reportaje_generica

Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad cada vez más prevalente y que con el envejecimiento poblacional va en aumento.

Desde el siglo pasado la probabilidad de padecer fracturas de cadera ha ido aumentado según los grupos de edad. En menores de 65 años no es muy prevalente pero a medida que aumenta la expectativa de vida aumenta la probabilidad de sufrir una fractura de cadera y esto es preocupante porque más de un 20% de los pacientes van a morir en el primer año, un 33% no van a volver a ser independientes y casi el 50% van a ser incapaces de andar sin ayuda.

Aunque se habla mucho de osteoporosis postmenopáusica, es una enfermedad que también afecta a los varones.

Estructura ósea

El hueso es un tejido vivo y constantemente se está renovando, cada 10 años renovamos todo nuestro esqueleto. Si no fuera así nuestros huesos serían frágiles y no soportarían las tensiones de la actividad diaria.

Esta renovación se lleva a cabo a través de tres células: los osteoclastos, que son las células que van a destruir el hueso viejo, los osteoblastos que forman hueso nuevo, y los osteocitos que detectan donde hay problemas para renovarlo.

En un determinado lugar del esqueleto constantemente, en las llamadas unidades de remodelado, llegan los osteoclastos que reabsorben el hueso y después los osteoblastos forman huevo nuevo. El periodo de resorción, de destrucción del hueso viejo, dura de 4-6 semanas y la sustitución por hueso nuevo tarda 5 meses. Por lo que en determinadas situaciones hay mucha más resorción y no hay tiempo a que todo el esqueleto se sustituya a la vez, de manera que vamos a tener menos hueso del que partíamos.

Evolución de la masa ósea con la edad

En la infancia y juventud adquirimos un pico de masa ósea y entre 20-40, sobre los 30 años, el pico máximo. Y de esta masa ósea vamos a vivir el resto de nuestra vida. De manera que es muy importante que los jóvenes adquieran unos buenos hábitos de salud ósea para llegar al máximo pico de masa ósea.

Los varones tienen los huesos con mayor densidad mineral ósea y parten de un pico más alto de masa ósea. Las mujeres en los primeros años tras la menopausia tenemos una pérdida más acelerada que los varones, que pierden al mismo ritmo.

Osteoporosis: definición

Es una alteración del esqueleto que supone que los huesos se vuelven frágiles, lo que predispone a un mayor riesgo de fracturas. En un hueso normal además de la densidad, del grosor de las trabéculas, éstas están conectadas. Sin embargo en un hueso osteoporótico hay menos cantidad de hueso y menos calidad. La desunión de las trabéculas hace que sea más frágil y más fácil de romper, que es lo que da relevancia clínica a la osteoporosis.

Una fractura osteoporóticas es cualquier fractura que sucede desde nuestra propia altura. Una caída desde la propia altura ocasiona una fractura por fragilidad, los huesos deberían resistir este impacto.

Las fracturas más típicas son las de muñeca y las más frecuentes son las vertebrales, aunque muchas veces pasan desapercibidas. Y la más grave es la fractura de cadera, pero es más retrasada en la edad, es decir, la edad media en estos casos es de 75-80 años.

Identificación de pacientes

Una de cada tres mujeres va a tener osteoporosis a partir de los 50 años y se identifican los que tienen más riesgo a través de los factores de riesgo, que son:

-Edad: a más edad mayor riesgo.

-Sexo: las mujeres tienen más riesgo.

-Bajo índice de masa corporal: las mujeres que pesan poco, con un IMC < 20.

-Fractura previa por fragilidad.

-Historia familiar de fractura.

-Fármacos: tratamiento glucocorticoideo (oral durante 3 meses ó más) , inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol), inhibidores de la aromatasa (para el cáncer de mama) o en los varones con castración química por cáncer de próstata, y antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina.

-Tabaquismo activo.

-Toma de 3 ó más unidades de alcohol al día.

-Causas de osteoporosis secundaria por determinadas enfermedades.

Es importante averiguar el riesgo de caídas e intentar evitarlas. Las fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas, hay que preguntar por el dolor de espalda.

En la exploración física nos puede hacer sospechar osteoporosis la disminución de la talla, la pérdida de más de dos centímetros en un año o más de seis en talla histórica y la cifosis torácica (la joroba de las viudas). También podemos colocar a la paciente pegada a la pared y ver la distancia entre la zona occipital y la pared. O la disminución de la altura entre las últimas costillas y la cresta iliaca (habitualmente es de 4 dedos).

Una manera fácil de saber si hay osteoporosis si ha tenido una fractura vertebral es hacer una radiografía. También se pide una densitometría (medición de la densidad mineral ósea) y una analítica para descartar otras enfermedades que nos puede confundir.

Las fracturas vertebrales fundamentalmente afectan a la calidad de vida y son pacientes con dolor crónico de espalda que ven mermadas sus actividades de la vida diaria.

En la densitometría se mide en gramos por centímetro cuadrado cuál es la densidad mineral ósea, asimismo se compara con la densidad mineral ósea de un adulto joven (varón óptimo de masa ósea) así como con las mujeres de su misma edad.

Analítica. Marcadores de remodelado

No hay parámetros de la analítica que nos permitan saber si hay o no osteoporosis pero si nos ayuda a descartar las principales causas de osteoporosis secundaria.

Se solicita una analítica básica que incluya el fósforo y el calcio, VSG, hemograma, función hepática y renal y en orina la calciuria y/o índice calcio/creatinina. En casos especiales valorar hormonas u otras determinaciones analíticas más concretas.

También a podemos determinar los marcadores de remodelado óseo que son productos de degradación del colágeno, enzimas que se liberan en sangre y orina cuando se produce el remodelado óseo. Una densitometría es una foto fija en un momento dado, sin embargo estos marcadores nos dan idea de la actividad del hueso.

Se utilizan para la predicción de la pérdida de masa ósea, del riesgo de desarrollar fracturas y de la respuesta al tratamiento antirresortivo (para ver si el fármaco realiza su efecto).

Diagnóstico. Densitometría

Se puede diagnosticar o bien porque tenemos una fractura osteoporótica o por la densitometría.

En 1994 la OMS estableció unos criterios densitométricos, y se acordó que tienen osteoporosis las pacientes con un valor de la DMO que se aparta 2,5 desviaciones estándar (DS) del valor del adulto joven. Es normal hasta 1 DS, y entre -1 y -2,5 tienen una DMO baja (el término osteopenia está en desuso). Y se habla d osteoporosis establecida en los pacientes que tienen osteoporosis densitométrica y una fractura.

Cuando se diagnostica una fractura vertebral muchas veces, si no hay un traumatismo previo, será por osteoporosis pero siempre hay que hacer una diagnóstico diferencial. En la mayoría de los casos es “esencial”, es decir no sabemos por qué se produce pero en otras ocasiones es secundaria a fármacos o enfermedades. Se valorará el riesgo de fractura y se tratará. Y es importante el seguimiento, velar por el cumplimiento terapéutico. Todas las pacientes con fracturas tienen que tener tratamiento y en las que no tienen fracturas se valorarán los factores de riesgo clínico y la densitometría.

FRAX es una herramienta que promueve la OMS para evaluación del riesgo de fractura. Es poco utilizada porque hay que validarla en España y estima un poco por debajo de las fracturas que observamos, sin embargo los factores de riesgo que se han incluido para calcular el riesgo son los mismos que se han enumerado anteriormente.

De manera que al paciente le preguntamos si tiene factores de riesgo, si los tiene vemos si tiene riesgo de fractura, si el alto la tratamos directamente y si es bajo le damos recomendaciones de estilos de vida osteosaludables. Y si el riesgo es intermedio se recomienda hacer densitometría y reevaluar el riesgo de fractura, si es alto tratar y si es bajo medidas de estilo de vida osteosaludable.

Por tanto tratamos a las pacientes con alto riesgo de fractura:

– Pacientes con fractura por fragilidad previa

– Pacientes con factores de riesgo y densitometría de osteoporosis

Y en algunos casos nos planteamos la prevención: en pacientes que toman glucocorticoides, inhibidores de la aromatasa y en menopausia precoz. En estos casos hay que tratarlos antes de que tengan la osteoporosis densitométrica.

Objetivo del tratamiento

El objetivo del tratamiento es evitar las fracturas y esto se consigue al asegurar el remodelado adecuado; mantener la microarquitectura, preservar la masa ósea en calidad y cantidad; aumentar la resistencia ósea; y, además, tener un efecto sostenido en el tiempo. Efecto a largo plazo y que sea un tratamiento seguro.

Intervenciones para reducir el riesgo de fracturas

Tratamiento no farmacológico:

-Nutrición adecuada en proteínas y calcio

-Asegurar niveles suficientes de vitamina D por ingesta, por fármacos y tomando el sol

-Ejercicio físico

-Estrategias para prevenir caídas

-Evitar tabaco y el consumo excesivo de alcohol

-Tratar la co-morbilidad

Tratamiento farmacológico:

Disponemos de fármacos que reducen entre un 30-65% la probabilidad de sufrir una fractura. Sin embargo, a pesar de que están en tratamiento hay mujeres que van a sufrir fracturas, esto es preciso explicarlo a las pacientes. Por ello es necesario el cumplimento del tratamiento farmacológico y no farmacológico.

Hay dos grandes grupos de fármacos: el tratamiento antirresortivo, que frena la destrucción de hueso, y los fármacos osteoformadores, que forman hueso nuevo, que se usan mucho menos.

Dentro de los antirresortivos están los bifosfonatos vía oral o endovenosa. Es importante que se tomen en ayunas con un vaso de agua y que permanezcan 60 minutos erguidas porque si usan otra bebida la absorción es muy pequeña. Tienen pocas interacciones con fármacos pero hay que evitarlos en pacientes con insuficiencia renal.

Otro grupo son los moduladores selectivos del receptor estrogénico (raloxifeno y bazedoxifeno) que no tienen interacciones farmacológicas y pueden administrarse a cualquier hora del día independientemente de la comida, pero se han de tomar a diario, mientras que los otros se toman semanalmente, mensualmente o anualmente.

La calcitonina actualmente está muy restringida porque se le atribuye un posible efecto secundario como promotor de neoplasias.

El denosumab es un anticuerpo monoclonal que se administra por vía subcutánea dos veces al año. Es un antirresortivo muy potente y se puede utilizar en pacientes con insuficiencia renal y no tiene interacciones importantes.

En el grupo de los osteoformadores disponemos de la teriparatida (PTH 1-34) y Forsteo ®, pero que sólo puede administrarse durante 18 meses, en cambio los otros durante 5 años -10 años.

Y hay otro fármaco que se comporta en parte como los dos grupos, que es el ranelato de estroncio. Se administra a diario dos horas después de la cena disuelto en agua.

Según la guía de SEIOMM del 2006 si una paciente tiene muy alto riesgo de fracturas vertebrales porque tiene más de dos podemos empezar con Forsteo®, si es una paciente joven con menos riesgo de fractura de cadera y sólo tiene osteoporosis en la columna es candidata a raloxifeno o bazedoxifeno. Si no es menor de 65 años ni de alto riesgo se hace tratamiento estándar: alendronato o risedronato vía oral y si tiene mala tolerancia o están contraindicados por que tiene hernia de hiato o reflejo gastroesofágico por las molestias que le puede ocasionar, hay alternativas: estroncio, ibandronato, raloxifeno, el ácido zoledrónico (vía endovenosa una vez al año en el hospital) y denosumab (vía subcutánea).

Conclusiones

-Osteoporosis significa fragilidad ósea, que es disminución de resistencia.

-Existen múltiples causas de osteoporosis.

-Ante un paciente con sospecha es fundamental investigar factores de riesgo y descartar la presencia de fracturas vertebrales.

-Se recomienda una analítica básica para descartar otras causas de alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico y una radiografía de la columna.

-Para indicar tratamiento es necesaria la integración de todos los factores de riesgo, valorar el riesgo de fractura global de la paciente.

-El tratamiento se basará en medidas no farmacológicas y farmacológicas con distintas opciones para los perfiles de pacientes.

Dos vasos de leche al día en niños es suficiente para conseguir los niveles de vitamina D recomendados

Los investigadores explicaron que estudios anteriores habían demostrado que la leche de vaca incrementa, en los niños, la cantidad de vitamina D en sangre, a la par que reduce los niveles de hierro.

El hierro, que el organismo consigue mediante la ingesta de carnes y legumbres, es importante para el desarrollo del cerebro y proteger contra la anemia; por su parte, la vitamina D, que ayuda a la absorción de calcio y a prevenir el ablandamiento de los huesos, es producida de manera natura por el organismo, gracias a la exposición solar y también se consigue ingiriendo leche o pescados grasos.

El doctor Jonathon Maguire, autor principal del estudio, del Toronto”s St. Michael”s Hospital, y su equipo entrevistaron a los padres de 1.311 niños, que tenían entre 2 y 5 años entre diciembre de 2008 y el mismo mes de 2010. Además extrajeron muestras de sangre de estos menores.

Los investigadores encontraron que tomar una taza -250 mililitros- aumentó la vitamina D en la sangre de los niños y disminuyó un poco los niveles de hierro.

Maguire ha precisado que los niños con una piel más oscura pueden necesitar entre 3 y 4 tazas de leche diarias durante el invierno, cuando sus cuerpos producen menos vitamina D a consecuencia de que la exposición solar es menor.

Por su parte, Patsy Brannon, un profesor de ciencias de la nutrición de la Universidad de Cornell en Ithaca, (Nueva York, Estados Unidos) ha señalado que este hallazgo es consecuente con la recomendación del Departamento de Agricultura de ingerir dos tazas de leche entre los dos y tres años de edad; aunque los niños mayores necesitan 2,5 tazas.

Brannon recomienda un suplemento diario de vitamina D para llegar a las recomendaciones establecidas, pero añade que las personas pueden conseguir vitamina D de otras fuentes de alimentos.

El debate viene, según los autores, porque la Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños de entre 2 y 8 años tomen dos tazas de leche al día, pero en otro manual, la organización dice que los niños necesitan suplementos de vitamina D si ellos beben menos de cuatro tazas diarias.

video_generica_listado

Osteoporosis

Recogemos la intervención de la Dra. Cristina Carbonell en el marco del Curso Educación Sanitaria e Interrogantes en Patologías para la Oficina de Farmacia (2ª Parte) organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con la Organización Médico Colegial.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Actuación del médico de atención primaria ante un paciente con osteoporosis

Recogemos la intervención de la Dra. Mª Jesús Moro-Álvarez en el marco de Sesión Científica Extraordinaria Criterios básicos en osteoporosis, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y patrocinada por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Detección precoz de la osteoporosis en población de riesgo

Recogemos la intervención de la Dra. Carmen Valdés y Llorca en el marco de Sesión Científica Extraordinaria Criterios básicos en osteoporosis, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y patrocinada por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Nutrición y Osteoporosis

Recogemos la intervención del Dr. Manuel Díaz Curiel en el marco de Sesión Científica Extraordinaria Criterios básicos en osteoporosis, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y patrocinada por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Vitamina D. De la salud ósea a la salud general del organismo

Recogemos la intervención del Dr. José Manuel Quesada Gómez en el marco de Sesión Científica Extraordinaria Criterios básicos en osteoporosis, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y patrocinada por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud.

Acceda a la transcripción de la ponencia

reportaje_generica

La Academia de Medicina actualiza los conocimientos básicos para abordar la osteoporosis en la atención primaria

Desde el año 2009, la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), en su compromiso por sensibilizar a la población sobre las enfermedades más frecuentes, organiza sesiones científicas con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis. En esta ocasión, mañana, jueves 29 de noviembre, en colaboración con el Instituto Tomás Pascual Sanz, la Academia celebra una jornada bajo el nombre Criterios básicos en osteoporosis que, coordinada por el profesor Luis Pablo Rodríguez, académico de número y secretario general de la RANM, actualizará los conocimientos básicos que se han de manejar para el tratamiento de esta enfermedad desde la atención primaria. Actualmente, la osteoporosis representa un problema sanitario de primer orden, teniendo en cuenta su elevada incidencia, el aumento asociado a la edad y el riesgo de fracturas que conlleva.

La osteoporosis es una enfermedad grave, crónica y progresiva, a la vez que silenciosa por la ausencia de síntomas, ya que sólo da la cara cuando se produce una fractura. Junto a la edad, la menopausia es otro factor desencadenante y/o acelerador de esta patología, que produce en España alrededor de 90.000 fracturas de cadera y 500.000 fracturas vertebrales cada año.

El Diccionario de términos médicos de la propia Academia la define como “osteopatía metabólica, generalmente difusa, consistente en un estado sintomático de osteopenia, con disminución de la masa ósea total y de la densidad mineral ósea, y modificación de la microestructura del tejido óseo, lo que conlleva un aumento de la fragilidad y mayor riesgo de fracturas”. Para el diagnóstico y seguimiento de la osteoporosis se utiliza la llamada densitometría ósea.

La introducción de la sesión Criterios básicos en osteoporosis corre a cargo del secretario general de la Real Academia Nacional de Medicina, profesor Luis Pablo Rodríguez, y del presidente del Instituto Tomás Pascual Sanz, Ricardo Martí Fluxá, seguida después por estos expertos y contenidos:

– José Manuel Quesada, del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, sobre “Vitamina D : de la salud ósea a la salud general del organismo”.

– Manuel Díaz Curiel, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Oseas (FHOEMO), con la ponencia “Nutrición y osteoporosis”.

– Carmen Valdés, Coordinadora Nacional del Grupo de Trabajo sobre Osteoporosis de la Sociedad Española de Médicos de Atención primaria (SEMERGEN) y presidenta de SEMERGEN Madrid, sobre “Detección precoz de la osteoporosis en población de riesgo”.

– Mª Jesús Moro-Álvarez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Central Cruz Roja de Madrid, sobre “Actuación del médico de Atención Primaria ante un paciente con osteoporosis”.

Programa de la sesión científica

Fundación RANM

La Fundación RANM tiene el objetivo de apoyar y fomentar todas aquellas actividades que legalmente constituyen las funciones y fines de la Real Academia Nacional de Medicina, así como favorecer otras muchas que contribuyan a la mejora, desarrollo, fomento y difusión de la medicina, la salud y, especialmente, su aplicación a la población en general.

Entre sus funciones está promover encuentros científicos; fomentar actividades conjuntas, con otras academias, fundaciones y organismos públicos y privados, editar y difundir publicaciones científicas relacionadas con la ciencia médica.

www.ranm.es

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

reportaje_generica

La serotonina podría jugar un importante papel en la pérdida de hueso

La serotonina podría jugar un importante papel en la pérdida de hueso, según un estudio de la University of Cincinnati, en Estados Unidos, que ha identificado también el receptor sobre el que actúa esta sustancia en el tejido mamario.

Estos hallazgos, publicados en American Journal of Physiology, podrían llevar a encontrar nuevas vías para evitar la pérdida de hueso, en las que se podrían usar fármacos que afecten a la señalización de la serotonina.

Los científicos saben que el calcio de los huesos se reduce durante la lactancia y en ciertos tipos de cáncer. Detrás de este fenómeno está una molécula denominada proteína relacionada con la hormona paratiroidea (PTHrP), que es segregada por las glándulas mamarias. La señal que regula la secreción de la PTHrP y dónde ejerce su influencia esta otra molécula desconocida era, hasta ahora, un misterio.

Los investigadores de Cincinnati, que han empleado células y tejidos de ratones, vacas y personas para el estudio, han identificado esta molécula misteriosa como serotonina, un neurotransmisor famoso por su papel en la felicidad y el bienestar. También han identificado el receptor específico sobre el que actúa la serotonina en el tejido mamario.

Estos hallazgos sugieren que la serotonina es una molécula que regula la producción de PTHrP, que afecta a la forma en la que el calcio desaparece de los huesos durante la lactancia y los tejidos blandos en la metástasis del cáncer.

Según los investigadores, estos descubrimientos no son totalmente sorprendentes, ya que muchos antidepresivos que actúan sobre la serotonina causan como efecto secundario la pérdida de hueso. Entender mejor la acción de la serotonina podría ayudar a los científicos a desarrollar métodos para proteger los huesos, dicen, potencialmente a través de fármacos que actúen sobre el sistema de serotonina.

reportaje_generica

El 70 por ciento de la población europea tiene un nivel bajo de vitamina D

Creemos que numerosas enfermedades “pueden agravarse en condiciones de déficit crónico de vitamina D”, afirma Faustino R. Pérez-López, investigador de la Universidad de Zaragoza. En particular, durante la menopausia esa situación es más grave, ya que los bajos niveles de esta vitamina en la sangre se asocian con un mayor riesgo de osteoporosis, pérdida de coordinación motora y fracturas óseas.

La deficiencia de vitamina D es una amenaza real en Europa, donde los niveles en sangre están reducidos en el 50-75 por ciento de la población. “Los profesionales de la salud deberían saber que este es un problema común y que afecta a gran parte de la población europea, incluso a aquellos que viven en regiones soleadas”, postula Pérez-López.

Por ello, un grupo de expertos de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia (EMAS, por sus siglas en inglés), liderado por Pérez-López, ha elaborado una declaración sobre suplemento de vitamina D y salud de la mujer postmenopáusica. El texto lo han firmado 11 expertos de instituciones internacionales como el Hospital John Radcliffe de Oxford (Inglaterra).

“Analizamos las condiciones y enfermedades que se asocian al déficit de vitamina D y recomendamos el uso de suplementos en las mujeres postmenopáusicas”, explica.

Mejoras en la salud de los huesos

Los suplementos de vitamina D, según estos expertos, producen mejoras en la densidad mineral de los huesos y en la función neuromuscular y reducen el riesgo de fractura. “Sería deseable que la Organización Mundial de la Salud u organismos competentes de la Unión Europea estableciesen normas mínimas o recomendaciones sobre enriquecimiento de alimentos con vitamina D”, opina Pérez-López.

En algunos países europeos existen recomendaciones en este sentido, pero en otros no existe regulación o no es de estricto cumplimiento. Ni siquiera hay consenso dentro de la propia comunidad médica acerca de las ventajas de los suplementos. No obstante, Pérez-López insiste en que “está demostrada su eficacia, aunque no está aceptada hasta ahora”.

“No se sabe que pasará en el futuro, pero desde la EMAS hacemos la recomendación. Esta es la primera declaración europea sobre la materia dirigida a mujeres menopáusicas”, subraya Pérez-López.

Además de estimular la absorción de calcio y fosfatos, el sistema de la vitamina D tiene numerosas funciones. Los niveles bajos están relacionados con raquitismo, osteomalacia, osteoporosis y riesgo de fracturas, enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, infecciones y enfermedades degenerativas.

“Hemos observado que, en mujeres sanas postmenopáusicas, un buen nivel de vitamina D se asocia a la buena forma física, y afecta en la masa de grasa, el equilibrio y la fuerza muscular”, afirman los autores en el artículo publicado en la revista Maturitas.

Un rayo de sol

“Un estilo de vida sano debe considerar la exposición solar durante unos 15 minutos, de tres a cuatro veces por semana, cuando las condiciones climáticas lo permitan, dado que el 90 por ciento de la vitamina D se sintetiza a través de la acción del sol sobre la piel”, detallan los investigadores.

Por lo que el estilo de vida actual que insiste en la baja o nula exposición solar y escasas actividades de ocio al aire libre, provocan esta deficiencia de la vitamina.

Claro que, como en todo, hay que mantener la justa medida. “Exposiciones solares de mayor duración no son recomendables por incrementar el riesgo de diferentes tipos de cáncer y el envejecimiento de la piel”, añade Pérez-López.

Sustitutivos de la luz solar

Lo idóneo, según estos expertos, sería mantener unos niveles sanguíneos superiores a 30 ng/ml, aunque no hay unanimidad sobre los niveles óptimos.

Pero un gran número de mujeres no pueden obtener las cantidades necesarias de vitamina mediante la exposición solar o la alimentación. Para compensar esta deficiencia, se recomienda el consumo diario de 600 UI (unidades internacionales) de vitamina D hasta los 70 años, y a partir de esa edad, 800 UI/día.

“Las pacientes con factores de riesgo asociados para sufrir hipovitaminosis (obesidad, piel pigmentada, regiones cercanas a los polos, síndromes de mala absorción intestinal, etc.) deben recibir cantidades superiores, hasta 4.000 UI diarias”, explica. Existen evidencias científicas que dosis de hasta 4.000 UI/día no producen intoxicación en la personas sanas.

reportaje_generica

La cuerna de los ciervos inspira una nueva teoría sobre la osteoporosis

A partir de estudios con cuernas del ciervo, investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC, centro mixto UCLM-CSIC-JCCM) plantean que el origen de la osteoporosis podría no estar relacionado directamente con la carencia de calcio, sino con la de algún mineral esencial para que éste se fije. En concreto piensan que podría ser el manganeso, según una nueva teoría que publican en el último número de la revista Frontiers of Bioscience.

“Estudios previos sobre cuerna demostraron que el manganeso sirve para fijar el calcio, y nuestra hipótesis es que cuando el cuerpo humano absorbe menos manganeso o se envía desde el esqueleto hacia otros órganos que lo necesiten, como el cerebro, ocurre que el calcio que se extrae al mismo tiempo ya no se vuelve a fijar bien y se elimina por la orina”, explica Tomás Landete, vicedirector del IREC y uno de los investigadores del equipo. “De esta forma puede sobrevenir lentamente la osteoporosis”.

La teoría tiene que ser ahora validada con más estudios y ensayos médicos, pero sus creadores consideran que se trata de “un giro en una nueva dirección totalmente distinta a las consideradas hasta ahora en osteoporosis, al considerar la pérdida de calcio como la consecuencia y no como el origen de la enfermedad”.

La idea para la nueva propuesta partió del aumento espectacular de rupturas de cuernas que se produjo en España en 2005. Cuando los científicos las analizaron en detalle, comprobaron que la causa de su debilitamiento era una reducción del manganeso debido a la alimentación. Aquel año se produjo un frío intenso, lo que provocó que las plantas redujeran sus concentraciones de manganeso como respuesta al estrés.

“Las cuernas crecen transfiriendo el 20 por ciento del calcio del esqueleto hacia esta estructura, y entonces vimos que no fue la deficiencia de ese elemento la que produjo el debilitamiento, sino del manganeso”, aclara Landete. “Al faltar el manganeso era como si faltara el `pegamento” que fija el calcio de los huesos en la cuerna”.

Relación con el Alzheimer y el Parkinson

En el caso de los humanos, los investigadores plantean que el manganeso se extrae del hueso cuando lo requieren órganos “más importantes”, como el cerebro. “Mantener los huesos es importante, pero lo es más sostener el funcionamiento del cerebro, que en reposo consume el 25 por ciento de la energía que tomamos”, comenta el investigador.

El equipo también apunta que cuando se agota este mineral esencial después de iniciarse la osteoporosis, podrían sobrevenir enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil. Para probar su teoría, se analizaron los datos de 113 pacientes operados de osteoporosis y osteoartritis (desgaste del cartílago) en el Hospital de Hellín (Albacete) entre 2008 y 2009. Un 40 por ciento de los operados por osteoporosis presentaba algún tipo de disfunción cerebral, mientras en ninguno de los 68 pacientes operados por osteoartritis sucedía esto.

Además, el porcentaje aumentaba con la edad y sólo entre los pacientes con osteoporosis. El agotamiento de las reservas de manganeso podría estar detrás tanto de la enfermedad ósea como de la degeneración cerebral. “Estamos recogiendo huesos humanos para confirmarlo, pero estudios en ratas a las que se les ha inducido Alzheimer por intoxicación con aluminio, demuestran que a mayor grado de esta enfermedad, menos manganeso en los huesos”, dice Landete.

El investigador también recuerda que hay estudios que relacionan el manganeso con el Parkinson, y que demuestran que los astrocitos (el soporte de las neuronas) tienen enzimas específicas que requieren este elemento. En cualquier caso, los investigadores subrayan que su teoría “no es la solución final a estas enfermedades, sino sólo un primer paso en una nueva dirección”, que ahora deberá validar y confirmar la comunidad científica.

Las mujeres no toman suficiente vitamina D durante la menopausia

En las mujeres, “los cambios biológicos y fisiológicos que se producen a partir de la menopausia conllevan un mayor riesgo de problemas de salud en los que también intervienen factores dietéticos como la diabetes, la osteoporosis, la patología cardiovascular o ciertos tipos de cáncer”, explica Marina Pollán, investigadora del Instituto de Salud Carlos III y una de las autoras del estudio Cumplimiento de las recomendaciones dietéticas vigentes y variabilidad geográfica de la dieta en mujeres participantes en 7 programas de cribado de cáncer de mama en España.

Por ello, el análisis del patrón dietético durante y tras la menopausia es de interés por sus implicaciones sobre la salud. Sin embargo, en España son todavía escasos los estudios que han valorado la dieta de las mujeres peri o postmenopáusicas.

Para estudiar los hábitos alimenticios, los autores analizaron a 3.574 mujeres de 45 a 68 años entre octubre 2007 y julio de 2008, con un mínimo de 500 mujeres por programa, en siete ciudades españolas (A Coruña, Barcelona, Burgos, Palma de Mallorca, Pamplona, Valencia y Zaragoza) a partir de un cuestionario de frecuencia de alimentos validado para la población española.

Los resultados, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria, muestran que el porcentaje de obesidad es del 29 por ciento y el de sobrepeso del 42 por ciento. El aporte calórico medio fue de 2.053 kilocalorías (con un 43 por ciento de la energía aportada por los carbohidratos, un 36 por ciento por las grasas y un 20 por ciento por las proteínas). Los autores resaltan que prácticamente todas las mujeres alcanzaron la ingesta recomendada de vitaminas, excepto para las D y E.

El caso de la vitamina D es llamativo, ya que en ninguno de los grupos se alcanza el 50 por ciento de la cantidad diaria recomendada (IDR), con una ingesta media total de 2,14 microgramos/día, un 39 por ciento de la IDR para mujeres en esos rangos de edad.

“Una dieta con menos grasas y proteínas y más rica en vegetales, frutos secos y alimentos ricos en hidratos de carbono equilibraría el balance energético y corregiría los niveles de vitaminas D y E”, concluyen los autores. “Estas recomendaciones son especialmente importantes en las ciudades más alejadas de la costa mediterránea donde se han detectado mayores incumplimientos de las recomendaciones vigentes”.

Mayor riesgo de obesidad

Otra investigación liderada por Faustino R. Pérez-López, coordinador del Grupo de Estudio de la Obesidad de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, relaciona el peso corporal con parámetros metabólicos y hormonales en 574 mujeres postmenopáusicas.

Los resultados, publicados en la revista Gynecological Endocrinology, confirman que el índice de masa corporal (IMC) en la menopausia aumenta con la edad, el tiempo transcurrido desde que comenzó, el número de hijos, la glucemia, los triglicéridos y la tensión arterial sistólica.

“Esto permite proponer programas de cambios en el estilo de vida que iniciados precozmente pueden mejorar la calidad de vida y reducir la morbilidad que se asocia a la obesidad”, apunta Pérez-López.

La distribución de la masa grasa corporal, la regulación del peso y la secreción hormonal de la grasa posee diferencias en función del sexo. La obesidad abdominal es más frecuente en las mujeres postmenopáusicas, y aumenta el riesgo de cardiopatía, hipertensión, diabetes, apnea del sueño, cáncer, artrosis, problemas mentales y mortalidad.

Además, la obesidad peri y postmenopáusica produce síntomas menopáusicos más intensos y se asocia con una peor calidad de vida que en las mujeres de peso corporal normal. “Estudios experimentales en animales y en mujeres demuestran que el tratamiento con hormonas ováricas puede impedir el aumento de peso corporal y la pérdida de masa muscular”, subraya el investigador.