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Gastronomía para el mayor: un reto, una necesidad

Recogemos la ponencia de D. Julio de la Torre Fernández-Trujillo pronunciada en el marco de la primera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el entorno geriátrico organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Centros de Día

Recogemos la ponencia de Dña. Catalina Hoffmann pronunciada en el marco de la primera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el entorno geriátrico organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Conocimiento e Innovación en Envejecimiento

Recogemos la ponencia de Dña. Elena Urdaneta pronunciada en el marco de la primera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el entorno geriátrico organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Provisión de comida en el hogar ("meals on the wheels"): beneficios y problemática

Recogemos la ponencia de Dña. Salomé Martín pronunciada en el marco de la primera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el entorno geriátrico organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Alimentación, nutrición y envejecimiento

Recogemos la ponencia de Dña. Elena Alonso Aperte pronunciada en el marco de la primera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el entorno geriátrico organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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¿Conocemos las necesidades nutricionales de la tercera edad?

El progresivo envejecimiento de la población, ligado al aumento de la esperanza de vida, ha sacado a la palestra de los nutricionistas el desafío de las necesidades alimentarias propias de la edad avanzada y de encontrar el mejor modo de satisfacerlas.

Las ponencias de Alimentación y salud en el entorno geriátrico se distribuirán en tres mesas redondas: Alimentación, nutrición y envejecimiento, Organización de los servicios de nutrición y alimentación en personas institucionalizadas e Investigación e innovación en alimentación y nutrición para las personas mayores.

Esta sesión, que se celebra en la universidad CEU San Pablo de Madrid, reúne a nutricionistas y profesionales de centros geriátricos, de centros de día y de entidades concesionarias de servicios socio-sanitarios.

Con este ciclo Alimentación Institucional, que ahora comienza, se abordan los problemas de la alimentación de grandes grupos de personas con necesidades comunes y que, en alta proporción, recurren a algún organismo o institución para satisfacerlas en todo o en parte. En posteriores sesiones se tratarán temas similares en el ámbito escolar y en el hospitalario.

Acceda el Programa

Invitación a próximo evento

El Quinto Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz se celebra el jueves 9 de febrero de 2012, a las 19:00 horas, en el Salón de Actos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, calle Serrano 117, de Madrid.

Será un placer contar con su asistencia a esta sesión académica, que reúne a dos conocidos científicos de nuestro país.

Acceda al Programa y la Invitación

Universidad CEU San Pablo

La Universidad CEU San Pablo, fundada hace 75 años para formar humana y profesionalmente a los futuros dirigentes de la sociedad española, es una de las tres universidades de iniciativa social y gestión privada de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, promovida por la Asociación Católica de Propagandistas. El pasado curso académico estudiaron en ellas más de 8.600 alumnos e impartieron docencia cerca de mil profesores, con una tasa conjunta de inserción laboral del 98,4%.

La Universidad CEU San Pablo, que está realizando una apuesta decidida por la internacionalización, quiere unir la formación excelente de sus alumnos con una formación completa en los valores más genuinos del humanismo cristiano y de la cultura occidental.

www.ceu.es

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

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Evolución de los TCA ¿Es posible la curación?

Se trata de un trastorno que comenzó en los años 60 en Europa y EEUU, y que sufrió un aumento de la prevalencia de una forma tan alarmante que se hablaba de la “epidemia” de los TCA.

Un estudio europeo (Preti A, et al.2009) durante los años 2000 no sólo marca el aumento de la prevalencia sino también como se decanta la prevalencia hacia los trastornos atípicos o incompletos -que no fueron considerados en un principio tan importantes como la anorexia y bulimia nerviosa- y que en estos momentos ocupan un lugar importante por el número de casos.

En seis países europeos los trastornos por atracones sin criterio cuantitativo y el TCA sub-umbral suponen la mayor parte de la prevalencia de los TCA.

Esta evolución obliga a modificar los programas terapéuticos, los programas hospitalarios y, sobre todo, los presupuestos asistenciales de los gobiernos.

Por lo tanto, en este momento y hasta la nueva clasificación del DSM-V nos estamos refiriendo a la anorexia nerviosa purgativa, bulimia nerviosa y su comorbilidad, a los TCANE (cuadros incompletos y atípicos), trastorno por atracón, a las “exias”, a la patología dual y al trastorno del control de los impulsos.

Las nuevas propuestas diagnósticas

Las nuevas propuestas diagnósticas para el DSM-V son complejas, se han creado diferentes grupos de trabajo y la propuesta más amplia (Rockert, 2007)‏ habla de:

-AN subtipo restrictivo

-AN subtipo atracón purga

-BN subtipo purgativo

-BN subtipo no purgativo

-TCAs restrictivos con peso normal

-BN sub-umbral

-TCA únicamente purgativas

-TCA sub-umbral con atracones y umbral con purgas

-TCA umbral con atracones y sub-umbral con purgas

-BED (binge eating)

Si esto se aceptara íbamos a tener muchas dificultades en el futuro: dificultades para clasificar, para ubicar a los pacientes y pacientes que cambian de un diagnóstico a otro. Posteriormente apareció otra propuesta que hablaba de hacer dos grupos: purgativas y no purgativas (restrictivas).

Evolución clínica de la enfermedad

También el paciente sufre cambios en la clínica y cumple criterios de diferentes trastornos. En un trabajo se estudiaron los antecedentes de un grupo numeroso de pacientes. Observaron que la BN purgativa tenía antecedentes de AN restrictiva hasta un 25 % y la no purgativa hasta un 15 %. El trastorno por atracón tiene antecedentes por AN de hasta el 5 %. El BED tiene antecedentes de BN del 15 %. Y la BN tiene antecedente de haber comenzado con atracones hasta el 25 %.

A los 10 años de evolución de la enfermedad (AN)se observa en una revisión reciente que el 48 % de las pacientes se encuentran recuperadas, el 30 % están con mejoría, el 20 % han cronificado y la mortalidad era del 5 %.

En el caso de la BN a los 5 años la mejoría recuperación es del 65-66 %, con un 30 % de cronificación. A los 5 años no se detectó o cuantificó mortalidad y a los 10 años había una mortalidad del 6%, con una recuperación del 72 % y una cronificación del 21 %.

Pronóstico de los TCA

En una revisión completa hasta el año 2009 de la Guía Nacional del Servicio Nacional de Salud del Ministerio se obtienen los datos que salen cuando se hacen estudios. En AN hay un 50 % de remisión completa, 30 % remisión parcial y 10 %-20 % de cronicidad. En BN a los 5 años 33% de remisión y 33% de recaídas; y a los 6 años 60% buen pronóstico, 30% recuperación parcial y 10% de mal pronóstico; y el trastorno por atracón a los 5 años el 10, 20 y 70%.

Si se observan los estudios de seguimiento cuando se hacen más largos se reduce el porcentaje de pacientes que están cronificadas. Esto, que parece una señal de buen pronóstico, -cuando han pasado más de 10 años el porcentaje de bulímicas se ha recuperado-, está en función de que los pacientes reducen la impulsividad y mejoran el control de sus impulsos por razones de edad y de experiencias negativas a lo largo de los años.

Cronicidad

Hay una cronicidad debida al diagnóstico (hay enfermedades crónicas y agudas, es obvio); cronicidad debida al tiempo de evolución; cronicidad debida a la “debilidad” de los síntomas (los síntomas no son tan aparentes como para que reciban una atención correcta a lo largo de años y, por lo tanto, se convierten en crónicas); cronicidad a causa de la discapacidad que produce; cronicidad debida al tratamiento; y cronicidad debida al modelo asistencial.

La cronicidad crea discapacidad, que en parte es debida a la propia enfermedad. Hay una cronicidad que es debida a la actitud del paciente ante la enfermedad, frente a la debilidad de los síntomas. También hay una cronicidad debida a la mala respuesta social frente al paciente: asistencial, familiar. etc. Y hay una cronicidad debida a la mala adhesión del paciente: el abandono del tratamiento, de programas terapéuticos, la no aceptación de tratamientos y la negación a la hospitalización.

¿A qué llamamos cronicidad en los TCA? Se considera curso crónico en un TCA en la AN cuando hay una incapacidad para mantener el peso, si está presente la depresión de forma crónica, si persiste la obsesividad y si hay dificultades sociales (si han pasado 10 años). Y en el caso de la BN cuando hay experiencias negativas referidas al cuerpo, si persiste la pérdida de control sobre la ingesta y las conductas de purga, si persiste la impulsividad y la agresividad, la tendencia a las adicciones, el humor inestable y los antecedentes de traumas psíquicos.

La APA creó unos criterios de consenso para la AN crónica:

-Arraigados patrones de restricción alimentaria

-Arraigadas cogniciones anoréxicas

-Identidad personal ligada a la AN

-“Anorexia” como único valor de identidad

-Miedo a vivir sin ser “anoréxica”

Causas de cronicidad

-Biología y susceptibilidad de cada individuo frente a los TCA: la fragilidad ante la pérdida ponderal y la susceptibilidad al estrés.

-La personalidad y el carácter condicionarán la evolución de la enfermedad, especialmente cuando hay trastornos de la personalidad e impulsividad.

-El diagnóstico favorece la llegada a la cronicidad de los cuadros incompletos no atendidos por la debilidad de los síntomas, en la bulimia multimpulsiva -paciente que está abocada a sufrir un proceso largo y a ser etiquetada como pacientes crónica- y la patología dual si se asocia a conductas adictivas.

Causas de cronicidad sociales

-Los recursos asistenciales causan cronicidad. Hasta el momento no ha habido manera de montar unos recursos asistenciales rentables. Pero se ha demostrado con estudios que es más rentable poner personas competentes -como estas pacientes- en el mercado laboral y de la investigación, que mantenerlas con tratamientos incompletos en redes asistenciales deficitarias.

-El modelo de tratamiento también puede ser causa de cronicidad. Los objetivos biológicos únicos- si sólo nos preocupamos de que ganen peso , esto no cura-, y el tratamiento médico-biológico con excesivo apoyo en los fármacos son tratamientos incompletos. El apoyo de psicoterapia eficaz y eficiente es la piedra angular del tratamiento.

-Lugar de tratamiento: un espacio impropio también provoca cronicidad.

-Duración del tratamiento: los tratamientos son largos (en el mejor de los casos duran más de dos años).

-Profesionales no expertos.

-Si no hay controles los enfermos recaen.

-El entorno familiar y social.

Mejoras en los últimos años

Sin embargo, a lo largo de los últimos años hemos mejorado porque los tratamientos son más precoces; hay menos fracasos en tratamientos previos; más adhesión a los tratamientos; ingresos vinculados a la curación, no sólo al peso; mejor recuperación ponderal sin instrumentación (hay que destacar el papel de enfermería en este sentido); la recuperación rápida de peso inicial hace que pasen a TCANES (parte de lo que llamamos ahora pacientes crónicas son aquellas que hicieron una recuperación rápida del peso); menor necesidad de ingresos; mejores hospitales de día; más programas psicológicos; y mejor enfermería.

Condiciones para el tratamiento en pacientes crónicos

Se necesitan equipos multidisciplinarios, protocolos de tratamiento consensuados, protocolos para la patología dual y para la derivación, adecuación a los cambios clínicos y a la comorbilidad, equipos flexibles, coordinación entre niveles, profesionales de otras disciplinas, y profesionales formados e interesados. La cronicidad no es sinónimo de irreversibilidad.

Objetivos generales ante la cronicidad

Hay que establecer programas de prevención terciaria. Este tipo de prevención pretende mejorar la calidad de vida de las pacientes. Por lo tanto se precisa establecer con la paciente un vínculo y una alianza, hacer revisión de los tratamientos anteriores, valorar expectativas y calcular las metas. No hay que colocar al paciente en situación de riesgo. Hay que trabajar en equipo, reconsiderar tratamientos, conseguir ayuda familiar y valorar el tratamiento sintomático porque el objetivo final es la supervivencia y la calidad de vida.

También hay que hacer prevención del intento de suicidio y huir de la eutanasia pasiva que es cuando las pacientes se abandonan, los médicos claudican y la familia renuncia.

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Indicadores de buen y mal pronóstico

La búsqueda de predictores es algo que en los últimos años ha ido cogiendo peso porque los TCA son una patología grave con tasas altas de morbilidad y de mortalidad.

Problemas metodológicos

Cuando intentamos analizar los predictores lo primero que tenemos que hacer es recoger distintos estudios, ya que cuanto mayor sea el volumen de casos más consistencia tienen los resultados. Pero el problema es que los criterios diagnósticos varían, por ejemplo el concepto de bulimia ha cambiado entre el DSM-III, DSM-IIIR y DSM IV.

Además a la hora de valorar la respuesta al tratamiento en la mayoría de los casos no hay una intervención que se aplique en todos ellos, por ejemplo siguiendo con la bulimia hay tres formas de tratamiento psicoterapéutico que han demostrado su efectividad (la terapia conductivo-conductual, la terapia dialéctica y la terapia interpersonal) y los fármacos para la bulimia en muchos casos no se usan. Si el abordaje de los pacientes graves -sí medicados-se compara con aquellos atendidos a nivel primario, es difícil hacer que los datos procedentes de diferentes estudios se puedan comparar.

Respecto a los métodos de captación de los pacientes hay estudios sobre predictores en que los pacientes se captan con un anuncio en la prensa o solicitando que se deriven pacientes para un estudio, con lo cual el estudio no se hace en un contexto natural.

¿Qué es el concepto de respuesta al tratamiento? ¿Quién responde bien y quién mal? ¿Y que es respuesta parcial o total? Hay estudios para definir lo que es recuperación completa, remisión completa, buena evolución y recuperación parcial. Por ejemplo:

-Recuperación completa significa (en bulimia nerviosa) que el paciente no ha tenido atracones ni vómitos en los seis meses previos o una puntuación en la PSR (Psychiatric Status Rating) inferior a 3 durante 8 semanas consecutivas, o sin síntomas durante los 12 meses anteriores a la evaluación, o bien que no tenga trastorno alimentario o no cumplir criterios de DSM-IV.

-Una buena evolución es que el paciente no presenta atracones o vómitos, o los presenta menos de una vez por mes.

-Remisión parcial es si los atracones o vómitos se producen una vez al mes o más, pero menos de una vez por semana.

Incluso se ha dado el caso de un grupo de autores que con la misma población hacen distintos trabajos y los agrupan de diferente forma en un artículo u otro.

En nuestros trabajos usamos la escala PSR para bulimia (Psychiatric Status Rating scale) que tiene que ver con que se cumplan o no unos criterios y con el deterioro que se pueda producir en la vida del sujeto. De manera que los dos primeros estadios serían los que tendrían que ver con un paciente que prácticamente no tiene síntomas o los síntomas no le producen ninguna alteración; el tres y cuatro serían pacientes que tienen síntomas que están por debajo del umbral (serían los subclínicos); y el cinco y seis serían pacientes que cumplen criterios diagnósticos y les produce una perturbación grave en sus vidas.

Con escalas de este tipo podemos establecer de dónde parte el paciente y en qué situación está al final del tratamiento.

Respecto a la longitud en el proceso de seguimiento hay estudios sobre respuesta al tratamiento a los tres meses, a seis meses, al año, etc. Los resultados son muy diferentes. Muchas veces los métodos para la valoración de la efectividad son indirectos y otro problema es que la metodología estadística está basada en muchos casos en técnicas univariantes y no tienen en cuenta la influencia de unas variables sobre las otras.

La “inestabilidad” clínica de los TCA

Un paciente puede sufrir migración entre categorías diagnósticas, así que tendremos que normalizar esta situación. También es importante el momento de la evaluación. Se hizo un estudio que plantea la evolución de los pacientes a 12 años. Puede ser muy distinta la evaluación que se hace de una paciente si se hace en el momento que es dada de alta y la predicción de la respuesta tiene que ver con el tiempo de hospitalización. En ese momento está más disminuida la puntuación del EDI que si la hago dos años después en la que ya ha subido de forma significativa. Es decir, el tiempo debería ser uniforme en todos los estudios, la forma de tratamiento también debería ser uniforme y los pacientes deberían ser lo más uniformes posible, porque si no tenemos eso los resultados van a ser “resbaladizos”.

Factores asociados al abandono del tratamiento

El abandono del tratamiento es el principal factor asociado a un mal pronóstico. Las tasas de abandono están directamente relacionadas con la técnica terapéutica. Por ejemplo en la BN si uso terapia ecléctica hasta el 60 % de las pacientes se van a escapar. Si uso una terapia con poca contención de las pacientes (que la atrapa poco), p ej. la terapia de grupo, hay hasta un 50 % de deserciones en el tratamiento. En cambio si uso la terapia individual cognitivo-conductual las tasas de abandonos se reduce al 15 %.

Las variables asociadas al abandono del tratamiento son:

-Baja motivación

-Gravedad de la patología alimentaria

-Impulsividad

-Antecedentes de AN (en BN)

-Determinados rasgos de personalidad: paranoides, psicoticismo y sensitividad interpersonal (ser muy sensible frente a la opinión de los demás) .

-Depresión: no se puede hacer psicoterapia en una paciente que tiene un estado depresivo intenso, primero hay que tratar la depresión.

Factores asociados al pronóstico a nivel del paciente

Se han estudiado características del paciente, de su entorno y del proceso de tratamiento.

En relación con el paciente se han valorado determinadas variables biológicas, la patología alimentaria específica, la psicopatología y determinadas características psicológicas.

Se han aislado predictores para AN y BN, y tienen que ver con las variables biológicas. En la AN hay muchas más porque existe un elemento importante que es la malnutrición. El pronóstico es malo en las pacientes que tienen peor estado físico, con experiencias perinatales negativas, con disminución de la albumina sérica, si hay elevación de la GOT -una de las transaminasas-, una disminución del potasio por los vómitos, si no conservan la menstruación. Y hay un estudio que valora los cambios en los niveles de cortisol en las primeras fases del tratamiento. La recuperación completa del peso es un factor de buen pronóstico.

En relación con la patología alimentaria, tanto para AN como para BN, los predictores aislados son muy similares: la edad de comienzo, la duración del trastorno alimentario, la existencia de síntomas bulímicos en la AN o la intensidad de los síntomas bulímicos en la BN, que la paciente con AN desee un peso ideal más bajo y mayor tendencia a la dieta y a la actividad física.

En BN los antecedentes de anorexia (AN purgativa) nos dan mejor pronóstico según un estudio de nuestro grupo.

A nivel de psicopatología, que haya otros problemas psiquiátricos asociados: la comorbilidad. Una paciente que tiene BN y depresión, o trastorno de personalidad, o trastorno fóbico, o en la AN un TOC… son pacientes que van a funcionar peor si no hago un tratamiento asociado a esa patología. En la AN el principal escollo a nivel de personalidad parecen ser los rasgos evitativos porque dificultan la interacción. Y en el caso de BN los rasgos borderline (más asociado a la impulsividad a la hora de actuar).

La depresión, que existan tendencias autodestructivas, intentos de suicidio, abuso de sustancias… son todos factores de mal pronóstico. Y en el caso de las pacientes con AN la obsesividad y la tendencia a la somatización y en la BN la historia familiar de depresión o de alcoholismo.

Una baja autoestima, un sentimiento de inefectividad y la impulsividad son factores comunes de mal pronóstico tanto en AN como en BN. La sensitividad social, la desconfianza interpersonal y la hostilidad parecen influir negativamente en el caso de la AN. Y el funcionamiento del yo, la alexitimia o el sentimiento de autodirectividad en el caso de las pacientes con BN.

Factores asociados al pronóstico a nivel del entorno

El entorno es importante. Se han hecho estudios sobre la familia del paciente y si las relaciones son positivas, cálidas, si los vínculos familiares están conservados, si no existen malos tratos, ni antecedentes de abusos sexuales, o no existen conflictos con la pareja actual, el pronóstico es mucho mejor.

Un paciente con mejor apoyo ambiental va a mejorar más que el que no lo tiene. Y el nivel socioeconómico también juega un papel en la evolución. Si el nivel es más alto el pronóstico es mejor. La adaptación social también es un predictor de buen pronóstico y es negativa la ausencia de actividad laboral, estar aislado o no compartir los valores culturales, como sucede en el caso de la emigración.

Factores asociados al pronóstico a nivel del tratamiento

El tratamiento también va a determinar el pronóstico. Una mayor duración del tratamiento se asocia a mejor evolución. Los fracasos en tratamientos previos suelen ser un factor de mal pronóstico y la disposición para el cambio -la motivación del paciente-es un elemento fundamental.

Si ha necesitado hospitalización y el tiempo hospitalizado en el caso de la AN, también es un factor pronóstico. Y la rapidez de la respuesta, que responda desde el principio y reciba un tratamiento multimodal son factores de buen pronóstico en la BN.

Factores asociados a la recurrencia del trastorno

Hay factores presentes antes del tratamiento como el bajo nivel de motivación, un peso ideal más bajo, edad más baja, o mayor intensidad de síntomas bulímicos. Estos pacientes tienen más posibilidad de recaer en un futuro.

Y hay factores presentes tras el tratamiento: que el paciente haya tenido tratamiento en una clínica especializada o general (si es especializada hay menos posibilidades de recaída), que haya necesitado o no hospitalización, la persistencia de los vómitos, o que hayamos resuelto su desconfianza interpersonal.

Conclusiones

-Los resultados disponibles son en muchos casos variables, e incluso contradictorios.

-Pero ¿es posible la predicción? Hay quien piensa que no, que estamos buscando algo imposible. Y hay quien piensa que sí (yo mismo) pero bajo determinadas condiciones y circunstancias (homogeneizando tratamientos y haciendo estudios en los que usemos siempre la misma metodología), o bien que sí pero todavía no hemos aislado las variables adecuadas. Por ejemplo no se han estudiado variables neurobiológicas.

-Por lo tanto, tendremos que seguir intentándolo, haciendo estudios, compartiendo resultados para ser más eficaces en el tratamiento.

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El 70 por ciento de la población europea tiene un nivel bajo de vitamina D

Creemos que numerosas enfermedades “pueden agravarse en condiciones de déficit crónico de vitamina D”, afirma Faustino R. Pérez-López, investigador de la Universidad de Zaragoza. En particular, durante la menopausia esa situación es más grave, ya que los bajos niveles de esta vitamina en la sangre se asocian con un mayor riesgo de osteoporosis, pérdida de coordinación motora y fracturas óseas.

La deficiencia de vitamina D es una amenaza real en Europa, donde los niveles en sangre están reducidos en el 50-75 por ciento de la población. “Los profesionales de la salud deberían saber que este es un problema común y que afecta a gran parte de la población europea, incluso a aquellos que viven en regiones soleadas”, postula Pérez-López.

Por ello, un grupo de expertos de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia (EMAS, por sus siglas en inglés), liderado por Pérez-López, ha elaborado una declaración sobre suplemento de vitamina D y salud de la mujer postmenopáusica. El texto lo han firmado 11 expertos de instituciones internacionales como el Hospital John Radcliffe de Oxford (Inglaterra).

“Analizamos las condiciones y enfermedades que se asocian al déficit de vitamina D y recomendamos el uso de suplementos en las mujeres postmenopáusicas”, explica.

Mejoras en la salud de los huesos

Los suplementos de vitamina D, según estos expertos, producen mejoras en la densidad mineral de los huesos y en la función neuromuscular y reducen el riesgo de fractura. “Sería deseable que la Organización Mundial de la Salud u organismos competentes de la Unión Europea estableciesen normas mínimas o recomendaciones sobre enriquecimiento de alimentos con vitamina D”, opina Pérez-López.

En algunos países europeos existen recomendaciones en este sentido, pero en otros no existe regulación o no es de estricto cumplimiento. Ni siquiera hay consenso dentro de la propia comunidad médica acerca de las ventajas de los suplementos. No obstante, Pérez-López insiste en que “está demostrada su eficacia, aunque no está aceptada hasta ahora”.

“No se sabe que pasará en el futuro, pero desde la EMAS hacemos la recomendación. Esta es la primera declaración europea sobre la materia dirigida a mujeres menopáusicas”, subraya Pérez-López.

Además de estimular la absorción de calcio y fosfatos, el sistema de la vitamina D tiene numerosas funciones. Los niveles bajos están relacionados con raquitismo, osteomalacia, osteoporosis y riesgo de fracturas, enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, infecciones y enfermedades degenerativas.

“Hemos observado que, en mujeres sanas postmenopáusicas, un buen nivel de vitamina D se asocia a la buena forma física, y afecta en la masa de grasa, el equilibrio y la fuerza muscular”, afirman los autores en el artículo publicado en la revista Maturitas.

Un rayo de sol

“Un estilo de vida sano debe considerar la exposición solar durante unos 15 minutos, de tres a cuatro veces por semana, cuando las condiciones climáticas lo permitan, dado que el 90 por ciento de la vitamina D se sintetiza a través de la acción del sol sobre la piel”, detallan los investigadores.

Por lo que el estilo de vida actual que insiste en la baja o nula exposición solar y escasas actividades de ocio al aire libre, provocan esta deficiencia de la vitamina.

Claro que, como en todo, hay que mantener la justa medida. “Exposiciones solares de mayor duración no son recomendables por incrementar el riesgo de diferentes tipos de cáncer y el envejecimiento de la piel”, añade Pérez-López.

Sustitutivos de la luz solar

Lo idóneo, según estos expertos, sería mantener unos niveles sanguíneos superiores a 30 ng/ml, aunque no hay unanimidad sobre los niveles óptimos.

Pero un gran número de mujeres no pueden obtener las cantidades necesarias de vitamina mediante la exposición solar o la alimentación. Para compensar esta deficiencia, se recomienda el consumo diario de 600 UI (unidades internacionales) de vitamina D hasta los 70 años, y a partir de esa edad, 800 UI/día.

“Las pacientes con factores de riesgo asociados para sufrir hipovitaminosis (obesidad, piel pigmentada, regiones cercanas a los polos, síndromes de mala absorción intestinal, etc.) deben recibir cantidades superiores, hasta 4.000 UI diarias”, explica. Existen evidencias científicas que dosis de hasta 4.000 UI/día no producen intoxicación en la personas sanas.

Un estudio demuestra por qué disminuyen las hormonas sexuales en personas diabéticas y obesas

Siempre se ha relacionado la diabetes y la obesidad con niveles bajos de hormonas sexuales, sobre todo la testosterona en los hombres, y esto se había atribuido a la hiperinsulinemia o concentraciones elevadas de insulina en la sangre.

Aparte de disfunción eréctil, los niveles bajos de SHBG y de testosterona se asocian a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

El estudio dirigido por el equipo del VHIR determina que no son los propios niveles de insulina los que producen este descenso de la SHBG sino que la reducción de la producción hepática de SHBG dependerá del grado de inflamación y es el TNF alfa el responsable de la caída de esta proteína y, por tanto, de las hormonas sexuales en las personas que presentan obesidad o diabetes mellitus tipo II. Este descubrimiento permitirá diseñar estrategias terapéuticas más dirigidas y abre un nuevo campo que conecta la inflamación con los niveles de hormonas sexuales y puede explicar el porqué en muchas enfermedades crónicas se encuentran niveles disminuidos de hormonas sexuales.

Este trabajo, que se acaba de publicar en la revista Diabetes, referente de la especialidad, contradice la hipótesis existente hasta el momento, pues describe como la SHBG aumentó de manera significativa en lugar de disminuir después de un tratamiento con insulina en pacientes diabéticos. “Nuestros resultados sugieren que TNF alfa juega un papel clave en disminuir la producción hepática de SHBG que se observa en las enfermedades inflamatorias crónicas de bajo grado como la obesidad y la diabetes tipo II”, explica el Dr. Rafael Simó, responsable del grupo de diabetes y metabolismo del VHIR. “La reducción de la expresión de SHBG está inducida por el TNF alfa y existe una correlación negativa e independiente entre los niveles plasmáticos de TNF-R1 y los de SHBG en pacientes obesos, es decir, cuanto más presencia inflamatoria (TNF alfa) menos expresión de la SHBG que es la que se encarga del transporte de las hormonas sexuales”, continúa el Dr. Simó.

La SHBG es producida y secretada por el hígado humano y se une a los andrógenos y los estrógenos con gran afinidad, transporta estas hormonas a través de la sangre y regula su biodisponibilidad. Los niveles bajos de SHBG en plasma han sido relacionados con la obesidad, grasa abdominal, síndrome metabólico y se han utilizado como predictores del desarrollo de diabetes tipo II. También era conocido que, a menos niveles de esta proteína, y por tanto de hormonas sexuales, mayor era el riesgo de enfermedad cardiovascular. El índice de masa corporal se considera un determinante importante de las concentraciones plasmáticas de SHBG y es un hecho que los individuos obesos de todas las edades tienen niveles bajos de SHBG en plasma. La idea era que la obesidad producía una disminución de los niveles circulantes SHBG a través de la hiperinsulinemia.

Detalles del estudio: de los ratones transgénicos a las muestras de plasma humano

Descubrimientos recientes hechos por David M. Selva, investigador adscrito al programa Miguel Servet, investigador principal del estudio y miembro del grupo de investigación del Dr. Simó, sugerían que los niveles de insulina no eran los responsables de los bajos niveles plasmáticos de SHBG observados en la obesidad. A estos se le añaden los últimos hallazgos sobre la inflamación como uno de los procesos críticos asociados al desarrollo de la obesidad, resistencia a la insulina y la diabetes y el conocimiento que tiene este equipo de investigación sobre el papel pro-inflamatorio del TNF alfa y sus elevados niveles en los pacientes obesos.

Todo ello llevó al grupo de diabetes y metabolismo del VHIR a formular su hipótesis: “Para aclarar esta incógnita”, explica el Dr. Simó, “hemos abordado la cuestión de si la expresión humana de SHBG en el hígado es regulada por el TNF alfa y/o por la insulina y cuáles son las vías de señalización implicadas. Por ello, hemos realizado estudios in vitro utilizando células hepáticas humanas, así como estudios con ratones transgénicos que permiten estudiar la expresión de SHBG en vivo”, detalla el responsable del estudio. “Finalmente, se han realizado dos estudios en humanos, uno dirigido a investigar el efecto directo de la administración de insulina en los niveles sanguíneos de SHBG, en pacientes diabéticos tipo II y, el otro, para evaluar la relación entre los valores plasmáticos de TNF alfa y SHBG en pacientes obesos”, asegura.

El estudio concluye que la insulina no es lo que suprime la producción de SHBG, sino que el TNFalfa juega un papel esencial en la baja expresión de esta proteína que se encuentra en la obesidad y diabetes tipo II. Dicho de otro modo, la reducción de la producción hepática de SHBG dependerá del grado de inflamación. Por lo tanto, este estudio abre un nuevo campo que conecta la inflamación con los niveles de hormonas sexuales y puede explicar el porqué, en muchas enfermedades crónicas, se encuentran niveles disminuidos de hormonas sexuales.

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Perspectiva de género en TCA

Conceptos relacionados con el género

En primer lugar el sexo biológico, diferenciamos entre hombre y mujer; en segundo lugar el rol de género, diferenciamos entre masculino y femenino. Esto es la significación social que le damos al hecho de ser hombre o mujer y expresa una serie de características y deberes, y que se difunde a través de medios sociales y culturales (la familia, la escuela, la religión, los medios de comunicación, etc.). Cada persona, hombre o mujer, se asocia a un rol de género determinado, que normalmente corresponde a su sexo biológico (pero puede ser que no).

Respecto a la orientación sexual sólo vamos a hablar de heterosexualidad y homosexualidad. Y es definida como la atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros.

Epidemiología

Los TCA, en general, el 90% son mujeres y el 10% hombres. En anorexia nerviosa (AN) los hombres tienen una menor prevalencia, de un 7,5. En la bulimia nerviosa (BN) la prevalencia en hombres es mayor, pero sigue siendo muchísimo menor que en mujeres.

En los trastornos de la alimentación no especificados (TCANE), que es el síndrome a día de hoy más frecuente, concretamente el trastorno por atracón, las cifras se van asemejando: un 2 por ciento en los hombres y 3,5 por ciento en las mujeres.

Un dato curioso: respecto a la edad, en pacientes prepuberales los hombres son un poco más elevados que en etapas posteriores del desarrollo. Y a partir de la pubertad van disminuyendo los casos de varones.

La población de riesgo son mujeres jóvenes de países desarrollados. Y ¿por qué no aparecen hombres como síndromes clínicos? Por la estigmatización que supone para un hombre padecer un trastorno típicamente femenino; por las dificultades diagnósticas, parece que los hombres se preocupan más por la figura y el tono muscular y no tanto por el peso (que sería la preocupación típicamente femenina). Algunos varones hacen mucho ejercicio de tipo anaeróbico, de manera que al principio no tienen una pérdida de peso tan acusada como las mujeres. Y por último que la amenorrea es muy fácil de detectar pero la baja testosterona implica hacer un análisis.

En los hombres hay mayor prevalencia en trastorno por atracón, BN, y para la dependencia a la actividad física. Estos cuadros forman parte de lo que se llama la «epidemia oculta» , que significa que si los pacientes no comunican que tienen conductas patológicas como el atracón o el vómito, pues no se detecta a simple vista. Además tener un trastorno de la alimentación para un varón supone una amenaza a su identidad masculina.

Factores de riesgo: Sexo biológico mujer

Sólo por el hecho de ser mujer, aparte de las implicaciones culturales, hay mayor probabilidad de padecer un trastorno de la alimentación. En estudios de hormonas intrauterinas se ve claramente. Por ejemplo en el primer estudio de Procopio, que estudia la prevalencia de AN con gemelos suizos, los resultados muestran que los hombres gemelos de sexo opuesto (el hombre que se ha criado intrauterinamente con una mujer) presentan una prevalencia de AN mayor que los varones controles y semejante al de sus parejas gemelas mujeres. La conclusión es que en embarazos con feto femenino se produce una sustancia, probablemente hormonal, que aumenta el riesgo de padecer AN, por ello aumenta en varones expuestos.

Otro estudio de Colbert estudia la correlación entre testosterona y el riesgo de padecer TCA. La muestra es 304 gemelas del mismo sexo, 59 gemelas de sexo opuesto, 165 gemelos del mismo sexo y 58 gemelos de sexo opuesto. ¿Quién tiene más riesgo a padecer TCA? Las mujeres del mismo sexo, después las mujeres de sexo opuesto, lo hombres de sexo opuesto y por último los hombres. Y esto no es atribuible a ansiedad o socialización porque las gemelas de sexo opuesto al haber estado expuestas a la testosterona son un poco más resistentes al TCA que las mujeres controles criadas con uno o más hermanos varones (que esto si podría atribuirse a causas de socialización).

La conclusión es que la «masculinización» del SNC por exposición prenatal a testosterona puede contribuir a diferencias en cuanto al riesgo de TCA según el sexo biológico.

Dieta restrictiva, perfeccionismo y predisponentes genéticos

Otro factor de riesgo es la dieta restrictiva. Aunque los hombres tienen mayores historias de sobrepeso del paciente o familiares, son las mujeres las que más frecuentemente hacen dieta: las mujeres jóvenes con insatisfacción corporal, afecto negativo e IMC alto o normal. Un 8,4 % de los hombres hacen dieta, en cambio un 48,1% de mujeres.

Insatisfacción corporal

Las mujeres están satisfechas con su imagen corporal durante la edad escolar. A partir de los 12 años sufren una disminución de su satisfacción corporal.

La insatisfacción corporal está altamente relacionada con el rol de género femenino. Sin embargo, las mujeres con una baja feminidad (que tienen que ver con el rol de género) en mujeres premenstruales correlaciona con insatisfacción corporal.

En un estudio de Raich muestra que los hombres adolescentes de 2º de ESO se preocupaban más de su cutis y las mujeres de sus caderas.

El perfeccionismo es más alto en los varones: los hombres son más obsesivos, más tendentes a la intelectualización, el perfeccionismo y la rigidez que las mujeres.

En cuanto a predisponentes genéticos, vemos que los factores genéticos contribuyen en 50-80% al riesgo de TCA.

Pubertad

La pubertad incrementa los casos de TCA en mujeres por los retos del desarrollo en la adolescencia femenina que generan sentimientos de baja autoestima y dificultades de control. Es una ventana de vulnerabilidad.

Los estrógenos y progesterona tienen que ver con los niveles serotoninérgicos. Las mujeres tienen una recaptación peor de los niveles serotoninérgicos.

El incremento ponderal peripuberal es mayor en las mujeres. Cuando llegan a la pubertad tienen la menstruación, aumenta la materia grasa (en el caso de los hombres aumenta el músculo) y aumenta la leptina, entonces tiene que haber un ajuste de la regulación hipotalámica de apetito y se produce una ventana de vulnerabilidad. Las mujeres tienen mucha hambre y tienen que llegar al nivel de materia grasa necesario para tener la menstruación. Esto unido a factores sociales hace que tengan mayor riesgo a padecer TCA.

El rol de género femenino, independientemente del sexo biológico, está asociado a mayor riesgo de TCA. Una puntuación alta en «feminidad» en una escala hace que se tenga más riesgo a padecer TCA.

Respecto a la orientación sexual hay estudios contradictorios, en hombres homosexuales hay incremento de TCA según algún estudio, y en cambio otros estudios dicen que no. Si metemos la variable rol de género en esta discusión vemos que hay una mayor prevalencia de TCA en hombres homosexuales si han asumido un rol de género femenino. Los hombres homosexuales con rol femenino tendrían mayor insatisfacción corporal que los heterosexuales. Y la pregunta siguiente es: ¿y los homosexuales con rol masculino?, ¿y los heterosexuales con rol femenino?

Ruptura de roles históricos y procesos de individuación

Las mujeres podrían verse beneficiadas por la ruptura de roles de género clásicos. Sin embargo esto puede producir incertidumbre y se genera una nueva ventana de vulnerabilidad en la adultez para la mujer.

Presión social hacia la delgadez

Es otro factor de riesgo: el cuerpo delgado es éxito y el cuerpo obeso es fracaso. El rol de género femenino es mucho más permeable a este factor de riesgo.

El modelo estético masculino que impera es el musculado, delgado, tonificado.

Etiopatogenia

Los factores precipitantes:

– Acontecimientos vitales estresantes: en hombres más estresantes que en mujeres.

-TCA como enfermedad somática: podría ser mayor en los hombres, ya que tienen una mayor dificultad de expresión emocional.

– Dieta restrictiva: el factor más precipitante en los hombres.

– Actividad física: más frecuente en el varón.

Los factores mantenedores:

-La propia clínica TCA: más aguda en varones por detección más tardía.

– Comorbilidad: mayor en varones.

– Acceso a tratamientos: los actuales están dirigidos a población femenina, por lo que el acceso del hombre es más complicado.

Clínica y evolución

En la práctica clínica la sintomatología de hombres y mujeres es muy similar. Sin embargo podemos señalar algunos aspectos diferenciales. «Alexitimia sexual» en hombres: dicen que en la evolución clínica es uno de los factores que más tarda en normalizarse. La hiperactividad es más intensa y dominante en los hombres que padecen TCA.

Los nuevos diagnósticos, como síndrome del corredor compulsivo, dependencia a la actividad física y anorexia por actividad tienen mayor prevalencia en hombres adultos y mujeres atletas. Y el rasgo de personalidad imperante sería la alta obsesividad. Pero, curiosonamente, las mujeres asocian la práctica de la actividad física a su IMC, a su insatisfacción corporal y a su ansiedad social (factores negativos). Y sin embargo, los varones la asocian a satisfacción corporal y a no ansiedad.

Los criterios diagnósticos a la dependencia a la actividad física están definidos como una adición, aparece la tolerancia, el síndrome de abstinencia y la dependencia. Sin embargo, una revisión de la literatura demuestra que no hay pruebas de la existencia de un auténtico trastorno definible al margen de la alteración del comer o de un TCA.

En la clínica los varones cuando padecen un TCA tienen mayor comorbilidad, sin embargo la evolución es igual.

Tratamiento

El discurso científico en TCA es marcadamente femenino: publicaciones, instrumentos psicométricos, etc.

Morgan aporta un tratamiento de biblioterapia específico para varones con 7 «etapas» de seguimiento flexible. La estructura es similar a la terapia cognitivo-conductual: motivación, trabajo de conductas, pensamientos y emociones. Y después prevención y manejo de recaídas.

Las novedades que aporta son “compartiendo el secreto” (sharing the secret): la necesidad de que un varón que tiene un TCA se haga visible, les diga a los demás que lo tiene para superar la estigmatización y la crisis de identidad masculina. El ejercicio tiene mucha más importancia, el control del ejercicio casi es tan asemejable como el control de la alimentación. Y “buscando ayuda” (seeking help) como consumidor activo en un mundo en el que la mayor parte de los tratamientos están enfocados a las mujeres.

Prevención

Los destinatarios son los grupos de riesgo: mujeres jóvenes de países desarrollados. Esto tiene mayor eficacia, sin embargo hay una controversia: ¿los hombres participan en estos programas?

Conclusiones

-El sexo biológico mujer y el rol de género femenino provocan un mayor riesgo de padecer TCA.

-La correlación «homosexualidad-mayor riesgo de TCA» en el varón no está clara, porque media la adquisición de un rol de género femenino.

-El hombre tiene menor riesgo a padecer TCA, pero cuando lo padece las complicaciones clínicas son mayores.

-Las alteraciones alimentarias y problemas de la imagen corporal, una perspectiva «macro» de los TCA, aumentaría el número de hombres en los síndromes clínicos (Grilo 2006).

-Los tratamientos deben adecuarse a las diferencias clínicas observadas en cuanto a género.

-Aportamos un modelo novedoso, el «transdiagnóstico» (Fairburn 2008), que propone un tratamiento único con variaciones según necesidades.

-La prevención debe incluir, en lo posible, a personas de ambos sexos biológicos y ambos roles de género.

-«Descontento normativo» (Rodin 1985): las mujeres están descontentas con su cuerpo, padezcan o no un TCA.

-«Entorno tóxico» (Henderson y Brownell 2004): tenemos mayor acceso a la alimentación y sin embargo la cultura nos llama a tener una alimentación bastante restringida, que afecta más a mujeres, pero también a hombres.

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El papel del asociacionismo en la prevención en España

Hablar de asociaciones es hablar de motivación, y la motivación es el cambio, cambio con fines de interés general y de objetivos personales y concretos.

Hablar de asociaciones es decir compromiso como esencia y razón de ser, para tantos voluntarios formados y comprometidos, y profesionales que lo entienden como el eje de su tiempo, esfuerzo, creatividad y dedicación.

Las asociaciones funcionan según sus fines, unas pueden ser culturales, otras deportivas, asociaciones de vecinos, de enfermos y familiares de enfermos de distintas patologías. Cada asociación funcionará con arreglo a sus objetivos y a sus estatutos.

Las asociaciones son importantes y necesarias, ya que es más fácil llegar a las instituciones como un colectivo asociado que como un individuo.

ADANER

Es una asociación que se fundó en 1991 con un grupo de familiares de enfermos/as con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y profesionales, que deciden promover la creación de ADANER (Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia).

Es una organización no gubernamental (O N G), independiente, sin ánimo de lucro, e inscrita en el Registro de Asociaciones con el número 103.600 y declarada de Utilidad Pública en 1998. Está representada por sus asociados, Grupos de Apoyo y Delegaciones en todo el territorio Nacional. Y actualmente ya está constituida la Federación de Adaner (FEREADANER).

El primer contacto que tenemos es a través del teléfono de atención, que está atendido por psicólogos que se forman dentro de la asociación, después se derivan a una charla informativa donde juntamos a familias y enfermos con una psicóloga y dos monitores de grupo. Si están interesados pasan a los grupos de autoayuda de familia, que se compone de dos: un grupo de acogida y otro de apoyo. Y para los afectados tenemos un grupo de acogida, grupo de anorexia y grupo de bulimia.

Las charlas informativas

Las charlas informativas son el primer contacto personal con ADANER y aportan una gran cantidad de información acerca de los TCA haciendo hincapié, entre otros, en los diversos recursos asistenciales de la comunidad de Madrid. Se informa además de todas nuestras actividades, dirigidas tanto a las familias como a los enfermos.

Las actividades están dirigidas por monitores de grupos de autoayuda -que están formados por psicólogos de ADANER- y por una psicóloga.

Grupos de familias

Dentro de todas nuestras actividades, una de las principales o más importantes son los grupos de autoayuda en los que se intenta que aprendan a convivir y a ayudar al enfermo, pero también y muy importante es ayudar a la propia familia para que no entre en la desesperación o impotencia que provoca esta enfermedad y a pesar de ello puedan continuar una vida lo más normalizada posible.

Tratamos de que no se culpabilicen y hay que intentar tranquilizarles y explicarles que es un camino largo. En el grupo de enfermos no hay monitores, sólo hay psicólogos.

Por otro lado permite que al escuchar a otras familias se va aprendiendo a no culpabilizarse y diferentes manejos con el enfermo.

Lo que se consigue con esto es que cada familia extraiga de estos grupos una serie de herramientas particulares, adaptadas a sus circunstancias y a su momento.

Grupos de afectados

Estos grupos están formados por personas que comparten circunstancias o problemas comunes, se dan apoyo y se aportan experiencias.

La finalidad de los grupos de autoayuda es propiciar un cambio de estilo de vida, alterado en muchos casos por las características de la enfermedad, a través de un establecimiento de metas reales y saludables, para así fomentar el crecimiento y autorrealización de sus integrantes.

Estos grupos al no ser terapéuticos en ningún caso pueden ser sustituidos por el tratamiento individual de los afectados. Si en el grupo alguno de sus miembros no está en tratamiento, se intentará motivarle para que acceda a uno.

La prevención en ADANER

Uno de los retos a lo largo de estos 20 años ha sido el de la difusión y concienciación en la sociedad de la problemática de los TCA, también del trabajo con la administración para tratar de que entendieran las necesidades de estos enfermos y sus familias. Esto ha sido un largo camino que actualmente está dando sus frutos, aunque aún nos quede mucho por hacer.

Desde ADANER, venimos haciendo prevención en colegios e institutos para alumnos, profesores y padres, desde hace unos 15 años. Impartida por psicólogos especialistas en TCA, y formados por ADANER. Desde hace 10 años el INJUVE (instituto nacional de la juventud) subvenciona la mayor parte de la prevención.

A lo largo del curso 2010-2011 se impartieron un total de 85 charlas-taller en la Comunidad de Madrid. En este mismo curso tuvimos la experiencia piloto de un curso para profesionales de 20 horas de duración, impartido a través de la Escuela de Animación del Instituto de la Juventud de la Comunidad de Madrid.

Con alumnos

La prevención se da en alumnos de edades entre 10 y 17 años. Fortaleciendo aspectos saludables, ayudándoles a pensar en la influencia de los medios de comunicación, desarrollando su capacidad crítica sobre los mismos y alentándoles a llevar un estilo de vida saludable.

Asimismo creando “agentes de prevención” entre los mismos alumnos, para que sean capaces de detectar si alguien de su entorno tuviera un comportamiento típico de alguien que estuviera en riesgo de padecer un TCA.

La prevención está organizada en dos sesiones: una charla y un taller.

Con profesores

A los profesores se les da herramientas para que detecten un posible caso dentro del aula. Ayudándoles a manejar la situación cuando el trastorno es detectado. Apoyándoles en la intervención familiar, dándoles unas pautas con las que abordar la entrevista con los padres y facilitándoles recursos a los que acudir.

La prevención se organiza en una sesión de dos horas, con un formato de charla que permita la expresión de dudas y dificultades con el abordaje de una problemática de TCA (o riesgo) en el aula.

Con padres

A los padres se les da información concisa de la sintomatología de un TCA, diferenciando los procesos típicos de la adolescencia de los inicios de un TCA, e insistiendo en la importancia de observar los cambios que van más allá de la alimentación (baja autoestima, aislamiento, tristeza, irritabilidad, cambios bruscos en el rendimiento escolar, etc.).

También tratando de dar respuesta a todas las dudas que presentan, presentando recursos a los que acudir (ADANER). El formato es una charla de dos horas.

Otras entidades preventivas en la Comunidad de Madrid

También desde las consejerías implicadas en el Pacto Social contra la anorexia y la bulimia desde el 2006, se está haciendo prevención: editando folletos, dando charlas y talleres en colegios, dependiendo de la población a la que va dirigida.

De forma conjunta con ADANER se han editado dos carteles para distribuir: uno en los Centros de Atención Primaria y el otro en los Centros de Salud Mental.

Otros servicios de ADANER

-Servicio de información y apoyo gratuito a través del teléfono de ayuda mañana y tarde, atendido por psicólogos.

-Charlas Informativas presenciales para familiares y enfermos

-Grupos de Ayuda para enfermos y familia.

-Talleres de Autoestima, Habilidades Sociales, Risoterapia, Reeducación Nutricional (básico), Motivación Emocional, Relajación, Arteterapia y Sexualidad (Subvencionados por el INJUVE).

-Congresos, Jornadas, Conferencias Informativas, Campañas de Prevención.

-Formación de Monitores de Grupos de Autoayuda para familiares.

-Tutorización de Alumnos de Prácticas de Universidad de Comillas.

-Creación de grupos de trabajo con voluntariado y formación específica en TCA para profesionales.

Tenemos una página web (www.adaner.org) y un foro on-line supervisado por psicólogos.

Puntualizaciones

Nosotros hemos hecho esta exposición como asociación desde nuestra ubicación en Madrid, ya que no podemos saber cómo funcionan otras asociaciones en el resto de España, puesto que depende de cada Comunidad Autónoma y de sus propios estatutos.

Las asociaciones ADANER de otras comunidades tienen los estatutos iguales que los nuestros, exceptuando los puntos que deben ajustarse a la normativa de su Comunidad.