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Ortorexia, dietas y TCA

Ortorexia

El término indica apetito correcto y lo acuñó Bratman en el año 1996. Se trata de una obsesión patológica por la comida biológicamente pura. El eje del trastorno es la calidad, no la cantidad (anorexia, bulimia).

Los posibles desencadenantes son:

-En las personas con comportamientos obsesivo-compulsivos, la obsesión por conseguir a toda costa una salud mejor y el temor a ser envenenado por la industria alimentaria y sus aditivos.

-Haber encontrado una razón espiritual para comer un determinado alimento (corriente vegana).

-Influencia de los medios de comunicación.

-Enfermos de anorexia que se han recuperado y optan por alimentos de origen natural.

-Se crea una estrategia de supervivencia alrededor de la comida sana.

-Culto a lo sano: alimentar lo diferente.

Epidemiología

Se calcula que afecta a entre un 0,5 – 1 por ciento, pero se espera un aumento cuando se sepa más de los alimentos funcionales, incluso se habla de un 7 por ciento en el Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Sapienza. Y en Estados Unidos se habla de un 2 por ciento.

Hay algunos famosos que tienen costumbres alimenticias ortoréxicas, por ejemplo Marlon Brando sólo tomaba yogures previamente confirmados sin grasas.

Características clínicas

-Oscilaciones extremas cíclicas: evitan carne, grasa, alimentos cultivados con pesticidas, herbicidas.

-Hay rituales obsesivos en cuanto a la forma de preparación alimentos, materiales y utensilios utilizados.

-No hay conciencia de enfermedad y se van separando del entorno social.

-Patrones de comportamiento alimentario anómalos durante largo tiempo.

-No hay preocupación por el peso ni por la imagen corporal.

Diagnóstico

Es difícil de diagnosticar, pero existe un test. En el que se evalúan:

-Estar más de tres horas al día pensando en la dieta.

-Planear las dietas días antes.

-Estar más pendientes del valor nutritivo de lo comido, que el placer que puede generar.

-Se sienten bien y mejoran su autoestima si comen bien.

-Se sienten culpables si trasgreden la dieta o comen mal.

-Comer fuera de casa se convierte en un problema.

-Su calidad de vida va disminuyendo y también las relaciones sociales.

-Se vuelven estrictos en su forma de ser, una rigidez cercana a los cuadros obsesivos-compulsivos.

-Dejan de tomar alimentos que les gustaban por otros más sanos.

Consecuencias

-Intolerancias alimentarias: dejar de tomar alimentos va disminuyendo nuestro sistema inmunocompetente y pueden tener problemas cuando ingieren algún alimento para el que tengan cierta intolerancia.

-Supresión de grupos de alimentos importantes (como los vegetarianos).

-No hay recursos para toda la humanidad.

Consejos para evitar la obsesión por la comida sana

-No permitir que la alimentación gobierne la vida.

-No permitir que la alimentación determine la valía personal.

-No hacer de la alimentación un emblema de la propia identidad.

-¿Hay que rechazar las etiquetas dietéticas? La respuesta es no. Hay que saber leerlas y tener un amplio criterio sobre ellas.

Flexitarianismo

Son personas que utilizan la verdura como base para la alimentación pero no renuncian a carne y pescado. Se trata de una dieta vegetariana más llevadera. Argumentan que es lo que mejor les va a los genes. Reducen los alimentos que pueden ser menos sanos. Asimismo potencian la alimentación integral y todo tipo de frutas, verduras y cereales. Y de vez en cuando toman carne.

Hablan de los beneficios en longevidad frente a carnívoros. Su dieta es de un 80 por ciento de ingesta vegetal y la ventaja es que se pueden saltar la dieta y no pasa nada.

El término flexitariano se conoce desde el 2003 y la American Dialectic Society la citó como palabra más útil del año.

Permarexia

Se trata de personas que están constantemente a dieta, y cuando se convierte en una obsesión viven preocupadas por las calorías llegando a tomar diuréticos y laxantes. Se conocen todas las dietas milagro y van cambiando.

Hacen mucho ejercicio físico y “saben mucho de nutrición” (evidentemente con grandes errores).

Es más típico de mujeres. No hay conciencia de enfermedad. Pero si hay sensación constante de frustración. Hay detalles parecidos a anorexia y bulimia.

Acaban cayendo en las llamadas “dietas yo-yo”, pierden y ganan kilos con el efecto rebote.

Pica (seudorexia)

Es el deseo irresistible de comer alimentos que no tienen valor alimenticio.

En las embarazadas en primer trimestre hay muchos antojos para obtener oligoelementos (pej.cromo). No es una seudorexia.

Bulimarexia

Combina manifestaciones anoréxicos con fenómenos bulímicos. La emperatriz Sissi de Austria la sufrió. Las mujeres jóvenes son las más afectadas.

Biabulimia

Combinación diabetes y bulimia. Se limitan los hidratos de carbono y se reduce la insulina para no engordar. Es más usual en la tipo I.

Trastornos no especificados

Como la anorexia sin amenorrea, anorexia con normopeso, bulimia de baja frecuencia, purgas con cantidades de comida normales sin tener signos de anorexia claros, masticación de una gran cantidad de comida que luego se escupe para que no engorde.

La manorexia es la anorexia masculina. Y la pregorexia se da en mujeres embarazadas que tienen pavor a engordar durante el embarazo.

Reflexiones finales

Nos podemos preguntar si todos los trastornos giran alrededor de la comida. La respuesta es no, pero sí se acaban relacionando, como los workaholics y los ciberdependientes.

Otro ejemplo es la tanorexia (la adicción al bronceado) que conocen los alimentos que tienen vitamina A o los carotenos y los toman de forma exagerada.

Los profesionales nos planteamos que estamos en la era de la bulimia de la información y la anorexia del conocimiento, cada vez hay más información y menos conocimiento.

Comidas ligeras en dias no festivos

Comidas ligeras en los días no festivos para compensar los excesos

El supervisor del departamento de Endocrinología y Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, ha advertido de que la ingesta excesiva de alcohol y dulces durante las fiestas de Navidad puede hacer que los hombres aumenten su peso entre tres y cuatro kilos de media, mientras que las mujeres consiguen entre dos y tres kilos de más. Por este motivo, ha recomendado optar por comidas ligeras los días que no son festivos para compensar la ingesta calórica de los días señalados.

“Planteémonos este período como un juego de “suma y resta calorías”, donde guardamos la suma para los días señalados y la resta para los días que los rodean”, ha señalado Bravo, quien ha afirmado que este hecho compensará los excesos de las comidas y cenas navideñas, “sin privarse de nada”.

De esta manera, ha recomendado que, durante los días intermedios, las personas ingieran proteínas bajas en grasa, como pollo, pescados, huevos, lácteos, frutas y verduras de bajo índice glucémico. “Nos dejamos una cantidad escasa de hidrato de carbono únicamente en el desayuno que pueden ser dos biscotes de pan, un puñado de cereales o una tostada”, ha añadido.

Asimismo, ha explicado que los caldos calientes son una “alternativa más que válida” para las cenas, “porque sacian y aportan escasas calorías en el momento donde la ingesta debe ser menor”. “Realizando cinco comidas diarias con estas indicaciones a los que añadimos dos litros de agua diarios, nos ayudará a sobrecompensar las “comilonas puntuales””, ha argumentado.

Menús navideños

Bravo ha reconocido que el “principal problema” de los menús navideños no se centra en el plato principal, sino en los entrantes, los postres y las copas finales. “No es complicado reemplazar los primeros por versiones menos calóricas, sustituyendo croquetas por gambas a la plancha, o los frutos secos por verdura al horno”, ha señalado. “En cuanto a los postres y las copas, con reducir el consumo será suficiente”, ha añadido.

“Otro error es omitir comidas en el día de los eventos, cuya única consecuencia es que lleguemos hambrientos a la comida principal. Para compensar ya tenemos los días entre festivos”, ha explicado.

Asimismo, Bravo ha apostado por carnes, pescados y mariscos, acompañados con vegetales. “Como siempre los alimentos deben elaborarse con técnicas culinarias que impliquen poca grasa, como horneado, plancha, asado o cocido, limitando fritos, empanados y rebozados”, ha precisado.

Por último, ha informado de que las bebidas con una mayor graduación alcohólica contienen más calorías. “Nuestra recomendación es sencilla, sustituye o disminuye las copas de bebidas espirituosas por el vino tinto, el cava o la cerveza”, ha señalado. “Si te decides por una copa añade bastante hielo y evita mezclarla con refrescos con cafeína”, ha apostillado.

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Un nivel moderadamente elevado de colesterol LDL implica riesgo de cardiopatía coronaria

El profesor Golsdstein recordó las áreas epidemiológica, experimental, génica y terapéutica que han dado lugar a que la comunidad científica acepte que el colesterol LDL, conocido popularmente como “colesterol malo”, es el factor causal clave que subyace a la patogénesis de la enfermedad coronaria.

El profesor Goldstein, profesor de Genética Molecular de la Universidad de Texas, fue galardonado con el Nobel de Medicina en 1985 por sus trabajos sobre el colesterol y la relación entre el aumento de los niveles de colesterol en sangre y la formación de depósitos grasos vasculares y la arteriosclerosis. Asimismo y en colaboración con Michael S. Brown, demostró la existencia en la membrana celular de receptores que captan y degradan las LDL plasmáticas.

En su intervención, el Nobel Goldstein se refirió a cómo los descubrimientos de los receptores de LDL y de su vía de metabolismo (SREBPs) han conducido a una comprensión molecular de cómo las estatinas reducen los niveles de “colesterol malo”. También se refirió al nuevo hallazgo que la proteína PCSK9, como regulador de los receptores de LDL. Los hallazgos permiten adivinar un nuevo futuro para aquellos pacientes con la enfermedad de hipercolesterolemia familiar que sufren de muerte prematura por falta de herramientas eficaces a largo plazo. Además hipotetizó sobre un nuevo escenario más amable si cabe para combatir la formación de las placas arterioesclerosas.

Tratamiento precoz y coste-eficacia

Recordó que la Asociación Americana del Corazón recomienda actualmente controlar el nivel de colesterol cada cinco años, a partir de los veinte. Si se detectan altos niveles de “colesterol malo” en la juventud es fácil controlarlo con un cambios en el estilo de vida y, si es necesario, con fármacos. Destacó que la detección y tratamiento precoz es claramente defendible desde la perspectiva de coste-eficacia y que los niveles ideales son cada vez más bajos en base a la evidencia científica. Existe por lo tanto una gran esperanza de mejorar la incidencia de enfermedades cardiovasculares.

En la jornada científica conmemorativa de la trigésima Memorial Fernández-Cruz, que se inició con la intervención del Nobel Goldstein y que estuvo dirigida como en anteriores ediciones por el profesor Arturo Fernández-Cruz, jefe del Servicio de Medicina Interna y director del Área de Prevención Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, han participado también prestigiosos especialistas nacionales e internacionales del área de la prevención cardiovascular.

El objetivo fue analizar los avances que permiten aplicar nuevas estrategias en el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular como los test genéticos o la medición del tamaño de los telómeros, sin perder de vista la actualización del manejo y prevención de los pacientes de alto riesgo, incidiendo en aquellos que son portadores de hipertensión arterial, obesidad-diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad vascular o fumadores.

Las conclusiones convergen en que “la identificación temprana de los factores de riesgo que conducen a la arterioesclerosis es el nuevo paradigma en la prevención y que su implementación no sólo salva más vidas sino que desde el punto de vista de los cuidados de la salud son definitivamente más rentables”, comenta Fernández-Cruz. La detección temprana consigue un 90 por ciento de supervivencia mientras que la medicina reactiva y tardía sólo alcanza un 10 por ciento. La repercusión en el gasto sanitario es, por lo tanto, muy impactante.

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Cuanto menos se duerme más se quiere comer

Dormir al menos 8 horas diarias es una más de las actitudes que deben adoptarse para intentar conseguir y mantener un peso adecuado, explican expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

Al parecer, esto es consecuencia de dos hormonas -leptina y grelina- relacionadas con el apetito y que se modifican con las horas de sueño. “La leptina, que inhibe la sensación de hambre, y la grelina, que estimula el apetito”, explica el presidente de la SEEN, el doctor Javier Salvador. Así, a menor tiempo de sueño, las concentraciones de leptina disminuyen y aumentan las de grelina, o lo que es igual, cuanto menos dormimos más queremos comer.

“En la última década se ha puesto en evidencia la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso. Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios del estilo de vida (alimentación y ejercicio), es necesario dormir al menos 7 u 8 horas diarias”, añade.

En concreto, el coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, el doctor Albert Lecube, desaconseja dormir menos de 7 horas, y afirma que se ha comprobado que aumentar las horas de sueño de 6 o menos hasta 7 u 8 horas, durante un periodo de 6 años, se acompaña de un menor aumento del índice de masa corporal y de una menor acumulación de grasa corporal.

Asimismo, destacan la estrecha relación entre las horas de sueño y la presencia de obesidad en niños. Se ha constatado que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen normopeso, explica el presidente de la SEEDO, profesor Felipe Casanueva.

“En España, los niños duermen una media de menos de ocho horas al día, algo insuficiente y que, además, provoca otros hábitos perjudiciales con repercusión negativa en el incremento del peso corporal, como es no desayunar”, advierte Casanueva, quien hace hincapié del gran problema que supone la obesidad infantil, “dado que un alto porcentaje de niños obesos mantiene este trastorno cuando son adultos”.

Actualmente, añade Lecube, “se considera que en los niños, dormir 5 o menos horas casi duplica el riesgo de ser un adulto obeso”. De hecho existen estudios que apuntan que niños que más duermen durante sus primeros 11 años de vida tienen un menor riesgo de ser obesos en la edad adulta, independientemente del sexo, las horas que pasan viendo la televisión, la situación socioeconómica de los padres, o la actividad física que realicen.

Sueño de buena calidad

En relación a los adultos, lo expertos señalan que ocurre lo mismo. En gente mayor se ha observado que tanto el índice de masa corporal como el perímetro de cintura es significativamente mayor entre aquellos que duermen menos de 5 horas. En concreto, dormir menos se asocia con un aumento del perímetro de la cintura de 6,7 centímetros para los hombres y de 5,4 centímetros para las mujeres.

Junto a las horas de sueño, Casanueva añade que también es fundamental tener una buena calidad del sueño y, advierte de que “en España se sufre una de las mayores contaminaciones lumínicas y de ruido del mundo, lo que también incide en el aumento del peso”.

Por otra parte, recuerda que la relación entre sueño y obesidad es bidireccional, de forma que “la obesidad es el principal factor de riesgo para desarrollar alteraciones respiratorias y apneas durante el sueño y producir una mayor somnolencia diurna”. “En los niños, además esto supone un aumento del riesgo de hipertensión y cardiovascular”.

Asimismo, dormir poco se asocia también con un riesgo dos veces mayor de desarrollar una diabetes, así como con una mayor prevalencia de hipertensión arterial. Sin embargo, el principal factor de riesgo se asocia con la hipersomnia diurna y el mayor riesgo de accidentes.

En la actualidad, recuerdan desde la SEEN y SEEDO, el 23 por ciento de la población española de más de 18 años tiene obesidad, enfermedad que está presente en el 35 por ciento de los mayores de 65 años. Junto a la disminución de la calidad de vida que comporta, aumenta también el riesgo de presentar otras enfermedades graves como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome de apneas-hipoapneas del sueño, y diversos tipos de neoplasias, como cáncer de colon.

“Se trata de un problema de salud pública de primer orden, que se asocia a una gran comorbilidad y coste sociosanitario. Favorece la aparición de muchas enfermedades, siendo éstas más frecuentes que en las personas con peso normal”, afirma el presidente de la SEEN.

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Neurociencia cognitiva de la atención

Recogemos la ponencia del Dr. Pío Tudela en el marco del Ciclo de Conferencias sobre Neurociencia Cognitiva organizado por Instituto Tomás Pascual Sanz y la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII para la Evolución y el Comportamiento Humano.

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Conferencia Neurociencia cognitiva de la atención

El comportamiento creativo, ya presente en algunos vertebrados superiores, ha alcanzado en la especie humana su máxima expresión. Su manifestación ha permitido no sólo explotar eficazmente su entorno, sino también explorar nuevos horizontes a lo largo de cientos de miles de años. Indudablemente, esto ha revertido en favor de una expansión progresiva de sus capacidades de conocimiento y de conducta.

La conferencia que impartirá Pío Tudela aborda aspectos relacionados con el estudio de las principales funciones ejecutivas del sistema de atención que interviene preferentemente en situaciones que implican nuevos aprendizajes y resolución de conflictos entre respuestas competitivas.

Pío Tudela es catedrático de Psicología Experimental en el área de Psicología Básica del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada.

Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamientos Humanos

Surgido del convenio entre la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III, está dirigido por el Profesor Juan Luis Arsuaga. Custodian los fósiles recuperados en la Sima de los Huesos (Sierra de Atapuerca, Burgos) donde permanecen mientras se realizan los estudios sobre ellos, que se desarrollan en torno a diversas líneas técnicas y de investigación: Área de Paleontología y Evolución Humana, Área de ADN antiguo y Área de Neurociencia. Además, se llevan a cabo aquellos trabajos de restauración y conservación del patrimonio fósil recuperado en la Sima de los Huesos durante las sucesivas campañas de excavación.

www.atapuerca.tv

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

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Perros capaces de detectar bajadas de azúcar en diabéticos

El Instituto de Investigación Biomédica Agust Pi y Sunyer (Idibaps) -Hospital Clínic- y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) trabajan en un proyecto innovador que consiste en adiestrar a perros para detectar la bajada de glucosa en pacientes con diabetes.

El Dr. Ramon Gomis, director de Idibaps y del proyecto, ha explicado que la iniciativa surgió de una observación en Inglaterra en la que los diabéticos que convivían con perros diagnosticaban un cambio del comportamiento del canino antes de la bajada de azúcar.

Frente a estas suposiciones, investigadores británicos iniciaron sus primeros estudios y comprobaron que los perros podían alertar de bajos niveles de glucosa por el cambio de olor corporal que se produce en ese momento.

De esta forma, los perros ingleses lograron detectar el 75 por ciento de los casos de hipoglucemia. Ahora, el equipo del Dr. Gomis y la UAB se ha propuesto adiestrar a los perros para que detecten el 100% de los casos.

El proyecto Amicus Canis se halla todavía en una fase inicial en el que sólo dicta como requisito del animal que éste tenga más de un año, y se pueda considerar adulto.

Además, en una segunda fase los investigadores se proponen desarrollar una herramienta tecnológica para advertir a las personas antes de que tengan una bajada de azúcar y puedan actuar a tiempo y, de esta manera, reducir la angustia, el miedo y mejorar la calidad de vida, tanto del paciente como de sus familiares.

Según ha comentado el Dr. Gomis, este proyecto está construido en dos bloques, el primero que consiste en saber qué es lo que realmente huele el perro y educarlo para que detecte el 100% de los casos; y un segundo bloque que consiste en desarrollar una herramienta tecnológica de advertencia para los diabéticos.

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El papel de la escuela y la familia en la prevención

Recogemos la ponencia de D. José Soriano en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

Acceda a la transcripción de la ponencia

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El papel del asociacionismo en la prevención en España

Recogemos la ponencia de Dña. Juana Martín en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

Acceda a la transcripción de la ponencia

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Prevención en medios de comunicación

Recogemos la ponencia de Dña. Mónika Jiménez, en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

Acceda a la transcripción de la ponencia

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Presentación del libro ¿Es posible la dieta mediterránea en el siglo XXI ?

Al igual que aquellas jornadas, los catorce capítulos del libro ¿Es posible la dieta mediterránea en el siglo XXI? revisan las bases y conceptos de tan prestigiado régimen alimenticio, recientemente proclamado Patrimonio Cultural de la Humanidad. El análisis multidisciplinar del manual comprende aspectos de nuestra sociedad como la evolución en el consumo de los alimentos, su interés nutricional, las principales patologías y su posible prevención desde la nutrición.

A la dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales); pan, con el trigo como base; aceite de oliva como grasa principal; y vino en cantidades moderadas, se le atribuyen propiedades altamente saludables. Algunas de ellas se basan en la constatación de que, aunque en los países mediterráneos se consume más grasa que, por ejemplo, en los Estados Unidos, la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor. El vino se asocia también a un efecto cardioprotector, denominado la paradoja francesa, e incluso a un menor riesgo de deterioro cognitivo leve.

La dieta mediterránea ha sido definida como un estilo de vida que combina ingredientes de la agricultura, las recetas y las formas de cocinar de cada lugar, las comidas compartidas, las celebraciones y las tradiciones, unidos siempre al ejercicio físico moderado.

Para Ricardo Martí Fluxá, presidente del Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud, “la dieta mediterránea es patrimonio cultural y social transmitido de generación en generación. Difundirla y apoyarla supone, además, un empuje económico positivo para la producción de los alimentos que la definen”.

El libro ¿Es posible la dieta mediterránea en el siglo XXI?, dirigido a estudiantes y profesionales de ciencias de la salud, es útil para todos los interesados en estas disciplinas, agentes sociales, medios de comunicación, profesionales de la hostelería y el turismo, educadores, asociaciones de consumidores, etc.

El nuevo manual ¿Es posible la dieta mediterránea en el siglo XXI?, coordinado por Gregorio Varela, Elena Alonso y Dolores Silvestre, reúne a veinte especialistas más, entre los que destacan las aportaciones de Francisco Pérez Jiménez, Carlos Alberto González, Josep Bernabeu-Mestre, Valentina Ruiz Gutiérrez , Enrique Jurado Ruiz, Montaña Cámara Hurtado, Concha Collar Esteve, Rafael Ansón Oliart, Jesús Contreras Sánchez, Carmen Pérez Rodrigo o Mª Isabel de Salas, entre otros.

Invitación al acto

Universidad CEU San Pablo

La Universidad CEU San Pablo, fundada hace 75 años para formar humana y profesionalmente a los futuros dirigentes de la sociedad española, es una de las tres universidades de iniciativa social y gestión privada de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, promovida por la Asociación Católica de Propagandistas. El pasado curso académico estudiaron en ellas más de 8.600 alumnos e impartieron docencia cerca de mil profesores, con una tasa conjunta de inserción laboral del 98,4%.

La Universidad CEU San Pablo, que está realizando una apuesta decidida por la internacionalización, quiere unir la formación excelente de sus alumnos con una formación completa en los valores más genuinos del humanismo cristiano y de la cultura occidental.

www.ceu.es

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los ad

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Diabetes, talla baja y obesidad, entre los trastornos que más atienden los endocrinólogos pediátricos

Los cambios en el ritmo de vida provocan la aparición de nuevos trastornos patológicos y el incremento de ciertas patologías endocrinológicas. Una de las patologías más frecuentes en la infancia y adolescencia es la diabetes mellitus tipo 1. Su incidencia anual ha incrementado en un 3,8 por ciento en todos los países, afectando sobre todo a niños menores de cinco años. En este sentido, en España se detectan cada año entre 10 y 25 casos por cada 100.000 habitantes.

La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) sostiene que el objetivo es fomentar la educación sobre diabetes para lograr un adecuado autocontrol por parte del paciente y sus cuidadores. De esta forma, para manejar la enfermedad se deben tener en cuenta tres pilares fundamentales: alimentación, ejercicio e insulinoterapia.

Otro de los motivos habituales de preocupación para los padres, de consulta al pediatra de Atención Primaria y de derivación al endocrino infantil se vincula con la talla baja. Sin embargo, la mayoría de veces se trata de niños que no necesitan tratamiento al ser variantes de la normalidad.

Sólo un cinco por ciento de niños con retraso de crecimiento tienen una causa endocrinológica. Sin embargo, existen multitud de mecanismos genéticos que influyen en el proceso de crecimiento de una persona. De esta forma, una buena nutrición y un entorno psicosocial adecuado son algunos de los factores clave para regular correctamente el crecimiento.

La hormona de crecimiento (GH) actúa directa o indirectamente en el crecimiento de órganos y tejidos del cuerpo. En este sentido, cuando existe deficiencia de GH, sólo en un 20 por ciento de los casos es posible detectar una causa orgánica responsable, pero únicamente afecta a entre un uno y un dos por ciento de los hipocrecimientos. Además, cerca del 90 por ciento de los hipocrecimientos prenatales alcanzan una talla normal entre los 2 y 4 años primeros de vida y no precisan tratamiento.

Frecuentemente, las patologías crónicas, las dietas inadecuadas o los trastornos más o menos severos de la conducta alimentaria (anorexia nerviosa, miedo a la obesidad…) pueden ser la causa del hipocrecimiento. Según datos de la SEPEAP, se estima que entre el 10 y el 15 por ciento de los casos de talla baja derivan de alguna enfermedad crónica y, además, los expertos creen posible que esta cifra vaya en aumento como consecuencia de la mayor supervivencia en muchas de las patologías crónicas.

“Cuanto más precoz, grave y prolongada sea la enfermedad que ocasiona la alteración del crecimiento, menos posibilidades hay de que el paciente pueda recuperarse completamente”, explica el doctor J. Pozo Román, médico adjunto del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid.

Sobre todo, la malnutrición, las alteraciones metabólicas y, en ocasiones, ciertos trastornos psicológicos influyen de manera notable en el fracaso del crecimiento. Asimismo, la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal, entre otras, se pueden presentar como único síntoma de un retraso de crecimiento.

Para los pediatras resulta fundamental conocer las características del crecimiento normal así como la forma en que las diferentes patologías pueden alterarlo ya que existen múltiples patologías que pueden comprometer la evolución del niño. Sin embargo, la SEPEAP aclara que la talla baja no es una enfermedad, sino un síntoma. Por ello, en muchos casos no se indica un tratamiento y en los que lo precisan, el tratamiento está dirigido a la enfermedad responsable. Sólo en algunos casos una pequeña parte de pacientes requiere tratamientos específicos para estimular o mejorar el crecimiento.

Obesidad y raquitismo

La obesidad es, en la actualidad, uno de los problemas de salud pública a nivel mundial. Los cambios en el estilo de vida, la escasa actividad física y un aumento en la ingesta de calorías