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niños y deporte

¿Por qué unos niños hacen más ejercicio que otros?

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Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Newcastle (Reino Unido) ha analizado las causas que podrían explicar que unos niños practiquen menos deporte que otros y, según han visto, los ingresos familiares y la educación del cabeza de familia son los factores con más peso en esta desigualdad, que se acentúa entre niños y niñas.
En su estudio, publicado en el ‘International Journal for Equity Health’, se basaron en datos de más de 4.500 niños de 4 a 14 años obtenidos de la Encuesta Nacional de Salud 2011/­2012, que mostraban cómo ellas eran más inactivas que ellos. Un 24,2 por ciento de las niñas no realizaba ningún ejercicio, al margen de las clases escolares de educación física, frente al 16,8 por ciento de los niños.
Esta información la facilitaron sus padres o tutores en las entrevistas de la encuesta, por lo que indagaron en aquellos factores familiares que podían influir en esas diferencias y en otras en un mismo sexo. Así, vieron como los mayores ingresos favorecen que los menores puedan apuntarse a centros deportivos o a actividades extraescolares donde hagan ejercicio.
No obstante, “hay más diferencias en el comportamiento de las niñas que en el de los niños en función de la renta que tengan sus padres”, destaca Rosa M. Urbanos, profesora del departamento de Economía Aplicada VI de la UCM y autora principal del estudio.
Por su parte, en el caso de los chicos la educación de los padres influye más en la falta de actividad física. Tener un padre o una madre con estudios universitarios disminuye la probabilidad de ser un niño inactivo, puesto que suelen ser más conscientes de los beneficios del deporte en la salud de sus hijos.
En cuanto al lugar de residencia, vivir en una localidad pequeña (inferior a 10.000 habitantes) no influyó en la actividad física, pero sí la comunidad autónoma. En general, los menores de País Vasco y Madrid eran los que menos probabilidades tenían de ser inactivos, comparados con los residentes en Andalucía.

LAS EMOCIONES AFECTAN A LAS NIÑAS    Los problemas emocionales también influyeron en la falta de ejercicio, pero solo en las niñas. “Les afecta negativamente tener problemas de tipo emocional, como sentirse infelices, inseguras de sí mismas o nerviosas ante nuevas situaciones. En cambio, ese factor no parece afectar a los niños”, compara Urbanos.
Asimismo, las niñas nacidas fuera de España tendían a ser más inactivas que las españolas, algo que tampoco se da en los niños. Los autores animan a las administraciones públicas a que utilicen esta información y diseñen políticas encaminadas a disminuir la brecha socioeconómica de los menores para reducir así los niveles de inactividad y las desigualdades sociales que afectan a la salud.

“Es más probable que un menor que haga deporte en su tiempo libre, cuando sea adulto, practique algún tipo de actividad física también, lo que implica, por lo general, mejor salud, con un menor riesgo de obesidad o menores problemas cardiovasculares”,mantiene la investigadora.

Fuente: http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-ninos-hacen-mas-ejercicio-otros-20160909121208.html

merienda saludable niños

¿Cómo preparo una merienda saludable para mi hijo?

merienda saludable niños

La vuelta al cole ya está aquí y con ella el ajetreo y las prisas. Sin embargo, a ningún padre se le pasa por alto la importancia de la alimentación de sus hijos. Hoy os hablamos sobre una toma esencial en su día a día como es la merienda, y os ofrecemos sugerencias para no delegar la falta de tiempo en decisiones menos recomendables.

La alimentación en la infancia es un tema que normalmente preocupa a los padres. Y no es de extrañar, ya que a menudo se escuchan mensajes que advierten del periodo esencial que suponen estas edades para la prevención de enfermedades y la adquisición de hábitos saludables. La merienda o el almuerzo son tomas que, frecuentemente, desdeñan los adultos por falta de tiempo o apetito, pero que, en el caso de la infancia, no se suelen pasar por alto.

Y eso es una gran noticia para los padres, ya que la merienda es una toma ideal que ayuda a recargar energía y nutrientes para continuar la jornada.

La merienda: una aliada en la alimentación de nuestros hijos

Existen diferentes organismos oficiales, como la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, que recuerdan y transmiten los puntos clave de una nutrición saludable en la infancia y la adolescencia.

En ella, se recuerda que la toma de la merienda debería representar el 10% del aporte energético total diario, y se sintetizan los puntos beneficiosos de merendar en la infancia:

  • Permite reponer gastos a nivel físico y mental, que en esta etapa de la vida están especialmente acentuados debido a la alta actividad física de los niños en el recreo, actividades extraescolares o al hecho de que su gasto metabólico, sencillamente, es mayor.
  • Favorece un mayor rendimiento escolar. El aporte de energía y nutrientes de la merienda ayudan a combatir la fatiga intelectual, favoreciendo su atención a la clase.
  • Mantiene el metabolismo activo, manteniendo niveles constantes de glucosa en sangre y, por tanto, ayuda a evitar el consumo de las reservas propias del organismo, lo que asegura un adecuado ritmo de crecimiento.
  • Previene el sobrepeso puesto que evita que pasemos muchas horas sin comer, evitando así atracones en la cena o picar entre horas.
  • Aporta variedad a la alimentación diaria, completando posibles carencias no resueltas por otras tomas.

Preparando una merienda saludable

A pesar de que todo lo dicho hasta ahora parece fácilmente comprensible, lo cierto es que, las cifras actuales de obesidad infantil, siguen recordando la necesidad de plantear recomendaciones saludables prácticas.

Si quieres preparar una merienda saludable y aprovechar el comienzo de curso para inspirarte con nuevas ideas, aquí van unas sugerencias:

Disfruta de la fruta

Las hay de todos los sabores, formas y colores, por lo que entre tanta oferta, convencerás a tus hijos. Ya sea con piel o sin piel (recuerda que la piel contiene fibra), una pieza de fruta en la merienda contribuirá con las vitaminas y minerales a su correcto crecimiento y continuación de la jornada.

Bocadillo que te pillo

El bocadillo es una buena elección ya que puede ser muy completo. El pan (preferiblemente integral y no necesariamente de molde) aportará carbohidratos, base de la alimentación, que les dará energía para afrontar las actividades extraescolares de la tarde. En cuanto al contenido, admite una amplia variedad de alimentos, pudiendo añadirle queso fresco, jamón cocido o serrano, atún en aceite de oliva, requesón, calabacín, tomate, rúcula…

Frutos secos

Son una opción socorrida y un puñado de nueces, avellanas o almendras aportarán una cantidad de energía, proteínas y vitamina E ideales para esta toma. Se pueden acompañar también de algún lácteo o con frutas.

Lácteos sí

La presencia de un vaso de leche es un clásico en las meriendas, por su aporte de proteínas y calcio. Es recomendable que los niños se acostumbren y disfruten del sabor natural de la leche. Junto a la leche, existen numerosas propuestas lácteas como los yogures y el queso. En cuanto al contenido graso de estos productos, se puede decir que, en base a la evidencia, no hay una relación clara entre el consumo de leches descremadas o desnatadas y el menor riesgo de desarrollar exceso de peso en la infancia, por lo que los pediatras recomiendan elegir lácteos enteros.

No olvidarse de la hidratación

Pensar en la hora de la merienda es pensar en alimentos y, a menudo, olvidar la bebida. Sin embargo, es importante tomar líquidos y, en concreto, el agua es la mejor opción.

Equilibrio, moderación y variedad

Conviene ir alternando entre todas estas propuestas evitando, en la medida de lo posible, repetir las meriendas cada día. También será deseable complementar esta toma con lo que los niños hayan comido en el colegio o en casa, con el fin de encontrar un consumo equilibrado de los distintos grupos de alimentos.

niña piojos

Cómo prevenir los piojos en los niños

niña piojos

Ya está aquí septiembre. Las vacaciones se han acabado y poco a poco la mayoría recupera sus rutinas habituales, como es el caso de los más pequeños, quienes durante las primeras semanas de este mes se reincorporarán a la guardería y el colegio.

Sin embargo, la vuelta al cole también trae de nuevo la presencia de unos desagradables bichitos: los piojos, unos pequeños insectos que se alojan principalmente en la cabeza de los niños entre 3 y 12 años y que se alimentan de la sangre que chupan al picar.

Tal y como señalan desde la Asociación Española de Pediatría, “se transmiten de unas personas a otras por contacto directo. Al rozarse o tocarse las cabezas, el piojo pasa de un pelo a otro con gran facilidad. También se puede trasmitir por el intercambio de peines u otros accesorios”. Un dato importante es que los piojos no saltan ni vuelan.

Aunque se considera que aparecen debido a un problema de higiene, los pediatras de atención primaria lo desmienten: En niños no es un problema de higiene, sí en adultos, por lo que el niño no debe tener miedo o vergüenza por tener piojos.

Medidas que se pueden tomar en casa

Hay niños que no presentan síntomas y se detecta en muchas ocasiones al observar el pelo. No obstante, lo más frecuente es que los pequeños se quejen de picores en la cabeza debido a que la saliva de los piojos provoca irritación en el cuero cabelludo.

Aunque la aparición es muy frecuente, las medidas que se pueden tomar para prevenir su aparición no son muy eficaces. La Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria (Aepap) recomienda que los niños no compartan peines, gorras, gomas de pelo o prendas similares. Además, llevar el pelo recogido en una coleta favorece que no haya contagio, aunque los expertos aconsejan cortarlo o llevarlo muy corto, ya que no sólo dificulta el contagio, también facilita el tratamiento posterior.

Respecto a las sustancias repelentes, los pediatras advierten que nunca hay que aplicar un insecticida como repelente o preventivo, porque puede ser tóxico.

“Otras medidas como lavar a 60º las toallas, gorros, sábanas, cubre almohadas, etc., así como aspirar telas en contacto con la cabeza que no sean lavables y guardar objetos no lavables en una bolsa de plástico durante dos semanas (tiempo de vida de una liendre), se pueden llevar a cabo, pero no de forma obsesiva porque seguramente son innecesarias”, concluyen desde la Aepap.

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Los 7 errores (con solución) más comunes en la vuelta al cole

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Cuenta atrás. Los niños están de los nervios en los días previos al comienzo de curso, no porque tengan ganas de retomar la actividad escolar, sino porque las largas vacaciones de verano han trastocado sus hábitos.

Digamos que el cuerpo y la mente de los “peques” piden “cole” a gritos o lo que es lo mismo, necesitan rutinas, horarios y disciplina.

En esta particular cuenta atrás no son poco los adultos que, en lugar de ayudar a los niños a que la vuelta al cole les resulte más llevadera y “preparatoria”, provocan con su forma de hablar y de actuar, que se les haga aún más cuesta arriba. Con la ayuda de la psicóloga infantil Silvia Álava Sordo, autora de ‘Queremos hijos felices’ y ‘Queremos que crezcan felices’, repasamos los siete errores más comunes que suelen cometer los padres en el arranque de septiembre:

1. Exprimir al máximo las vacaciones, pero no en el sentido positivo, sino mostrando demasiada laxitud con los horarios: los niños se acuestan tarde, comen a deshora y comen lo que quieren.

  • Solución: Ajustar los horarios y hábitos de forma paulatina a los que tendrán en la etapa escolar. “No sólo hablamos de los ritmos de vigilia y sueño y las comidas, sino también de aquellas tareas que habitualmente hacían solos como vestirse y que, de alguna manera, se han relajado durante las vacaciones”, explica la psicóloga.

2. Transmitir mensajes de apatía, angustia o cansancio. En estos días son comunes por parte de los padres, en cualquier tipo de conversación, frases como: “Ay, qué horror la vuelta al trabajo”, “Ya se ha acabado lo bueno” y otras expresiones que hacen que ellos se queden con el mensaje de que lo malo es el colegio y trabajar y lo bueno, las vacaciones. “Los niños nos ganan con creces en capacidad de observación. Se dan cuenta de todo lo que pasa y cuando nos oyen hablar sobre un determinado tema captan los mensajes perfectamente, aunque nos creamos que no”, explica.

  • Solución: Los mensajes relacionados con la vuelta al cole y al trabajo han de transmitirse en positivo. Serán útiles frases del tipo: “¡Qué bien que vuelvas pronto al cole porque allí te encontrarás con tus amigos de nuevo, les podrás contar lo bien que lo has pasado en verano. Podrás hacer nuevos amigos y este curso aprenderás un montón de cosas que te van a encantar!”. La experta comenta que, no se trata de transmitir “el mundo piruleta”, pero sí que es importante que todos los mensajes sean realistas, pero optimistas.

3. Dejar los preparativos escolares para última hora. A los niños les transmite mucha más seguridad y tranquililidad que los libros, el uniforme (si lo llevan), la ropa que van a necesitar y el material escolar básico esté preparado días antes del primer día de colegio.

  • Solución: Preparar con varios días de antelación lo que los niños tienen que llevar en el primer día de colegio. Llevar las cosas preparadas no sólo les da seguridad, sino que además les ayuda a que aprendan a planificarse.

4. No dejar que el niño participe en los preparativos. Eso de “Venga, ahí lo tienes todo para cuando vayas al colegio” es un gran error.

  • Solución: Es importante que el niño acompañe al adulto en alguna de las tareas que forman parte de los preparativos (no es necesario en todas, claro), por ejemplo, a recoger alguno de los libros, o a adquirir parte del material, o puede resultar útil y positivo (además de que supone pasar un “momento único” con ellos) que ayude a poner el nombre en los libros o fichas, o a que participe a la hora de forrar o proteger los libros y cuadernos.

5. No aprovechar los materiales o cosas del año pasado. Hay que mostrar a los niños que las cosas tienen un valor material y que es importantes conservarlas y cuidarlas para poder usarlas durante mucho tiempo. Aunque es cierto que en el arranque de curso se suelen comprar muchas cosas nuevas que se necesitan, otras compras son totalmente accesorias.

  • Solución: Mostrar al niño que si, por ejemplo, la mochila o el estuche están eb buen estado, no es necesario comprar otro. Darles ejemplo en ese sentido les ayuda a valorar las cosas y a entender que el dinero no crece de los árboles.

6. Recordarles los errores del pasado. “Acuérdate de la cantidad de veces que perdiste la agenda”, “Este año espero que no te castiguen tanto como el año pasado”, “Seguro que tendré que comprar este año más pantalones porque eres un desastre y siempre estás por el suelo” son auténticos mazazos para el niño.

  • Solución: Si nos vienen a la mente esos recuerdos, es importante darles la vuelta para transmitirlos en positivo, mostrando la confianza de que lo que trae este año escolar en una mejora en las capacidades, habilidades, actitudes y comportamientos del niño.

7. Llegar tarde el día de la vuelta al cole. El día en el que arranca de nuevo la etapa escolar lo ideal sería que papá o mamá (o los dos) acompañasen al pequeño al centro. En el caso de que sea posible, es importante llegar con tiempo para que el niño pueda saludar a sus amigos, saber en qué clase le ha tocado, intercambiemos saludos y comentarios con otros padres y con la profesora, si es posible. o importante llegar con tiempo, para que el niño pueda saludar a sus amigos, para que se pueda incorporar, saber en qué clase le ha tocado….

  • Solución: Al igual que en otros puntos citados anteriormente la organización y planificación es algo en lo que los adultos debemos darles ejemplo.

Y por último, pedimos a la experta un consejo extra para los padres que están más nerviosos en estos días, aquellos que llevan a sus hijos por primera vez al colegio. “En este caso es importante que cuiden el modo en el que se despiden del pequeño cuando lo dejan en el colegio. Sabemos que cuesta separarse de él, pero es mejor que le lleven de la mano, en lugar de en brazos, que saluden a la profesora con alegría y tranquilidad y que hagan lo más corta posible la despedida. Los padres suelen tener mucha más angustia ese día que los niños. Deben trabajar su rostro, sus gestos y sus palabras para evitar transmitirles angustia o tristeza. Los niños confían en sus padres y si les ven tristes interpretarán que el lugar en el que les dejan no es lo mejor para ellos”, explica.

 

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vuelta al cole saludable

La vuelta al cole, un buen momento para recuperar hábitos de salud

vuelta al cole saludable

Alimentación  saludable y equilibrada en todas las comidas, ejercicio a diario y descanso adecuado son claves para la salud.

Las vacaciones de los más pequeños se acaban y es hora de que comiencen un  nuevo curso escolar. Por eso,  esta época representa el momento idóneo para animarles a que lleven o recuperen unos buenos hábitos de salud.  Llevar una dieta diaria saludable, acostumbrarse a una actividad física frecuente y unas horas de sueño adecuadas son hábitos que, si  interiorizan  desde pequeños, les ayudarán a tener una buena salud de adultos.

Quizá una de las rutinas más complicadas de cambiar es  la del desayuno. Es frecuente que cuando los padres piensan en ella  surjan  preguntas como, ¿qué ocurre  si mi hijo se va sin desayunar al cole? o ¿cómo debe ser el desayuno?

En este sentido, es recomendable desayunar  en casa o en el colegio y tomar algo a media mañana  para así evitar  los temidos “atracones”, uno de los grandes  problemas a la hora de mantener una dieta saludable. Es importante ser conscientes de que  todas las comidas son igual de importantes, que todas deben ser saludables  y que hay  que evitar los atracones.

Si desayunamos de forma saludable, contribuimos al equilibrio nutricional del día.  No hay desayunos ideales y el criterio debe ser el mismo que para el resto de comidas.  Es decir,  variado, equilibrado y sobre todo saludable. Por ejemplo,  el desayuno es, junto a la merienda, el momento perfecto para tomar un vaso de leche u otros lácteos como los yogures o el  queso. Podemos, además, acompañarlo de una pieza de fruta, un puñado de frutos secos o pan integral, huyendo siempre del exceso de azúcar.

La práctica deportiva es otro de los hábitos que debería formar parte del día a día de nuestros hijos. Ayuda  a evitar el sobrepeso y la obesidad  y facilita que el niño tenga un desarrollo equilibrado.  Además, la actividad física mejora las relaciones sociales, reduce la ansiedad al tiempo que  mejora la autoestima,  ayuda a que se valore más el compañerismo y anima a asumir retos y responsabilidades.

Para que el niño  esté predispuesto a practicar deporte es  importante buscar actividades que le gusten y procurar que se las tome  como si fuera un juego. Para ayudarle a decidir, es recomendable que la familia lleve a cabo actividades en las que se incluya algún tipo de actividad física, como patinar, montar en bicicleta o practicar senderismo, entre otras.

El  descanso adecuado es otro hábito saludable que no se puede dejar atrás. La estabilidad emocional del niño o su grado de irritabilidad pueden depender mucho del número de horas de sueño que tengan cada noche. Debemos intentar que los niños se acuesten siempre a la misma hora, así como evitar la presencia en su habituación de aparatos que puedan alterar su horario de sueño: ordenador, consolas, teléfono, televisión…  Si no es posible, se pueden pactar horarios de uso que no interrumpan  o acorten las horas de sueño y vigilar su cumplimiento. Asimismo, también se debe  procurar que no se vayan a la cama con el estómago vacío ni inmediatamente después de la cena y, por supuesto, evitar bebidas y alimentos excitantes que puedan dificultar su descanso.

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alimentación infantil

Alimentación infantil saludable

alimentación infantil

Como se suele decir, “un buen comienzo, es un buen fin”, lo que aplicado a la alimentación significa que si acostumbramos a nuestros hijos desde pequeños a comer de todo y de forma saludable, serán adultos con buenos hábitos. Los primeros años de un niño son el momento perfecto para descubrir los colores, sabores y texturas de los alimentos.

Propongo algunas ideas que pueden hacer más fácil y especial el momento comida:

– Los niños aprenden, muy bien, por imitación. Si los adultos que conviven con el niño comen bien, es mucho más fácil que él también lo haga. No les tenemos que explicar que deberían tomar espinacas, por ejemplo, porque tienen mucho hierro, porque no lo entenderán. Tenemos que ofrecérselas de forma agradable y tomarlas nosotros y seguro que él, muchas o pocas, también las tomará.

Mediante juegos, estimularles a que prueben nuevos alimentos. Seguramente no todos serán de su agrado, pero poco a poco irán aumentando la variedad de lo que comen. Cada vez que prueben un alimento, lo podrán escribir en su lista, elegirán un color y tomarán una fruta de esa tonalidad.

– Es muy importante la forma en la que se presentan los platos y se pone la mesa. A todos nos resulta más agradable ir a un restaurante donde todo es bonito que a una casa de comidas donde no nos ponen ni mantel.

El comer tiene que ser un tiempo agradable, intentar charlar de temas que al niño le gusten, evitando discusiones o regañinas.
Mantener horarios regulares, comer sentados, sin estímulos externos (TV, ordenador, play…) y dedicarle tiempo a la comida.

– Es importante, que participen, ocasionalmente, en la compra y en la cocina. De forma sencilla, irán creando una buena relación con la comida e irán aprendiendo a conocer nuevos alimentos. Decidir el plato que vamos a cocinar, hacer la lista de los ingredientes necesarios e ir al supermercado a comprarlos, eligiendo entre las múltiples variedades que encontramos y cocinarlo, puede ser una forma entretenida y muy válida de aprender a comer correctamente.

No forzarles a que coman cosas que no les gustan, pero sí invitarles a probarlas. Muchas veces los niños dicen que no, porque el aspecto de un alimento no le atrae, pero una sola cucharada puede ser suficiente para hacerles cambiar de idea.

– Por último, recordar que la educación alimentaria, como el resto, es una carrera de fondo, no los 100 metros lisos, así que, con paciencia y mucho cariño, podremos enseñar a nuestro hijos a disfrutar de la comida y a llevar una alimentación saludable.

Dra. María Teresa Barahona (http://mariateresabarahona.com/es/)

Fuente: http://www.marca.com/blogs/espanasemueve/2016/07/20/alimentacion-infantil-saludable-m-teresa.html

 

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vacaciones de niños en verano

Vacaciones escolares: ¿qué hacer con los hijos?

vacaciones de niños en verano

La llegada del verano y el comienzo de las vacaciones de verano propician un cambio en las rutinas diarias que afectan a los más pequeños de forma directa y, por ende, a sus padres. Por ello, y con el objetivo de conseguir que la adaptación a este periodo sea lo más llevadera posible, y que no pase factura al próximo invierno, expertos han destacado la importancia de continuar con las rutinas, estructurar el tiempo libre con periodos de descanso y actividad, así como compartir tiempo como compartir el tiempo con la familia. 

Sin embargo, muchas veces resulta complicado conseguir un equilibrio entre la relajación en las reglas durante el verano con el mantenimiento de algunos hábitos mínimos que son fundamentales para la estabilidad de los hijos. “Por norma general, los niños tienen más vacaciones que los padres, por lo que los campamentos y los abuelos se convierten con frecuencia en sustitutos del aula. Además, cada cambio para el niño supone  iniciar un proceso adaptativo, lo que hace que con frecuencia se encuentren más nerviosos y alterados”, ha explicado la psicóloga infantil del Hospital Quirón salud San José, Paloma Méndez de Miguel.
Ante esto, el jefe de sección asistencial de Pediatría y Oncohematología del Complejo Hospitalario de Navarra y miembro de ‘Top Doctors’, Javier Molina Garicano, ha subrayado la necesidad de que los horarios de verano se parezcan lo “más posible” al del invierno, porque un cambio de las actividades aprendidas puede derivar en “desasosiego y desconcierto”.
Asimismo, es importante también que la rutina del sueño sea parecida si bien, la doctora Méndez de Miguel ha reconocido que es “acertado” retrasar la hora de acostarse y de levantarse con el fin de adaptar el horario del menor al del adulto. También es necesario que tengan un cierto orden con las comidas y no se salten ninguna por estar de vacaciones.
PERIODO PARA TRANSMITIR OTRAS ENSEÑANZAS
Estructurar el tiempo libre con periodos de descanso y actividad, y ofrecer alternativas para que puedan disfrutar de su tiempo libre son otras de las principales medidas aportadas por los expertos para atender y educar a los niños en verano.
“El concepto de ocio, entendido como tiempo dedicado a hacer lo que nos gusta y que habitualmente no podemos hacer durante el resto del año, no comporta que debamos dejar de lado el aprendizaje. El verano  puede ser el momento de transmitir otro tipo de enseñanzas y valores también importantes como la colaboración en las tareas domésticas o ir al cine u a otro tipo de espectáculo“, ha apostillado la doctora del Hospital Universitario Quirón Dexeus y miembro de ‘Top Doctos’, Nuria Curiel Águila.

Estas declaraciones han sido corroboradas por el también miembro de ‘Top Doctors’ y director del Instituto Valenciano de Pediatría, Ignacio Manrique Martínez, quien ha subrayado la importancia de que los padres dediquen tiempo a sus hijos ya que los menores suelen tener una “falta de afecto” porque lo poco que les ven durante el resto del año.
“Puede ocurrir que los niños entiendan la situación al revés y comprendan que sólo cuentan en su vida con sus conocidos o amigos del colegio por ser a los que ven más frecuentemente y que sus padres están ahí solo puntualmente”, ha recalcado el Manrique Martínez, quien ha recomendado fomentar el tiempo que los menores dedican a sus abuelos y a visitar sus pueblos.
Ahora bien, el experto en Neurología Infantil y miembro de ‘Top Doctors’, Andrés Cánovas, ha aseverado que los campamentos de verano son una “muy buena solución” para compatibilizar la vida familiar y laboral y, al mismo tiempo, ayudan a los menores a desarrollar competencias sociales y comunicativas.
En definitiva, según han señalado los especialistas, el “mejor modo” de conseguir unas vacaciones satisfactorias para la familia es equilibrar la disminución de responsabilidades con la libertad que otorga tener un largo periodo de ocio.

Fuente: http://www.infosalus.com/asistencia/noticia-vacaciones-escolares-hacer-hijos-20160625083248.html

Hábitos saludables en la vuelta al cole

Hábitos saludables en la ‘vuelta al cole’

Hábitos saludables en la vuelta al cole

Tras dos meses de vacaciones, hay que volver al colegio. Probablemente durante el verano hemos sido permisivos con nuestros hijos en cuanto a horarios, comidas rápidas, refrescos y otros caprichos. El regreso a las aulas en un momento ideal para recuperar los hábitos saludables de vida y alimentación.

Para afrontar bien la vuelta al colegio, hay 3 hábitos especialmente importantes que se deben recuperar: horarios de las comidas, horario y horas de sueño y la práctica de ejercicio físico. A priori puede parecer que es un reto inalcanzable y puede suponer un problema para las familias que, sin duda, tendrá éxito si lo planteamos como una responsabilidad compartida entre los padres, el colegio y los hijos.

Horarios de las comidas

Se debe recuperar el hábito de realizar 5 comidas al día y establecer unos horarios para las mismas. La más importante es el desayuno. La palabra lo dice, “romper el ayuno” de la noche. El desayuno debe suponer entre el 25 y el 30 % de la energía diaria. Ha de ser completo, es decir, contener estos tres grupos de alimentos: una ración de lácteos (tazón o vaso grande de leche), una de cereales (en forma de pan o cereales para el desayuno) y otra de fruta. Se ha demostrado que los niños que no desayunan son menos eficientes en la selección de información crítica en el aula. En el recreo tomaremos la segunda comida que puede ser un pequeño bocadillo, pieza de fruta o un lácteo. Esto ayudará a nuestros hijos a llegar a la hora de la comida en perfectas condiciones. La comida será aproximadamente el 40 % de la energía diaria. Si se hace en el colegio, es importante conocer los menús diarios para completarlos en casa con la cena y la merienda. La merienda no debe ser más del 15 % de la energía diaria ni estar demasiado cerca de la comida o la cena y es un momento ideal para introducir las raciones de frutas y lácteos recomendadas al día.

Comida y cena deben ser equilibradas y complementarse entre sí. Ambas deben incluir verduras, hortalizas y cereales (pasta o arroz); combinados con alimentos proteicos, priorizando las carnes blancas y los pescados azules, 2 ó 3 veces por semana. Las legumbres, las grandes olvidadas de nuestra alimentación, deben ocupar nuestros platos 3 ó 4 veces a la semana, principalmente en las comidas. La cena debe ser siempre más ligera que la comida. Tanto en la comida como en la cena no debemos olvidar la fruta. Recuerda, entre frutas y verduras, 5 al día.

Práctica de ejercicio físico

La práctica de algún deporte, mejor colectivo, y varias veces por semana, es un hábito saludable para evitar el sobrepeso y la obesidad, además de influir en la adquisición de un estilo de vida que debería permanecer durante toda nuestra vida. Junto con un buen desayuno, se ha demostrado que son los dos factores que más influyen en la lucha contra la obesidad. Hoy está plenamente demostrado que el sedentarismo es la causa más importante en muchas de las enfermedades no infeccionas de nuestra sociedad. Los mayores debemos dar ejemplo a nuestros hijos, desayunando con ellos, dedicándoles tiempo y haciendo que los niños valoren la comida hecha en casa y el colegio. La alimentación es algo que debemos hacer en familia el mayor número de veces posible. Los padres debemos ser los protagonistas en la transición hacia la normalidad, tras la permisividad del verano y no dejar esta responsabilidad tan solo en los centros escolares.

Y por último el descanso. Habitualmente se ignora la necesidad de dormir las horas necesarias para mantener la estabilidad emocional, disminuir la agresividad y prevenir alteraciones como hipertensión, obesidad e incluso diabetes y la insuficiencia cardíaca. El sueño es un momento de reparación y de ajuste de nuestro cuerpo. Los horarios desordenados, las malas dietas, la falta de ejercicio y de sueño son factores todos ellos de muchas enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Dormir 8-9 horas, con una buena calidad de sueño, es un hábito saludable que ayudará a nuestro cuerpo a afrontar los retos diarios con mayor optimismo.

¡Te animamos a incorporar estos sencillos hábitos de vida saludables en este nuevo curso escolar!

 

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lactancia materna

Las ventajas de la lactancia materna

lactancia maternaEl presidente de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de la Región de Murcia (Apermap), Antonio Iofrío De Arce, ha defendido que la lactancia materna natural es, “sin duda alguna”, el mejor alimento para el recién nacido, y que la práctica totalidad de los problemas que puedan surgir a la hora de dar el pecho son “fácilmente solucionables”.

Iofrío ha recordado que la Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida y, después, aconseja continuar junto con otros alimentos hasta los dos años y “seguir mientras madre e hijo así lo deseen”.

Respecto a las ventajas, Iofrío explica que la leche materna contiene defensas que protegen al bebé de infecciones como catarros, otitis, neumonías o diarreas, por ejemplo, e incluso frente a futuras enfermedades como la obesidad, el asma o alergias. Asimismo, disminuye el riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante y favorece el desarrollo intelectual.

Para Iofrío, dar el pecho “es la mejor manera de proporcionar los nutrientes y la protección inmunitaria durante los primeros meses de vida. Además es gratuita, se presenta caliente, higiénica y a punto de consumir, es el alimento ecológico por excelencia”, insiste este pediatra, quien añade que dar de mamar “transmite al bebé consuelo, cariño, compañía y seguridad”.

Igualmente, la madre que amamanta “tiene menor riesgo de padecer trastornos o alteraciones asociadas al posparto (como depresión y anemia, entre otras cosas) y, además, ayuda a que la recuperación sea más rápida”, puntualiza.

Al ser preguntado por la posibilidad de que surjan inconvenientes durante la lactancia natural que obliguen a escoger una alimentación artificial, Iofrío ha señalado que prácticamente la totalidad de los problemas que puedan surgir durante la lactancia al pecho “son fácilmente solucionables”.

En estos casos, recomienda buscar ayuda exponiendo el problema a la matrona, pediatra, unidades y asociaciones de apoyo a la lactancia materna.

En este sentido, matiza que las únicas contraindicaciones verdaderas a la lactancia materna son por enfermedad materna como el VIH, tuberculosis activa, proceso oncológico en tratamiento, así como el abuso de sustancias.

Sin embargo, explica que hay muchas “falsas contraindicaciones” como dificultades en amamantamiento en otro hijo, pezones con grietas o sangre, congestión mamaria severa, dolor mamario persistente, enfermedad aguda o crónica (con las excepciones antes mencionadas), así como anomalías de la mama o del pezón, cirugía o trauma mamario.

Respecto a la posibilidad de que las madres que optan por una lactancia artificial puedan sentirse acomplejadas por su elección, Iofrío añade que el tipo de lactancia es una elección personal de la madre y “no hay que hacerle sentir mal en caso de elegir lactancia artificial”. “Lo más importante es haber ofrecido a la madre toda la información sobre las ventajas de la lactancia materna antes de haberse decantado por una opción”, concluye.

lactancia materna e inteligencia

La duración de la lactancia, asociada con la inteligencia del niño

lactancia materna e inteligenciaLa evidencia apoya la relación entre la lactancia materna y los beneficios para la salud en la infancia, pero el grado en que la lactancia materna conduce a un mejor desarrollo cognitivo es menos seguro, de acuerdo con el estudio, publicado por JAMA Pediatrics.

Mandy B. Belfort, del Hospital de Niños de Boston, en Estados Unidos, y sus colegas examinaron las relaciones de duración de la lactancia y la exclusividad con la cognición infantil en las edades de 3 y 7 años, así como la medida en que el consumo de pescado durante la lactancia materna se asocia con la alimentación infantil y la cognición más tarde. Los científicos usaron pruebas de evaluación para medir la cognición.

“Una mayor duración de la lactancia materna se asoció con una mayor puntuación a la edad de 3 años en el Peabody Picture Vocabulary Test y con mayor inteligencia en la Prueba de Inteligencia Breve Kaufman a la edad de 7 años, “de acuerdo con los resultados del estudio. Sin embargo, la investigación también detectó que la duración de la lactancia materna no se relacionó con la evaluación de amplio rango de la memoria y las puntuaciones de aprendizaje.

En cuanto a la ingesta de pescado (menos de dos porciones por semana frente a dos porciones o más), la relación entre la duración de la lactancia materna y la evaluación de amplio rango de las habilidades motoras visuales a los 3 años de edad parece ser más fuerte en los hijos de mujeres con mayor consumo de pescado frente a las que lo ingieren menos habitualmente, aunque este resultado no fue estadísticamente significativo, indican los resultados del análisis.

“En resumen, nuestros resultados apoyan una relación causal de la lactancia materna en la infancia con el lenguaje receptivo a los 3 años y con el cociente de inteligencia verbal y no verbal en la edad escolar.Estos hallazgos respaldan las recomendaciones nacionales e internacionales para promover la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y la continuación de la lactancia materna por lo menos hasta 1 año de edad”, concluyen los autores.

En un editorial, Dimitri A. Christakis, del Instituto de Investigación del Hospital de Niños de Seattle (Estados Unidos), escribe: “Los autores informaron un beneficio de cociente intelectual a la edad de 7 años a partir de la lactancia de 0,35 puntos por mes en la escala verbal y 0,29 puntos por cada mes en el no verbal. Así, se espera que la lactancia materna de un bebé durante el primer año de vida aumente su cociente intelectual cerca de cuatro puntos o un tercio de una desviación estándar”. Según este experto, el problema actual no es tanto que la mayoría de las mujeres no inicien la lactancia materna, sino que no la mantienen.