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El 80% de los alérgicos a la proteína de leche de vaca puede adquirir la tolerancia oral con fórmulas hidrolizadas

El 80 por ciento de los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca (PLV) tratados con una fórmula extensamente hidrolizada de caseína que incluye lactobacillus rhamnosus (LGG) pueden adquirir la tolerancia oral en el plazo de un año en comparación con otros tipos de fórmulas, según ha mostrado un estudio publicado en la revista The Journal of Pediatrics.

“La adquisición de la tolerancia a la PLV a edad tan temprana permite a los lactantes y niños a volver a una dieta normal más rápidamente minimizando el impacto en su desarrollo”, ha comentado el autor del estudio y profesor de Pediatría de la Universidad de Nápoles, Roberto Berni Canani, durante la jornada ‘Adquisición de una rápida tolerancia oral a la proteína de leche de vaca: implicaciones y beneficios’ organizada por Mead Johnson Nutrition.

Se trata de una alergia que afecta aproximadamente al 3 por ciento de los niños en todo el mundo y es el tipo de alergia más frecuente en edades inferiores a los 12 años.

Esta proteína puede encontrarse en productos aparentemente no lácteos pero que contienen proteínas lácteas en su composición como salsas, embutidos, carnes congeladas, aperitivos salados o gominolas. Además, la adquisición de la tolerancia a la PLV permite a los lactantes y bebés incluir en su dieta alimentos lácteos, algunos tipos de queso, yogures y postres lácteos.

Hasta ahora, el protocolo de tratamiento consistía en la eliminación de la PLV de la dieta pero, a diferencia de lo que ocurre con otras alergias alimentarias, la mayoría de los pacientes con esta alergia desarrollan la tolerancia oral por sí mismos. No obstante, cuanto antes se desarrolle esta tolerancia, antes se podrá abandonar la dieta exenta de proteínas de leche de vaca.

En este sentido, el coordinador del Grupo de trabajo de Alergia alimentaria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP), Luis Echeverría Zudaire, ha asegurado que la eliminación de la PLV de la dieta limita de forma “importante” la vida del niño y de su familia, sobre todo si la alergia persiste por encima de los 4 años de vida. Por tanto, prosigue, que el paciente sea capaz de tolerar la leche cuanto antes supone un “gran beneficio” para el propio paciente y para su familia.

Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, Carmen Ribes, ha destacado la importancia de conseguir “cuanto antes” la tolerancia oral a esta proteína con el fin de evitar complicaciones digestivas, como repercusiones nutricionales relacionadas con las propias dietas restrictivas, pero también con incumplimientos o transgresiones de la dieta.

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Las personas mayores que disfrutan de la vida envejecen mejor

Investigadores del University College London, en Reino Unido, aseguran que las personas mayores que dicen disfrutar de la vida suelen mantenerse más físicamente activas a medida que envejecen, en comparación con quienes están más desencantados con su día a día, según un estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal.

En su trabajo participaron 3.199 hombres y mujeres de más de 60 años para analizar la relación entre el bienestar anímico y el bienestar físico. Los participantes se dividieron en tres grupos (de 60 a 69 años, de 70 a 79 años y mayores de 80) y a lo largo de los ocho años que duró el estudio se evaluó el disfrute de la vida de los participantes a través de un cuestionario en el que tenían que contestar a cuatro afirmaciones: “Disfruto de las cosas que hago”, “me gusta estar en compañía de otros”, “miro hacia atrás en mi vida y lo hago con felicidad” y “me siento lleno de energía en estos días”.

Además, complementaron su análisis con entrevistas personales a través de las cuales determinar si los participantes tenían problemas a la hora de llevar a cabo actividades cotidianas como levantarse de la cama, vestirse, bañarse o ducharse. Y también se midió la velocidad al caminar a través de una prueba de la marcha.

De este modo, vieron que las personas mayores que son más felices y disfrutan de la vida muestran un descenso más lento de su función física a medida que envejecen”, ha concluido Andrew Steptoe, autor de la investigación.

En concreto, constataron que las personas más felices son menos propensas a tener problemas en sus actividades diarias, tales como vestirse o entrar y salir de la cama, y su velocidad al caminar disminuyó a un ritmo más lento que los que disfrutan menos de la vida”.

El estudio mostró además como los participantes del grupo de 60 a 69 años tenían niveles más altos de bienestar, al igual que los que tienen un mayor estatus socioeconómico, nivel educativo y las personas casadas.

En cambio, no sorprendió a los autores que las personas con enfermedades crónicas, como patologías cardiovasculares, diabetes, artritis o depresión tuvieran menores niveles de disfrute de la vida.

Además, las personas con un bienestar más bajo tenían el triple de probabilidades de tener algún tipo de dificultad en sus actividades cotidianas.

De hecho, un estudio previo reveló que quienes tenían un mayor disfrute de la vida presentaban más probabilidades de sobrevivir a los próximos 8 años, y “ahora lo que muestra este estudio es que también mantienen una mejor función física”.

“Nuestros resultados proporcionan evidencia adicional de que el disfrute de la vida es importante para la futura discapacidad de las personas mayores”, según Steptoe, que recuerda que mejorar el bienestar de las personas de edad avanzada “puede tener beneficios para la sociedad y los sistemas sanitarios”.

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El ICS detecta diez casos de niños desnutridos por falta de alimentos adecuados

El Instituto Catalán de la Salud (ICS) ha detectado una decena de casos de niños desnutridos en las consultas de atención primaria “por falta de alimentos adecuados”, según ha señalado el conseller de Salud de la Generalitat, Boi Ruiz, en una respuesta parlamentaria a la diputada del PSC Marina Geli, consultada por Europa Press.

Según datos de junio de 2013 de la historia clínica informatizada de primaria del ICS, existen 91 casos acumulados entre 2012 y 2013 con códigos diagnósticos clínicos relacionados con la desnutrición, aunque la mayoría de ocasiones se vinculan con patologías crónicas de base.

Los códigos que se han estudiado corresponden a la clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se utilizan internacionalmente y que, en el caso de la desnutrición, están enfocados a recoger sobre todo enfermedades crónicas.

La Agencia de Salud Pública de Cataluña y el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) están colaborando con las consellerias de Bienestar Social y Familia y Enseñanza para crear un protocolo que ayude en la detección y seguimiento de situaciones de especial dificultad en la alimentación de niños y adolescentes, según recuerda el mismo Boi Ruiz.

Para la elaboración del mismo, los agentes han contado con las sociedades científicas con el fin de establecer medidas integradas de atención global a la familia con carácter preventivo, paliativo y educativo.

Este año el ICS ha puesto en marcha un proceso para estandarizar los criterios de diagnóstico de la malnutrición y desnutrición en Catalunya, tras detectar 751 casos de menores con problemas de nutrición por defecto a causa distintos motivos, a través de los centros de atención primaria (CAP), según un informe del ICS hecho público anteriormente que vinculaba el 73 por ciento de los casos a motivos económicos.

Después de que el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, alzara la voz sobre la existencia niños con problemas de malnutrición –carencias de algunos alimentos–, el ICS ha explicado que las cifras que aportó el defensor catalán se basan en un documento borrador que la empresa pública sanitaria está tratando de afinar.

Cuando un médico se encuentra ante un paciente en riesgo de exclusión social o que refiere problemas que el sistema sanitario no puede solventar, lo deriva a los servicios sociales a través del trabajador social del CAP.

El ICS ha insistido en que revisa de forma sistemática los diagnósticos que se realizan en la red de CAP –el 80% del total de Cataluña– con el fin de mejorar la atención.

Newborn baby covered in vertix in incubator

Cuarenta empresas de todo el mundo se unen para luchar contra la desnutrición infantil

Un total de 40 empresas de todo el mundo han anunciado en el Foro económico mundial que se celebra en la ciudad suiza de Davos, entre este miércoles y jueves, una estrategia conjunta para luchar contra la desnutrición infantil, en el marco de una iniciativa que prevé beneficiar a más de 127 millones de personas, principalmente mujeres y niños, hasta el año 2020.

Además, las empresas se han comprometido a orientar a casi un centenar de compañías, entre multinacionales y pequeñas empresas, para el año 2015 con el fin de que puedan contribuir a colaborar en este objetivo.

Con este fin, se ha puesto en marcha una Red de Negocios que ayudará a 46 países que se enfrentan a altos niveles de pobreza y desnutrición y que, bajo una plataforma única, incorpora los compromisos contraídos por 28 empresas en la Cumbre de Nutrición para el Crecimiento, celebrada en junio de 2013.

Esta Red –que cuenta con el respaldo del Programa de las Naciones Unidas Mundial de Alimentos (PMA, por sus siglas en inglés) y la Alianza Mundial para una Nutrición Mejorada (GAIN, por sus siglas en inglés)– forma parte de una asociación integrada por empresas, agencias de la ONU, miembros de la sociedad civil y donantes. Precisamente, el trabajo de la Red será supervisado por un grupo asesor integrado por empresas y miembros de la sociedad civil.

Así, la Red tratará de aprovechar la experiencia de las compañías en los negocios en sectores como la agricultura, el desarrollo de productos, los sistemas de infraestructuras, los canales de distribución, y la investigación y la innovación.

En palabras de la directora ejecutiva del PMA, “ninguna organización ni ningún gobierno pueden actuar por sí solos para lograr el objetivo de acabar con el hambre y la desnutrición global” por lo que ha destacado que “trabajando juntos, existe la capacidad para establecer alianzas poderosas que cambien el panorama mundial”.

Por su parte, Marc Van Ameringen, de GAIN, ha indicado que “la Red de Negocios convocó esta semana a un total de 70 interesados, entre los que se encontraban 30 empresas de Tanzania” mientras que el consejero delegado de Royal DSM y co-presidente del Grupo Asesor de la Red, Feike Sijbesma, ha adelantado que uno de los objetivos “pasa por ampliar la afiliación de 99 empresas globales en 2015”. “Nuestro objetivo es reclutar a nivel mundial a empresas de todos los sectores ya que la malnutrición tiene un efecto profundo en las economías”, ha precisado.

Desde UNICEF, el director Ejecutivo de la ONG, Anthony Lake, ha subrayado que “la desnutrición es un problema global y debe ser una prioridad global, no sólo para los gobiernos y los interlocutores internacionales que trabajan para hacer frente a ella, sino también para las empresas”.

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Los beneficios del ejercicio físico durante el embarazo

El aumento de peso excesivo durante el embarazo incrementa el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión y diabetes gestacional, o de sufrir un parto prematuro y dar a luz por cesárea; además, tiene efectos negativos también en los recién nacidos y aumenta el riesgo de sobrepeso infantil en un 30%.

Conscientes de la importancia de prevenir el sobrepeso gestacional, tanto de la madre como del hijo, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, de la Universidad de Granada, y de la Universidad Europea, han llevado a cabo un estudio sobre el beneficio que tiene practicar ejercicio durante el embarazo para prevenir el aumento de peso, titulado Supervised Exercise – Based Intervention to Prevent Excessive Gestational Weight Gain: A Randomized Controlled Trial, que ha publicado la revista Mayo Clinic Proceedings.

La investigación, llevada a cabo entre 2007 y 2011 y en la que han participado 962 embarazadas, pone de manifiesto que en mujeres sanas el ejercicio controlado de intensidad moderada e iniciado inmediatamente después de la primera consulta prenatal, evita la ganancia de peso excesivo al finalizar este periodo y disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades asociadas tales como diabetes gestacional o hipertensión. El estudio muestra, además, que los beneficios del ejercicio son más pronunciados en mujeres con peso normal que en las que padecen sobrepeso u obesidad, quienes también se pueden beneficiar del ejercicio prenatal aunque en menor medida.

El Dr. Rubén Barakat, principal investigador del estudio y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, declara que “gracias al trabajo conjunto de profesionales de las Ciencias del Deporte y de la Medicina, se ha podido demostrar la importancia de una pauta correcta de ejercicio físico supervisado y conducido durante el período de gestación. En este sentido queda aún mucho camino por recorrer pues creemos que los beneficios del ejercicio físico programado durante el embarazo pueden alcanzar incluso los primeros años de vida del niño/a. Recientes evidencias científicas nos permiten especular con esta idea. Para ello, son necesarios nuevos estudios que investiguen la influencia del ejercicio gestacional en parámetros maternos, fetales e infantiles; sería un tremendo error no prolongar este tipo de investigaciones con ensayos clínicos más extensos y ambiciosos. Solo estamos viendo la punta del iceberg”.

Por su parte, el Dr. Jonatan Ruiz, primer autor del artículo e investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada, subraya que “los beneficios de la práctica regular de actividad física durante el embarazo y periodo de post-parto son los mismos que los bien sabidos beneficios que obtiene la población general. El embarazo es un periodo ideal para cambiar hábitos, así como para adoptar un estilo de vida físicamente activo durante este periodo y el resto de la vida”.

El investigador y catedrático de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Europea, Alejandro Lucía, añade que “en general, las bondades del ejercicio físico están muy desaprovechadas en la medicina actual y este tipo de estudios contribuye a crear más conocimiento para que los médicos prescriban ejercicio personalizado y de acuerdo a las condiciones de cada grupo poblacional”.

El estudio mostró que el aumento de peso en las mujeres que siguieron el programa de ejercicios fue menor que en aquellas que no lo hicieron

Para el desarrollo del estudio se dividió a las mujeres en dos grupos iguales de forma aleatoria. Las del primero, además de seguir los cuidados rutinarios, se sometieron a un ejercicio aeróbico de intensidad leve a moderada llevándolo a cabo 3 veces por semana con una duración de 50-55 minutos cada sesión, desde la semana 9 a la 39 del embarazo. El segundo grupo siguió las recomendaciones habituales para cualquier mujer embarazada.

Los resultados del estudio demuestran que el aumento de peso en las mujeres que siguieron el programa de ejercicios fue menor que en aquellas que no lo hicieron; concretamente, el riesgo de ganar peso por encima de las recomendaciones del Institute of Medicine americano fue un 40% menos en las mujeres que siguieron las pautas de actividad física. Para el análisis de los resultados se han tenido en cuenta datos como la edad de la madre, la edad gestacional, el nivel de educación y el peso previo al embarazo.

Asimismo, si bien para las mujeres obesas o que tenían sobrepeso no ha sido tan eficiente la realización de ejercicio 3 veces a la semana, se ha reducido en un 86% el riesgo de tener un bebé con macrosomía (peso desmesurado en recién nacidos superior a 4 Kg).

Según subraya Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Europea y colaborador de la investigación, “a través de este tipo de estudios queremos enfatizar la importancia de mantener la salud de las mujeres embarazadas así como de sus hijos mediante la obtención de un peso óptimo y por lo tanto la importancia de realizar ejercicio físico”.

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La obesidad infantil se combate mejor de forma colectiva

Investigadores de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, han descubierto que las intervenciones nutricionales individuales no son efectivas para incrementar el consumo de frutas y hortalizas entre los niños con sobrepeso y combatir la obesidad infantil, y aseguran que es mejor desarrollar estrategias de salud pública.

La obesidad se ha convertido en una epidemia mundial que afecta tanto a adultos como a niños y, sólo en Reino Unido, se estima que el 31 por ciento de los chicos y el 28 por ciento de las chicas de 2 a 15 años padece sobrepeso.

El problema, apuntan en un artículo publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health, es que los niños obesos tienen más riesgo de seguir siéndolo en edad adulta, lo que también hace que aumente su riesgo de padecer enfermedades asociadas.

Para combatirla, el profesor de Salud Pública Paul Whittaker llevó a cabo una revisión sistemática de la literatura científica sobre las medidas puestas en marcha para aumentar el consumo de frutas o verduras, y se vio que con una intervención individual en la conducta “es poco probable lograr un cambio a largo plazo”.

“Tenemos que adoptar un enfoque holístico y buscar un cambio de comportamiento en varios aspectos del estilo de vida de los niños y su entorno, incluyendo la educación nutricional, el apoyo de los padres y la actividad física”, ha añadido Michael Bourke, que también participó en el estudio.

Los resultados de su investigación se publican antes de que expertos de todo el mundo se reúnan en Manchester en la Conferencia Internacional de Salud Ciudadana.

Arpana Verma, director del Manchester Urban Collaboration of Health (MUCH), recuerda que el aumento del sobrepeso y la obesidad infantil es fruto de múltiples factores, como el aumento del consumo de alimentos muy calóricos y una disminución de la actividad física. “La formación nutricional de los niños, especialmente de los que tienen sobrepeso, es importante ya que les ayuda a optar por hábitos alimenticios más saludables a largo plazo”, ha añadido.

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El 36% de los niños obesos que viven en zonas marginadas tienden a ser hipertensos

El 36 por ciento de los niños obesos que viven en zonas marginadas tienden a ser hipertensos, según ha mostrado un equipo de investigadores de la Universidad Iberoamericana de México, quienes han señalado que el desarrollo de la hipertensión arterial entre menores podría estar relacionado con factores psico-emocionales originados en el propio núcleo familiar.

“Es muy probable que, alternativamente al exceso de grasa, el menor presente otros síntomas como mareos, demasiada sed, excesiva necesidad de ir al baño, o bien, que algunas zona de la piel como del cuello o las axilas adquieran una tonalidad oscura (acantosis). Esos cambios físicos podrían ser síntomas de que el niño está en vías de desarrollar diabetes o problemas cardiacos al corto plazo”, ha advertido la investigadora del Departamento de Salud de la Universidad, Ericka Escalante Izeta.

Por este motivo, los expertos han creado el programa ‘Exploradores de comida’ que tiene como objetivo repercutir positivamente en los hábitos alimenticios de las familias sin necesidad de realizar dietas estrictas ya que, a juicio de la experta, éstas no suelen funcionar porque no se corresponden con los patrones alimenticios de los mexicanos.

Y es que, en el estudio, los investigadores han detectado que la obesidad entre menores de edad no sólo conlleva altos índices de niños hipertensos, sino repercusiones psico-emocionales entre los infantes afectados. “Los niños con obesidad se cansan más rápido, por lo que comienzan a realizar actividades sedentarias y quedan al margen de las actividades de sus demás compañeros”, ha apostillado Escalante Izeta.

Otro ejemplo de las afecciones psicológicas que se desarrollan entre los niños que padecen obesidad se visualiza en una baja autoestima ante determinadas eventualidades afectivas, como depresión, ansiedad o falta de aceptación de su imagen corporal.

“Por ejemplo, en la etapa de la pre-adolescencia los niños comienzan a desarrollar su sexualidad, pero los niños con sobrepeso al no ser aceptados por sus pares como aquellos que tienen un físico óptimo comienzan a perder confianza en sí mismos”, ha zanjado la investigadora.

Alzheimer, personas con párkinson, cuidadores, dependencia

Un estudio del CABD concluye que el ejercicio físico retrasa el envejecimiento en personas mayores

Investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), centro mixto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla y la Junta de Andalucía, han publicado un artículo en la revista Biogerontology en el que presentan los resultados de los trabajos realizados con personas mayores y jóvenes para determinar el efecto del ejercicio físico sobre parámetros antioxidantes en la sangre, que concluye que el ejercicio físico en las personas mayores incrementa los niveles de coenzima Q10 y la actividad antioxidante en sangre, lo que redunda en un retraso del envejecimiento.

Los investigadores españoles han realizado un estudio del efecto del ejercicio sobre parámetros bioquímicos relacionados con la prevención de la oxidación del colesterol en sangre. Personas de ambos géneros y de edades comprendidas entre los 19 y 25 años para el grupo de personas jóvenes o alrededor de los 68 años para las personas mayores han intervenido voluntariamente en este estudio. Los voluntarios jóvenes fueron reclutados de entre los estudiantes de la UPO, mientras que las personas mayores fueron reclutadas de diferentes centros de mayores de Dos Hermanas y Sevilla capital.

El estudio consistió en establecer la actividad física habitual semanal de estas personas y relacionarlo con parámetros bioquímicos en sangre que afectan a la salud general tales como colesterol y triglicéridos. Igualmente, se determinó el efecto del ejercicio físico sobre parámetros antioxidantes en la sangre relacionados con la prevención de la oxidación de las lipoproteínas de alta (HDL) y baja densidad (LDL), es decir, el colesterol, en la sangre. El coenzima Q10 es uno de los factores principales en la defensa antioxidante del colesterol en plasma, tanto del HDL como del LDL y, especialmente en el caso del LDL, en la prevención de problemas cardiovasculares asociados al desarrollo de la aterosclerosis.

Los investigadores de la Olavide han encontrado que las personas responden de manera diferente a los niveles de coenzima Q10 y al daño oxidativo en el plasma sanguíneo dependiendo de su edad. Mientras que los jóvenes que mantienen una alta actividad física presentan un menor daño medido como oxidación del colesterol en la sangre, pero con un menor nivel de esta coenzima en ella, las personas mayores presentan un perfil contrario, es decir, sus niveles de la Q10 en la sangre suben cuando mantienen una mayor actividad física y así mantienen un menor nivel de oxidación de lípidos y de colesterol LDL.

En segundo lugar, los investigadores han establecido que la práctica de la actividad física en las personas mayores previene el daño oxidativo manteniendo altos niveles de coenzima Q en su sangre, similares a los de las personas jóvenes. Así, en personas mayores sedentarias, los niveles de coenzima Q10 fueron del orden de la mitad respecto de los niveles alcanzados por las personas mayores que mantenían una mayor actividad física.

Niveles de oxidación similares a los de jóvenes

Este hecho provoca que la cantidad de coenzima Q10 disponible para ser utilizado en la prevención del daño oxidativo sea mayor en las personas mayores que mantienen una alta actividad física y, por tanto, presenten una mayor protección antioxidante. De hecho, obtuvieron una relación inversa respecto al daño oxidativo, es decir, mayores niveles de coenzima Q10 en la sangre de estas personas estuvieron relacionados con menores niveles de oxidación de lípidos y, en especial, de LDL. Así, mientras que la oxidación de estas partículas aumenta con la edad, las personas mayores que mantienen una alta actividad física mantienen niveles similares a los encontrados en personas de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años.

De acuerdo con estos resultados, “la respuesta fisiológica de las personas frente al ejercicio depende de su edad, y este estudio muestra que es importante centrar los trabajos en el grupo de edad al que va dirigido, en este caso las personas mayores, ya que la respuesta puede diferir entre personas mayores y personas jóvenes o maduras”, indica Guillermo López-Lluch, investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo y profesor del área de Biología Celular del Departamento de Fisiología, Anatomía y Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide.

Igualmente, López-Lluch incide en el hecho de que este estudio “demuestra que el mantener una moderada o alta actividad física a edades avanzadas influye de una manera muy positiva en la prevención de los problemas cardiovasculares, no sólo a nivel vascular como se ha demostrado en otros estudios sino también en la regulación de los sistemas antioxidantes que influyen en el progreso de la aterosclerosis”.

El estudio, ha explicado el investigador, incide en la importancia que la coenzima Q10 tiene para prevenir la oxidación del colesterol en la sangre y que los niveles de este importante lípido pueden ser regulados mediante hábitos de vida activos, “de manera que un estilo de vida sedentario está afectando de una manera muy negativa a la capacidad antioxidante natural en la sangre y provocando una mayor oxidación del colesterol en la sangre; la adquisición de hábitos de vida más activos influirá muy positivamente en los mecanismos propios del cuerpo para prevenir el daño oxidativo en el colesterol y, por tanto, en la prevención de la aparición o progreso de enfermedades cardiovasculares”.

Este estudio, financiado por el Centro Andaluz de Medicina del Deporte de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, aporta una pieza más, ha concluido López-Lluch, para incidir en “la importancia que terapias preventivas basadas en la adquisición de hábitos de vida más saludables relacionados con la nutrición y la actividad física tienen en la prevención y tratamiento de enfermedades que afectan a grandes grupos de población y en especial a personas mayores, como la aterosclerosis”.

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La regulación emocional mejora los tratamientos en trastornos alimenticios

Un estudio del Hospital Universitario de La Paz demuestra que la incorporación de factores emocionales mejora el resultado de los tratamientos en pacientes con trastorno de conducta alimentaria (TCA) e incorpora la relación entre las dificultades de regulación emocional y la imagen corporal.

El estudio ha estado dirigido por la psicóloga clínica de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del centro, Rosa Calvo, y presentado en el Colegio de Psicólogos de Madrid en un acto presidido por la viceconsejera de Ordenación Sanitaria e Infraestructuras, Belén Prado.

El estudio trata de poner de manifiesto la influencia de las emociones negativas en la distorsión de la imagen corporal en personas que presentan un factor de vulnerabilidad somatosensorial, es decir, una sensibilidad excesiva a los estímulos negativos y que puede ser un biomarcador de los trastornos de la conducta alimentaria.

Concluye también que si no se tienen en cuenta los aspectos emocionales “las mejorías son inestables y llevan a recaídas”. Aparte, afirma que las dificultades de regulación emocional aumentan en todas las pacientes, por lo que “la enseñanza de las emociones, su reconsideración y afrontamiento saludable debería ser incluida en cualquier programa de tratamiento y prevención, especialmente en grupos de riesgo”.

El estudio pone de manifiesto que los trastornos de la conducta alimentaria surgen en personas “que desconocen la importancia de reconocer y expresar sus emociones y que tal conocimiento produce un efecto saludable sobre la salud física y psíquica”. En este sentido, se disminuye la culpa de los pacientes y aumenta su esperanza y además contrarresta el desánimo.

Unidad especializada

El estudio forma parte de un proyecto global del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario La Paz para la atención integral de estos trastornos, según remarca el centro.

Así, La Paz incorpora en los próximos meses a su cartera de servicios la rehabilitación neurocognitiva de pacientes con trastornos de la conducta alimentaria y tiene prevista la apertura de un comedor terapéutico para estos pacientes.

La Unidad de TCA del Hospital La Paz atiende al año una media de 164 pacientes y organiza tratamientos individuales y grupales para pacientes adultos y adolescentes, así como para familiares.

En 2013 atendió un total de 206 pacientes en todo el área. En régimen de tratamiento intensivo se atendieron 30 pacientes nuevos y en total 126 pacientes entre adultos y adolescentes.

Este programa de tratamiento intensivo se inició en 2012 y está dirigido a los pacientes nuevos, más graves o de larga evolución. En la Unidad de Hospitalización ingresan al año una media de 19 pacientes. En 2013 la estancia media ha sido de 17 días, lo que supone un descenso de 5 días en el tiempo de hospitalización de los pacientes, respecto a 2012.

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La obesidad infantil, un problema multifactorial. Estrategias de prevención y tratamiento de la obesidad

Recogemos la intervención de Dña. Amelia Martí del Moral en la mesa redonda Investigación en el campo de la Obesidad y la Nutrición en la Universidad de Navarra celebrada en el marco del Curso de Verano Frontiers in obesity and nutritional genomics, organizado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en colaboración con Ciberobn, Universidad de Navarra, IUNS y el Instituto Tomás Pascual Sanz – Cátedra Universidad de Navarra.

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Un estudio asocia la grasa en la dieta y el exceso de grasa abdominal en adolescentes

La investigación se ha realizado en un contexto en el que la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre los adolescentes y, en consecuencia, los problemas asociados a ello han aumentado “considerablemente” en los últimos años, según ha explicado la universidad vasca. El estudio ha sido publicado por revista Clinical Nutrition y forma parte del estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), financiado por la Comisión Europea.

La profesora de Nutrición y Bromatología en la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Idoia Labayen, investigadora principal del estudio, ha remarcado que, hasta ahora, “se pensaba que aun teniendo una dieta desequilibrada, si hacías mucho ejercicio físico, lo compensabas de alguna manera”. “En este estudio, hemos comprobado que eso no es así”, ha advertido.

El objetivo ha sido estudiar qué papel ejerce el componente lipídico (la grasa de la dieta) en la acumulación de grasa abdominal en los adolescentes. La acumulación de grasa en el abdomen está considerada como la más perjudicial para la salud ya que incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión arterial y, entre otros, hipercolesterolemia.

Sin embargo, según ha indicado la universidad, no había trabajos previos que examinaran el papel de la composición de la dieta en el exceso de grasa abdominal en una etapa “tan crítica” del desarrollo como la adolescencia. En este sentido, Labayen ha recordado que los adolescentes son “un grupo de riesgo en cuanto a estilos de vida se refiere, ya que empiezan a tomar sus propias decisiones con lo que quieren o no quieren comer, y viven también una etapa en la cual muchos de ellos dejan de hacer deporte”.

Los investigadores trabajaron con una submuestra de 224 adolescentes que participaron en el estudio Helena, de un total de más de 3.500, en los cuales se midió la grasa abdominal mediante absorciometría dual de rayos X, además de los hábitos dietéticos y la actividad física.

La actividad física no es suficiente en este caso

Algunos autores habían propuesto que las dietas con elevado contenido graso podían incrementar el riesgo de obesidad, incluso sin aumentar el aporte calórico total, lo que supone que, “independientemente de las calorías totales consumidas, un porcentaje excesivo de grasa en la dieta podría dar lugar a un mayor porcentaje de grasa corporal”.

Los resultados de este estudio confirman esta hipótesis y demuestran que el porcentaje de grasa de la dieta se asocia “significativamente” con un aumento de adiposidad abdominal y que, además, esta relación es independiente de los niveles de actividad física que realizan los adolescentes.

“A pesar de que normalmente la actividad física es un factor de prevención, en este caso en particular, no consigue contrarrestarlo”, ha señalado la investigadora de la UPV/EHU.

El objetivo principal del estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence) es obtener información acerca de la salud cardiovascular y de los hábitos dietéticos y de actividad física de los adolescentes europeos. Recibió en 2011 el primer premio a la mejor difusión de resultados de un proyecto europeo de manos de la Comisión Europea y suma más de 100 publicaciones en revistas internacionales.

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Relación entre niveles de colesterol y riesgo de Alzheimer

Según una investigación de la Universidad de California (UC) en Davis, en Estados Unidos, “un estudio muestra que niveles más altos de HDL (colesterol bueno) y menores niveles de LDL (colesterol malo) en sangre están asociados con menores niveles de depósitos de placa amiloide en el cerebro”, señala el autor principal del estudio, Bruce Reed, también director asociado del Centro de Enfermedad de Alzheimer de UC Davis.

La relación entre los niveles elevados de colesterol y un mayor riesgo de la enfermedad de Alzheimer ha sido conocida durante algún tiempo, pero el estudio actual es el primero en relacionar específicamente el colesterol a los depósitos de amiloide en participantes humanos vivos de este trabajo publicado en la edición digital de JAMA Neurology, según Reed.

“Los patrones no saludables de colesterol podrían estar causando directamente niveles elevados de amiloide que se sabe que contribuye a la enfermedad de Alzheimer de la misma manera que tales patrones promueven la enfermedad cardiaca”, afirma.

Para el colesterol HDL, un nivel de 60 mg (de colesterol)/dl (de sangre) o más es lo mejor, mientras que para el colesterol LDL se recomienda un nivel de 70 mg/dl o menos para las personas en alto riesgo de enfermedades del corazón. Así como se puede prevenir el riesgo de accidente cerebrovascular mediante el control de la presión arterial, ocurre lo mismo con los niveles de colesterol sérico y el desarrollo de depósitos de amiloide, según el director del Centro de la Enfermedad de Alzheimer de la UC, Charles DeCarli.

El estudio se realizó en 74 individuos masculinos y femeninos de 70 años y mayores que fueron reclutados de clínicas de ictus de California, grupos de apoyo, instalaciones de alto nivel y el Centro de la Enfermedad de Alzheimer. Incluyeron tres individuos con demencia leve, 33 eran cognitivamente normales y 38 que tenían deterioro cognitivo leve.

Los niveles de amiloide de los participantes se obtuvieron usando un rastreador que se une a las placas amiloides y obtiene imágenes de sus cerebros mediante escáneres PET. Niveles más altos de LDL y niveles bajos de HDL se asociaron con un mayor amiloide cerebral, un primer paso para encontrar lazos entre el colesterol en la sangre y la deposición de amiloide en el cerebro.

“Este estudio proporciona una razón para continuar, sin lugar a duda, el tratamiento del colesterol en las personas en las que se está produciendo pérdida de memoria, independientemente de las preocupaciones sobre su salud cardiovascular”, subraya Reed, también profesor en el Departamento de Neurología de UC Davis.

“También sugiere un método para reducir los niveles de amiloides en personas de mediana edad, cuando esa acumulación está empezando. Si la modificación temprana de los niveles de colesterol en el cerebro resulta que reduce los depósitos de amiloide en etapas tardías de la vida, podríamos potencialmente marcar una diferencia significativa en la reducción de la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer”, concluye.