y para la industria y los consumidores es una oportunidad para seleccionar alimentos que sí son una ración de frutas. En España se consumen más néctares que zumos y los néctares no llegan ni al 50 % de contenido de zumo y todos tienen azúcares añadidos.

Asimismo grandes empresas han hecho suyo el mensaje a través de la imagen de la asociación para promover en diferentes ámbitos. También participamos en acciones promotoras de actividad física.

También hacemos asesoramiento a los socios y disponemos de una base de datos de declaraciones nutricionales y propiedades saludables de cada una de las frutas y hortalizas de las que tenemos información en nuestra página web, y que va a servir también para que los fabricantes den una información realista y basada en la evidencia.

En la escuela hay un programa educativo sobre educación nutricional. Los focos más efectivos de las intervenciones en el medio educativo son las acciones integrales, no solamente hay que promover el consumo de frutas y hortalizas hay que asegurar que los niños desayunan cada día, que hay un aumento en la disponibilidad de frutas y hortalizas, que se debe disminuir el acceso a otro tipo de alimentos y que debe promoverse el consumo de agua como bebida gratis y accesible.

Acciones con impacto demostrado

-Ofrecer fruta gratuita en la escuela. Hay un programa europeo de reparto de fruta.

-Precios asequibles para alimentos saludables.

-Motivar la actividad física de los niños.

-Regular la publicidad de alimentos en la televisión.

Desde el comité científico hemos promovido un documento para hacer todo lo posible para que las autoridades educativas aseguren que los escolares cuando terminan su educación obligatoria tengan los conocimientos y habilidades para decidir responsablemente sobre su salud respecto a la alimentación.

El programa “Apadrina a un colegio” pretende que los socios y las instituciones puedan promover el programa educativo dentro de su entorno local. Hay unas fichas de actividades con mucha información en la que se plantean actividades en el medio escolar de diferentes duraciones. Hay fichas de información sobre frutas y hortalizas dirigidas a diferentes grupos de edad.

Asimismo hay una revista que se manda 3 veces al año a los padres para que participen dando proyección del mensaje al hogar y hay información en la página web sobre juegos que son de acceso libre.

También hay actividades que van acompañando al programa educativo como ferias de salud, programas y juegos para hacer participar al adolescente, talleres y charlas, obras de teatro, visitas a plantaciones, congresos, etc.

Conclusiones

El programa 5 al día cuenta con toda la comunidad, actúa desde la evidencia y con el respaldo de un comité científico. La participación de los socios es primordial para que el mensaje sea difundido en la sociedad y en la acción local y es importante que todas las acciones deben ser integradas dentro de muchas otras, se puede integrar en la acciones de promoción de la salud de las comunidades autónomas, de los ayuntamientos, de la iniciativa de una universidad, etc.

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Nutrigenética y prevención de enfermedad: Nutrición personalizada

Nutrigenómica y nutrigenética están en el mismo campo, son las relaciones entre la nutrición, los genes y la prevención de enfermedades. Esto permite tener una visión molecular de la medicina ya que conocemos los procesos a nivel celular y las moléculas que intervienen. Por delante de la nutrigenética y la nutrigenómica está la farmacogenómica o la farmacogenética ya que hay algunos principios activos de los alimentos que sabemos tienen un efecto muy positivo (por ejemplo algunos componentes del té) y que se han utilizado para diseñar medicamentos porque modifican la expresión de genes. Hay continuamente una interacción entre compuestos de los alimentos que pueden estar modificando la expresión de genes a nivel celular.

Nutrición y enfermedad

De las 10 primeras causas a nivel mundial de mortalidad 5 tienen que ver con la nutrición. Pero la nutrición es muy compleja porque hay una gran variedad de compuestos bioactivos que pueden hacer un papel distinto, quizás, utilizando genes como mediadores. Son muchos los nutrientes que pueden ejercer un papel protector o aumentar el riesgo de padecer determinadas patologías.

Los nutrientes son mezclas complejas y hay preguntas relacionadas con la nutrición y la prevención de enfermedades que todavía no están resueltas: ¿actúan sinérgicamente?, ¿qué cantidad es la adecuada para lograr el efecto deseado?, etc.

Nutrigenética y enfermedad

En las células se encuentran los cromosomas y en ellos se empaqueta la molécula de ADN que tiene una estructura muy básica: secuencias con bases de nucleótidos. Cada 3 nucleótidos de la cadena de DNA codifica para un aminoácido y a partir de una secuencia concreta del DNA obtenemos la cadena de aminoácidos que dará lugar a la proteína. Cuando se habla de mutación quiere decir que la cadena tiene un cambio puntual en un nucleótido (snip). La mutación puede ser en los dos alelos (homocigosis) o en un alelo (heterocigosis).

Cuando un nucleótido muta pueden pasar varias cosas: que sólo cambie el nucleótido o que también cambie el aminoácido. El cambio en el nucleótido, aunque no llegue a manifestarse en la cadena, puede producir un cambio en la expresión de genes; cuando se produce un cambio en el aminoácido la proteína es diferente.

Genotipo, ingesta de nutrientes y riesgo de enfermedad. Ejemplos

Hoy en día los análisis que se hacen en nutrigenética se basan en comparar como varía el genotipo con respecto a alguna enfermedad y en función de la ingesta de algún nutriente. Por ejemplo, cuando medimos la mutación en el receptor de la vitamina D y el riesgo de cáncer de colon, nos encontramos que el riesgo era mayor para las personas con el alelo ff y una baja ingesta de calcio. Es decir, según el genotipo y modulado por la dieta el riesgo de cáncer varía.

En otra mutación para el receptor de la vitamina D se observó que cuando la ingesta de cafeína era muy alta y además el individuo tenía el alelo tt se disminuía mucho la densidad de la masa ósea.

En otro análisis se vio como la fibra modula el cambio en la presión arterial en personas con mutaciones en un gen que codifica para la angiotensina. Los portadores del alelo Met en la angiotensina parece que tienen una mayor reducción en la presión arterial diastólica cuando tienen el alelo Met-Met en homocigosis (la treonina ha mutado a metionina).

Otro análisis demostró que el aceite de pescado reduce los niveles de TNF alfa y parece que el efecto favorable del aceite de pescado sobre los niveles de TNF alfa es más positivo para los que tienen el alelo A (-308 G/A).

En el caso del genotipo MTHFR 677C (metilen tetra hidrofolato reductasa), la enzima que modula los niveles de homocisteína (factor de riesgo cardiovascular), según el consumo de folato y según el genotipo que presenten, los niveles de homocisteína se pueden disparar o no. Si se tiene el alelo TT y si la ingesta de folato es muy baja, los niveles de homocisteína se disparan.

En nutrigenética la pregunta es “qué comida es mejor para mí según mi DNA y atendiendo a factores de riesgo de enfermedad”.

Aplicaciones en adiposidad corporal

El gen PPARG2, que es una diana de las tiazolidindionas (fármacos que toman los diabéticos tipo2), sufre un cambio en la posición 12 (la prolina se cambia por una alanina), y este gen participa en la adipogénesis, en el metabolismo del tejido adiposo.

Hoy en día para estudiar todos los posibles snips del genoma que estén implicados con la enfermedad utilizamos los estudios de asociación del genoma completo (GWAS, en inglés). Éstos se usan para estudiar el origen genético de la diabetes tipo II, de los niveles altos de colesterol, del cáncer, etc. Los GWAS se han podido desarrollar gracias a los arrays o chips, que nos permiten medir hasta 500.000 snips en un porta de un microscopio. Para estudiar tal cantidad de snips también necesitamos poblaciones muy grandes para poder establecer comparaciones.

De estos estudios se han obtenido los principales genes asociados a la obesidad, sobre todo con el índice de masa corporal. Hoy en día se conocen unos 50 loci o lugares cromosómicos (que pueden estar localizados en genes o cerca de genes). Y destaca el llamado FTO.

Se han realizado estudios con población a la que se ha alimentado con dieta mediterránea (aceite de oliva o frutos secos) durante 3 años y se han observado los cambios en la circunferencia de la cintura. Y se ha visto que los que tenían el alelo Ala tenían mayores niveles de circunferencia de cintura y los que seguían la dieta mediterránea estaban protegidos.

Conclusión

La variabilidad genética puede afectar a la respuesta a los patrones dietéticos y en relación con el riesgo de enfermedad.

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Descubren el mecanismo que hace que los alimentos ricos en proteínas llenen más

Científicos de la Universidad de Lyon, en Francia, han descubierto en un modelo con ratones el mecanismo molecular por el que los alimentos con alto contenido en proteínas generan una sensación de saciedad o “estar lleno”, un hallazgo que puede tener aplicaciones en el tratamiento farmacológico de la obesidad.

En concreto, según los resultados de la revista Cell, han descubierto un conjunto de señales moleculares, los “mu opioides”, que conectan el intestino y el cerebro y generan la sensación de saciedad que hace que paremos de comer, y han comprobado que los alimentos con proteínas son una pieza clave del mecanismo.

Durante la digestión, los alimentos se transforman en sustancias más sencillas para ser absorbidas y se da la gluconeogénesis o formación de glucosa, “la gasolina” de las células, que es captada por receptores de glucosa de la vena porta, cerca del intestino, que envían una señal al cerebro “que hace que la sensación de hambre desaparezca”, explica Gilles Mithieux, investigadora de la Universidad de Lyon y principal autora del estudio.

“Tras una comida rica en proteínas, las moléculas derivadas de su digestión se liberan al torrente sanguíneo e inhiben los receptores “mu opioides” que están en las paredes de la vena porta”, ha añadido esta experta en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Entonces, estos receptores envían una señal ascendente al cerebro, que “responde con otra señal hacia el intestino y activa la gluconeogénesis”, ha apuntado.

Estos resultados muestran cómo se produce la saciedad tras una dieta proteica, rica en carne roja y blanca, pescado, huevos y algunos vegetales.

Más cerca del tratamiento de la obesidad

“Hasta ahora se desconocía que los receptores “mu opioides” (MORs) del sistema nervioso del intestino y la vena porta eran quienes regulaban la sensación de hambre”, señala Mithieux, confiada en que su trabajo sirva para mejorar el tratamiento de la obesidad en un futuro no muy lejano.

Para alcanzar sus conclusiones, los investigadores crearon ratones que carecían de receptores “mu opioides”. Tras una comida rica en proteínas, estos ratones no empezaban la gluconeogénesis, por lo que no tenían sensación de saciedad y seguían comiendo.

Si se les daba inhibidores o activadores de MORs no se veía ninguna respuesta, lo que sí sucedía con ratones normales. “Tanto los ratones como los humanos tienen estos receptores en la vena porta, por lo que los mecanismos reguladores del hambre que hemos descubierto se pueden dar perfectamente en personas”, concluyen los autores.

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Dietas personalizadas

Muchos son los factores que debe de tener en cuenta un dietista nutricionista a la hora de elaborar una dieta: sexo, edad, situación fisiológica y patología, que pueden condicionar el nivel energético, el nivel nutricional, la cantidad de nutrientes que se incorporarán a la dieta. También en función del estado nutricional se aplican suplementaciones o restricciones según convenga. Asimismo, el estilo de vida condiciona la dieta, hay que personalizar la dieta en función de horario, de la rutina y de los hábitos dietéticos. También hay que tener en cuenta la composición y forma de preparar los alimentos a la hora de hacer dietas personalizadas.

Sabemos que hay cierta predisposición genética a padecer ciertos tipos de situaciones y en los últimos años este componente genético está cobrando mayor importancia: entre un 40-70 % de las obesidades tienen algún grado de predisposición genética.

En un futuro próximo probablemente encontraremos que los dietista integraremos una nueva información a añadir dentro de la valoración del estado nutricional y es la determinación del perfil genético de cada paciente, es decir, la mayor o menor predisposición de cada persona a sufrir una determinada enfermedad relacionada con la alimentación: sobrepeso, obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etc.

Desde el punto de vista genético hay dos grandes tipos de obesidad, la monogénica, que son mutaciones en único gen pero que se da con una frecuencia bajísima, y la poligénica. El gen más conocido es el FTO y es el que está implicado en la mayor parte de este tipo de análisis.

En los últimos meses han aparecido laboratorios que ofrecen kits para realizar análisis del genoma de cada paciente.

Vitagenes

Esta empresa ofrece un kit llamado WellnessAge® que se puede comprar por teléfono o internet por cualquier persona, con unas instrucciones para hacer un frotis bucal. Hay que rellenar un consentimiento informado para analizar su genoma y unos datos personales.

Con las instrucciones lo rellena y lo envía al laboratorio y a las 4 semanas puede consultar sus resultados en la página web. En este caso el kit analiza entre 25-36 snips (variaciones del ADN) por un precio de unos 500 euros y emite un informe de 50-80 páginas. Se analizan polimorfismos sobre predisposición a obesidad y algunas de sus enfermedades asociadas.

El resultado puede ser sin riesgo genético o bien cuando hay una mutación hay un riesgo genético medio, y cuando la mutación es de sujeto homocigoto el riesgo es alto.

En primer lugar se hace un juicio genético. Si el riesgo genético de esta persona es medio alto, posteriormente se evalúa el riesgo externo de obesidad en base al cuestionario que ha rellenado el paciente y, por último, se hace un juicio global con el resultado del riesgo global. Y se recomienda que al recibir el test el usuario vaya a un profesional o clínica que le ayude a interpretar los resultados y poner en tratamiento.

Genotest

Este laboratorio dispone de un test llamado Nutrichek®. En este caso aparece un listado de centros asociados, clínicas de nutrición, farmacias y gabinetes de dietética, y se puede comprar bien directamente o a través de uno de esos centros.

El test tiene un precio aproximado de 250 euros y analiza 14 snips. En este caso se emite un informe de unas 13 páginas y en la segunda parte del informe hace una interpretación de los resultados. Y, en tercer lugar, dan una serie de consejos personales. Si no hay alteraciones no debe modificarse significativamente el patrón de dieta y si las hay se recomiendan reducir los alimentos ricos en grasas de origen animal y grasa monoinsaturadas -excluyendo el aceite de oliva- y recomienda especialmente las grasa poliinsaturadas de los pescados azules.

Ferrer inCode

Nutri inCode® analiza la predisposición genética a desarrollar una serie de situaciones analizando 150 variantes genéticas en 55 genes. El precio es alrededor de 600 euros y hay que comprarlo a través de un centro sanitario. Emite un informe de unas 31 páginas dividido en dos partes. La primera parte del informe es para el médico y está dividida a su vez en tres partes: informe clínico analítico en base a un cuestionario sobre datos personales (no tiene nada que ver con la genética) calcula el IMC y la predisposición familiar (lo que se hace en la consulta dietética). La segunda parte, el informe genético, es el resultado del análisis genético de las 150 variantes. Y en la tercera parte aparecen las recomendaciones personalizadas. La segunda parte del informe, que le llaman informe para el paciente, recoge resultados de información genética y aquí hay una distribución de las 150 variantes genéticas.

Eugenomic

En este caso se analizan el perfil de bienestar genético en base a 8 perfiles. Hay dos posibilidades pedir el perfil completo o sólo una parte, que puede ser el control de peso. El informe puede llegar a ser de 80 páginas. Este test también debe ser respaldado por un médico, farmacéutico o dietista nutricionista, o incluso el propio paciente lo puede solicitar siempre que haya un facultativo detrás.

El informe tiene 4 partes. Primero dan la tabla de todos los resultados y después detallan los que tienen alto riesgo o bien protección. El informe es extenso y dan unas recomendaciones.

Test de intolerancia alimenticia

No tienen nada que ver con los test genéticos. El más conocido es el Alcat Test®, que se basa en una reacción de citotoxicidad enfrentando las células del propio organismo frente a distintos tipos de alimentos.

Se requiere de un análisis de sangre y con una batería de 20 tubos se pone una alícuota de sangre en cada tubo y en cada uno se enfrenta a un alimento distinto. En el caso del test Alcat 100 alimentos 20 aditivos y después está el blanco, donde simplemente está la alícuota de sangre. Se estudia la variación del número de células, de la agregación entre ellas, etc. Y se dibujan unas curvas de distribución, cada una de las curvas se compara con el blanco y en base a la diferencia de cada una de ellas frente al blanco se establece el resultado.

Se trata de una patente americana de hace unas décadas y se hizo una adaptación para alimentos españoles. El precio es entre 450 y 600 euros. En función de los resultados recomienda eliminar de la dieta todos los alimentos que salen positivo alto, evitar los que salen positivo medio, el bajo lo deja a juico del profesional, y negativo se pueden consumir.

Al realizar una búsqueda en Pubmed de los estudios que hay en relación a este test, de los 9 encontrados y ninguno apoya claramente la utilización de este tipo de técnicas. El último estudio aparecido en el año 2010 dice que estos métodos tienen falta de una validación técnica y clínica, y por tanto, no se justifica su uso y se desaconseja su utilización porque podrían conducir a disminución de la calidad de vida, e incluso a una situación de malnutrición.

Valoración final

-El conocimiento del perfil genético podrá ser integrado en el perfil de consulta dietética en un futuro.

-Hacen falta más estudios con más poblaciones y con mayor profundidad.

-No todas las etnias con la misma mutación responden igual a una misma dieta, hay que hacer estudios controlados.

-La base de estos test genéticos son estudios poligénicos, que cada mutación por si sola tiene muy poco peso y habrá que estudiar la interacción entre todas ellas, entre la dieta y ellas, y el resto de estilos de vida.

Conclusión

Por tanto, en la actualidad no hay evidencia científica sólida para diseñar dietas personalizadas basadas en la genética con garantías de éxito. Aunque el futuro es prometedor, a fecha de hoy todavía nos queda un camino por recorrer.

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Nutrigenómica: descifrando las bases moleculares de la nutrición

La nutrigenómica estudia cómo los diferentes componentes de los alimentos, los nutrientes, son capaces de modificar el patrón de expresión de genes, de proteínas y metabolitos, bien para promover la salud o la enfermedad. Por tanto, la nutrigenómica podría definirse como el estudio de los efectos de los nutrientes sobre la salud a través de la modificación del genoma, del proteoma y del metaboloma, y dando lugar a cambios fisiológicos.

Hay muchos estudios que han puesto de manifiesto la capacidad de los nutrientes para regular la expresión génica a través de la modulación de la actividad de distintos factores de transcripción y también mediante la modulación de la actividad de proteínas específicas. Las diferentes dietas pueden modificar distintos patrones de la expresión génica, de la expresión proteica y de la producción de metabolitos.

En los últimos años ha habido un gran desarrollo de las tecnologías -ómicas que han permitido identificar los cambios en la expresión de genes y proteínas, y tener una visión más general al poder detectar cambios en la expresión de miles de genes al mismo tiempo. Todo ello nos permite entender las bases moleculares de la nutrición.

La nutrigenética explica cómo el background genético, la carga genética de un individuo, le confiere susceptibilidad o resistencia al desarrollo de ciertas patologías relacionadas con la alimentación.

Por tanto, para la nutrición personalizada hemos de tener en cuenta la nutrigenómica -cómo los nutrientes afectan a la expresión de nuestros genes – y la nutrigenética -cómo la respuesta al tipo de dieta puede venir condicionada por nuestra carga genética -.

Influencia del tipo de grasa de la dieta

El tipo de grasa puede facilitar o evitar el desarrollo de determinadas patologías asociadas a la nutrición. Por ejemplo es bien conocido que la ingesta de grasas saturadas favorece el desarrollo de obesidad, de la inflamación asociada a la obesidad y de la resistencia insulínica. Por el contrario hay estudios científicos de que la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados podría contribuir a disminuir la inflamación asociada a obesidad y, por tanto, prevenir la resistencia a la insulina.

Los estudio de nutrigenómica están permitiendo conocer los mecanismos moleculares para entender el porqué de estas diferentes acciones entre las grasas saturas e insaturadas.

Adipogénesis

Se trata de un proceso complejo y altamente regulado en el que participan distintos factores de transcripción y cualquier factor que pueda modificar la activación de estos factores de transcripción va a promover la adipogénesis.

El tratamiento con DHA (omega 3) de adipocitos en cultivo disminuye la adipogénesis. Y lo mismo ocurre con EPA pero no con OLA y STA (ácido esteárico y ácido oleico).

Estos mecanismos se han relacionado con la capacidad de los omega 3 para inhibir la expresión del factor de transcripción adipogénico PPAR gamma.

También se han hecho estudios comparativos de otros ácidos grasos, por ejemplo el ácido linoleico conjugado (CLA) en comparación con el ácido linoleico. El CLA es capaz de inhibir la adipogénesis pero no el linoleico. Y esto se debe a su capacidad de inhibir los factores de transcripción adipogénicos PPAR gamma y CBP alfa. Es decir, dependiendo del ácido graso de la dieta se regula de manera diferente la adipogénesis.

El factor PPAR gamma también es clave en la fisiología del adipocito ya maduro porque promueve la sensibilidad a la insulina y facilita la oxidación de grasas. En el adipocito maduro, y en el hígado, se ha observado que los ácidos grasos omega 3 tienen capacidad de estimular el factor PPAR gamma, lo que se relaciona con la mejora en la sensibilidad de la insulina que se ha asociado a la ingesta de omega 3 en algunos estudios.

También se han descrito para algunos ácidos omega 3 propiedades hipolipemiantes, capacidad de reducir los triglicéridos, etc. Y se conoce el mecanismo por el que actúan: son capaces de regular transcripcionalmente el metabolismo de genes lipídicos. En concreto se sabe que estimulan factores de transcripción que promueven la expresión de genes implicados en la oxidación de grasas, por ejemplo PPAR alfa, e inhiben la expresión del factor de transcripción que activa genes lipogénicos, por ejemplo SRBP1 .

Papel del AMPK

También pueden regular la actividad de algunas enzimas o moléculas claves en la regulación del metabolismo, por ejemplo AMPK que está implicado en la regulación de la ingesta en el hipotálamo, en el músculo promueve la oxidación de ácidos grasos libres, la captación de glucosa, la biogénesis mitocondrial, también actúa en tejido adiposo promoviendo la oxidación de ácidos grasos, la lipólisis a nivel del hígado, controlando la secreción de insulina en el páncreas, etc. Es decir, es una molécula con un papel muy importante en el metabolismo y se ha sugerido que los activadores de AMPK podrían ser considerados como una nueva terapia para el tratamiento de la diabetes y de otros desórdenes metabólicos.

Hay evidencias de que a través de la nutrición se puede modular la actividad de AMPK. La AMPK se activa por fosforilación y en un estudio se observó cómo eran los niveles de fosforilación de AMPK en ratas que habían sido alimentadas con una dieta baja o alta en grasas. Se vio que la ingesta de grasas saturadas inhibe la fosforilación y por tanto la activación de AMPK. Por el contrario hay estudios, alguno de nuestro grupo, en los que se demuestra que, tanto en el cultivo como tras la administración de omega 3, se produce una estimulación de AMPK. Y lo mismo sucede en el tejido adiposo de animales a los que se les ha tratado con DHA.

La activación de AMPK tiene capacidad para estimular CGC1 alfa, que es uno de los principales factores implicados en la biogénesis mitocondrial y en la oxidación de lípidos. También existen evidencias de que en obesidad y diabetes hay una disfunción mitocondrial que puede contribuir al desarrollo de las alteraciones asociadas a la obesidad. Por tanto, si conseguimos mejorar la función mitocondrial puede ser una buena estrategia para prevenir estos desórdenes metabólicos. También se ha visto que dependiendo del tipo de ácido graso se pude agravar o prevenir la disfunción mitocondrial.

La biogénesis mitocondrial está suprimida en ratas alimentadas con dieta alta en grasa, hay una disminución del factor de transcripción PGC-1 alfa y del contenido en DNA mitocondrial. Lo mismo ocurre cuando se tratan células con palmitato. Éste disminuye la expresión de PGC-1 alfa y de proteínas mitocondriales en tejido adiposo. Por el contrario, hay estudios que describen la capacidad de los ácidos grasos omega 3 para estimular la biogénesis mitocondrial en el tejido adiposo.

Por tanto podemos concluir que dependiendo del tipo de grasa de la dieta las acciones sobre la expresión de distintos genes y proteínas relacionadas con el metabolismo son diferentes.

Señalización de la insulina

Los diferentes tipos de ácidos grasos afectan de manera diferente en la cascada de señalización de la insulina. Las grasas saturadas han demostrado que interfieren con algunas de estas vías complejas de la señalización. Hay estudios en los que se ve que el palmitato disminuye la señalización de la insulina y la sensibilidad a la insulina, y el tratamiento con ácido graso omega 3 es capaz de activar vías similares a las de la señalización de la insulina.

También hay datos de cómo dependiendo del tipo de ácidos grasos de la dieta se regula de manera diferente la actividad secretora del tejido adiposo. Así se ha visto que el ácido graso omega 3 EPA estimula la secreción de leptina mientras que el CLA la inhibe.

Inflamación asociada a la obesidad

La adiponectina es una adipoquina muy importante por sus propiedades insulinosensibilizadoras, antiinflamatorias, su capacidad de promover la oxidación de ácidos grasos y de activar AMPK. Y hay evidencias de que los ácidos grasos omega 3 estimulan la producción de adiponectina y esto podría ser uno de los mecanismos por los cuales se podrían explicar las acciones beneficiosas en el metabolismo.

Muchos estudios demuestran claramente que disminuyen la infiltración de macrófagos en tejido adiposo. En animales alimentados con dieta alta en grasa si es suplementada con omega 3 vemos que disminuye mucho la inflamación asociada a la obesidad en el tejido adiposo.

Ahora ya sabemos cómo pueden disminuir esa inflamación. Por un lado disminuyendo el reclutamiento de macrófagos proinflamatorios y por otro porque son capaces de interferir con las principales vías de señalización puestas en marcha por los factores proinflamatorios. Por ejemplo inhiben al factor de transcripción NFk beta y también disminuyen la producción de citoquinas proinflamatorias por parte de tejido adiposo como la IL-6 o el factor quimioatrayente de macrófagos.

Los factores proinflamatorios en el tejido adiposo promueven la lipólisis y por tanto el aumento de los ácidos grasos libres y ese incremento se ha relacionado con el desarrollo de resistencia a la insulina, por ello es importante poder prevenir las acciones lipolíticas asociadas a las citoquinas proinflamatorias. En algunos estudios de nuestro grupo se puede ver cómo los omega 3 pueden prevenir la lipólisis inducida por el TNF alfa como por la IL-6.

Y ahora conocemos que esta acción inhibitoria de la lipólisis se lleva a cabo a través de la activación por la fosforilación de la lipasa sensible a hormonas en el residuo serina 565. Al fosforilar este residuo se inhibe la actividad de HSL y por lo tanto disminuye la lipólisis.

Resolvinas y protectinas

A partir de los ácidos grasos omega 3 se forman una serie de mediadores lipídicos endógenos con unas potentes capacidades antiinflamatorias y pro resolutivas de la inflamación que se han denominado resolvinas y protectinas.

En general, a partir de los omega 6 se suelen formar mediadores lipídicos proinflamatorios mientras que a partir de los omega 3 se forman los mediadores lipídicos con potentes propiedades antiinflamatorias.

En un estudio de la Universidad de Barcelona observaron que tras la administración de omega 3 se producía un incremento en mediadores lipídicos antiinflamatorios y se acompañaba de un incremento en la producción de adiponectina, PPAR gamma y del sustrato del receptor de insulina. Y si en lugar de omega 3 se tratan directamente con los mediadores lipídicos derivados de los omega 3 se ve claramente cómo mejora mucho las sensibilidad a la insulina en los animales tratados con resolvina D1 y mejora mucho la señalización de la insulina, disminuye las citoquinas proinflamatorias, aumenta la adiponectina y la activación de AMPK.

Las grasas poliinsaturadas disminuyen la inflamación y la insulinorresistencia, pero ¿es cierto para toda la población? Hay evidencia en los animales de que el genotipo afecta a la respuesta a los omega 3. Por ejemplo ratones que carecen de APMk alfa 2 no responden a los omega 3 y lo mismo sucede en humanos. Se ha visto que hay un grupo que no responde a los efectos hipolipemiantes y esta falta de respuesta se ha asociado a la presencia de mutaciones en algunos genes concretos.

Conclusiones

El desarrollo de la genómica nutricional está permitiendo entender cómo el genoma, la nutrición y la salud interaccionan. En concreto la nutrigenómica nos permite descifrar las vías moleculares reguladas por los nutrientes y otros componentes bioactivos de los alimentos, así como su potencial aplicación para el tratamiento o la prevención de los desórdenes metabólicos. Y el mayor desafío será trasladar todos estos conocimientos a guías dietéticas que nos permitan proveer el consejo más adecuado para la nutrición individual y personalizada.

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Barcelona pone en marcha un ambicioso programa contra la obesidad infantil

El programa POIBA (Prevención de la Obesidad Infantil en Barcelona) se despliega en un total de 107 escuelas de la ciudad, y trabajará con 4.000 niños y niñas de 3º y 4º de primaria y sus familias. Los mensajes clave de esta actuación de salud se centran en promover la actividad física suficiente en los niños (30 mn. mínimo al día), un descanso adecuado (9-10h al día), una hidratación suficiente, una alimentación equilibrada, y un máximo de dos horas al día de exposición a pantallas (TV, juegos de ordenador, etc.).

Un esfuerzo de recogida de datos

El programa POIBA se inicia con una encuesta sobre hábitos alimentarios y ejercicio físico que responden las familias y los escolares. Además, la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha realizado medidas antropométricas a los niños y niñas, y se hicieron pruebas de condición física, con la participación clave de los profesores y profesoras de educación física. Estos datos serán comparados con los resultados finales una vez termine la intervención de salud.

Nuevas evidencias de la epidemia

En un total de 2.894 niños y niñas incluidos en la recogida de información se ha detectado un 20,2% de sobrepeso y una obesidad del 15,8% (la suma de sobrepeso y obesidad en Barcelona: 36%).

Por sexos, los niños presentan unos niveles de sobrepeso del 19,4%, mientras que hay un 20,9% de sobrepeso en niñas. En cuanto a obesidad, aparece en el 18% de los alumnos de 8-9 años, mientras que entre las chicas, un 13% quedarían incluidas en este grupo.

Si comparamos, en el conjunto del Estado español, el estudio Aladino detectó en 2011 un índice de obesidad del 19,1% en niños y niñas de 6 a 9 años, y un sobrepeso del 26,1%. En Cataluña, este mismo estudio detectó un 16,8% de obesidad y un 25,7% de sobrepeso en niños.

Una de las tendencias que se apuntan a partir de los registros obtenidos es que hay más obesidad en niveles sociales más desfavorecidos, en concreto un 26% en el nivel socio-económico bajo, mientras que el índice es del 15,9% en el nivel medio y 14,4% en el nivel socio-económico alto.

Actuar para cambiar la situación

La intervención que ha diseñado el programa POIBA se inicia con la iniciativa Crecemos Sanos en un bloque de 9 sesiones en las aulas, y se trabaja, sobre todo, para conseguir más horas de actividad física semanal en los niños. Además, se propone un taller participativo con las familias acompañado de una propuesta llamada “Plan para el cambio”, ofreciendo recursos para pasar a la acción y actuar para transformar hábitos en casa y mejorar de la salud de los hijos e hijas. Desde POIBA se propone a las familias actuar sobre la actividad física, la dieta de los niños, las horas dedicadas a pantallas y las horas de sueño, teniendo en cuenta que la exposición a un ambiente “obesogénico” es uno de los determinantes de salud de la población infantil, según todas las evidencias. Periódicamente, además, se da a los alumnos información de actividades lúdicas y de tiempo libre que se llevan a cabo en su distrito y que pueden favorecer la actividad física en tiempo libre, especialmente en fin de semana.

Herramientas de trabajo para el aula y los talleres

La participación de un patrocinador ha sido clave para que los materiales de trabajo del programa sean de gran calidad y lleguen a todos. La iniciativa Crecemos Sanos incluye un manual para los maestros, un cuaderno de trabajo para el alumno y unas fichas para la familia. Conviene recordar que los contenidos de alimentación saludable y hábitos forman parte de las enseñanzas propias de 3 º y 4 º de primaria, y se pueden incluir con naturalidad en las clases. Además, en los talleres de familias se cuenta con cajas temáticas donde casi jugando se pueden asimilar nuevos conocimientos.

Una gran red de colaboración

En la implantación de esta iniciativa han sumado fuerzas del Ayuntamiento de la ciudad, la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el Instituto Barcelona Deportes, el Instituto Municipal de Educación, la empresa Aguas Font Vella y Lanjarón SA y los docentes de educación física, así como cientos de centros escolares de la ciudad, tanto públicos como concertados y privados. Además, la Fundación Catalana de l”Esplai ha intervenido, ofreciendo recursos audiovisuales y web. El departamento de Salud, a través del PAAS, ha tenido un papel destacado, mientras que la Agencia de Evaluación de Tecnología e Investigación Médicas también ha colaborado.

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La dieta ideal para unos no tiene por qué ser efectiva para otros

Que los alimentos no funcionan igual para todos ha sido conocido desde la antigüedad. Esto explica, en parte, los vaivenes que las recomendaciones nutricionales han sufrido con el tiempo. Todo lo cual debería disuadirnos de utilizar como guía nutricional las recomendaciones de nuestros conocidos, ya que la dieta que resulta bien para unos no tiene por qué funcionar para nosotros.

Una de las áreas más novedosas y prometedoras de la investigación nutricional es la nutrigenómica. Es decir, la nutrición personalizada, basada en nuestros genes. Mediante las técnicas genéticas empezamos a conocer no solo nuestra predisposición a las enfermedades más o menos comunes, sino también a adelantarnos para compensar ese riesgo genético con una dieta personalizada.

El curso Nutigenómica: la clave para la Nutrición Personalizada expone la relevancia de la nutrición en la evolución de nuestro genoma y profundiza en el conocimiento de las interacciones entre genes y dietas que definen el riesgo individual, así como las recomendaciones nutricionales más apropiadas basadas en el genoma. El curso explora también otros saberes aún más novedosos, entre los que se encuentran la epigenómica y la cronobiología.

Nutigenómica: la clave para la Nutrición Personalizada está dirigido a profesionales de la Medicina, Nutrición, Farmacia, salud pública, empresa privada, medios de comunicación y estudiantes avanzados de áreas relacionadas con la salud.

José María Ordovás es catedrático de nutrición de la Tufts University de Boston (EEUU) y pionero en las disciplinas de nutrigenética y nutrigenómica. Es director del Laboratorio de Nutrición y Genética el USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la misma Universidad, e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en España.

Ha publicado unos 600 artículos originales, revisiones y editoriales y está considerado como uno de los fundadores de la nutrigenómica. Ha recibido numerosos honores científicos, entre ellos el USDA Secretary”s Award, la mayor distinción civil del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; el premio Centrum de la American Nutrition Society; el premio Mary Swartz de la Dietetic Association y la Medalla de Oro de la Sociedad Española de Cardiología, entre otros.

Programa del curso

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

El Instituto Tomás Pascual es una institución sin ánimo de lucro, dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara. En concreto, el mandato de la Fundación para el Instituto Tomás Pascual Sanz es el de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida, para transmitir a la sociedad los valores de una vida saludable, difundir los adelantos tecnológicos y los relacionados con las ciencias de la salud y promover el intercambio de información y la generación de nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes, comprometido al máximo con la sociedad científica moderna.

El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

Un análisis de sangre podría predecir el efecto yo-yo tras una dieta de adelgazamiento

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han descubierto el poder diagnóstico del ratio entre la leptina- que inhibe las ganas de comer- y grelina- despierta la sensación de apetito-, de modo que estiman que con un análisis de sangre se podría calcular su interacción de forma temprana y predecir la recuperación de peso en pacientes con dificultades para mantener su peso corporal una vez perdido.

Al tratarse de un marcador biológico no invasivo podría proporcionar la oportunidad de individualizar los programas de pérdida de peso de acuerdo a las necesidades terapéuticas de cada paciente y evitar el efecto rebote, conocido como “yo-yo”.

“Se trata del descubrimiento de una herramienta no invasiva para la detección precoz de los pacientes obesos más propensos a recuperar el peso perdido después de haberse sometido a un programa de tratamiento dietético con dieta hipocalórica inducida”, sostiene la doctora Ana B. Crujeiras, autora principal del estudio.

El hallazgo continúa la línea de investigación abierta hace un par de años, destinada a buscar la conexión entre estas dos hormonas claves en la regulación del comportamiento alimentario y cómo su cantidad en la sangre determina la predisposición de cada persona a recuperar los kilos.

En total, 88 pacientes con sobrepeso y/u obesidad (49 hombres y 39 mujeres) se inscribieron en un programa de dieta hipocalórica diseñada para inducir la pérdida de peso durante ocho semanas. Seis meses (32 semanas) después de terminar el tratamiento dietético, los pacientes fueron clasificados como recuperadores de peso (40) y no recuperadores (48) de acuerdo a los cambios en el peso corporal de la semana 8 a la semana 32.

La leptina y la grelina fueron evaluadas en ayunas al inicio del tratamiento dietético y se calculó el ratio y su valor diagnóstico. Los hombres y las mujeres del grupo de recuperadores mostraron ratios dos veces más altos en el momento basal que los no recuperadores.

“Una vez identificadas las características diferenciales entre pacientes partiendo de los niveles de leptina y grelina, se podría adecuar la dieta a cada caso para garantizar el éxito de su resultado y evitar que se pueda volver a recuperar peso, lo cual supone un salto cualitativo en el campo de la endocrinología y abre la puerta a nuevas dianas terapéuticas para luchar contra la obesidad”, advierte Crujeiras.

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Valentín Fuster responsable de la lucha contra la obesidad infantil en España

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha acordado que el cardiólogo Valentín Fuster se convierta en el responsable de la lucha contra la obesidad infantil en España. Así lo ha concretado tras mantener una reunión con el doctor Fuster en el Ministerio. El cardiólogo ha aceptado la presidencia del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, cuya creación anunció la ministra el pasado mes de mayo.

Entre las funciones de este organismo estará recabar información sobre los hábitos alimentarios de la población y analizar los datos e información sobre la publicidad de alimentos, con especial atención a la dirigida a los menores. Pero, además, Fuster será el encargado de proponer al Ministerio las iniciativas que se llevarán a cabo para luchar contra el exceso de peso en la infancia y adolescencia. Mato considera que, en asuntos como éste, que en los últimos años se ha convertido en un problema de salud pública, es necesario dejar las políticas en manos de científicos y especialistas como Fuster, uno de los cardiólogos más reconocidos internacionalmente.

De acuerdo con los últimos datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), casi un 45 por ciento de los niños y niñas de entre seis y nueve años en nuestro país sufren exceso de peso. En concreto, el estudio ALADINO, elaborado sobre una muestra de 7.500 menores de esta franja de edad, revela que el 26,2 por ciento presenta sobrepeso y hasta un 18,3 por ciento padece obesidad. El mismo estudio revela que este problema afecta más a los chicos que a las chicas. Sin embargo, constata que los comportamientos que conducen a esta situación, como el sedentarismo o malos hábitos alimentarios como el de no desayunar, se dan en menores de ambos sexos.

Un científico de prestigio universal

El doctor Fuster es el director general de la Fundación Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC). En la actualidad, compagina estas funciones con la dirección del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York. Como científico, el Dr. Fuster ha sido nombrado Doctor Honoris Causa de 27 universidades de prestigio. Sus investigaciones sobre el origen de los accidentes cardiovasculares, que han contribuido a mejorar la prevención y el tratamiento de los infartos le valieron en 1996 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación.

Entre los reconocimientos a su labor cabe destacar que es el único cardiólogo que ha recibido los máximos galardones de investigación de las cuatro principales organizaciones internacionales de Cardiología: la Asociación Americana del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Interamericana de Cardiología.

Además de su dedicación a la ciencia, se ha involucrado profundamente con su responsabilidad social como divulgador, especialmente dirigido a los jóvenes. En sus últimas intervenciones destaca la necesidad de actuar en el ámbito preventivo y, por ello, mejorar la formación en los niños y jóvenes de estilos y hábitos de conducta que eviten los factores de riesgo cardiovasculares.

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Las bacterias intestinales podrían jugar un papel clave en la enfermedad de Crohn

Tal y como explica Karina Pokusaeva, coautora del estudio: “Hemos identificado la primera cepa bifidobacteriana, Bifidobacterium dentium, que es capaz de secretar grandes cantidades de ácido gamma-aminobutírico (GABA). Esta molécula es un principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central y entérico”.

GABA desempeña un papel importante en la regulación del dolor, y algunos medicamentos para aliviar el dolor -en la actualidad en el mercado- actúan atacando los receptores de GABA en las células neuronales.

Pokusaeva y sus colaboradores estaban interesados en comprender el papel que juega el microbioma humano en el dolor y, para ello, analizaron los genomas de microorganismos intestinales potencialmente beneficiosos, identificados por el Proyecto del Microbioma Humano, en busca de un gen que les permitiera crear GABA.

“Los análisis de laboratorio de secuenciación metagenómica de ADN nos han permitido demostrar que el gen microbiano codificador de la descarboxilasa de glutamato es muy abundante en la microflora intestinal, en comparación con otras partes del cuerpo”, explica Pokusaeva. Uno de los productores más prolíficos de GABA fue B. dentium, que parece secretar el compuesto para sobrevivir en un ambiente ácido.

Además de sus propiedades moduladoras del dolor, GABA también puede ser capaz de inhibir la inflamación. Estudios recientes han demostrado que las células inmunes, llamadas macrófagos, también poseen receptores de GABA: cuando estos receptores se activaron en los macrófagos, disminuyó la producción de compuestos responsables de la inflamación.

Pokusaeva y sus colaboradores, los doctores Yamada y Lacorazza, observaron que cuando las células eran expuestas a las secreciones de las bacterias, exhibían una mayor expresión del receptor de GABA en las células del sistema inmune.

Si bien los resultados son preliminares, sugieren que B. dentium, y los compuestos que ésta secreta, podrían desempeñar un papel en la reducción de la inflamación asociada con enfermedades inflamatorias del intestino.

El siguiente paso, según Pokusaeva, será llevar a cabo experimentos “in vitro” para determinar si el aumento de la expresión GABA se correlaciona con una disminución en la producción de citoquinas, asociadas con la inflamación.

Los científicos han expuesto sus hallazgos en la reunión anual de la American Society for Microbiology.

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Hacer que los niños participen en la elaboración de las comidas para lograr que coman de todo

Mariscal, que acaba de publicar el libro El Estirón, ha recordado la importancia que tiene que la elaboración de los platos sea original para que los más pequeños vean “apetitosas” determinadas comidas que normalmente no les suelen gustar como, por ejemplo, las verduras y el pescado.

“Si no les gustan las verduras hay que darles una guarnición que ellos mismos hayan cortado con el fin de que la ensalada tenga más color y variedad. Además, es importante que no le den pescado con espinas y que, en el caso en el que no les guste, se preparen purés, hamburguesas o croquetas que contengan ese alimento”, ha asegurado este experto.

En este sentido, Mariscal ha sugerido que, una de las mejores formas de preparar el pescado para los más pequeños es cocerlo en papel de aluminio ya que, de esta forma, se consigue que esté más limpio y no huela.

Asimismo, ha destacado la importancia que tiene que no se le prohíba ningún alimento, como por ejemplo las gominolas, sino que sean los padres los que lo administren de una manera normal. “No les tienen que hacer ver que es un premio sino que es algo normal”, ha recalcado.

Sin postre si no comen

Dicho esto, Mariscal ha subrayado la necesidad de dejar entre 20 y 30 minutos a los hijos para que tomen la comida y que, una vez pasado el tiempo, recojan los platos y cambien de actividad. Además, ha recomendado que no se les dé postre en el caso en el que no se hayan comido lo que les han servido.

“Los más pequeños esperan al postre y si se les dice que lo van a tener sí se comen la comida. En el momento en el que empiezan a ver que no hay palanca emocional que utilizar con sus padres, sólo les queda el camino de comerse lo que les pongan”, ha recalcado este experto.

No obstante, Mariscal ha asegurado que “estas pautas no serán efectivas si los padres no son los primeros que las llevan a cabo ya que si los mayores no comen verduras los más pequeños tampoco lo harán”. “Los niños no obedecen sino que imitan y si ven que no comes algo, ellos no lo comerán”, ha recalcado.

Del mismo modo, el experto ha recordado la importancia que tiene que los padres se involucren con sus hijos en las actividades al aire libre. Por ello, ha recomendado evitar que se sienten en casa a jugar a la videoconsola y propicien que salgan a la calle a montar en bicicleta o a hacer cualquier actividad deportiva que les consiga motivar. Este hecho, ha añadido, evitará que el pequeño tenga sobrepeso u obesidad.

“A los niños de entre 5 y 12 años salir a hacer ejercicio con los padres es lo máximo y por eso es necesario que los mayores se involucren con ellos ya que la falta de ejercicio es la mitad del problema que hay respecto a los elevados índices de obesidad que hay en España”, ha concluido.