Unos 340.000 españoles son intolerantes al gluten y no están diagnosticados
La intolerancia al gluten o celiaquía es una enfermedad que afecta “aproximadamente al 1% de la población, pero más del 70% está sin diagnosticar en España”, afirma el doctor Alejandro Domingo, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital USP San Camilo de Madrid, con motivo de la celebración del Día Nacional del Celíaco el 27 de mayo.
La enfermedad se presenta en cualquier edad de la vida, afecta a personas de ambos sexos a nivel mundial, el doble en mujeres, pero la incidencia varía según estas circunstancias en su aparición. En España, se diagnostica un caso por cada 118 en niños, mientras que en la población adulta la relación es de uno por cada 384, “un número de diagnósticos menor que en otros países occidentales, donde se acerca más al 1% de los afectados”, informa el especialista.
Pero “la celiaquía es como un iceberg, con la mayoría de los casos no visibles”, detalla el experto, quien aboga por la realización de pruebas complementarias para su diagnóstico. “El incremento de su incidencia en los últimos años puede deberse a un mejor conocimiento del cuadro, a un avance en los medios diagnósticos y a los beneficios del diagnóstico precoz y prevención efectiva, así como a una mayor concienciación de la sociedad sobre el problema grave que puede suponer esta enfermedad”, añade.
¿Qué nos alerta de la intolerancia al gluten?
La celiaquía es una afectación del intestino delgado producida en individuos predispuestos genéticamente cuando ingieren productos que contienen gluten. En los pacientes que padecen celiaquía cuando el gluten entra en contacto con la mucosa intestinal se producen cambios anatómicos en la misma que ocasionan un impedimento en la correcta absorción de principios inmediatos, sales minerales y vitaminas, dando lugar a estados carenciales y alteraciones digestivas.
“Los síntomas de la celiaquía, cuando se presentan, pueden ser similares a los de cualquier otro problema digestivo o estado carencial por lo que, en ocasiones, sólo las pruebas diagnósticas, como son las pruebas serológicas, genéticas y biopsias pueden confirmar que estamos ante esta enfermedad”, explica el endocrinólogo.
Diagnóstico
Diagnóstico clínico. “El diagnóstico sólo por los síntomas es difícil de hacer pues estas manifestaciones de la celiaquía pueden ser las mismas que se pueden presentar en muchos cuadros patológicos del aparato digestivo que no tienen que ver con esta enfermedad”. “Pero esta sospecha diagnóstica se acentúa cuando la celiaquía se ha presentado en miembros de esa familia; cuando en el paciente existen síntomas o signos de otros trastornos de la inmunidad, como lupus, artropatías, etc.; o cuando después de realizar exploraciones complementarias no encontramos causa para un problema digestivo que nos preocupa por su cronicidad o resistencia al tratamiento”, comenta el especialista.
Cuando esto ocurra, debemos acudir a diagnosticar la enfermedad a través de estos medios auxiliares:
Diagnóstico serológico. “La búsqueda de pruebas más sencillas, fiables y menos costosas nos ha llevado a poder detectar en el suero la presencia de anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana (AAtTG) cuando existe celiaquía”, explica el Dr. Domingo.
Diagnóstico genético. En un 90% de los pacientes con celiaquía encontramos la presencia en genes de HLA-DQ2, lo que muestra la importancia de esta prueba; que con la detección de HLA-DQ8 completan las posibilidades de diagnosticar la enfermedad, incluso en las fases no sintomáticas.
Diagnóstico por biopsia duodenoyeyunal. El estudio histológico del material obtenido mediante una biopsia duodenoyeyunal nos va a permitir elaborar un diagnóstico tanto de la presencia de la enfermedad como del grado o tipo de la misma, datos fundamentales para hacer un pronóstico de la evolución del caso.
La celiaquía se puede padecer en distintos grados, según la alteración de la mucosa intestinal, con diferentes maneras de detectarse según el grado. El tipo más frecuente es la celiaquía pauci o monosintomática, que manifiesta algunos síntomas de la enfermedad tanto a nivel intestinal como extra-intestinal, aunque carentes de gravedad. Sería el grado superior a la celiaquía silente, sin síntomas de enfermedad todavía pero pudiendo detectarse con pruebas diagnósticas.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad, “es en principio muy simple: eliminar de la dieta todo alimento que contenga gluten”, algo que puede no resultar fácil dado que “en muchos productos manufacturados existe la proteína gliadina del gluten en su composición sin que aparezca en el etiquetado alguna referencia a la misma”.
Existen una serie de alimentos que contienen siempre o casi siempre gluten, como es el pan hecho con harina de trigo, bollos, pasteles, tartas, galletas, pastas italianas y bebidas malteadas o fermentadas partiendo de cereales. También puede entrar gluten en la composición de embutidos, yogures con sabor a frutas, quesos fundidos o en helados y sucedáneos del chocolate. “Eliminando tales productos se evita la progresión de la enfermedad a estadíos más graves mientras que poco a poco las vellosidades intestinales recobran su estructura normal”, relata el Dr. Domingo.
Sin embargo, esto no cubre todos los alimentos que contienen gluten y, por ello, asegura el especialista, las recomendaciones para prevenir y curar los síntomas de la celiaquía “no se limitan a lo que tiene que hacer o dejar de hacer el paciente. Se extiende a muchos otros sectores de la sociedad en cuyas manos está el evitar que estas personas vean su salud afectada”, afirma, y enumera una serie de recomendaciones:
– Recomendación a los gobiernos. Deben extremar las medidas referentes a la seguridad alimenticia, aplicando con el máximo rigor las leyes y las normas que aseguren la salubridad de los alimentos que tomamos, con inspecciones frecuentes y completas de los productos alimenticios manufacturados e imponiendo fuertes sanciones a los que no cumplen con lo ordenado.
“La Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición del 2011 es una buena base legal para que tanto la Agencia Española de Seguridad Alimenticia como la Red Española de Laboratorios de Control Oficial de Seguridad Alimentaria -instrumentos señalados en la ley para el desarrollo, cumplimiento y evaluación de lo legislado- puedan cumplir su cometido, pero siempre que sean dotados de los suficientes medios para cumplirlos con eficacia y eficiencia. El hecho de que con frecuencia se planteen en los tribunales demandas por incumplimiento de las normas alimenticias es una prueba de que todavía quedan cosas por hacer en este campo”, afirma el especialista.
“Si nos referimos más concretamente a la celiaquía habría que proteger más al enfermo de lo que lo hace la ley antes citada, en aspectos como la educación acerca de esta enfermedad en la enseñanza primaria, o en materia de Hacienda, modificando la tributación sobre el IVA en panes y harinas especiales. Una Ley Celiaca Española, como la que se propuso y fue rechazada por el Parlamento, o algo similar que comprometa a ministerios tan distintos como Sanidad, Industria, Educación o Hacienda, legislaría en los aspectos no sólo sanitarios, sino sociales el problema de los celíacos “, asegura el Dr. Domingo.
– Recomendación a los productores. Que cumplan fielmente con toda la normativa referente al etiquetado, indicando claramente lo que contiene cada producto, y que en la producción se tomen todas las medidas necesarias para asegurar la no presencia de contaminantes químicos o biológicos que puedan causar enfermedades.
La legislación comunitaria en la materia es recogida en España en normas incluidas en un Real Decreto de 1999 sobre etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios donde se indica claramente todo lo que debe figurar en el etiquetado. “En el caso de alimentos para celíacos un buen ejemplo es el Pacto del Celíaco en Cataluña en que se dan las normas sobre un nuevo distintivo en el etiquetado con un logotipo, la espiga, que identifica fácilmente al producto”, comenta el doctor.
– Recomendación a los consumidores. No deben consumir productos en cuyas etiquetas no se exprese de una manera sencilla la composición del mismo, sin excluir aditivos, colorantes y otras sustancias que se añaden a los mismos. Que denuncien ante las autoridades o asociaciones de consumidores cualquier fraude respecto a la seguridad alimenticia pues de ello depende su salud.
– Recomendación a los sanitarios. El diagnóstico precoz de la enfermedad evita daños graves. Las autoridades sanitarias pueden ayudar a concienciar sobre la misma, por ejemplo, con la realización de campañas de prevención.
– Recomendación al paciente con celiaquía. La curación de las alteraciones producidas por la enfermedad está al alcance de su mano y sólo con cumplir fielmente las instrucciones que le dan en la consulta o en el hospital para evitar la progresión de la enfermedad.