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Nada, baila y escribe a mano, tu cerebro te lo agradecerá

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Si este verano te dedicas a escribir cartas y postales a tus amigos mientras viajas en lugar de mandarles correos electrónicos, tu cerebro te lo agradecerá. Estudios recientes demuestran que escribir a mano nos hace más inteligentes. Otras actividades estivales como nadar o salir a bailar, así como las lecturas veraniegas, benefician también a tu materia gris

Cuando tengas que escoger entre escribir en un teclado o hacerlo en una hoja de papel, opta por lo segundo. Pam Mueller y sus colegas de la Universidad de Princenton (EE. UU.) demostraron el año pasado que la escritura a mano beneficia a nuestro cerebro. Sobre todo a la hora de estudiar. En concreto, tomando notas con un bolígrafo y un papel retenemos más información que si tecleamos el mismo contenido en un ordenador. Y es que con el lápiz en la mano se activan áreas de la sesera que nos ayudan a aprender más rápido y mejor. A esto se le suma que un estudio francés identificó hace poco que existen zonas de la corteza frontal izquierda y de la corteza parietal que se activan emborronando de palabras un papel pero no al pulsar las teclas de un dispositivo electrónico.

Bucear o dar unas brazadas al estilo croll o mariposa resulta también beneficioso para el cerebro. Sobre todo si aprendes a hacerlo siendo aún un bebé. Tanto es así que los niños que aprenden a nadar a edades tempranas alcanzan ciertas habilidades mucho antes que el resto de la población, según se desprende de un proyecto australiano basado en datos de 7.000 niños de 5 años y 40 escuelas de natación. Entre otras cosas, además de adquirir ciertas destrezas físicas más rápido, a estos críos se les dan significativamente mejor las tareas visuales-motoras como cortar un papel, colorear o dibujar líneas y formas. Y también muestran más maña en todo lo relacionado con letras y números. Lo más sorprendente es que, por término medio, los datos revelan que estos chavales van 11 meses por delante de la media de la población en expresión oral, además de adelantar a sus compañeros unos 6 meses en razonamiento matemático y 17 meses en la capacidad de recordar historias. Por si fuera poco, aprenden de manera muy precoz a entender pautas e instrucciones (20 meses antes que otros niños).

La cosa no acaba ahí. Sea cual sea nuestra edad, incluso los chapuzones en la piscina o en la playa tienen beneficios para el cerebro. Un estudio dado a conocer el año pasado en el ‘American Journal of Physiology’ revelaba que sumergirnos en agua aumenta la llegada de sangre al cerebro, mejorando la irrigación de las neuronas.

Si en las vacaciones estivales te dedicas a leer libros, tu cerebro también lo nota. Especialmente si optas por leer a Franz Kafka, un escritor cuyos textos tienen la capacidad de hacernos más inteligentes, según demostraron científicos de la Universidad British Columbia. La clave está en el surrealismo de sus obras y la sensación de desconcierto que crea, que de acuerdo con los autores nos empuja a crear nuevos patrones cerebrales y desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje.

Tampoco está de más salir a bailar en las noches de verano. entre otras razones porque, hace unos años, investigadores neoyorquinos de la Escuela Albert Einstein de Medicina demostraron que marcarse unos pasos de baile es el mejor antídoto contra el envejecimiento cerebral, tanto si se compara con actividades intelectuales como resolver crucigramas y tocar un instrumento musical, como si se cotejan sus beneficios con los que aportan actividades físicas como jugar al tenis, practicar golf o caminar.

En concreto, el gerontólogo Joe Verghese y sus colegas calcularon que, mientras los crucigramas disminuyen ‘solo’ en un 47% el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en la tercera edad, bailar asiduamente consigue reducirlo hasta un 76%. Y es que, según Verghese, aprender y enlazar nuevos pasos aumenta la complejidad de las sinapsis neuronales y obliga al cableado neuronal a reestructurarse una y otra vez. Incluso se han encontrado evidencias de que bailar, al igual que montar en bicicleta, aumenta el volumen cerebral y reduce el riesgo de sufrir alzhéimer a la mitad. Y si lo haces rodeado de una panda de camaradas, los efectos mejoran, ya que la corteza prefrontal del cerebro, un área involucrada en el pensamiento y la toma de decisiones que nos diferencia de otros primates, es más grande cuantos más amigos somos capaces de manejar.

Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/tercer-milenio/investigacion/2016/07/07/nada-baila-escribe-mano-cerebro-agradecera-949771-2121029.html#cxrecs_s

Aceite de oliva, dieta mediterránea

Dieta mediterránea contra el deterioro cognitivo

Aceite de oliva, dieta mediterráneaLa dieta mediterránea, con consumo de aceite de oliva virgen y frutos secos, retrasa el deterioro cognitivo de las personas asociado al envejecimiento, según un estudio llevado a cabo por el Hospital Clínic y cuyos resultados publica este lunes la revista JAMA Internal Medicine.

El estudio, que ha hecho un seguimiento durante cuatro años de 447 voluntarios, con una media de edad al inicio de 67 años, figura dentro del proyecto PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) y ha revelado que las personas que siguen esta dieta complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos tienen una mejor función cognitiva que las personas asignadas a la dieta control.

El trabajo ha sido coordinado por el doctor Emili Ros, miembro del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi Sunyer y del Ciberobn (Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición), y en él ha participado también la doctora Cinta Valls-Pedret, especialista en Neuropsicología de la Unidad de Lípidos del Clínic.

Según ha explicado Ros, el aumento en la frecuencia de las enfermedades como el alzheimer u otros tipos de demencia asociadas a la avanzada edad de la población hace que encontrar estrategias sencillas que puedan prevenirlas o bien retrasar su aparición se haya convertido en una prioridad de salud pública.

Efectos benéficos de una dieta con alimentos antioxidantes

Diversos estudios ya habían sugerido que existe una relación entre los hábitos alimentarios y la función cognitiva y que el estrés oxidativo (la incapacidad del cuerpo para eliminar las toxinas) juega un papel clave en la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Así, una dieta que contenga alimentos antioxidantes podría proporcionar protección contra estas enfermedades.

En el estudio con los 447 voluntarios sanos a nivel cognitivo pero con alto riesgo cardiovascular, de ambos sexos, los médicos les asignaron una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, una dieta mediterránea con un extra de frutos secos o bien una dieta control baja en grasa.

Tras cuatro años de seguimiento, los médicos evaluaron la función cognitiva mediante diversos test neuropsicológicos al inicio y al final de la pauta alimentaria marcada y comprobaron que había una mejora de la función cognitiva en los participantes que siguieron la dieta mediterránea suplementada respecto a la dieta control, en la que se constató un deterioro cognitivo, y que esta mejora era independiente de variables como la edad o el sexo.

Según Ros, la dieta con frutos secos fue más eficaz para mejorar la memoria, mientras que la de aceite de oliva influyó de forma favorable en la cognición frontal (función ejecutiva).

“Estos efectos beneficiosos de la dieta mediterránea son probablemente debidos a la gran cantidad de agentes antiinflamatorios y antioxidantes que proporciona”, ha subrayado Emili Ros, que ha destacado que se trata de la primera vez que en un ensayo clínico de estas características se relaciona los cambios en el deterioro cognitivo con los hábitos alimenticios.

La música y la comida son todo un placer para los sentidos, ¿qué tal si las aprovechamos para mejorar la salud? No te pierdas nuestra noticia de hoy #FelizJueves (enlace a noticia 2)

El consumo de café mejora el rendimiento de nuestro cerebro

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También hay dudas muy extendidas a nivel popular sobre si su consumo es seguro o puede entrañar riesgos para la salud. Una revisión científica realizada por la profesora Ana Adan, Profesora Titular del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona concluye que el uso responsable y moderado de cafeína es una estrategia segura y eficaz para mejorar el rendimiento cognitivo, mejorando nuestra capacidad de alerta, atención y concentración.

Tras revisar los estudios científicos más relevantes en materia de cafeína y rendimiento cognitivo de los últimos 20 años, la profesora Adan ha concluido que el consumo de hasta 400 mg de cafeína al día aumenta de forma segura nuestra capacidad cognitiva, ya que sus efectos en el organismo producen incrementos en la alerta, la atención y la concentración. Además, la cafeína mejora nuestro estado de ánimo subjetivo. Tras su ingesta nos sentimos más eficientes, vigorosos y motivados por el trabajo. Por el contrario, la cafeína reduce nuestra percepción subjetiva de somnolencia, fatiga, cansancio y afecto negativo.

Estos beneficios de la cafeína en el rendimiento cognitivo son mayores en personas que se hallan en condiciones deficitarias de sueño o en situaciones estresantes. “Para mantener un buen estado de alerta es imprescindible haber dormido las horas necesarias, pero cuando este descanso no se produce, ciertas sustancias, como la cafeína, pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado de vigilia siempre y cuando se utilicen de forma responsable”, señala el Dr. Eduard Estivill, coordinador de la Unidad de Sueño del Hospital General de Cataluña.

Por su contenido en cafeína, el café puede ser un buen aliado para aquellas personas obligadas a mantenerse despiertas por demandas socio-ambientales, como los trabajadores “corre-turnos”, o que se encuentren fatigados por diversos motivos, como preparar una oposición. Esta tesis la respalda un estudio de opinión realizado por el Centro de Información Café y Salud con trabajadores del turno de noche de los colectivos de enfermeras y transportistas. El 68% de las enfermeras y el 73% de los transportistas toman 1 ó 2 tazas de café antes de iniciar su turno o durante el mismo. Entre las principales razones esgrimidas para su consumo se encuentran sus propiedades estimulantes, además de su aroma y su sabor. La mayoría de los encuestados cree que el café les ayuda a vencer la somnolencia y el cansancio, pero sólo el 16% considera que, además, puede mejorar su nivel de alerta y atención, tal y como demuestra la ciencia. La encuesta también revela que el 65% de los consumidores habituales de café notan diferencias si alguna noche no lo toman. El 58% de los transportistas y el 39% de las enfermeras notan más sueño y cansancio.

Cafeína y conducción

Los estudios realizados demuestran que la cafeína mejora la atención favoreciendo la concentración para la ejecución de tareas de vigilancia y atención sostenida. Tras su ingesta se observa una reducción del tiempo de reacción aumentando la velocidad de respuesta y la precisión (menor riesgo de cometer errores). Ello parece deberse fundamentalmente al incremento de la atención visual y puede suponer una ayuda en la ejecución de tareas cotidianas como la conducción. Un estudio realizado en 2006 en condiciones reales de conducción nocturna en una autopista durante 200 km demuestra una conducción más estable, precisa y segura tras el consumo de un café con 200 mg de cafeína en comparación con una siesta de 30 minutos y un café descafeinado.

Beneficios del consumo de café

La acción sinérgica de la cafeína con otras sustancias que también tienen efectos positivos en la cognición, como la glucosa, puede optimizar la capacidad de atención, aprendizaje y memoria. Este factor es importante ya que habitualmente la mayor parte de la población consume cafeína a través de bebidas azucaradas. La encuesta Hábitos y aptitudes de los españoles frente al consumo de café, realizada por el CICAS en 2011, revela que el 90% de los consumidores toma el café edulcorado y que el 66% opta por el azúcar. A falta de más trabajos que determinen la dosis más efectiva para beneficiarse de esta combinación, la recomendación más sensata es combinar la cafeína con dosis bajas de glucosa (< 25 gr), especialmente en adultos jóvenes, ya que una ingesta excesiva de azúcar supone un factor de riesgo que predispone a desarrollar obesidad y síndrome metabólico. Un preparado de café suele incluir entre 8 y 20 gr de azúcar, frente a los 42 gr que aportan los refrescos de cola.

Mantener un nivel adecuado de hidratación es fundamental para nuestro rendimiento cognitivo y el consumo de café puede contribuir a incrementar la ingesta total de líquidos. Una buena hidratación reduce el riesgo de sufrir accidentes e incrementa nuestro rendimiento laboral, ya que promueve un mejor desarrollo de las tareas físicas y mentales y mejora la percepción de bienestar. “En estados de fatiga, tomar un café, que además de agua contiene cafeína -y habitualmente también la glucosa del azúcar-, puede ser una buena alternativa y una estrategia eficaz para aumentar el rendimiento”, concluye Ana Adan.

A los efectos de la cafeína hay que sumar la capacidad antioxidante del café, que se relaciona con la prevención de la aparición de déficits cognitivos asociados al envejecimiento exitoso de las células, especialmente al deterioro patológico como el producido en la enfermedad de Alzheimer. El consumo de antioxidantes también resulta beneficioso en situaciones cotidianas que pueden activar el estrés oxidativo, como cuando existe una elevada demanda de rendimiento cognitivo – en época de exámenes- o físico –tras una práctica deportiva intensa-.

El consumo responsable de cafeína es un hábito saludable

Hay dudas muy extendidas entre la población sobre si el consumo de cafeína es seguro para la salud o puede entrañar riesgos. En realidad los efectos adversos asociados a la cafeína, como la tendencia a incrementar la ansiedad, la tensión o el nerviosismo, sólo se observan con la administración de dosis altas (más de 400 mg/día) o en individuos vulnerables a la aparición de estos efectos. Además, existen importantes diferencias en el ritmo de metabolización de la cafeína entre individuos y también pueden influir factores como la edad o el hábito de consumo. Cada persona debe tener en cuenta la duración de los efectos de la cafeína en su organismo y restringir su consumo a partir de la última hora de la tarde si lo precisa para evitar el insomnio.
A nivel coloquial a veces se habla de “adicción” a la cafeína. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud no considera a la cafeína dentro de la categoría de las adicciones y hoy en día hay evidencias científicas suficientes como para determinar que el consumo moderado de cafeína (400 mg) es un hábito –no una adicción- con beneficios reales en nuestra salud y nuestro rendimiento cognitivo.