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Nutrigenética y prevención de enfermedad: Nutrición personalizada

Nutrigenómica y nutrigenética están en el mismo campo, son las relaciones entre la nutrición, los genes y la prevención de enfermedades. Esto permite tener una visión molecular de la medicina ya que conocemos los procesos a nivel celular y las moléculas que intervienen. Por delante de la nutrigenética y la nutrigenómica está la farmacogenómica o la farmacogenética ya que hay algunos principios activos de los alimentos que sabemos tienen un efecto muy positivo (por ejemplo algunos componentes del té) y que se han utilizado para diseñar medicamentos porque modifican la expresión de genes. Hay continuamente una interacción entre compuestos de los alimentos que pueden estar modificando la expresión de genes a nivel celular.

Nutrición y enfermedad

De las 10 primeras causas a nivel mundial de mortalidad 5 tienen que ver con la nutrición. Pero la nutrición es muy compleja porque hay una gran variedad de compuestos bioactivos que pueden hacer un papel distinto, quizás, utilizando genes como mediadores. Son muchos los nutrientes que pueden ejercer un papel protector o aumentar el riesgo de padecer determinadas patologías.

Los nutrientes son mezclas complejas y hay preguntas relacionadas con la nutrición y la prevención de enfermedades que todavía no están resueltas: ¿actúan sinérgicamente?, ¿qué cantidad es la adecuada para lograr el efecto deseado?, etc.

Nutrigenética y enfermedad

En las células se encuentran los cromosomas y en ellos se empaqueta la molécula de ADN que tiene una estructura muy básica: secuencias con bases de nucleótidos. Cada 3 nucleótidos de la cadena de DNA codifica para un aminoácido y a partir de una secuencia concreta del DNA obtenemos la cadena de aminoácidos que dará lugar a la proteína. Cuando se habla de mutación quiere decir que la cadena tiene un cambio puntual en un nucleótido (snip). La mutación puede ser en los dos alelos (homocigosis) o en un alelo (heterocigosis).

Cuando un nucleótido muta pueden pasar varias cosas: que sólo cambie el nucleótido o que también cambie el aminoácido. El cambio en el nucleótido, aunque no llegue a manifestarse en la cadena, puede producir un cambio en la expresión de genes; cuando se produce un cambio en el aminoácido la proteína es diferente.

Genotipo, ingesta de nutrientes y riesgo de enfermedad. Ejemplos

Hoy en día los análisis que se hacen en nutrigenética se basan en comparar como varía el genotipo con respecto a alguna enfermedad y en función de la ingesta de algún nutriente. Por ejemplo, cuando medimos la mutación en el receptor de la vitamina D y el riesgo de cáncer de colon, nos encontramos que el riesgo era mayor para las personas con el alelo ff y una baja ingesta de calcio. Es decir, según el genotipo y modulado por la dieta el riesgo de cáncer varía.

En otra mutación para el receptor de la vitamina D se observó que cuando la ingesta de cafeína era muy alta y además el individuo tenía el alelo tt se disminuía mucho la densidad de la masa ósea.

En otro análisis se vio como la fibra modula el cambio en la presión arterial en personas con mutaciones en un gen que codifica para la angiotensina. Los portadores del alelo Met en la angiotensina parece que tienen una mayor reducción en la presión arterial diastólica cuando tienen el alelo Met-Met en homocigosis (la treonina ha mutado a metionina).

Otro análisis demostró que el aceite de pescado reduce los niveles de TNF alfa y parece que el efecto favorable del aceite de pescado sobre los niveles de TNF alfa es más positivo para los que tienen el alelo A (-308 G/A).

En el caso del genotipo MTHFR 677C (metilen tetra hidrofolato reductasa), la enzima que modula los niveles de homocisteína (factor de riesgo cardiovascular), según el consumo de folato y según el genotipo que presenten, los niveles de homocisteína se pueden disparar o no. Si se tiene el alelo TT y si la ingesta de folato es muy baja, los niveles de homocisteína se disparan.

En nutrigenética la pregunta es “qué comida es mejor para mí según mi DNA y atendiendo a factores de riesgo de enfermedad”.

Aplicaciones en adiposidad corporal

El gen PPARG2, que es una diana de las tiazolidindionas (fármacos que toman los diabéticos tipo2), sufre un cambio en la posición 12 (la prolina se cambia por una alanina), y este gen participa en la adipogénesis, en el metabolismo del tejido adiposo.

Hoy en día para estudiar todos los posibles snips del genoma que estén implicados con la enfermedad utilizamos los estudios de asociación del genoma completo (GWAS, en inglés). Éstos se usan para estudiar el origen genético de la diabetes tipo II, de los niveles altos de colesterol, del cáncer, etc. Los GWAS se han podido desarrollar gracias a los arrays o chips, que nos permiten medir hasta 500.000 snips en un porta de un microscopio. Para estudiar tal cantidad de snips también necesitamos poblaciones muy grandes para poder establecer comparaciones.

De estos estudios se han obtenido los principales genes asociados a la obesidad, sobre todo con el índice de masa corporal. Hoy en día se conocen unos 50 loci o lugares cromosómicos (que pueden estar localizados en genes o cerca de genes). Y destaca el llamado FTO.

Se han realizado estudios con población a la que se ha alimentado con dieta mediterránea (aceite de oliva o frutos secos) durante 3 años y se han observado los cambios en la circunferencia de la cintura. Y se ha visto que los que tenían el alelo Ala tenían mayores niveles de circunferencia de cintura y los que seguían la dieta mediterránea estaban protegidos.

Conclusión

La variabilidad genética puede afectar a la respuesta a los patrones dietéticos y en relación con el riesgo de enfermedad.

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Consejos para manipular y conservar los alimentos en verano

El Departamento de Salud del Hospital Universitario de La Ribera, a través de su Servicio de Nutrición y Dietética, recomienda extremar las precauciones a la hora de conservar y manipular los alimentos durante estos meses de verano, ya que las altas temperaturas favorecen el crecimiento de los microorganismos que están en los alimentos.

Con unas medidas adecuadas en el proceso de elaboración de las comidas, y con un extremo cuidado en la higiene del entorno de los alimentos, podremos evitar las toxiinfecciones alimentarias, enfermedades provocadas por el consumo de alimentos contaminados por gérmenes o por las toxinas que ellos producen, y que se manifiestan a través de síntomas digestivos, fundamentalmente vómitos y diarreas.

Los gérmenes, en su gran mayoría, se reproducen con mayor facilidad por encima de los 5º, esto es, fuera de la nevera, y por debajo de los 68º, esto es fuera de los procesos con fuego. Por este motivo, es importante que a la hora de realizar la compra, los productos que se conserven en frío se transporten lo más rápidamente a la nevera; en el caso de alimentos congelados, se recomienda el uso de bolsas isotérmicas.

Por el mismo motivo, es importante prestar especial atención de las condiciones higiénicas en la manipulación y el proceso de elaboración de alimentos que no van a pasar por una fuente de calor antes de ser consumidos, como pueden ser las ensaladas, los zumos, los fiambres, los postres o los dulces.

Algunos productos, como las latas o las salsas, pueden conservarse sin frío, pero una vez abiertos deben consumirse rápidamente o guardarse en la nevera y bien cerrados.

Dentro del frigorífico, los alimentos deben conservarse clasificándolos por grupos, y bien tapados, utilizando papel film o fiambreras para evitar que las gotas que puedan desprenderse de algunos alimentos entren en contacto con otros.

Fecha de caducidad y consumo preferente

Es importante que tanto a la hora de comprar como a la hora de consumir alimentos se compruebe la fecha de caducidad. No obstante, no hay que confundir la fecha de caducidad con la fecha de consumo preferente. En el primer caso nos informa de la fecha límite en la que el alimento es apto para el consumo, en cambio, la fecha de consumo preferente nos indica la fecha aproximada hasta la que las condiciones óptimas organolépticas (sabor y olor) del producto se mantienen intactas.

Los productos microbiológicamente muy perecederos deben recoger en su envase la fecha de caducidad a partir de la cual no deben consumirse ya que representan un serio riesgo para la salud. Por el contrario, la fecha de consumo preferente se utiliza en los productos cuyo deterioro no representa un riesgo para la salud. Una vez se ha vencido la fecha de consumo preferente que aparece en el envase, probablemente encontremos alguna de sus propiedades organolépticas alteradas, pero no significan un riesgo sanitario.

De todos modos, debemos seguir en ambos casos las indicaciones que ofrecen los envases de los productos para una correcta conservación.

Preparación de la comida y entorno de la cocina

Es importante tener en cuenta que el lugar en el que se elaboran y preparan las comidas es determinante a la hora de evitar una intoxicación alimentaria. Por este motivo es importante limpiar frecuentemente la tabla, el banco de preparación y los utensilios de cocina cada vez que se vaya a manipular un alimento distinto.

Se aconseja utilizar papel de cocina en lugar de bayetas y vigilar el estado de limpieza de los trapos de cocina en caso de que se utilicen, ya que, si no están en buenas condiciones higiénicas, pueden constituir un depositario de gérmenes y contribuir a su propagación.

De la misma manera, deben mantenerse las manos bien limpias antes de manipular los alimentos, ya que al estar en contacto directo con el producto es muy fácil que transmitamos bacterias.

No se debe utilizar nunca la cáscara del huevo para separar las claras de las yemas. Es aconsejable usar un separador de yemas o ayudarse con una cuchara o tenedor para hacerlo.

Si la comida no se va a consumir de inmediato es necesario que, una vez preparada, se guarde rápidamente en la nevera y se caliente antes de comerla. No hay que dejar que los alimentos se enfríen o descongelen en el banco de la cocina, sino dentro del frigorífico.

Si bien el período veraniego es más favorable para la aparición de toxiinfecciones alimentarias, puesto que el calor facilita la multiplicación de los gérmenes, es importante seguir estas recomendaciones durante todo el año.

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El tratamiento farmacológico debe ser la última alternativa para adelgazar

La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) advierte de que el tratamiento farmacológico debe ser la última alternativa a la que debe recurrir un paciente para tratar su exceso de peso, optando siempre en primer instancia por cambiar malos hábitos adquiridos, y alerta de que la ingesta de fármacos antiobesidad requiere un estricto control.

“Aunque los fármacos son otra de las armas terapéuticas para tratar la obesidad, desde la SEEDO insistimos en que el tratamiento más efectivo contra esta patología es la prevención, para evitar que la cifra de personas con exceso de peso siga creciendo”, ha señalado el doctor Basilio Moreno, miembro de la Sociedad.

En general, las distintas opciones farmacológicas pasan por fármacos anorexiantes, los más utilizados pues disminuyen el apetito o aumentan la saciedad. Éstos se dividen en anorexígenos noradrenérgicos, recientemente retirados del mercado por su riesgo de producir adicción; y anorexígenos serotoninérgicos, que actúan en el centro de la saciedad, carecen de acción estimulante y no provocan dependencia.

No obstante, la SEEDO señala que, actualmente, tan solo existe un fármaco autorizado en el mercado que es orlistat, inhibidor de las enzimas lipasas pancreáticas, encargadas de la formación o escisión de las grasas. Actúa en el tracto gastrointestinal lo que favorece la reducción, en aproximadamente un 30 por ciento, la digestión de las grasas y el aumento de su excreción fecal.

“A pesar de ser el único fármaco autorizado también se ha visto envuelto en cierta polémica. Al fármaco antiobesidad se le exigen muchos más requisitos de seguridad que a otros medicamentos, incluso se demandan pruebas de seguridad durante dos o cuatro años, algo que no sucede con el tratamiento de otras patologías”, ha señalado Moreno.

Este fármaco no está cubierto en España por la Seguridad Social, al contrario que en Reino Unido. “Financiarlo implicaría que las personas tuvieran que pasar por consulta y que un especialista decidiera si deberían tomarlo, en qué dosis y durante cuánto tiempo”, ha precisado este experto.

Por otro lado, las principales líneas de investigación en este campo pasan por los fármacos termogénicos, medicamentos que incrementan el potencial de oxidación de los ácidos grasos en el músculo.

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Descubren el mecanismo que hace que los alimentos ricos en proteínas llenen más

Científicos de la Universidad de Lyon, en Francia, han descubierto en un modelo con ratones el mecanismo molecular por el que los alimentos con alto contenido en proteínas generan una sensación de saciedad o “estar lleno”, un hallazgo que puede tener aplicaciones en el tratamiento farmacológico de la obesidad.

En concreto, según los resultados de la revista Cell, han descubierto un conjunto de señales moleculares, los “mu opioides”, que conectan el intestino y el cerebro y generan la sensación de saciedad que hace que paremos de comer, y han comprobado que los alimentos con proteínas son una pieza clave del mecanismo.

Durante la digestión, los alimentos se transforman en sustancias más sencillas para ser absorbidas y se da la gluconeogénesis o formación de glucosa, “la gasolina” de las células, que es captada por receptores de glucosa de la vena porta, cerca del intestino, que envían una señal al cerebro “que hace que la sensación de hambre desaparezca”, explica Gilles Mithieux, investigadora de la Universidad de Lyon y principal autora del estudio.

“Tras una comida rica en proteínas, las moléculas derivadas de su digestión se liberan al torrente sanguíneo e inhiben los receptores “mu opioides” que están en las paredes de la vena porta”, ha añadido esta experta en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Entonces, estos receptores envían una señal ascendente al cerebro, que “responde con otra señal hacia el intestino y activa la gluconeogénesis”, ha apuntado.

Estos resultados muestran cómo se produce la saciedad tras una dieta proteica, rica en carne roja y blanca, pescado, huevos y algunos vegetales.

Más cerca del tratamiento de la obesidad

“Hasta ahora se desconocía que los receptores “mu opioides” (MORs) del sistema nervioso del intestino y la vena porta eran quienes regulaban la sensación de hambre”, señala Mithieux, confiada en que su trabajo sirva para mejorar el tratamiento de la obesidad en un futuro no muy lejano.

Para alcanzar sus conclusiones, los investigadores crearon ratones que carecían de receptores “mu opioides”. Tras una comida rica en proteínas, estos ratones no empezaban la gluconeogénesis, por lo que no tenían sensación de saciedad y seguían comiendo.

Si se les daba inhibidores o activadores de MORs no se veía ninguna respuesta, lo que sí sucedía con ratones normales. “Tanto los ratones como los humanos tienen estos receptores en la vena porta, por lo que los mecanismos reguladores del hambre que hemos descubierto se pueden dar perfectamente en personas”, concluyen los autores.

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Dietas personalizadas

Muchos son los factores que debe de tener en cuenta un dietista nutricionista a la hora de elaborar una dieta: sexo, edad, situación fisiológica y patología, que pueden condicionar el nivel energético, el nivel nutricional, la cantidad de nutrientes que se incorporarán a la dieta. También en función del estado nutricional se aplican suplementaciones o restricciones según convenga. Asimismo, el estilo de vida condiciona la dieta, hay que personalizar la dieta en función de horario, de la rutina y de los hábitos dietéticos. También hay que tener en cuenta la composición y forma de preparar los alimentos a la hora de hacer dietas personalizadas.

Sabemos que hay cierta predisposición genética a padecer ciertos tipos de situaciones y en los últimos años este componente genético está cobrando mayor importancia: entre un 40-70 % de las obesidades tienen algún grado de predisposición genética.

En un futuro próximo probablemente encontraremos que los dietista integraremos una nueva información a añadir dentro de la valoración del estado nutricional y es la determinación del perfil genético de cada paciente, es decir, la mayor o menor predisposición de cada persona a sufrir una determinada enfermedad relacionada con la alimentación: sobrepeso, obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etc.

Desde el punto de vista genético hay dos grandes tipos de obesidad, la monogénica, que son mutaciones en único gen pero que se da con una frecuencia bajísima, y la poligénica. El gen más conocido es el FTO y es el que está implicado en la mayor parte de este tipo de análisis.

En los últimos meses han aparecido laboratorios que ofrecen kits para realizar análisis del genoma de cada paciente.

Vitagenes

Esta empresa ofrece un kit llamado WellnessAge® que se puede comprar por teléfono o internet por cualquier persona, con unas instrucciones para hacer un frotis bucal. Hay que rellenar un consentimiento informado para analizar su genoma y unos datos personales.

Con las instrucciones lo rellena y lo envía al laboratorio y a las 4 semanas puede consultar sus resultados en la página web. En este caso el kit analiza entre 25-36 snips (variaciones del ADN) por un precio de unos 500 euros y emite un informe de 50-80 páginas. Se analizan polimorfismos sobre predisposición a obesidad y algunas de sus enfermedades asociadas.

El resultado puede ser sin riesgo genético o bien cuando hay una mutación hay un riesgo genético medio, y cuando la mutación es de sujeto homocigoto el riesgo es alto.

En primer lugar se hace un juicio genético. Si el riesgo genético de esta persona es medio alto, posteriormente se evalúa el riesgo externo de obesidad en base al cuestionario que ha rellenado el paciente y, por último, se hace un juicio global con el resultado del riesgo global. Y se recomienda que al recibir el test el usuario vaya a un profesional o clínica que le ayude a interpretar los resultados y poner en tratamiento.

Genotest

Este laboratorio dispone de un test llamado Nutrichek®. En este caso aparece un listado de centros asociados, clínicas de nutrición, farmacias y gabinetes de dietética, y se puede comprar bien directamente o a través de uno de esos centros.

El test tiene un precio aproximado de 250 euros y analiza 14 snips. En este caso se emite un informe de unas 13 páginas y en la segunda parte del informe hace una interpretación de los resultados. Y, en tercer lugar, dan una serie de consejos personales. Si no hay alteraciones no debe modificarse significativamente el patrón de dieta y si las hay se recomiendan reducir los alimentos ricos en grasas de origen animal y grasa monoinsaturadas -excluyendo el aceite de oliva- y recomienda especialmente las grasa poliinsaturadas de los pescados azules.

Ferrer inCode

Nutri inCode® analiza la predisposición genética a desarrollar una serie de situaciones analizando 150 variantes genéticas en 55 genes. El precio es alrededor de 600 euros y hay que comprarlo a través de un centro sanitario. Emite un informe de unas 31 páginas dividido en dos partes. La primera parte del informe es para el médico y está dividida a su vez en tres partes: informe clínico analítico en base a un cuestionario sobre datos personales (no tiene nada que ver con la genética) calcula el IMC y la predisposición familiar (lo que se hace en la consulta dietética). La segunda parte, el informe genético, es el resultado del análisis genético de las 150 variantes. Y en la tercera parte aparecen las recomendaciones personalizadas. La segunda parte del informe, que le llaman informe para el paciente, recoge resultados de información genética y aquí hay una distribución de las 150 variantes genéticas.

Eugenomic

En este caso se analizan el perfil de bienestar genético en base a 8 perfiles. Hay dos posibilidades pedir el perfil completo o sólo una parte, que puede ser el control de peso. El informe puede llegar a ser de 80 páginas. Este test también debe ser respaldado por un médico, farmacéutico o dietista nutricionista, o incluso el propio paciente lo puede solicitar siempre que haya un facultativo detrás.

El informe tiene 4 partes. Primero dan la tabla de todos los resultados y después detallan los que tienen alto riesgo o bien protección. El informe es extenso y dan unas recomendaciones.

Test de intolerancia alimenticia

No tienen nada que ver con los test genéticos. El más conocido es el Alcat Test®, que se basa en una reacción de citotoxicidad enfrentando las células del propio organismo frente a distintos tipos de alimentos.

Se requiere de un análisis de sangre y con una batería de 20 tubos se pone una alícuota de sangre en cada tubo y en cada uno se enfrenta a un alimento distinto. En el caso del test Alcat 100 alimentos 20 aditivos y después está el blanco, donde simplemente está la alícuota de sangre. Se estudia la variación del número de células, de la agregación entre ellas, etc. Y se dibujan unas curvas de distribución, cada una de las curvas se compara con el blanco y en base a la diferencia de cada una de ellas frente al blanco se establece el resultado.

Se trata de una patente americana de hace unas décadas y se hizo una adaptación para alimentos españoles. El precio es entre 450 y 600 euros. En función de los resultados recomienda eliminar de la dieta todos los alimentos que salen positivo alto, evitar los que salen positivo medio, el bajo lo deja a juico del profesional, y negativo se pueden consumir.

Al realizar una búsqueda en Pubmed de los estudios que hay en relación a este test, de los 9 encontrados y ninguno apoya claramente la utilización de este tipo de técnicas. El último estudio aparecido en el año 2010 dice que estos métodos tienen falta de una validación técnica y clínica, y por tanto, no se justifica su uso y se desaconseja su utilización porque podrían conducir a disminución de la calidad de vida, e incluso a una situación de malnutrición.

Valoración final

-El conocimiento del perfil genético podrá ser integrado en el perfil de consulta dietética en un futuro.

-Hacen falta más estudios con más poblaciones y con mayor profundidad.

-No todas las etnias con la misma mutación responden igual a una misma dieta, hay que hacer estudios controlados.

-La base de estos test genéticos son estudios poligénicos, que cada mutación por si sola tiene muy poco peso y habrá que estudiar la interacción entre todas ellas, entre la dieta y ellas, y el resto de estilos de vida.

Conclusión

Por tanto, en la actualidad no hay evidencia científica sólida para diseñar dietas personalizadas basadas en la genética con garantías de éxito. Aunque el futuro es prometedor, a fecha de hoy todavía nos queda un camino por recorrer.

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Nutrigenómica: descifrando las bases moleculares de la nutrición

La nutrigenómica estudia cómo los diferentes componentes de los alimentos, los nutrientes, son capaces de modificar el patrón de expresión de genes, de proteínas y metabolitos, bien para promover la salud o la enfermedad. Por tanto, la nutrigenómica podría definirse como el estudio de los efectos de los nutrientes sobre la salud a través de la modificación del genoma, del proteoma y del metaboloma, y dando lugar a cambios fisiológicos.

Hay muchos estudios que han puesto de manifiesto la capacidad de los nutrientes para regular la expresión génica a través de la modulación de la actividad de distintos factores de transcripción y también mediante la modulación de la actividad de proteínas específicas. Las diferentes dietas pueden modificar distintos patrones de la expresión génica, de la expresión proteica y de la producción de metabolitos.

En los últimos años ha habido un gran desarrollo de las tecnologías -ómicas que han permitido identificar los cambios en la expresión de genes y proteínas, y tener una visión más general al poder detectar cambios en la expresión de miles de genes al mismo tiempo. Todo ello nos permite entender las bases moleculares de la nutrición.

La nutrigenética explica cómo el background genético, la carga genética de un individuo, le confiere susceptibilidad o resistencia al desarrollo de ciertas patologías relacionadas con la alimentación.

Por tanto, para la nutrición personalizada hemos de tener en cuenta la nutrigenómica -cómo los nutrientes afectan a la expresión de nuestros genes – y la nutrigenética -cómo la respuesta al tipo de dieta puede venir condicionada por nuestra carga genética -.

Influencia del tipo de grasa de la dieta

El tipo de grasa puede facilitar o evitar el desarrollo de determinadas patologías asociadas a la nutrición. Por ejemplo es bien conocido que la ingesta de grasas saturadas favorece el desarrollo de obesidad, de la inflamación asociada a la obesidad y de la resistencia insulínica. Por el contrario hay estudios científicos de que la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados podría contribuir a disminuir la inflamación asociada a obesidad y, por tanto, prevenir la resistencia a la insulina.

Los estudio de nutrigenómica están permitiendo conocer los mecanismos moleculares para entender el porqué de estas diferentes acciones entre las grasas saturas e insaturadas.

Adipogénesis

Se trata de un proceso complejo y altamente regulado en el que participan distintos factores de transcripción y cualquier factor que pueda modificar la activación de estos factores de transcripción va a promover la adipogénesis.

El tratamiento con DHA (omega 3) de adipocitos en cultivo disminuye la adipogénesis. Y lo mismo ocurre con EPA pero no con OLA y STA (ácido esteárico y ácido oleico).

Estos mecanismos se han relacionado con la capacidad de los omega 3 para inhibir la expresión del factor de transcripción adipogénico PPAR gamma.

También se han hecho estudios comparativos de otros ácidos grasos, por ejemplo el ácido linoleico conjugado (CLA) en comparación con el ácido linoleico. El CLA es capaz de inhibir la adipogénesis pero no el linoleico. Y esto se debe a su capacidad de inhibir los factores de transcripción adipogénicos PPAR gamma y CBP alfa. Es decir, dependiendo del ácido graso de la dieta se regula de manera diferente la adipogénesis.

El factor PPAR gamma también es clave en la fisiología del adipocito ya maduro porque promueve la sensibilidad a la insulina y facilita la oxidación de grasas. En el adipocito maduro, y en el hígado, se ha observado que los ácidos grasos omega 3 tienen capacidad de estimular el factor PPAR gamma, lo que se relaciona con la mejora en la sensibilidad de la insulina que se ha asociado a la ingesta de omega 3 en algunos estudios.

También se han descrito para algunos ácidos omega 3 propiedades hipolipemiantes, capacidad de reducir los triglicéridos, etc. Y se conoce el mecanismo por el que actúan: son capaces de regular transcripcionalmente el metabolismo de genes lipídicos. En concreto se sabe que estimulan factores de transcripción que promueven la expresión de genes implicados en la oxidación de grasas, por ejemplo PPAR alfa, e inhiben la expresión del factor de transcripción que activa genes lipogénicos, por ejemplo SRBP1 .

Papel del AMPK

También pueden regular la actividad de algunas enzimas o moléculas claves en la regulación del metabolismo, por ejemplo AMPK que está implicado en la regulación de la ingesta en el hipotálamo, en el músculo promueve la oxidación de ácidos grasos libres, la captación de glucosa, la biogénesis mitocondrial, también actúa en tejido adiposo promoviendo la oxidación de ácidos grasos, la lipólisis a nivel del hígado, controlando la secreción de insulina en el páncreas, etc. Es decir, es una molécula con un papel muy importante en el metabolismo y se ha sugerido que los activadores de AMPK podrían ser considerados como una nueva terapia para el tratamiento de la diabetes y de otros desórdenes metabólicos.

Hay evidencias de que a través de la nutrición se puede modular la actividad de AMPK. La AMPK se activa por fosforilación y en un estudio se observó cómo eran los niveles de fosforilación de AMPK en ratas que habían sido alimentadas con una dieta baja o alta en grasas. Se vio que la ingesta de grasas saturadas inhibe la fosforilación y por tanto la activación de AMPK. Por el contrario hay estudios, alguno de nuestro grupo, en los que se demuestra que, tanto en el cultivo como tras la administración de omega 3, se produce una estimulación de AMPK. Y lo mismo sucede en el tejido adiposo de animales a los que se les ha tratado con DHA.

La activación de AMPK tiene capacidad para estimular CGC1 alfa, que es uno de los principales factores implicados en la biogénesis mitocondrial y en la oxidación de lípidos. También existen evidencias de que en obesidad y diabetes hay una disfunción mitocondrial que puede contribuir al desarrollo de las alteraciones asociadas a la obesidad. Por tanto, si conseguimos mejorar la función mitocondrial puede ser una buena estrategia para prevenir estos desórdenes metabólicos. También se ha visto que dependiendo del tipo de ácido graso se pude agravar o prevenir la disfunción mitocondrial.

La biogénesis mitocondrial está suprimida en ratas alimentadas con dieta alta en grasa, hay una disminución del factor de transcripción PGC-1 alfa y del contenido en DNA mitocondrial. Lo mismo ocurre cuando se tratan células con palmitato. Éste disminuye la expresión de PGC-1 alfa y de proteínas mitocondriales en tejido adiposo. Por el contrario, hay estudios que describen la capacidad de los ácidos grasos omega 3 para estimular la biogénesis mitocondrial en el tejido adiposo.

Por tanto podemos concluir que dependiendo del tipo de grasa de la dieta las acciones sobre la expresión de distintos genes y proteínas relacionadas con el metabolismo son diferentes.

Señalización de la insulina

Los diferentes tipos de ácidos grasos afectan de manera diferente en la cascada de señalización de la insulina. Las grasas saturadas han demostrado que interfieren con algunas de estas vías complejas de la señalización. Hay estudios en los que se ve que el palmitato disminuye la señalización de la insulina y la sensibilidad a la insulina, y el tratamiento con ácido graso omega 3 es capaz de activar vías similares a las de la señalización de la insulina.

También hay datos de cómo dependiendo del tipo de ácidos grasos de la dieta se regula de manera diferente la actividad secretora del tejido adiposo. Así se ha visto que el ácido graso omega 3 EPA estimula la secreción de leptina mientras que el CLA la inhibe.

Inflamación asociada a la obesidad

La adiponectina es una adipoquina muy importante por sus propiedades insulinosensibilizadoras, antiinflamatorias, su capacidad de promover la oxidación de ácidos grasos y de activar AMPK. Y hay evidencias de que los ácidos grasos omega 3 estimulan la producción de adiponectina y esto podría ser uno de los mecanismos por los cuales se podrían explicar las acciones beneficiosas en el metabolismo.

Muchos estudios demuestran claramente que disminuyen la infiltración de macrófagos en tejido adiposo. En animales alimentados con dieta alta en grasa si es suplementada con omega 3 vemos que disminuye mucho la inflamación asociada a la obesidad en el tejido adiposo.

Ahora ya sabemos cómo pueden disminuir esa inflamación. Por un lado disminuyendo el reclutamiento de macrófagos proinflamatorios y por otro porque son capaces de interferir con las principales vías de señalización puestas en marcha por los factores proinflamatorios. Por ejemplo inhiben al factor de transcripción NFk beta y también disminuyen la producción de citoquinas proinflamatorias por parte de tejido adiposo como la IL-6 o el factor quimioatrayente de macrófagos.

Los factores proinflamatorios en el tejido adiposo promueven la lipólisis y por tanto el aumento de los ácidos grasos libres y ese incremento se ha relacionado con el desarrollo de resistencia a la insulina, por ello es importante poder prevenir las acciones lipolíticas asociadas a las citoquinas proinflamatorias. En algunos estudios de nuestro grupo se puede ver cómo los omega 3 pueden prevenir la lipólisis inducida por el TNF alfa como por la IL-6.

Y ahora conocemos que esta acción inhibitoria de la lipólisis se lleva a cabo a través de la activación por la fosforilación de la lipasa sensible a hormonas en el residuo serina 565. Al fosforilar este residuo se inhibe la actividad de HSL y por lo tanto disminuye la lipólisis.

Resolvinas y protectinas

A partir de los ácidos grasos omega 3 se forman una serie de mediadores lipídicos endógenos con unas potentes capacidades antiinflamatorias y pro resolutivas de la inflamación que se han denominado resolvinas y protectinas.

En general, a partir de los omega 6 se suelen formar mediadores lipídicos proinflamatorios mientras que a partir de los omega 3 se forman los mediadores lipídicos con potentes propiedades antiinflamatorias.

En un estudio de la Universidad de Barcelona observaron que tras la administración de omega 3 se producía un incremento en mediadores lipídicos antiinflamatorios y se acompañaba de un incremento en la producción de adiponectina, PPAR gamma y del sustrato del receptor de insulina. Y si en lugar de omega 3 se tratan directamente con los mediadores lipídicos derivados de los omega 3 se ve claramente cómo mejora mucho las sensibilidad a la insulina en los animales tratados con resolvina D1 y mejora mucho la señalización de la insulina, disminuye las citoquinas proinflamatorias, aumenta la adiponectina y la activación de AMPK.

Las grasas poliinsaturadas disminuyen la inflamación y la insulinorresistencia, pero ¿es cierto para toda la población? Hay evidencia en los animales de que el genotipo afecta a la respuesta a los omega 3. Por ejemplo ratones que carecen de APMk alfa 2 no responden a los omega 3 y lo mismo sucede en humanos. Se ha visto que hay un grupo que no responde a los efectos hipolipemiantes y esta falta de respuesta se ha asociado a la presencia de mutaciones en algunos genes concretos.

Conclusiones

El desarrollo de la genómica nutricional está permitiendo entender cómo el genoma, la nutrición y la salud interaccionan. En concreto la nutrigenómica nos permite descifrar las vías moleculares reguladas por los nutrientes y otros componentes bioactivos de los alimentos, así como su potencial aplicación para el tratamiento o la prevención de los desórdenes metabólicos. Y el mayor desafío será trasladar todos estos conocimientos a guías dietéticas que nos permitan proveer el consejo más adecuado para la nutrición individual y personalizada.

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Las células madre pueden combatir la diabetes

La investigación dirigida por Timothy Kieffer, profesor en el Departamento de Ciencias Celulares y Fisiológicas, y los científicos de la sede en Nueva Jersey de BetaLogics, una división de Janssen Research & Development, ha sido la primera en mostrar que los trasplantes de células madre humanas pueden restaurar con éxito la producción de insulina e invertir la diabetes, en ratones. El estudio ha sido publicado en la revista científica Diabetes.

Después del trasplante de células madre, los ratones diabéticos fueron desprovistos de insulina, un procedimiento diseñado para imitar las condiciones clínicas humanas. De tres a cuatro meses más tarde, los ratones fueron capaces de mantener niveles saludables de glucosa en la sangre, a pesar de haber sido alimentados con cantidades grandes de azúcar.

“Estamos muy emocionados por estos resultados, pero se necesita investigación adicional antes de que este enfoque pueda ser sometido a pruebas clínicas en seres humanos”, explica Kieffer, quien añade que “los estudios se realizaron en ratones diabéticos que carecían de un sistema inmune adecuado, que de otro modo habrían rechazado las células. Ahora, es necesario identificar una forma adecuada de proteger las células de un ataque inmunológico, de modo que el trasplante, en última instancia, se pueda realizar en ausencia de cualquier inmunosupresión”.

La diabetes surge de la producción insuficiente de insulina por el páncreas. La insulina permite que la glucosa se almacene en los músculos del cuerpo, el tejido graso, y el hígado, y sea así utilizada como energía. La escasez de insulina provoca que el azúcar en la sangre aumente el riesgo de ceguera, ataques al corazón, derrame cerebral, e insuficiencia renal.

Actualmente, las inyecciones regulares de insulina son el tratamiento más común para el tipo 1 de esta enfermedad, que afecta a menudo a los niños pequeños. Aunque los trasplantes experimentales de células pancreáticas sanas procedentes de donantes humanos han demostrado ser eficaces, el tratamiento está severamente limitado por la disponibilidad de donantes.

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Barcelona pone en marcha un ambicioso programa contra la obesidad infantil

El programa POIBA (Prevención de la Obesidad Infantil en Barcelona) se despliega en un total de 107 escuelas de la ciudad, y trabajará con 4.000 niños y niñas de 3º y 4º de primaria y sus familias. Los mensajes clave de esta actuación de salud se centran en promover la actividad física suficiente en los niños (30 mn. mínimo al día), un descanso adecuado (9-10h al día), una hidratación suficiente, una alimentación equilibrada, y un máximo de dos horas al día de exposición a pantallas (TV, juegos de ordenador, etc.).

Un esfuerzo de recogida de datos

El programa POIBA se inicia con una encuesta sobre hábitos alimentarios y ejercicio físico que responden las familias y los escolares. Además, la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha realizado medidas antropométricas a los niños y niñas, y se hicieron pruebas de condición física, con la participación clave de los profesores y profesoras de educación física. Estos datos serán comparados con los resultados finales una vez termine la intervención de salud.

Nuevas evidencias de la epidemia

En un total de 2.894 niños y niñas incluidos en la recogida de información se ha detectado un 20,2% de sobrepeso y una obesidad del 15,8% (la suma de sobrepeso y obesidad en Barcelona: 36%).

Por sexos, los niños presentan unos niveles de sobrepeso del 19,4%, mientras que hay un 20,9% de sobrepeso en niñas. En cuanto a obesidad, aparece en el 18% de los alumnos de 8-9 años, mientras que entre las chicas, un 13% quedarían incluidas en este grupo.

Si comparamos, en el conjunto del Estado español, el estudio Aladino detectó en 2011 un índice de obesidad del 19,1% en niños y niñas de 6 a 9 años, y un sobrepeso del 26,1%. En Cataluña, este mismo estudio detectó un 16,8% de obesidad y un 25,7% de sobrepeso en niños.

Una de las tendencias que se apuntan a partir de los registros obtenidos es que hay más obesidad en niveles sociales más desfavorecidos, en concreto un 26% en el nivel socio-económico bajo, mientras que el índice es del 15,9% en el nivel medio y 14,4% en el nivel socio-económico alto.

Actuar para cambiar la situación

La intervención que ha diseñado el programa POIBA se inicia con la iniciativa Crecemos Sanos en un bloque de 9 sesiones en las aulas, y se trabaja, sobre todo, para conseguir más horas de actividad física semanal en los niños. Además, se propone un taller participativo con las familias acompañado de una propuesta llamada “Plan para el cambio”, ofreciendo recursos para pasar a la acción y actuar para transformar hábitos en casa y mejorar de la salud de los hijos e hijas. Desde POIBA se propone a las familias actuar sobre la actividad física, la dieta de los niños, las horas dedicadas a pantallas y las horas de sueño, teniendo en cuenta que la exposición a un ambiente “obesogénico” es uno de los determinantes de salud de la población infantil, según todas las evidencias. Periódicamente, además, se da a los alumnos información de actividades lúdicas y de tiempo libre que se llevan a cabo en su distrito y que pueden favorecer la actividad física en tiempo libre, especialmente en fin de semana.

Herramientas de trabajo para el aula y los talleres

La participación de un patrocinador ha sido clave para que los materiales de trabajo del programa sean de gran calidad y lleguen a todos. La iniciativa Crecemos Sanos incluye un manual para los maestros, un cuaderno de trabajo para el alumno y unas fichas para la familia. Conviene recordar que los contenidos de alimentación saludable y hábitos forman parte de las enseñanzas propias de 3 º y 4 º de primaria, y se pueden incluir con naturalidad en las clases. Además, en los talleres de familias se cuenta con cajas temáticas donde casi jugando se pueden asimilar nuevos conocimientos.

Una gran red de colaboración

En la implantación de esta iniciativa han sumado fuerzas del Ayuntamiento de la ciudad, la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el Instituto Barcelona Deportes, el Instituto Municipal de Educación, la empresa Aguas Font Vella y Lanjarón SA y los docentes de educación física, así como cientos de centros escolares de la ciudad, tanto públicos como concertados y privados. Además, la Fundación Catalana de l”Esplai ha intervenido, ofreciendo recursos audiovisuales y web. El departamento de Salud, a través del PAAS, ha tenido un papel destacado, mientras que la Agencia de Evaluación de Tecnología e Investigación Médicas también ha colaborado.

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Segundo curso gratuito online Educación Sanitaria e Interrogantes en Patologías para la Oficina de Farmacia

Bajo el título Educación sanitaria e interrogantes en patologías para la oficina de farmacia estamos ante un curso escrito por médicos para farmacéuticos, teniendo muy en cuenta que las farmacias son también centros de atención sanitaria primaria de los ciudadanos, que se acercan a las mismas para consultar con el farmacéutico sobre dolencias, trastornos simples o leves, síntomas variados, recomendaciones en fármacos, etc. El curso nació para dar al farmacéutico una mayor formación que le ayude a resolver esos interrogantes y, posteriormente, pueda derivar al ciudadano a la atención médica oportuna, aprovechando la sinergia sanitaria que existe entre la farmacia y el especialista, que es quien diagnostica la patología.

Los temas seleccionados son algunas de las patologías más consultadas en la farmacia, que van desde trastornos del comportamiento como la ansiedad y la depresión, pasando por la incontinencia urinaria, las disfunciones renales, la hipertensión, la osteoporosis, las artrosis hasta los síntomas del tracto urogenital inferior en el varón o la disfunción eréctil, la insuficiencia cardiaca, la diabetes y el síndrome metabólico. Estas patologías continúan el curso que se realizó el año pasado, ampliando así la formación del farmacéutico en patologías muy consultadas en su farmacia.

Educación Sanitaria e interrogantes en patologías para la Oficina de Farmacia, se imparte de manera gratuita por internet, desde la página web del Instituto Tomás Pascual www.institutotomaspascual.es, con todas las comodidades de acceso que el formato online supone en cuanto a horarios y localización geográfica.

El curso se iniciará el 10 de septiembre de 2012 con la activación del primer bloque de cuatro capítulos y finalizará el 20 de enero del 2012. En total consta de doce capítulos online, divididos en tres bloques. Además, a lo largo del curso se celebran doce conferencias no obligatorias, a cargo de los autores de cada uno de los capítulos, que serán retransmitidas on line.

Al finalizar, los contenidos del curso quedan colgados en la página del Instituto Tomás Pascual Sanz y serán recogidos en un libro, que también estará disponible para el público en general en formato descargable.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM)

El Consejo general del Colegios oficiales de Médicos es el órgano que agrupa, coordina y representa a los cincuenta y dos colegios oficiales de médicos a nivel nacional e internacional, y tiene como función la representación exclusiva, la ordenación y la defensa de la profesión médica. Sirve de representante de los médicos colegiados de España, actuando como salvaguarda de los valores fundamentales de la profesión médica: la deontología y el código ético.

www.cgcom.es/cgcom

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

El Instituto Tomás Pascual es una institución sin ánimo de lucro, dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara. En concreto, el mandato de la Fundación para el Instituto Tomás Pascual Sanz es el de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida, para transmitir a la sociedad los valores de una vida saludable, difundir los adelantos tecnológicos y los relacionados con las ciencias de la salud y promover el intercambio de información y la generación de nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes, comprometido al máximo con la sociedad científica moderna.

El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

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La dieta ideal para unos no tiene por qué ser efectiva para otros

Que los alimentos no funcionan igual para todos ha sido conocido desde la antigüedad. Esto explica, en parte, los vaivenes que las recomendaciones nutricionales han sufrido con el tiempo. Todo lo cual debería disuadirnos de utilizar como guía nutricional las recomendaciones de nuestros conocidos, ya que la dieta que resulta bien para unos no tiene por qué funcionar para nosotros.

Una de las áreas más novedosas y prometedoras de la investigación nutricional es la nutrigenómica. Es decir, la nutrición personalizada, basada en nuestros genes. Mediante las técnicas genéticas empezamos a conocer no solo nuestra predisposición a las enfermedades más o menos comunes, sino también a adelantarnos para compensar ese riesgo genético con una dieta personalizada.

El curso Nutigenómica: la clave para la Nutrición Personalizada expone la relevancia de la nutrición en la evolución de nuestro genoma y profundiza en el conocimiento de las interacciones entre genes y dietas que definen el riesgo individual, así como las recomendaciones nutricionales más apropiadas basadas en el genoma. El curso explora también otros saberes aún más novedosos, entre los que se encuentran la epigenómica y la cronobiología.

Nutigenómica: la clave para la Nutrición Personalizada está dirigido a profesionales de la Medicina, Nutrición, Farmacia, salud pública, empresa privada, medios de comunicación y estudiantes avanzados de áreas relacionadas con la salud.

José María Ordovás es catedrático de nutrición de la Tufts University de Boston (EEUU) y pionero en las disciplinas de nutrigenética y nutrigenómica. Es director del Laboratorio de Nutrición y Genética el USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la misma Universidad, e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en España.

Ha publicado unos 600 artículos originales, revisiones y editoriales y está considerado como uno de los fundadores de la nutrigenómica. Ha recibido numerosos honores científicos, entre ellos el USDA Secretary”s Award, la mayor distinción civil del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; el premio Centrum de la American Nutrition Society; el premio Mary Swartz de la Dietetic Association y la Medalla de Oro de la Sociedad Española de Cardiología, entre otros.

Programa del curso

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

El Instituto Tomás Pascual es una institución sin ánimo de lucro, dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara. En concreto, el mandato de la Fundación para el Instituto Tomás Pascual Sanz es el de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida, para transmitir a la sociedad los valores de una vida saludable, difundir los adelantos tecnológicos y los relacionados con las ciencias de la salud y promover el intercambio de información y la generación de nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes, comprometido al máximo con la sociedad científica moderna.

El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

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Un análisis de sangre podría predecir el efecto yo-yo tras una dieta de adelgazamiento

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han descubierto el poder diagnóstico del ratio entre la leptina- que inhibe las ganas de comer- y grelina- despierta la sensación de apetito-, de modo que estiman que con un análisis de sangre se podría calcular su interacción de forma temprana y predecir la recuperación de peso en pacientes con dificultades para mantener su peso corporal una vez perdido.

Al tratarse de un marcador biológico no invasivo podría proporcionar la oportunidad de individualizar los programas de pérdida de peso de acuerdo a las necesidades terapéuticas de cada paciente y evitar el efecto rebote, conocido como “yo-yo”.

“Se trata del descubrimiento de una herramienta no invasiva para la detección precoz de los pacientes obesos más propensos a recuperar el peso perdido después de haberse sometido a un programa de tratamiento dietético con dieta hipocalórica inducida”, sostiene la doctora Ana B. Crujeiras, autora principal del estudio.

El hallazgo continúa la línea de investigación abierta hace un par de años, destinada a buscar la conexión entre estas dos hormonas claves en la regulación del comportamiento alimentario y cómo su cantidad en la sangre determina la predisposición de cada persona a recuperar los kilos.

En total, 88 pacientes con sobrepeso y/u obesidad (49 hombres y 39 mujeres) se inscribieron en un programa de dieta hipocalórica diseñada para inducir la pérdida de peso durante ocho semanas. Seis meses (32 semanas) después de terminar el tratamiento dietético, los pacientes fueron clasificados como recuperadores de peso (40) y no recuperadores (48) de acuerdo a los cambios en el peso corporal de la semana 8 a la semana 32.

La leptina y la grelina fueron evaluadas en ayunas al inicio del tratamiento dietético y se calculó el ratio y su valor diagnóstico. Los hombres y las mujeres del grupo de recuperadores mostraron ratios dos veces más altos en el momento basal que los no recuperadores.

“Una vez identificadas las características diferenciales entre pacientes partiendo de los niveles de leptina y grelina, se podría adecuar la dieta a cada caso para garantizar el éxito de su resultado y evitar que se pueda volver a recuperar peso, lo cual supone un salto cualitativo en el campo de la endocrinología y abre la puerta a nuevas dianas terapéuticas para luchar contra la obesidad”, advierte Crujeiras.

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Resultados prometedores de dos nuevas vacunas contra la obesidad

Las vacunas han sido desarrolladas por investigadores del Braasch Biotech LLC, en Estados Unidos, a partir de la somatostatina, una hormona peptídica que inhibe la acción de la hormona del crecimiento (GH) y del factor de crecimiento insulínico (IGF-1), ambos factores relacionados con un aumento del metabolismo pero que, cuando se inhiben, causan todo lo contrario, una reducción de peso.

De este modo, actúan obligando al organismo a desarrollar anticuerpos contra la producción de la somatostatina para beneficiarse de la que incorpora este producto pero sin alterar la producción de hormonas de crecimiento, lo que a su vez genera un mayor gasto de energía y una consecuente pérdida de peso.

Las vacunas fueron probadas en dos grupos de diez ratones obesos en comparación con un grupo control de diez ratones que recibieron inyecciones de solución salina. Ambos grupos habían sido alimentados con una dieta alta en grasas durante ocho semanas antes del estudio y siguieron comiendo la misma comida durante la duración del estudio, de seis semanas.

El tratamiento se administró en dos dosis, una al inicio del estudio y otra de refuerzo a los 22 días. De este modo, observaron que cuatro días después de la primera inyección los ratones vacunados tuvieron una caída del 10% en el peso corporal (no visto en los ratones de control).

Al final del estudio, los resultados mostraron que las vacunas indujeron anticuerpos a la somatostatina y redujeron significativamente el peso corporal, sin alterar los niveles normales de la hormona de crecimiento IGF-1 o los niveles de insulina.

“Este estudio demuestra la posibilidad de tratar la obesidad con la vacunación”, explicó Keith Haffer, uno de los autores del estudio, que no obstante deja claro que “son necesarios más estudios para descubrir las implicaciones a largo plazo y cómo la vacunación podría proporcionar a los médicos una nueva opción terapéutica”.