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La evolución de la moralidad humana

Desde Darwin aquellas cosas que consideraremos que son el reto principal para una explicación evolutiva son aquellas características de los humanos como especie, es decir, que no encontramos en otras especies. El caso más claro es el lenguaje, otros son la moralidad, la apreciación estética o la religión como conducta social humana.

El proyecto de Darwin

Nos vamos a plantear cómo atacar la cuestión de la evolución de la moralidad y este proyecto lo inició Darwin. Aparte de la evolución de las especies, Darwin en la obra Descent of Man trata de dar cuenta de las cuestiones exclusivamente humanas, desde una perspectiva continuista, reconociendo aquellas cosas que son propiamente distintas que no encontramos en otras especies; y trata de ver cómo pueden haberse originado en capacidades que sí encontramos en otras especies, sobre todo en los primates.

La estrategia que aplica Darwin con respecto a la moral es intentar fundar la capacidad de juicio moral en los sentimientos morales. El juicio moral trata de valorar si algo está bien o mal, mientras que los sentimientos morales tienen que ver con “me siento avergonzado” o “me siento orgulloso”, sentimientos que tienen una carga moral, tienen implícitamente algún tipo de valoración.

Para esta idea de tratar de fundar la moralidad en los sentimientos morales, Darwin se inspira en la escuela del Moral Sense, la idea del sentido moral, que arranca en David Hume y desarrolla sobre todo Adam Smith. Smith trata de caracterizar en un libro llamado Teoría de los sentimientos morales cómo funcionamos a nivel social, cuáles son las disposiciones psicológicas que nos permiten interactuar socialmente.

Por lo tanto hay un elemento de continuidad, sentimientos o emociones (que sí se pueden encontrar en otras especies), mientras que la idea de juicio moral (tal cosa está mal) no tiene por qué suponer activación emocional.

En el proyecto que desarrolla Darwin, que es nuestro punto de partida, la estrategia en la que nos tenemos que inspirar es ver en qué elementos hay continuidad con respecto a otras especies, y en qué elementos hay novedad. Y entender esa novedad como trasformación de esos elementos previos.

En el capítulo III del Descent of Man trata de mostrar continuidad en todo lo que sería la psicología básica, en todas las funciones cognitivas: imaginación, memoria, atención… No son capacidades exclusivamente humanas, sino que se dan en otras especies, incluso lo que él llama racionalidad, como capacidad de abstraer o tener conciencia de sí mismo. Y en el capítulo IV se centra en el Moral Sense, el sentido moral. Esto es novedoso pero se tratará de explicar en términos de lo que ya hemos visto en otras espacies.

El punto crítico es reconocer que en la psicología humana se encuentra no solamente un instinto egoísta sino también instintos sociales, lo que llaman simpatía, una inclinación a tener en cuenta los intereses de los demás. Y este tipo de sentimiento, a la que hoy nos referimos como empatía, sería el punto de origen de la moralidad humana.

¿Y cómo pasar de esta inclinación simpática por otros a poder valorar que eso es lo correcto? La idea que propone Darwin es que nuestra capacidad racional de valorar nuestros propios motivos para actuar, para evaluar los motivos para la acción (la simpatía entre ellos), es lo que nos permite interiorizar la perspectiva de los demás, tomar en consideración no solamente nuestros motivos para actuar sino los motivos y las reacciones de los demás a nuestra conducta. Y al actuar no solamente movidos por nuestro instinto sino teniendo en cuenta la reacción de los demás es donde Darwin formula el punto 0 del sentido de juicio moral. Mi capacidad de juzgar como bueno o malo empieza cuando puedo tomar la perspectiva de los demás y generalizarla.

En el caso de Darwin esta idea se despliega en un contexto decimonónico en el que la preocupación es pensar que el marco inglés victoriano es el moralmente superior. Darwin trata de justificar una idea de progreso moral, con un mecanismo “lamarckiano” que justifica que su moralidad (la de la época victoriana) es la superior.

El reto

El reto cuando queremos tratar de explicar la evolución de la moralidad humana es poder partir y reconocer la existencia de las preferencias prosociales (lo que la escuela del Moral Sense llamaba simpatía), pero poder ir más allá para demostrar cómo puede aparecer la capacidad de formular un juicio normativo. Esta idea del juicio normativo es de Kant en el marco de una antropología antievolutiva, que convierte al humano en una especie de ángel caído, capaz de libre albedrio, y desconectado totalmente del mundo emocional (esta visión es muy extrema).

En una antropología naturalista de origen tenemos que tratar de ver cómo la moralidad puede haber engarzado en nuestra historia natural como especie. A partir de estas inclinaciones prosociales puede aparecer esta capacidad de juicio. Y también hay que hacerlo, no aplicando solamente la conducta afectiva, sino también nuestra configuración psicológica.

Estructura de la moralidad

¿En qué se manifiesta que somos morales? En el análisis de Cela Conde en el libro De genes, dioses y tiranos propone distinguir que hay varios niveles:

– Nivel alfa: nivel de motivación moral.

– Nivel beta (del uso del término bueno/malo). El sentido moral de bueno es muy difícil de concretar. ¿Qué quiere decir qué esta conducta es buena? No es fácil. La idea es que el sentido original de este “bueno moral” es más bien performativa, es incidir en la conducta: “compórtate así, esto es bueno, hazlo”.

-Nivel gamma moral: aparecen normas y códigos. Por ejemplo el código deontológico. Y el juicio en este caso es aplicar la norma en el caso particular.

-Nivel delta moral: implica los valores o fines últimos de los humanos: la felicidad, el placer, la amistad, el crecimiento. ¿Qué es lo que nos motiva finalmente?

Hay un nivel básico de motivaciones, que podemos clasificar de morales, cosas que tendemos a hacer porque las valoramos positivamente, de modo espontáneo, no porque hayamos reflexionado que es lo correcto o porque alguien nos lo diga.

Hay también emociones que podemos clasificar de morales: el orgullo, la vergüenza, la culpa o el resentimiento. También hay un lenguaje valorativo y juicio moral y, finalmente, el nivel de los fines.

Evolución de las emociones morales

¿Cómo puede haber evolucionado la capacidad de las emociones morales? ¿Cuándo y qué requisitos estructurales hacen falta para utilizar un lenguaje normativo? ¿Cómo puede evolucionar la capacidad del juicio moral?

En psicología se tiende a pensar que solamente si podemos encontrar un componente innato es que hay un papel de la evolución en la configuración de ello, pero esto es incoherente. También el hecho de que no haya un mecanismo innato es resultado de la evolución. El caso más claro es el lenguaje: nadie nace hablando pero estamos preparados para el lenguaje.

Quizás en algunos casos podemos encontrar evidencia de preprogramación. La expresión facial nos resulta más fácil de procesar y esto puede sugerir que estamos preparados para ese tipo de estímulos pero esto no quiere decir que otras capacidades, que no estén en el hardware innato, no sean el resultado de la evolución. Lo característico de la evolución humana, en el caso del lenguaje, es esta fase de desarrollo para que el cerebro se configure. Y el hecho de que haga falta este tiempo también es resultado de la evolución.

Altruismo psicológico

La discusión sobre la evolución del altruismo en términos biológicos, el hecho de que haya conductas que suponen beneficios para otros a costes para uno mismo, requiere explicar cómo es posible esto. El reto es explicar cómo puede ser que haya individuos que lleven a cabo conductas que les perjudican para beneficiar a otros.

En este nivel de formulación del problema no hay ningún compromiso con los mecanismos que producen la conducta. Cuando hablamos de altruismo psicológico estamos hablando de una motivación, inclinación o base emocional.

La primera cuestión es cómo pudo evolucionar el altruismo biológico y si el tipo de altruismo biológico que encontramos en primates requiere de una evolución cognitiva o emocional específica.

Teoría evolutiva de juegos

El marco en el que se ha dirimido esta polémica es la Teoría evolutiva de juegos, que es la Teoría de juegos aplicada al ámbito evolutivo. La Teoría de juegos parte del supuesto de que los agentes son racionales, la teoría evolutiva de juegos no. Mientras que la Teoría de juegos estudia interacciones puntuales, la Teoría evolutiva se interesa por la interacción en el periodo más largo.

La noción central en este marco es la Teoría del equilibrio de Nash y la estrategia evolutivamente estable. Se trata de ver si hay una determinada configuración de las estrategias que sigue cada jugador que hace que cualquiera que cambie va a estar peor de lo que está. Por ejemplo, sería mejor vivir en una sociedad sin corrupción pero la situación en que estamos hace difícil pasar de este equilibrio (porque hay mucha gente que se beneficia) a otro equilibrio donde no hubiera corrupción (que, seguramente, sería mucho mejor para todos).

En la Teoría evolutiva de juegos se plantean las conductas en términos de juegos de coordinación, de ganancias y pérdidas para los jugadores involucrados, y trata de formular en abstracto cuáles son los puntos de equilibrio posibles y los itinerarios para llegar a esos puntos.

Hay juegos de coordinación donde todo el mundo puede ganar y también juegos de competición, donde si uno gana otro pierde. Parece que el altruismo en este caso no podría haber aparecido ya que los individuos sólo buscarían su interés.

Otra forma de plantear el problema es el de los bienes comunes. En la formulación de Hardin en el acceso a un bosque comunal, donde tiene interés todo el pueblo para que siga habiendo hierba para todos, pero como la hierba es gratis uno puede tener más vacas y si hay más vacas hay riesgo de liquidar la hierba y, al final, todos estamos peor.

Hay ejemplos históricos de sociedades que se han extinguido como resultado de la liquidación, de la sobreexplotación, de los bienes comunes. Y la argumentación central de los grupos ecologistas consiste en poner énfasis en que hay riesgo actualmente por la sobreexplotación de recursos que son vitales.

Parece que, a partir de la teoría evolutiva, la conclusión debería ser pesimista, y que la evolución debería llevar a seres autointeresados, con lo cual esto va en contra de la existencia de especies sociales. Pero cómo es que si los tramposos acaban ganando más sigue habiendo personas dispuestas a cooperar, porque el hecho es que la cooperación abunda.

En el juego de cooperación se dice que si uno contribuye al pool común va a doblar los recursos que se le asignan y que se van a distribuir entre todos. Es decir, si se contribuye al bien común, eso beneficia a toda la comunidad. Un tramposo no pondría nada y se beneficiaría de lo que contribuyen los demás. Si eso ocurre sistemáticamente llega un momento en que nadie pone nada. En general, cooperamos con quien coopera y relegamos al ostracismo a los demás.

Hay muchos humanos preocupados por los intereses ajenos, pero no todo el mundo. A veces hay gente dispuesta a sacrificarse para beneficiar a otros o dispuestos a sacrificarse para castigar a quien no contribuye.

El juego del ultimátum se puede complementar con el juego del dictador. En el juego del ultimátum (uno oferta, el otro decide; si no acepta, ninguno recibe nada) puede ser que el que hace la oferta la haga en función del cálculo de la aceptación del otro. En este caso no podemos calibrar si efectivamente se trata de una motivación intrínseca o si es un cálculo interesado. En el juego del dictador el receptor no hace nada, sólo recibe lo que le dan, si le dan algo. Incluso en el caso de que lo racional desde el punto de vista del autointerés propio sea decir lo máximo para mí, no ocurre eso, sino que siempre se da algo.

Por lo tanto, tenemos que explicar que hay conductas altruistas, el altruismo evoluciona, y cómo puede haber evolucionado esta conducta. Y en segundo lugar cómo puede haber aparecido el altruismo psicológico, una configuración psicológica que nos lleva a motivarnos para beneficiar a otro.

Evolución del altruismo

En la polémica por la evolución del altruismo la primera propuesta, por parentesco, es la idea de que voy a beneficiar a quien tiene mis mismos genes. La fuerza que mueve la evolución no es tanto el individuo sino el gen. Esto se hizo famoso a través de la obra El gen egoísta de Dawkins. Otros mecanismos serían la reciprocidad y la selección de grupo.

La selección de parentesco tiene sentido si hay genes compartidos y funciona muy bien en las especies sociales que comparten más del 50% de sus genes. Siempre y cuando la relación familiar sea inequívoca.

Altruismo recíproco

La explicación más influyente es la del altruismo recíproco, el altruismo evoluciona en base a la reciprocidad. Además, en el planteamiento de Trivers hace falta que haya oportunidades múltiples de cooperar recíprocamente y que podamos identificar con quien hemos cooperado. También hay un mecanismo de detección de tramposos. En realidad el altruismo recíproco es una forma de mutualismo.

Selección de grupo

Y finalmente se ha propuesto la selección de grupo, en el caso humano en el contexto de explicar la desaparición de los Neandertales. Los grupos que establecen una pauta de colaboración obtienen un mayor éxito evolutivo y desplazan a los que no consiguen establecer esa misma pauta. El problema es que los grupos humanos de la tribu homínida de este último millón de años no eran grupos cerrados sino que había intercambios entre grupos. Hay pruebas de hibridación entre Neandertales y Sapiens. Pero incluso en los estudios de genética de poblaciones que han tratado de ver la pauta de colonización de Eurasia a partir de África o de la propia África de los Sapiens primitivos, encontraron patrones muy diferentes cuando miraban la distribución del ADN mitocondrial (que se trasmite solamente por línea femenina) o si miraban el X masculino. Parecían dos procesos diferentes hasta que se dieron cuenta que hay sociedades que tiene un padrón más matrifocal o patrifocal, en donde la mujer deja su tribu y pasa a vivir a otra tribu y otras veces es el hombre.

Es decir, nos queda básicamente la idea de la reciprocidad como mecanismo clave para entender de dónde sale la capacidad altruista y, en el fondo, la moralidad humana. Teniendo en cuenta que no tenemos que explicar, en el caso humano, la conducta en sí sino la causa psicológica, la motivación, que nos lleva a actuar de cierta manera.

Por lo tanto el reto es cómo surge nuestra motivación a actuar, a pesar de que pueda tener un coste y sin pensar en posible reciprocidad futura. Si el razonamiento es un cálculo estratégico ya no sería altruismo psicológico.

Altruismo fuerte

Una explicación de cómo puede haber aparecido evolutivamente es lo que se llama altruismo fuerte, que utiliza como base la idea del castigo altruista: la gente somete su conducta a la expectativa del grupo porque sino el grupo puede tomar medidas frente a él.

Esta explicación no es plenamente satisfactoria porque el grupo no es nadie en sí mismo sino individuos, de manera que la cuestión es quién toma las medidas. Además no requiere una motivación prosocial, puede explicarse en términos de cálculo estratégico. Y hay poca evidencia antropológica, sobre todo proveniente de grupos que viven en situaciones semejantes a las de los cazadores recolectores (las llamadas sociedades simples), en las que no parece que eso ocurra. Sin embargo, si encontramos las emociones morales que son retributivas, cuando respondemos con resentimiento a lo que alguien nos ha hecho le estamos castigando.

Reciprocidad indirecta

En el altruismo fuerte la idea es que el altruismo evoluciona porque coopero ya que si no me castigan. En la reciprocidad indirecta coopero con alguien pero no espero que sea éste quien me ayude si lo necesito. No es una forma de mutualismo directo, sino basado en una red social de ayuda mutua.

Ultrasocialidad

Otra línea de investigación es la ultrasocialidad, que creo que es la propiamente característica humana. La evolución de la conducta altruista, mediada por agentes con motivaciones altruistas con preferencias prosociales, depende de seguir esta estrategia que no permite la opción de salir del grupo porque establecemos vínculos afectivos a largo plazo. La inmadurez inicial es vital para configurar nuestra disposición psicológica (la importancia de la familia y los amigos). La idea que se ha propuesto en este contexto es que las emociones sirven como formas de comprometernos a largo plazo, evitando el cálculo interesado.

En cualquier caso, lo que está claro es que existen estas motivaciones altruistas, prosociales, pero que no hay que pensarlas en términos absolutos sino que para estas motivaciones tenemos que ver: la intensidad, desde un altruismo mínimo hasta un autosacrificio; el rango, en qué contexto se manifiesta; el alcance, quién puede ser beneficiario; y la habilidad para reconocer qué requisitos cognitivos necesito para esto.

Ejemplos de Antropología evolutiva

Uno de los ejemplos más claros de la espontaneidad de estas conductas proviene del laboratorio de Max Planck de Antropología evolutiva, del trabajo de Warneken y Tomasello, en el que un niño que apenas tiene 15 meses ve una situación (donde alguien quiere colocar algo en un armario cerrado y no puede), y tiene una inclinación natural a ayudar (abriendo el armario). Lo mismo sucede en experimentos con chimpancés. Hay, pues, un elemento de continuidad.

Preferencias prosociales en humanos

Hay cuatro tipos de ejemplos en que se manifiestan estas preferencias prosociales: empatía, vínculos afectivos, relaciones de confianza y emociones morales. A nivel cognitivo esto supone entender el estado emocional y entender el contexto, cuál es la intención del otro, y requiere una motivación prosocial para ayudar, que no es el resultado de la activación de las neuronas espejo sino que está modulado socialmente en virtud de relaciones previas y de intereses de nuestra situación (por ejemplo si alguien falla un penalti no todos sentimos tristeza, sino que los del equipo contrario se alegran). La reacción empática no es una respuesta automática derivada de un mecanismo especular, como muchas veces se presenta en el contexto de neurociencia cognitiva.

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Para perder peso, ejercicio aeróbico

El entrenamiento aeróbico es la mejor forma de ejercicio para quemar grasa por encima del entrenamiento de resistencia y musculación, según un estudio de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke (Estados Unidos), que comparó el entrenamiento aeróbico, el entrenamiento de resistencia y una combinación de ambos, y cuyos resultados publica Journal of Applied Physiology.

Los investigadores analizaron a 234 adultos con sobrepeso u obesos, que fueron asignados aleatoriamente a uno de los tres grupos de entrenamiento: de resistencia (tres días a la semana de levantamiento de pesas, tres juegos por día, 8-12 repeticiones por serie), aeróbico (unos 19 kilómetros por semana) y una combinación de ambos (tres días a la semana, tres por día, 8-12 repeticiones por serie para el entrenamiento de resistencia y 19 kilómetros por semana de ejercicio aeróbico).

Las sesiones de ejercicio fueron supervisadas con el fin de medir con precisión la adherencia entre los participantes, por lo que sólo 119 personas completaron el estudio, cuyos datos completos de la composición corporal se analizaron para determinar la eficacia de cada régimen de ejercicio. Los grupos asignados a entrenamiento aeróbico y la combinación de ambos perdieron más peso que los que lo hicieron sólo ejercicios de musculación, que en realidad aumentaron de peso debido a un aumento en la masa corporal magra.

El ejercicio aeróbico también era un método más eficaz para perder grasa corporal. De hecho, el grupo de ejercicio aeróbico dedicó un promedio de 133 minutos por semana de entrenamiento para perder peso, mientras que el grupo de entrenamiento de musculación tuvo que hacer ejercicio durante 180 minutos a la semana sin pérdida de peso.

El grupo de ejercicio combinado, que requiere el doble de tiempo de compromiso, siempre obtuvo un resultado mixto, ya que el entrenamiento ayudó a los participantes a perder peso y masa grasa, pero no redujo significativamente la masa corporal ni la masa grasa en el entrenamiento aeróbico. Este grupo tuvo la mayor disminución en la circunferencia de la cintura, lo que puede atribuirse a la cantidad de tiempo dedicada al ejercicio.

“Tal vez sea hora de reconsiderar la sabiduría convencional de que el entrenamiento de la fuerza por sí sola puede inducir cambios en la masa corporal o la masa grasa debido a un aumento en el metabolismo, ya que nuestro estudio no encontró ningún cambio”, afirmó Leslie H. Willis, del Duke Medicine y una de los autores.

“Nuestro estudio sugiere que el ejercicio aeróbico es la mejor opción para la reducción de la masa grasa y la masa corporal. No es que el entrenamiento de resistencia no sea bueno, es sólo que no es muy bueno en la quema de grasa”, añadió Cris A. Slentz, PhD, fisiólogo del ejercicio en Duke y coautor del estudio.

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Expertos destacan la importancia de formar a los consumidores para mejorar la salud y los estilos alimenticios

Así lo han asegurado la secretaria general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MARM), Isabel García Tejerina, el director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Horacio González Alemán, la directora de Comunicación de FIAB, Clara Pi, y la jefe de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario La Paz, Carmen Gómez Candela, durante el transcurso del I Workshop ¿La alimentación española cuenta con la reputación que merece?, realizado por FIAB con la colaboración del MARM.

Todos ellos, han subrayado la “buena reputación” internacional que tiene el sector agroalimentario español, aunque han avisado de que los consumidores necesitan tener una “mayor y mejor” información sobre los productos que hay. Por ello, han pedido a los medios de comunicación que tengan un especial cuidado con las alarmas alimentarias que en ocasiones se publican ya que, según han apostillado, algunas de ellas no se ajustan a la realidad.

En este sentido, la secretaria general ha recordado que el sector agroalimentario es el primer sector industrial y uno de los “más dinámicos” que hay en España. De hecho, aporta el 7,8 por ciento del PIB, por delante del sector del automóvil, es el principal sector de exportación y es de los que más puestos de trabajo mantiene a pesar de la crisis económica.

“Estamos en los mercados internacionales con la máxima garantía de salud, y es que el sector de la alimentación y bebidas es un abanderado de la marca española y un motor económico”, ha afirmado la secretaria general para insistir en que, pese a ello, es necesario cuidar mejor la alimentación a nivel nacional debido a que en los últimos años se está viendo “desvirtuada”.

Óptimos niveles de seguridad de los alimentos españoles

En esta misma línea se ha pronunciado el director general de FIAB, quien ha aseverado que los productos españoles están en unos niveles de seguridad que “ya quisieran otros países como Alemania”. Además, ha recordado que, a diferencia de otros estados, la producción alimenticia española está ligada a una “cultura alimentaria”.

Por este motivo, González Alemán ha mostrado su deseo de que las industrias de alimentación y bebidas españolas sigan siendo “la palanca” de la recuperación económica gracias a su buena reputación a nivel internacional y a que sigue manteniendo el empleo a pesar de la crisis.

Ahora bien, este experto ha recordado que uno de los principales problemas alimentarios que hay actualmente en España es la elevada tasa de obesidad de la población infantil, al tiempo que ha informado de que para combatir este hecho no hay que subir los impuestos de los alimentos y bebidas sino que, a su juicio, basta con “formar e informar” a los consumidores desde pequeños.

En este sentido, la jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital La Paz de Madrid ha comentado que el 40 por ciento de la salud de una persona depende de su estilo de vida y ha lamentado que actualmente se esté gastando “mucho dinero” en tratar las enfermedades relacionadas con estos hábitos y muy poco en las medidas de prevención.

“Vivimos más que nunca pero nos estamos enfrentando a nuevas enfermedades asociadas a los estilos de vida que estamos realizando. Lo importante no es penalizar a los alimentos, sino ver las cantidades y las frecuencias de su consumo”, ha señalado la Dra. Gómez Candela, para advertir de que, aunque la dieta española es una de las mejores, los ciudadanos españoles están comiendo de una forma “desequilibrada” favorecida por el sedentarismo.

Dicho esto, la experta en nutrición ha negado algunos mitos que están extendidos en la sociedad como, por ejemplo, que el pan y el azúcar engordan o que este último, incluso, provoca diabetes. “Los alimentos no engordan si no que lo que engorda es el tipo de alimentación que se tiene conforme a la actividad física que se realiza”, ha subrayado para zanjar asegurando que tanto el pan como el azúcar son necesarios para llevar una dieta saludable.

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Los peligros de la diabulimia: el uso de la insulina como método de control de peso

Especialistas del Institut de Trastorns Alimentaris (ITA) alertan sobre los peligros de la diabulimia, que afecta especialmente a mujeres jóvenes, sobre todo adolescentes. En muchos casos, con el inicio del tratamiento con insulina en personas diabéticas se produce una recuperación de peso. Es entonces cuando algunos pacientes realizan un mal uso de la insulina con el objetivo de no engordar.

La diabulimia es una enfermedad que se presenta en aquellos pacientes que tienen una diabetes tipo I y un trastorno de la conducta alimentaria, que puede ser anorexia o bulimia nerviosa. Aunque no está reconocida como enfermedad médica, se trata de un problema que se detecta cada vez con mayor frecuencia.

Los enfermos de diabulimia manipulan a su antojo las dosis de insulina para mantener el peso controlado, lo que conlleva importantes riesgos para la salud. A la vez, además también presentan elementos propios de un trastorno alimentario como dejar de comer, atracones y posteriores vómitos, ejercicio físico excesivo, etc.

Según algunos estudios, las mujeres jóvenes con diabetes presentan el doble de probabilidades de desarrollar un trastorno alimentario en comparación con mujeres de la misma edad sin diabetes. Además, se incrementan hasta tres veces las complicaciones que puede tener un diabético como: a corto plazo, síntomas recurrentes de hiperglucemia como la sed o el cansancio, episodios frecuentes de cetoacidosis o hipoglucemia que puede llegar al coma en casos graves; y, a largo plazo, se aumentan las complicaciones físicas de la diabetes como retinopatía, nefropatía o neuropatía, así como problemas en el crecimiento y desarrollo en los años de pubertad. Si la situación persiste en el tiempo, el riesgo de muerte se triplica y se reduce la edad media de mortalidad a los 45 años.

Un problema de difícil detección

La detección de la diabulimia es complicada y suele ser habitual que sea necesario un largo periodo hasta su diagnóstico. Desde ITA destacan que es importante pensar en esta posibilidad cuando el paciente es una persona que sufre diabetes tipo I, habitualmente mujeres jóvenes, y que no responden a pautas correctas de tratamiento mostrando resistencias o fracasos terapéuticos repetidos, así como frecuentes consultas a urgencias por hipoglucemias o comas diabéticos. Otros síntomas propios de un trastorno alimentario como la preocupación excesiva por la imagen corporal, deseos de adelgazar o distorsión de la imagen corporal también pueden ayudar al diagnóstico.

Una vez identificada la enfermedad, debe iniciarse lo antes posible un tratamiento interdisciplinar con especialistas en salud mental, nutrición y Endocrinología, que permitan un tratamiento adecuado del trastorno de la alimentación, necesario para cumplir correctamente las pautas médicas y el control de la diabetes.

El aumento de la obesidad implica el incremento de los trastornos de la conducta alimentaria

El CIBERobn llevó a cabo un estudio con el objetivo de analizar la prevalencia de la tasa de obesidad durante toda la vida en los subtipos de trastornos de la alimentación y para examinar si había habido cambios temporales entre los últimos 10 años.

“La conclusión fue que en la última década la prevalencia de obesidad asociada a trastornos caracterizados por la presencia de episodios de atracones, es decir, los trastornos bulímicos, va en aumento, y está vinculada con una mayor gravedad y un pronóstico más pobre”, ha señalado el doctor Fernández-Aranda, quien lidera desde el Hospital Universitario de Bellvitge de Barcelona el CIBERobn.

Dicho esto, ha explicado que “los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y obesidad crónica asociada se caracterizan por una aparición más tardía del trastorno, mayor severidad y unos rasgos de personalidad más disfuncionales que los de los pacientes sin obesidad crónica asociada”.

Trastornos de la conducta alimentaria no especificados

Por otro lado, estudios realizados tanto en España como en el resto de países desarrollados demuestran que tanto la bulimia nerviosa como los Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados (TCANE) alcanzan unas tasas muy superiores, con cifras que oscilan entre el 0,5 y 3 por ciento para la primera, y el 3 y 5 por ciento para estos últimos.

Dentro del grupo de los TCANE se incluye el Trastorno por Atracón en el que los pacientes tienen sobre ingestas importantes de comida que no van seguidas de vómitos, purgas o ejercicio excesivo como en la bulimia, y que roza ya el 7 por ciento de incidencia entre los adolescentes españoles sin diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres.

De esta manera, los atracones son patrones desadaptativos de la conducta alimentaria que se caracterizan básicamente por un impulso irrefrenable de comer y por ingerir una gran cantidad de alimento en un corto periodo temporal. Las personas que sufren estos episodios de sobre ingesta alimentaria de forma habitual tienen una mayor probabilidad de desarrollar en el futuro un TCA.

Del total de personas que desarrolla un trastorno de la alimentación, un tercio de los pacientes se recuperan completamente del problema, otro se caracterizan por presentar una recuperación parcial, y otro tercio pueden llegar a ser crónicos, si no son bien tratados.

Los TCA son multifactoriales y están determinados por causas biológicas (hormonas), factores psicológicos (baja autoestima, elevada impulsividad, exceso de perfeccionismo) y sociales (experiencias traumáticas como la pérdida de un familiar o antecedentes familiares de obesidad).

En general, la tasa de prevalencia en España de todo el espectro de Trastornos de la Conducta Alimentaria se sitúa entre el 11 y el 16 por ciento de la población adolescente.

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Los españoles siguen comiendo mal por falta de voluntad y baja percepción del riesgo

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) han alertado de que los ciudadanos españoles no están concienciados de la importancia de la alimentación en la salud ya que, según advierten, muchos “siguen comiendo mal”, en parte por una falta de voluntad y por una baja percepción del riesgo que conlleva la obesidad.

Así lo han asegurado con motivo del XVII Día Nacional de la Persona Obesa que se celebra este viernes, 14 de diciembre, mostrando su preocupación por las elevadas tasas de sobrepeso y obesidad que hay en España, problemas que afectan a más de la mitad de la población adulta y al 44 por ciento de los niños.

“Si repetimos siempre los mismos consejos es porque no lo hacemos bien”, ha reconocido el vicepresidente de SEEDO, Alberto Goday, quien sin embargo considera que la mayoría de los españoles “sí saben cómo tienen que comer”.

El problema, según añade, es que la mayoría son “poco conscientes de que puedan seguir una buena alimentación”. “Falta voluntad e iniciativa”, ha añadido la doctora Irene Bretón, miembro de la SEEN, quien también apunta a la baja percepción de la obesidad como un problema de salud.

Según esta experta, la obesidad “se sigue viendo por muchos como un problema estético cuando no es así”. “Cada kilo cuenta, por ejemplo, en el riesgo de desarrollar diabetes, y esto ya son palabras mayores”, ha advertido.

Por ello, y con el objetivo de revertir esta tendencia, insisten en la necesidad de “dar prioridad a la alimentación” y organizarse para que sea variada a lo largo de toda la semana. “Igual que nos planificamos el trabajo nos podemos planificar la compra, en función de lo que vayamos a comer durante la semana”.

De este modo, apunta Bretón, se consigue además evitar o reducir el consumo de comida rápida o preparada, que “suele ser fruto de la improvisación”. No obstante, ambos coinciden en que “no hay alimentos buenos o malos”, ni siquiera estos, sino que “todo depende de la cantidad y la frecuencia con la que se consuman”.

Verduras y frutas deben conformar la mitad de la dieta

Entre las recomendaciones para una dieta más equilibrada, estos expertos insisten en comer al menos dos raciones de verdura y entre dos y tres piezas de fruta al día, alimentos que deben conformar “el 50 por ciento de la dieta”.

Sin embargo, diversos estudios ponen de manifiesto que la alimentación de los españoles se va alejando cada vez más de una dieta mediterránea, y a diario sólo el 43 por ciento de la población toma verduras y hortalizas y un 37,8 por ciento fruta.

Igualmente, una cuarta parte de la alimentación debe estar compuesta por cereales, legumbres o patatas. En cuanto al pescado, recomiendan al menos cuatro raciones por semana, mientras que de la carne “como mucho deberían ser seis, aunque suelen ser más”, ha lamentado Goday.

Los expertos también insisten en que estas recomendaciones alimenticias deben acompañarse de otros hábitos, como la comida en familia, lo que ayudará también a que la variedad del consumo y la importancia de determinados alimentos sea percibida también por los niños.

A esto ayudará también el comer sin la televisión encendida. “A veces tendemos a poner a los niños frente al televisor para entretenerlos y esto es un error. Deben darse cuenta de lo que están comiendo, para conocer su importancia”, ha argumentado.

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Ejercicio físico sí, pero con moderación

Para el jefe de servicio de Cardiología del Hospital La Zarzuela y Hospital San Francisco de Asís, el doctor Enrique Asín Cardiel, el ejercicio físico moderado es útil, “pero realizar deporte en exceso puede derivar en una verdadera patología”.

“Hace falta matizar los límites entre lo fisiológico y lo patológico en el corazón del deportista, ya que ahondar en esta diferencia puede suponer prevenir muchas muertes súbitas”, argumenta.

En cuanto a la conveniencia de realizar ejercicio tras haber presentado un problema cardíaco, el especialista ha afirmado que sí es recomendable, sobre todo en lo referido a enfermedad coronaria. Y en cuanto al resto de enfermedades cardíacas, siempre y cuando el paciente no presente insuficiencia cardíaca, sin duda es beneficioso el ejercicio. “Es lo que llamamos prevención secundaria y rehabilitación”, matiza.

Para este experto, la gente que realiza ejercicio físico sin conocer su situación cardiovascular corre un “riesgo importante”, motivo por el cual “el ejercicio físico debe ir adaptado a la situación de cada paciente”.

Este experto explica que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados, y, en este sentido, ha querido destacar que “el sedentarismo, los hábitos alimentarios, el exceso de peso, la grasa corporal, o la grasa abdominal, se correlacionan directamente con las enfermedades cardiovasculares, y especialmente con enfermedad coronaria, hipertensión arterial y sus complicaciones cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, o insuficiencia cardiaca”.

“Cuanto más progresa la Cardiología Terapéutica más importancia debemos dar a la prevención”, subraya el jefe de Cardiología del Hospital La Zarzuela y coordinador del Simposio Internacional sobre Implicaciones cardiovasculares del ejercicio, el deporte y la obesidad, auspiciado por la Fundación Ramón Areces y que tendrá lugar el próximo 13 de diciembre.

Para este experto, “hay que empezar a abordar este problema en la escuela, cuando el sistema cardiovascular está sano y antes de que se dañe”. “Lamentablemente, hoy en día el 46 por ciento de los niños sufre exceso de peso, el 16 por ciento obesidad y el 35 por ciento sobrepeso, “una situación que debe cambiar, ya que es un problema sanitario de primera magnitud”, recuerda.

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Las enjutas de Disneylandia. La imaginación como exaptación del juego del fingir

Los humanos somos una especie narrativa y nos diferenciamos por ello de otras especies, incluso de las más cercanas.

Para comenzar explicar que en los años 50 a unos pacientes que tenían una epilepsia incurable se les realizó una cirugía experimental para ver si podían impedir que las descargas epilépticas pasaran de una parte a otra del cerebro, y así curar la epilepsia que era refractaria al tratamiento farmacológico. ¿Qué sucedió? Pues que los estímulos que se les presentaban sólo iban a una parte del cerebro, al derecho o al izquierdo. De manera que a un paciente se le presentaba una imagen visual de una pata de una gallina que iba sólo a su cerebro derecho (que en la mayoría de los humanos es el cerebro no lingüístico, el que no habla), y en cambio el cerebro izquierdo (del habla), recibía la imagen de una casa en el campo en invierno. Posteriormente se le daba a escoger un número de tarjetas (cada parte del cerebro domina una de las manos, la contralateral), de manera que elige dos tarjetas: una de una pata de gallina y otra de una pala. Y al preguntarle porqué las había elegido dijo que “una era una pata de una gallina y la otra era una pala para recoger los excrementos de la gallina”. Es decir, se inventó una historia (ya que no sabía que su cerebro izquierdo había recibido otra imagen distinta).

Anosognosia

La anosognosia, que es la negación de que se padece una enfermedad, sucede en algunos pacientes que tienen dañado el lóbulo parietal. Por ejemplo un paciente que pierde el uso de una extremidad y niega que padezca algo en esa extremidad, e incluso puede reconocer que ese brazo no se mueve, pero se inventa una historia para explicarlo.

Paramnesia

Es una patología neurológica muy grave en la que se afecta una parte del hipocampo (que tienen que ver con la consolidación de los recuerdos), en algunos casos producto del alcoholismo crónico, y llegan a una parte de fabulación.

Esquizofrenia

En la esquizofrenia muy a menudo hay alucinaciones, la mayoría son auditivas y en ocasiones visuales. Muchas veces se refieren a las alucinaciones como el problema de estos pacientes y en realidad estas alucinaciones suelen contar “la solución a su problema”, es decir, se inventan historias que pueden dar cuenta, dentro de su esquema lógico, de lo que ellos están experimentando. Y la historia, lo que narran, es una manera de dar paz a su “infierno interior”.

Síndrome de Capgras

Se trata de sujetos que se comportan de manera normal pero que están convencidos que alguien muy cercano a ellos es un impostor. Ramachandran formuló una hipótesis que explica por qué sucede esto. En algunos pacientes, los que tienen esta focalidad clara, las amígdalas están dañadas. Estas estructuras colorean las experiencias de nuestra vida cotidiana, fundamentalmente nos advierten de que hay un peligro o de que estamos en situación de familiaridad. En estos pacientes esas estructuras no funcionan y pierden la familiaridad que antes tenían y su consciencia. De manera que su parte más racional necesita dar a esa sensación una explicación y la más sencilla es que, si esa persona no provoca en mí los sentimientos de familiaridad, no puede ser mi mujer, madre, etc. sino que tiene que ser un impostor.

¿Por qué somos narrativos e imaginativos?

En toda la evolución desde el Australopithecus afarensis hasta el Homo sapiens sapiens hemos pasado de un cerebro de 414 mL hasta uno de 1350 mL. Es decir, que en menos de 3,5 millones de años el cerebro ha ganado casi 1000 mL. Y el porcentaje de energía que gasta nuestro cerebro ha pasado de alrededor del 10% a un 25% actual.

También se ha producido un cambio en el porcentaje del cociente de encefalización. Del macaco al humano han pasado unos 20 millones de años y el cociente ha subido entre 6 y 9 veces. En cambio, en el mismo tiempo, la evolución del ratón a la rata ha mantenido el cociente de encefalización igual, ¿por qué ha sucedido tan rápido y por qué tanto?

Se han formulado dos hipótesis, la clásica hasta hace 20 años era la hipótesis ecológica que dice que los problemas con los que nos encontramos la especie Homo precisaron de un incremento de nuestra inteligencia y de nuestro tejido cerebral para solucionar estos problemas en nuestro entorno ecológico. Después apareció la hipótesis social, que se acepta como más razonable, que dice que nuestro cerebro ha crecido tanto porque somos una especie social muy particular. La vida en grupo es complicada y la conducta social requiere de una inteligencia más sutil que la utilizada para la comprensión del mundo físico.

Requerimientos para ser social

Entre los requerimientos el más complicado biológicamente es reprimir el deseo inmediato. En la vida social no hacemos lo que nos apetece, y eso, biológicamente, es muy raro. Necesitamos comprender las otras mentes, identificar los deseos, las fobias, las filias, distinguir entre mentirosos y honestos, ver los estados de ánimo, predecir las acciones de los demás, comprender las normas sociales, “saber hacer” en un entorno social y elegir la mejor estrategia para conseguir nuestros objetivos.

Todos estos requerimientos, y muchos más, son funciones específicas que tienen que hacer nuestro cerebro en cada momento cuando tenemos una interacción social.

¿Somos los únicos pensadores sociales del mundo?

La respuesta es, evidentemente, no. Un ejemplo de vida social donde hay una interacción compleja son los babuinos, donde el 50% de los acoplamientos son de los machos alfa. Sin embargo el 50% restante corresponde a alianzas de machos que actúan por su cuenta. ¿Cómo? Se ponen de acuerdo dos espontáneamente y uno ejerce de despiste del macho alfa (le pega y le persigue) para que el otro se aparee. Al día siguiente lo hacen al revés. Y en estructuras más sofisticadas como los chimpancés, el estatus alfa tiene que ver más con las alianzas que con la fuerza bruta.

Dilema morales

Pero hay diferencias entre esa sociabilidad y la nuestra. Se pueden aplicar una serie de juegos (que descubrieron los economistas conductuales en los años 50): los dilemas económicos o morales. En uno de ellos, el dilema del ultimátum, hay dos jugadores y un premio: uno de los jugadores hace una oferta al otro y el otro acepta, y se reparten el premio o no acepta y pierden los dos. Muchas veces no se acepta por parte de uno de los jugadores por diferentes motivos (por ejemplo castigar al otro). Eso es constante en todas las culturas humanas con raras excepciones, en las que pasa a la inversa: si me quedo 9 de 10 euros lo aceptan porque esa cultura tiende al sacrificio social.

Los resultados en general son que para ofertas sobre un 20% (dar 2 de 10 euros) hay un 50 % de rechazos en todas las culturas. En cambio en ofertas menores al 20% hay un 70% de rechazo. Sin embargo el supuesto de racionalidad económica es aceptar cualquier oferta, porque algo te vas a llevar, es decir, la mayoría de nosotros no somos racionales. Y es tan brutal esta predisposición que, incluso cuando jugamos con un ordenador, le castigamos: con 9 sobre 1 hay un 30% de personas que dice que no. Sin embargo cuando estas pruebas se han hecho con simios resulta que los chimpancés son más racionales que nosotros. Hay algo que nos diferencia.

Mecanismos evolutivos de la sociabilidad

La sociabilidad se ha basado en varios mecanismos evolutivos. Uno es ayudar a los tuyos, por ejemplo en la estructura social de las abejas o de las hormigas, se ayuda a los que tienen la misma carga genética. Otro caso es la cooperación, por ejemplo los lobos para cazar o incluso los delfines con los pescadores. Otro mecanismo es retornar una ayuda porque te servirá más tarde, por ejemplo los babuinos (se necesita memoria y emociones para ello). Posteriormente si las estructuras se complejizan, como en los chimpancés, se establecen reglas sociales relativamente complejas, se ayuda al que tiene prestigio (al macho alfa) para luego obtener favores.

En cambio a los humanos además se nos castiga o se nos premia, somos sensibles a las normas sociales. Tenemos una estructura social compleja y nos ayudamos porque hay unas normas que acatamos y que cuando rompemos dejan de funcionar. Las sociedades humanas están reguladas por normas compartidas en las que hay, por ejemplo, recompensa altruista, los individuos que acatan las normas son recompensados con coste para los recompensadores (se da un premio), y el castigo es lo que se hace en el ultimátum, los individuos que no lo aceptan son castigados con coste para los castigadores.

Esto ha llevado a situaciones curiosas. En un estudio de unos psicólogos sociales holandeses se hizo una encuesta en ciertas organizaciones (policías, ejército, etc.) que se basada en la hipótesis de que en toda sociedad hay entre 15-20% de individuos egoístas. En una prueba con estructuras sociales donde las normas eran claras vieron que los egoístas confiaban más que los generosos en las estructuras, las normas y el jefe. En cambio cuando las normas eran bajas los egoístas pasaban de las normas y del jefe y, en cambio, los prosociales o generosos se mantenían igual.

Esto juntamente con lo que sabemos del ultimátum y de la evolución de la cognición social da a entender que, en cierta manera, las normas y las estructuras sociales responden más a un beneficio porque controlamos a los caraduras que porque nos organizamos todos de manera adecuada. Es decir, la justicia y las estructuras sociales están para controlar a los caraduras, sino no serían necesarias.

Por tanto, la conducta social es compleja, los requerimientos para ser social son innumerables y, sobre todo, los humanos necesitan comprender las normas sociales. Y todo ello necesita de cerebro.

Estrategias del juego social

Aprender a ser social lleva su tiempo, no sólo con estructuras preestablecidas conseguiremos ser sociales y aceptar las normas. Y de ahí viene la simulación social y los escenarios que permitan aprender los distintos elementos que intervienen en la interacción social: situaciones, roles, actitudes, marcadores somáticos, causalidad social.

Necesitamos un espacio, un entorno, un contexto donde podamos aprender a ser sociales. Y eso es el juego del fingir, el juego simbólico, que se aprende en el periodo de la infancia donde jugamos entre los dos y 6 años. A partir de los seis años disminuye en beneficio de juegos con normas, pero antes hemos aprendido la estructura de la simulación social. Es un laboratorio donde aprendemos a ser ciudadanos de un entorno social.

Ese proceso es extremadamente complejo cognitivamente. Necesitamos de una estructura cognitiva muy sofisticada, la pretensión de espacios y objetos, necesitamos historias e inventar diferentes personajes, simulación, imaginación y también necesitamos contrafácticos (son las situaciones que no existen pero que podrían existir).

Preadaptaciones

Hay unas preadaptaciones que lo permiten: la conciencia social (el hecho de saber que somos un miembro de una determinada sociedad), la mimesis (la pantomima, la manera de comunicarnos mediante gestos), el juego, el lenguaje corporal, la simbolización, el acicalamiento verbal y la metacognición (el poder pensar sobre el pensamiento). Todo esto son preadaptaciones pero falta el espacio del contrafáctico, de la imaginación, de la invención de la ficción.

El juego de simulación genera el impulso narrativo, las ficciones narrativas precisan de simulaciones del mundo social y éstas precisan de un simulador cognitivo, es decir, el cerebro se ha convertido a causa del impulso del pensamiento social en un gran inventor de historias. Y eso ha explotado en el concepto de imaginación y con ella hemos hecho todo lo demás.

La imaginación como enjuta

Por tanto la imaginación es un efecto secundario a la cognición social, la imaginación como enjuta. La evolución no tiene un plan, sino que recicla, pero llega a soluciones que son suficientemente buenas. Por ejemplo, si estudiamos lo que el cerebro de una rana procesa al cazar insectos con los experimentos adecuados se ve que el cerebro de una rana no es sensible a los insectos, no procesa insectos, sino motas negras que pasan delante de su campo visual. Afortunadamente para ella la mayoría de las motas negras son insectos. Es decir, esa capacidad para detectar motas negras es una exaptación, una enjuta, una adaptación nueva en la historia evolutiva. Una exaptación es una adaptación que ha modificado su funcionalidad.

En realidad el término enjuta se refiere a la estructura arquitectónicas que está entre medio de los arcos. Esta parte en algunas iglesias se convirtió en un diseño artístico muy importante, y en cambio no tenían esa función originalmente, sólo eran el espacio que quedaba entre dos arcos. Es decir, de alguna manera las enjutas son como las exaptaciones de esa estructura arquitectónica, por ello se utilizó esa expresión. Y por ello se utiliza como la analogía con el juego del fingir. Éste es en realidad una exaptación que ha permitido crear la imaginación a partir del impulso social para aprender a ser individuos en una sociedad.

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Ana Mato propone una hora diaria de ejercicio físico y deporte para los niños

Ana Mato, ha anunciado hoy que trabaja con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para buscar una fórmula de implantar una hora diaria de ejercicio físico y deporte para los niños. Mato ha defendido esta iniciativa para fomentar los hábitos saludables y evitar el sedentarismo en la infancia, porque “los hábitos que se aprenden de niños son los que quedan en el futuro”.

La ministra, asimismo, ha adelantado una nueva regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños y jóvenes hasta los 16 años. En concreto, ha asegurado que el Ministerio ultima, en colaboración con la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), un nuevo Código PAOS, con el objetivo de ampliar el existente, que se limita a la publicidad dirigida a menores de 12 años y extienda su ámbito de actuación a Internet. De este modo “protegeremos a los menores, garantizando que los contenidos publicitarios a los que acceden a través de la Red sean seguros y adecuados para ellos, que no les induzcan a engaño ni a comportamientos peligrosos para su salud”, ha explicado Mato.

La ministra ha hecho este anuncio en la clausura de la VI Convención NAOS (Estrategia para la Nutrición, la Actividad Física y la Prevención de la Obesidad), celebrada en el Ministerio, y en la que también se ha hecho entrega de los V Premios de la Estrategia NAOS. El nuevo Código, ha asegurado la ministra, “recogerá las recomendaciones de la Comisión y el Parlamento Europeo relacionadas con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad, así como sobre los efectos de que la publicidad y las nuevas tecnologías tienen en el comportamiento de los consumidores más jóvenes”.

El objetivo es reducir las cifras de obesidad y sobrepeso en España, en especial en los niños. Las últimas estadísticas revelan que más del 45% de los niños de entre seis y nueve años sufren exceso de peso. Además, “el exceso de peso se detecta en mayor proporción entre los niños de familias más vulnerables”, ha explicado la ministra, lo que agrava las desigualdades sociales y de salud.

Pero el problema no afecta en exclusiva a los pequeños. El 38% de los mayores de 18 años presenta sobrepeso, y el 16% padece obesidad. Se trata de cifras preocupantes, en tanto que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud seis de los diez factores de riesgo considerados determinantes de enfermedades crónicas están vinculados a la alimentación y a la actividad física.

Entre las iniciativas adoptadas por el Ministerio para combatir esta situación destaca el Plan Cuídate + 2012, recién presentado. Se trata de una campaña que utiliza las redes sociales para impulsar hábitos de vida saludables y promocionar el ejercicio físico.

También en la línea de evitar el sedentarismo, el Ministerio apoya y colabora estrechamente con el Consejo Superior de Deportes para el desarrollo del Plan A+D (promoción de la Actividad Física y el Deporte).

Además, Mato ha adelantado que el Ministerio seguirá “desarrollando actuaciones para facilitar cambios en la alimentación de la población hacia pautas más saludables”. En este sentido, ha adelantado que se impulsarán “políticas de reformulación que recojan las recomendaciones de organismos internacionales con el fin de reducir el consumo de sal y grasas”.

En la reunión también ha participado el Dr. Valentín Fuster, como futuro presidente el Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, cuya creación anunció la ministra. Este órgano proporcionará información de referencia para evaluar las medidas tomadas en la estrategia nacional y adoptar otras nuevas. Fuster, que a su vez es director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York, ha pronunciado la conferencia “De la enfermedad a la salud cardiovascular. El concepto “círculo””.

En cuanto a las buenas prácticas, la ministra ha participado en la entrega de premios a profesionales que, en el ejercicio de su actividad, han destacado por contribuir a los objetivos de la Estrategia NAOS.

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En marcha el Plan Cuídate + 2012 para un menor consumo de sal y grasas

Pilar Farjas, ha destacado la importancia de reducir el consumo excesivo de grasas y sal en las comidas para prevenir enfermedades no trasmisibles (ENT) o crónicas como la obesidad, diabetes mellitus tipo 2, y problemas cardiovasculares, como la enfermedad isquémica cardiaca y la enfermedad cerebro-vascular, entre otras.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales causas de estas ENT están estrechamente relacionadas con la alimentación inadecuada y la falta de actividad física. En concreto son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el escaso consumo de frutas y verduras y el sedentarismo, además del consumo alcohol. Factores de riesgo que pueden ser modificados a través de medidas sencillas dirigidas a los estilos de vida.

Por otro lado, en 2011 la ONU aprobó una declaración política sobre la Prevención y Control de las Enfermedades No Trasmisibles (ENT), en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Nueva York. En ella se recalcaba que las ENT, constituyen un problema grave y creciente en todo el mundo, y afectan a millones de personas causando muertes de forma creciente también en la población joven y en edad productiva.

Además de la preocupación existente en términos de salud pública, prevenir la obesidad, la hipertensión y otras enfermedades crónicas es importante para evitar una futura escalada de los costes sanitarios y mantener la viabilidad del Sistema Nacional de Salud.

Por otro lado, se sabe que muchos alimentos contienen grasa en exceso. Un consumo elevado de ellos conduce a incrementar ciertos factores de riesgo, que se podrían reducir con un menor consumo de ellos, sustituyéndolos por productos que han ido reduciendo paulatinamente la grasa en su composición y de los que ya hay una importante oferta en el mercado, así como con un mayor consumo de frutas y verduras. De esta forma, con este cambio de hábitos, el consumidor mantiene una alimentación variada y saludable que le ayuda a disminuir la ingesta calórica y el consumo de grasas saturadas, estrechamente relacionadas con la concentración de colesterol plasmático y ciertas enfermedades cardiovasculares.

Por otro lado y respecto a la sal, según un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y la AESAN (Ortega y col, 2011), en España se consumen 9,8 g de sal por persona y día, lejos de los 5 g que recomienda la OMS. Se estima que la reducción del consumo de sal a los niveles recomendados por la OMS podría evitar cada año 20.000 accidentes cerebrovasculares y 30.000 eventos cardíacos en España.

Por ello, la reducción del consumo de sal, grasas y azúcares se ha convertido en una prioridad para organismos como la OMS y la Comisión Europea. En concreto, en el Grupo de Alto Nivel sobre Nutrición y Actividad Física de la Comisión Europea, en el que están representados cada uno de los estados miembros de la UE, se acordó realizar estrategias de reducción del consumo de sal y grasas en 2008 y 2012, respectivamente.

La AESAN desarrolla, desde el año 2005, la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Estrategia NAOS), que tiene como finalidad mejorar los hábitos alimentarios e impulsar la práctica regular de la actividad física de todos los ciudadanos, pero poniendo especial atención en la prevención durante la etapa infantil. Con la Estrategia NAOS, cuyo lema es Come sano y muévete, desde la AESAN se crean y potencian opciones y entornos favorables para la adopción de medidas sostenibles a escala individual, comunitaria y nacional que, en conjunto, den lugar a una reducción de la morbilidad y la mortalidad asociada a la obesidad y a otras enfermedades crónicas.

Por ello y como en otros países de nuestro entorno, se están desarrollando diversas actividades, entre otras, como la que hoy ocupa, que están destinadas a informar y concienciar a la población de la relación entre el consumo excesivo de sal y grasas y sus consecuencias para la salud y se está trabajando con la industria de la fabricación y distribución de alimentos para la reducción del contenido en grasas y sal en los alimentos y las bebidas.

Los objetivos de esta nueva acción de comunicación son:

– Continuar sensibilizando a la población sobre los problemas derivados del consumo excesivo de sal en el marco del Plan nacional de reducción del consumo de sal en España

– Sensibilizar y concienciar a la población trasladando información sobre los beneficios de reducir también el excesivo consumo de grasas y

– Promover hábitos de vida saludables.

PLAN CUIDATE + 2012 sobre grasas, sal y hábitos saludables

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), a través de la Estrategia NAOS, y continuando con sus acciones de sensibilización y visibilización del problema de la obesidad y de los derivados de una alimentación poco saludable y del sedentarismo, presenta el Plan Cuídate + 2012, una propuesta moderna e interactiva para aquellas personas que, independientemente de su edad, han decidido cuidarse más.

Tras el éxito de la primera convocatoria, con el Plan Cuídate + menos sal es mas salud, lanzada en el 2011, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) del MSSSI, para el año 2012, ha centrado la iniciativa fundamentalmente en informar sobre las grasas y la sal, nutrientes necesarios para nuestro cuerpo, pero cuyo consumo debe ser moderado y no superar los niveles recomendados por organismos internacionales y en la promoción de la actividad física.

El Plan Cuídate + 2012 presenta una página web para ofrecer información sobre grasas además de la de la sal, y sobre algunos hábitos saludables, como la práctica de la actividad física. También habrá un registro para unirse al Plan y dos juegos que, de manera sencilla, ayudarán a transmitir la importancia de implementar hábitos saludables.

Aquellos ciudadanos que deseen registrarse en Plan Cuídate + 2012 deberán responder a unas sencillas preguntas que permitan conocer su estilo de vida y así poder personalizar la información aportada. A partir de entonces recibirán 20 mensajes, de lunes a viernes, con contenidos sobre alimentación, actividad física y otros consejos saludables que les mostrarán lo sencillo que es cuidarse, y cuidar a los nuestros, incluyendo pequeñas modificaciones en nuestro día a día y los beneficios que reportan para nuestra salud.

Los usuarios podrán seguir el programa a través de la Red Social twitter (@plancuidatemas).

Este año 2012, podrán además descargarse una aplicación móvil gratuita con la que podrán llevar a todos lados las recomendaciones, trucos y recetas del Plan Cuídate + 2012.

El Plan Cuídate + 2012, “premiará” a aquellos ciudadanos que apuestan por cuidarse más, con un recetario cada 5 días de intervención, con recetas fáciles y saludables creadas por la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid. La página web ( www.plancuidatemas.es), se establece como un punto de información de la AESAN del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, donde los ciudadanos podrán encontrar información sobre las ventajas de consumir con moderación las grasas y la sal, y los riesgos derivados de un consumo excesivo y también otros recursos, como por ejemplo indicaciones para leer adecuadamente el etiquetado de los productos, que les facilitará el consumo responsable de alimentos y la elección más adecuada de los mismos.

A través de los correos que se envíen a los usuarios registrados se darán cuenta de que cuidarse no es tan complicado y que la implementación de ciertos gestos en nuestro día a día ayuda a construir unos hábitos de vida saludables sólidos, que sin duda reportan grandes beneficios para nuestra salud.

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Mi experiencia personal: Cómo alimento mi vida

Recogemos la intervención de Dña. Isabel Gemio en el marco del Seminario Alimenta tus emociones, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz y el Centro de Psicología Álava Reyes.

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Dieta Mediterránea: Un modelo de felicidad y salud

Recogemos la intervención de D. Gregorio Varela en la Mesa Redonda Cómo influye la alimentación en la felicidad que tuvo lugar durante el Seminario Alimenta tus emociones, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz y el Centro de Psicología Álava Reyes.

Acceda a la transcripción de la ponencia