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prevenir el alzheimer

7 hábitos saludables que ayudan a prevenir el Alzheimer

 

prevenir el alzheimer

El Alzheimer es una de las enfermedades que más está aumentando su incidencia con motivo del aumento de la esperanza de vida. Una patología que, si bien actualmente no tiene cura, sí se puede prevenir o retrasar su aparición adoptando diferentes hábitos de vida saludable.
Por ello, y con motivo de la celebración del Día Mundial del Alzheimer, el neuropsicólogo, director del Centro de Rehabilitación Neurológica Fivan y miembro de Saluspot, Javier Chirivella Garrido, ha informado de siete hábitos saludables para retrasar su aparición:

1. Si cuidamos de nuestro corazón cuidamos de nuestro cerebro. Uno de los factores de riesgo a la hora de sufrir Alzheimer son las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, el colesterol, la diabetes y la obesidad. Muchas de estas enfermedades son consecuencia directa de nuestro estilo de vida.
2. Elimina el tabaco. El tabaco es origen o potenciador de tantas enfermedades que habría que erradicarlo de nuestra vida de manera fulminante. Tenemos que tener en cuenta que las personas fumadoras tienen un riesgo un 45 por ciento más alto de sufrir demencia.
3. Ejercicio físico. Hay estudios que demuestran que el mantenerse activo físicamente reduce la aparición de las demencias a nivel general y en concreto del Alzheimer. No hace falta que vayamos corriendo a apuntarnos al gimnasio, que podemos hacerlo, sería suficiente con caminar a buen paso al menos 30 minutos al día.

ALIMENTOS QUE PROTEGEN DEL ALZHEIMER

4. Alimentación. Aunque no se dispone de estudios muy concisos acerca de la incidencia de la alimentación en esta demencia se sabe que hay alimentos que nos protegen de ella. Así que introduce en tu dieta manzanas, cítricos, calabaza, zanahorias, fresas, uvas, tomates, legumbres y pescados.
5. Ejercicio cerebral. Al igual que debemos que tener una buena rutina de ejercicio físico tenemos que mantenerla con nuestro cerebro. Servirá para evitar, o al menos retrasar, la aparición del Alzheimer. Todo es válido. Leer, aprender un idioma, hacer crucigramas o sudokus, apuntarse a un curso, hacer cálculos matemáticos, todo lo que haga a nuestra mente esforzarse es

6. Socializar. El estar con otras personas y relacionarnos hacen que nuestro cerebro esté activo y alerta. Hace que siga trabajando por lo que nos ayuda a prevenir esta enfermedad.

7. Proteger nuestra cabeza. Parece que existe una relación entre sufrir un traumatismo craneal severo con pérdida de conciencia y el riesgo de padecer Alzheimer el día de mañana. Así que no expongamos esta zona de nuestro cuerpo a ese riesgo. Protejámosla de la manera adecuada cuando sea necesario, como en el trabajo o al practicar deporte.

Fuente: http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-previene-alzheimer-habitos-saludables-20160921082339.html?utm_source=interno&utm_medium=desktop&utm_campaign=scroll_infinito

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El Día Mundial del Alzheimer pone en valor al Cuidador

 

 

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer que se celebra el 21 de septiembre, CEAFA, la Confederación Española de Alzheimer, ha presentado en la sede del Imserso la campaña de este año que tiene como objetivo resaltar el valor del cuidador de una persona con Alzheimer. Bajo el lema “Con “C” de cuidador, con “C” de CEAFA”, la campaña quiere recordar que los cuidadores significan muchas cosas para las personas con Alzheimer. Por séptimo año, CEAFA cuenta con la colaboración de 3M, a través de su marca Post-it , en la difusión de esta campaña audiovisual basada en resaltar la importante labor de dedicación, amor y esfuerzo diario de los cuidadores familiares.Durante la rueda de prensa se resaltó que en España uno de cada cuatro hogares cuenta con un familiar afectado de Alzheimer, por lo que el cuidador familiar debe ser objeto de atención preferente en las políticas de protección.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-conmemora-mundial-alzheimer-bajo-5115226381001-20160907025327_video.html

estimulación cerebral

Nada, baila y escribe a mano, tu cerebro te lo agradecerá

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Si este verano te dedicas a escribir cartas y postales a tus amigos mientras viajas en lugar de mandarles correos electrónicos, tu cerebro te lo agradecerá. Estudios recientes demuestran que escribir a mano nos hace más inteligentes. Otras actividades estivales como nadar o salir a bailar, así como las lecturas veraniegas, benefician también a tu materia gris

Cuando tengas que escoger entre escribir en un teclado o hacerlo en una hoja de papel, opta por lo segundo. Pam Mueller y sus colegas de la Universidad de Princenton (EE. UU.) demostraron el año pasado que la escritura a mano beneficia a nuestro cerebro. Sobre todo a la hora de estudiar. En concreto, tomando notas con un bolígrafo y un papel retenemos más información que si tecleamos el mismo contenido en un ordenador. Y es que con el lápiz en la mano se activan áreas de la sesera que nos ayudan a aprender más rápido y mejor. A esto se le suma que un estudio francés identificó hace poco que existen zonas de la corteza frontal izquierda y de la corteza parietal que se activan emborronando de palabras un papel pero no al pulsar las teclas de un dispositivo electrónico.

Bucear o dar unas brazadas al estilo croll o mariposa resulta también beneficioso para el cerebro. Sobre todo si aprendes a hacerlo siendo aún un bebé. Tanto es así que los niños que aprenden a nadar a edades tempranas alcanzan ciertas habilidades mucho antes que el resto de la población, según se desprende de un proyecto australiano basado en datos de 7.000 niños de 5 años y 40 escuelas de natación. Entre otras cosas, además de adquirir ciertas destrezas físicas más rápido, a estos críos se les dan significativamente mejor las tareas visuales-motoras como cortar un papel, colorear o dibujar líneas y formas. Y también muestran más maña en todo lo relacionado con letras y números. Lo más sorprendente es que, por término medio, los datos revelan que estos chavales van 11 meses por delante de la media de la población en expresión oral, además de adelantar a sus compañeros unos 6 meses en razonamiento matemático y 17 meses en la capacidad de recordar historias. Por si fuera poco, aprenden de manera muy precoz a entender pautas e instrucciones (20 meses antes que otros niños).

La cosa no acaba ahí. Sea cual sea nuestra edad, incluso los chapuzones en la piscina o en la playa tienen beneficios para el cerebro. Un estudio dado a conocer el año pasado en el ‘American Journal of Physiology’ revelaba que sumergirnos en agua aumenta la llegada de sangre al cerebro, mejorando la irrigación de las neuronas.

Si en las vacaciones estivales te dedicas a leer libros, tu cerebro también lo nota. Especialmente si optas por leer a Franz Kafka, un escritor cuyos textos tienen la capacidad de hacernos más inteligentes, según demostraron científicos de la Universidad British Columbia. La clave está en el surrealismo de sus obras y la sensación de desconcierto que crea, que de acuerdo con los autores nos empuja a crear nuevos patrones cerebrales y desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje.

Tampoco está de más salir a bailar en las noches de verano. entre otras razones porque, hace unos años, investigadores neoyorquinos de la Escuela Albert Einstein de Medicina demostraron que marcarse unos pasos de baile es el mejor antídoto contra el envejecimiento cerebral, tanto si se compara con actividades intelectuales como resolver crucigramas y tocar un instrumento musical, como si se cotejan sus beneficios con los que aportan actividades físicas como jugar al tenis, practicar golf o caminar.

En concreto, el gerontólogo Joe Verghese y sus colegas calcularon que, mientras los crucigramas disminuyen ‘solo’ en un 47% el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en la tercera edad, bailar asiduamente consigue reducirlo hasta un 76%. Y es que, según Verghese, aprender y enlazar nuevos pasos aumenta la complejidad de las sinapsis neuronales y obliga al cableado neuronal a reestructurarse una y otra vez. Incluso se han encontrado evidencias de que bailar, al igual que montar en bicicleta, aumenta el volumen cerebral y reduce el riesgo de sufrir alzhéimer a la mitad. Y si lo haces rodeado de una panda de camaradas, los efectos mejoran, ya que la corteza prefrontal del cerebro, un área involucrada en el pensamiento y la toma de decisiones que nos diferencia de otros primates, es más grande cuantos más amigos somos capaces de manejar.

Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/tercer-milenio/investigacion/2016/07/07/nada-baila-escribe-mano-cerebro-agradecera-949771-2121029.html#cxrecs_s

Soja genisteína tratamiento Alzheimer

La genisteína, presente en la soja, útil en el tratamiento del Alzheimer según un estudio de la Universidad de Valencia

La Universitat de València, a través del grupo de investigación FRESHAGE liderado por el catedrático de Fisiología José Viña, ha publicado entre enero y marzo de este año tres trabajos científicos vinculados al envejecimiento, en una línea de investigación que lleva en funcionamiento más de veinte años. El equipo valenciano ha localizado una molécula, presente en la soja, que es eficaz para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en animales y que se prepara para ensayar.

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Los estudios, en Nature Communications, Journal of Alzheimer’s Disease y Nature Neuroscience, abren la puerta a la prevención tanto de los fallos físicos asociados al envejecimiento, conocidos como la fragilidad del anciano; como a prevenir los fallos de cognición debidos fundamentalmente a la enfermedad de Alzheimer.

En el primero de los trabajos, G6PD protects from oxidative damage and improves health span in mice, publicado en colaboración con el grupo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas que dirige Manuel Serrano, el grupo de investigación de José Viña ha constatado que ratones modificados genéticamente pueden mejorar su calidad de vida durante el envejecimiento, especialmente en lo que respecta a pérdidas físicas que se asocian a la fragilidad. Así, los científicos han detectado que los ratones con alta expresión de la proteína glucosa 6 fosfato deshidrogenasa, son especialmente resistentes a la pérdida de fuerza, de masa muscular y de peso que se asocia con la fragilidad.

“La modulación de esta proteína (que se puede hacer mediante modificaciones dietéticas así como con programas de ejercicio) es una posibilidad prometedora para mejorar la fragilidad en personas ancianas. Considerando que la fragilidad es un primer paso hacia la dependencia, estos resultados tienen interés tanto desde el punto de vista personal como social”, apunta José Viña, también profesor de la Facultat de Medicina i Odontologia de la Universitat de València.

El segundo de los trabajos publicados por el grupo de la Universitat en envejecimiento está referido a la enfermedad de Alzheimer: PTEN recruitment controls synaptic and cognitive function in Alzheimer’s models. El equipo valenciano ha colaborado en un esfuerzo internacional para demostrar los mecanismos por los cuales se pierden las conexiones entre las células nerviosas en la enfermedad de Alzheimer.  “Ello se debe a que se pierde la actividad de una proteína conocida como PTEN. Cuando se aumenta la actividad de esta proteína, se inducen cambios en los animales que se pueden entender como el equivalente a los que ocurren en las personas afectas de la enfermedad de Alzheimer”, apunta el profesor Viña.

En esta línea de trabajo, y ya a través de una investigación propia de la Universitat de València, -y en estrecha colaboración multidisciplinar con los grupos del profesor García Verdugo y los profesores Marta Rodríguez y José Miñarro-, el equipo científico ha localizado una molécula, presente en la soja, la genisteína, que es eficaz para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en animales. “Estos resultados, que son muy prometedores, deben ser tomados con la natural cautela hasta que se tengan resultados de los ensayos clínicos que se están preparando para determinar si el tratamiento que es eficaz en los modelos animales también lo es en personas”, indica José Viña. En este segundo caso, completa el catedrático de Fisiología: “el objetivo no sería la curación completa de la enfermedad de Alzheimer sino retrasar los síntomas más dramáticos de la misma, especialmente la demencia”.

 

Retraso en la aparición de la demencia

En este sentido, y con el fin de dar una imagen de la importancia del proyecto, el experto apunta que si se retrasara la aparición de la demencia asociada a la enfermedad de Alzheimer cinco años, el número de pacientes disminuiría a la mitad. “Todos los esfuerzos, como los que se están llevando al estudiar los efectos de la soja sobre la enfermedad de Alzheimer, orientados a retrasar la aparición de los síntomas de demencia, tienen un enorme interés para el tratamiento de la enfermedad, la cual causa un enorme peso tanto personal, como social, como económico”, indica José Viña.

 

Investigaciones

José Viña Ribes es catedrático del Departamento de Fisiología de la Facultat de Medicina i Odontologia. Su actividad investigadora se ha dedicado, entre otros temas, al envejecimiento y los radicales libres (regulación de distintos genes antioxidantes por estrógenos y componentes de la dieta), a enfermedades asociadas a la longevidad (en especial el Alzheimer, la sarcopenia senil, la diabetes y la coronariopatía), a las alteraciones metabólicas durante el envejecimiento y su prevención mediante antioxidantes tiólicos, o al control del dopaje en deportistas de élite.

Parte de su trabajo ha sido publicado en revistas y publicaciones especializadas de prestigio, como Journal of Clinical Investigation, Hepatology, Aging Cell, Nature, Cell, Biochemical Journal, Journal of Pediatrics o American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, entre otras.

 

Artículos: 

Sandrina Nobrega-Pereira1, Pablo J. Fernandez-Marco, Thomas Brioche, Mari Carmen Gomez-Cabrera, Andrea Salvador-Pascual, Juana M. Flores, Jose Viña & Manuel Serrano: «G6PD protects from oxidative damage and improves health span in mice». Nature Communications (2016) |

Knafo S, Sánchez-Puelles C, Palomer E, Delgado I, Draffin JE, Mingo J, Wahle T, Kaleka K, Mou L, Pereda-Perez I, Klosi E, Faber EB, Chapman HM, Lozano-Montes L, Ortega-Molina A, Ordóñez-Gutiérrez L, Wandosell F, Viña J, Dotti CG, Hall RA, Pulido R, Gerges NZ, Chan AM, Spaller MR, Serrano M, Venero C, Esteban JA.: «PTEN recruitment controls synaptic and cognitive function in Alzheimer’s models». Nature Neuroscience. 2016 Jan 18. doi: 10.1038/nn.4225

Bonet-Costa V, Herranz-Pérez V, Blanco-Gandía M, Mas-Bargues C, Inglés M, Garcia-Tarraga P, Rodriguez-Arias M, Miñarro J, Borras C, Garcia-Verdugo JM, Viña J.: «Clearing Amyloid-β through PPARγ/ApoE Activationby Genisteinis a Treatment of Experimental Alzheimer’s Disease». Journal of Alzheimer’s Disease. 2016 Feb 10. DOI: 10.3233/JAD-151020

 

Fuente: http://www.uv.es/uvweb/universidad/es/listado-noticias/universitat-publica-tres-investigaciones-alzheimer-fragilidad-fisica-revistas-maximo-impacto-1285846070123/Noticia.html?id=1285961338828

café y memoria

La cafeína puede mejorar la memoria

café y memoria

El consumo de cafeína es el impulso de energía preferido por millones de personas para despertar o mantenerse activos durante la jornada. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, ha encontrado otro uso para este estimulante: como potenciador de la memoria.

El profesor asistente de Ciencias Psicológicas y Cerebrales en la Escuela Krieger de Artes y Ciencias en la Universidad Johns Hopkins, Michael Yassa, y su equipo vieron que la cafeína tiene un efecto positivo sobre la memoria a largo plazo en los seres humanos. Su investigación, publicada en la revista Nature Neuroscience, muestra que este estimulante mejora ciertos recuerdos, al menos hasta 24 horas después de su consumo.

“Siempre hemos sabido que la cafeína tiene efectos de mejoría cognitiva, pero nunca se había examinado en detalle en los seres humanos sus efectos particulares sobre el fortalecimiento de los recuerdos y cómo genera resistencia a que se olviden”, señala Yassa, autor principal del artículo, en el que destaca que, por primera vez, se ha detectado un efecto específico de la cafeína durante más de 24 horas en la disminución de los olvidos.

Los científicos de Johns Hopkins realizaron un ensayo doble ciego, en el que los participantes que no comían con regularidad o bebían productos con cafeína recibieron un placebo o una pastilla de cafeína de 200 miligramos cinco minutos después de ver una serie de imágenes. Se tomaron muestras de saliva de los participantes antes de ingerir las píldoras para medir sus niveles de cafeína y, posteriormente, una, tres y 24 horas después.

Al día siguiente, se puso a prueba en los dos grupos su capacidad de reconocer imágenes de la sesión analizada el día anterior. En la prueba, algunos de los efectos visuales fueron los mismos que los del día anterior, otros eran nuevos y otros eran similares pero no iguales a los elementos previamente visualizados.

Un número superior de individuos del grupo al que se administró la cafeína fueron capaces de identificar correctamente las nuevas imágenes como “similares” a las ya vistas. La capacidad del cerebro para reconocer la diferencia entre dos elementos similares, pero no idénticos, denominado patrón de separación, refleja un mayor nivel de retención de la memoria, según los investigadores.

El centro de la memoria en el cerebro humano es el hipocampo, un área en forma de caballito de mar en el lóbulo temporal medio del cerebro y que funciona como la caja de conmutación de todos los recuerdos a corto y largo plazo. Casi toda la investigación hecha sobre la memoria, desde los efectos de las conmociones cerebrales en el deporte, lesiones en la cabeza relacionadas con la guerra hasta la demencia en el envejecimiento de la población, se centra en este área del cerebro.

Hasta ahora, los efectos de la cafeína sobre la memoria a largo plazo no se habían examinado en detalle y, entre los pocos estudios realizados, el consenso general era que la cafeína tiene poco o ningún efecto sobre la retención de los recuerdos a largo plazo. Esta investigación es diferente de los experimentos anteriores porque los sujetos tomaron las pastillas de cafeína sólo después de haber visto y tratado de memorizar las imágenes.

Según la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), el 90 por ciento de las personas en el mundo consumen cafeína de una forma u otra. En Estados Unidos, el 80 por ciento de los adultos ingieren cafeína todos los días. El adulto promedio tiene un consumo de unos 200 miligramos, la misma cantidad utilizada en este análisis, o alrededor de una taza de café fuerte o dos pequeñas tazas de café al día.

“El siguiente paso es descubrir los mecanismos cerebrales que subyacen en esta mejora”, adelanta. “Podemos utilizar técnicas de imagen cerebral para tratar estas cuestiones. También sabemos que la cafeína está asociada con una longevidad saludable y puede tener algunos efectos protectores de deterioro cognitivo, como en la enfermedad de Alzheimer. Éstas son, sin duda, cuestiones importantes para el futuro”, concluye.