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El Hospital Vall d´Hebron, primer centro público de España en operar con tecnología robótica la obesidad mórbida de pacientes pediátricos

El sistema robótico aporta numerosos beneficios, ya que permite una mayor precisión y reduce las complicaciones; lo que se traduce en beneficios evidentes para los pacientes y en unos mejores niveles de eficiencia del sistema de salud.

La obesidad se ha convertido en los últimos tiempos en un importante problema de salud pública, con una carga de enfermedad asociada muy importante (diabetes, hipertensión, dislipemia, mayor riesgo de cáncer, etc.). En consecuencia, actualmente se considera la obesidad como la segunda causa de mortalidad predecible después del tabaco. Además, la obesidad mórbida (OM) es una enfermedad crónica que no tiene un único tratamiento médico realmente eficaz. La dieta y el ejercicio físico no han demostrado ser suficientes para lograr una reducción significativa y sostenida del peso y tampoco se ha encontrado todavía un agente farmacológico efectivo para el tratamiento. Según el NIH (National Institute of Health) la cirugía bariátrica constituye el único tratamiento realmente efectivo para la OM.

Entre un 15 y un 20 por ciento de la población pediátrica de España tiene sobrepeso, y entre un 0,5 y un 1 por ciento sufre obesidad mórbida. Sólo en el 2011, en Vall d”Hebron se atendieron una veintena de estos casos extremos en jóvenes y adolescentes.

El objetivo de la cirugía bariátrica es doble: por un lado, reeducar los hábitos alimentarios de manera que se logre la máxima reducción del exceso de peso de forma sostenida y en el menor tiempo; y, por otro, prevenir, reducir y tratar la comorbididad asociada.

Existen diversas clasificaciones de la obesidad según el índice de masa corporal (IMC = peso/talla2) propuestas por la OMS (Organización Mundial de la Salud), la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad ) y la ASMBS (American Society for Metabolic and Bariátrica Surgery).

Así, se habla de sobrepeso cuando el IMC está entre 25 y 30; obesidad en grado I si está comprendido entre 30 y 35; obesidad en grado II para los casos de IMC entre 35 y 40; obesidad en grado III cuando es superior a 40; obesidad extrema o súper obeso si supera los 50; y mega obeso para un IMC por encima de 60.

Clínicamente, la obesidad mórbida es una enfermedad grave porque se vincula y/o agrava a otras patologías metabólicas, endocrinas, digestivas, vasculares, respiratorias, osteo-articulares, sexuales, y psicosociales, entre otras. Los obesos mórbidos tienen también un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, de endometrio, de colon y de próstata.

Estricta selección clínica, psiquiátrica y dietética del candidato

No todo el mundo es candidato adecuado a cirugía bariátrica, y menos en edad pediátrica. En una fase inicial, cualquier paciente con problemas graves de sobrepeso es visitado en los diferentes centros de atención primaria (CAP). En el caso de Vall d´Hebron, aquellos pacientes que requieren una atención más especializada, son atendidos en primera instancia por la Unidad de Obesidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición. A los pacientes que pueden ser candidatos a cirugía se les realiza antes una valoración clínica, psiquiátrica y dietética muy estricta y sólo después de ese completo estudio preoperatorio son derivados a la Unidad de Cirugía Bariátrica.

Una vez programada la intervención, ésta tampoco es inmediata. Antes, el paciente vuelve a la Unidad de Obesidad para seguir un nuevo control y tratamiento de su obesidad y de las enfermedades asociadas en espera de ser llamado para ingreso. Durante este tiempo se inicia el proceso de optimización preoperatoria con el objetivo de reducir al mínimo el riesgo quirúrgico. De forma especial, se reeduca su hábito alimentario ajustándolo a su nueva situación. También se le explica la intervención quirúrgica y las posibles complicaciones de la cirugía a corto y largo plazo. El objetivo es conseguir, por un lado, un alto grado de implicación del paciente en su proceso terapéutico y, por otro, su compromiso indefinido de presencia en controles y seguimientos futuros.

La Unidad de Cirugía Endocrina, Bariátrica y Metabólica se inició en mayo de 2001 con el impulso del Dr. José Manuel Fort (actualmente jefe clínico de Cirugía Visceral y Robótica del HUVH). En este período se ha intervenido a más de 600 pacientes en dos fases: una primera (del 2001-2005) con la cirugía abierta, y en la segunda (2006-2011) con la cirugía mínimamente invasiva laparoscópica. Desde 2010, tanto el Dr. Fort como el Dr. Ramon Vilallonga iniciaron el Programa de cirugía robótica de la obesidad habiéndose practicado hasta este momento 76 intervenciones. Este hecho convierte a Vall d”Hebron en el hospital con más intervenciones de este tipo en España.

La lactancia materna disminuye un seis por ciento el riesgo cardiovascular en niños y adolescentes

Los estudios han sido publicados por Idoia Labayen, profesora de nutrición en la Facultad de Farmacia en la UPV/EHU en la edición de enero de la revista American Journal of Clinical Nutrition, “la más importante del mundo en el campo de la nutrición”, y en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine. En la investigación también ha participado Jonatan Ruiz y Francisco Ortega de la Universidad de Granada y Helle Loit, Jaanus Harro, Inga Villa, Toomas Veidebaum y Michael Sjostrom del Instituto Karolinska.

Para la realización de las distintas pruebas, la investigación ha contado con la colaboración de personal médico sueco y estonio que ha realizado exámenes de salud a 1.025 niños de 9 y 10 años, y 971 adolescentes de 15 y 16 años en sus respectivos países. De forma previa al estudio, se les preguntaba a las madres si sus hijos habían sido exclusivamente alimentados mediante lactancia materna y, de haberlo hecho, durante cuánto tiempo.

En las pruebas, además de tomar talla y peso, se realizaron análisis de sangre en los que se detectaron los valores de inflamación o el fibrinógeno, cuya presencia se relaciona con una mayor coagulación de la sangre, lo que aumenta el riesgo de arterosclerosis. Asimismo, se midió la capacidad aeróbica de los participantes mediante pruebas de esfuerzo.

A falta de estudios posteriores sobre periodos de lactancia más largos que lo confirmen, la investigación en la que ha participado Labayen indica que los beneficios máximos de la lactancia materna se alcanzan a los tres meses ya que no se aprecian diferencias significativas entre el tercer y sexto mes. A partir del sexto mes, además, los niños ya no se alimentan exclusivamente de leche, sino que empiezan a diversificar su alimentación.

Desde la universidad, han destacado que este estudio en niños y adolescentes suecos y estonios “habría sido difícil de realizar en España porque normalmente en este país las madres no suelen llegar a cumplir esos tres meses de lactancia”. Por el contrario, en los países nórdicos “se favorece mucho la existencia de lactancia materna, con bajas maternales de hasta dos años además de ayudas sanitarias de enfermeras que se desplazan a las casas a ayudar y recomendar a las madres sobre la mejor manera de dar el pecho”.

Labayen ha indicado que en España, “aunque muchas madres lo intentan, se da un fracaso elevadísimo en los primeros quince días, cuestión que se podría resolver con un adecuado asesoramiento y apoyo a las madres lactantes”. Además, ha resaltado que las madres también abandonan esta práctica en el tercer mes porque “tienen que empezar a trabajar”. No obstante, ha apuntado que, “al menos”, en el caso de España “hay buenas leches de fórmula”, si bien “no mejoran la salud cardiovascular”.

A juicio de la investigadora, la lactancia materna “puede llegar a ser una cuestión de vida o muerte en muchos lugares del tercer mundo en donde se multiplican los problemas que puede haber con la preparación y esterilización de un biberón”.

La colaboración de este equipo europeo investigador ha estado centrada en el estudio de la influencia en la salud de los momentos inmediatamente anterior y posterior al parto, además de en la lactancia materna. En los próximos meses, pretenden dirigir el peso de sus investigaciones hacia los niños que al nacer con menos peso tienen un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Sus investigaciones intentarán conocer si ese mayor riesgo, de algún modo, puede ser compensado con la lactancia materna.

Además, el equipo seguirá observando al grupo de niños suecos y estonios que han participado en el estudio sobre lactancia para conocer las posibles variaciones en su riesgo cardiovascular a medida que vayan creciendo.

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El consumo elevado de alimentos ricos en polifenoles típicos de la dieta mediterránea se asocia a mejor función cognitiva

El aumento de la esperanza de vida en los países desarrollados ha favorecido que se produzca una tendencia creciente en la prevalencia de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como pueden ser las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades neurodegenerativas. Entre éstas, una de las más frecuentes y que tiene la edad como principal factor de riesgo es la enfermedad de Alzheimer.

Un artículo publicado en Journal of Alzheimer”s Disease relaciona el consumo de alimentos típicos de la dieta mediterránea, como el aceite de oliva y las nueces, con una mejor función cognitiva. La primera firmante del artículo es la Dra. Cinta Valls-Pedret, de la Unidad de Lípidos del Hospital Clínic de Barcelona, y el último firmante es el Dr. Emili Ros, jefe del equipo IDIBAPS Hipertensión, lípidos y riesgo cardiovascular y jefe de la Unidad de Lípidos del Clínic. El estudio se ha llevado a cabo en personas mayores con alto riesgo cardiovascular, en el marco de un estudio clínico más amplio llamado PREDIMED.

Aunque durante el envejecimiento se da un descenso natural en el rendimiento cognitivo, principalmente en la memoria, se han descrito algunos factores que pueden ayudar a minimizar este efecto a pesar del paso de los años. Uno de los principales es la alimentación. Estudios epidemiológicos sugieren que alimentos como las frutas, verduras, pescado, vino y nutrientes como los ácidos grasos poliinsaturados, la vitamina B y los antioxidantes pueden proteger del declive cognitivo asociado a la edad y de la enfermedad de Alzheimer. Además, patrones alimentarios como la dieta mediterránea también se han relacionado con una menor incidencia de deterioro cognitivo leve y de enfermedades neurodegenerativas.

El estudio tiene como objetivo principal evaluar si el consumo de alimentos antioxidantes propios de la dieta mediterránea se asocia con un mejor rendimiento cognitivo. El trabajo se realizó con una submuestra de 447 participantes del estudio PREDIMED, un ensayo clínico multicéntrico de intervención nutricional con dieta mediterránea en 7.447 sujetos sin enfermedad vascular previa pero de alto riesgo cardiovascular con edades comprendidas entre los 55 y los 80 años. Este estudio está financiado con fondos públicos del Instituto de Salud Carlos III canalizados mediante el “CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn)”, liderado por el Dr. Ramon Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic, y la “RETIC PREDIMED (RD 06/0045)”, liderada por el Dr. Miguel Ángel Martínez-González, del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Navarra.

A todos los voluntarios se les administró un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos, así como una batería neuropsicológica para determinar el rendimiento cognitivo, principalmente en el área de la memoria. Además, se midió la excreción de polifenoles en orina como marcador de ingesta de estos componentes antioxidantes presentes en numerosos alimentos mediterráneos.

El consumo de aceite de oliva virgen se asociaba a mejores puntuaciones en pruebas de memoria verbal, al igual que el consumo de café. Por otra parte, la ingesta de nueces estaba relacionada con mejor memoria de trabajo y el consumo moderado de vino se asociaba con mejor función cognitiva global. Una característica común de todos estos alimentos es que tienen un alto contenido en polifenoles, que son unas moléculas altamente bioactivas con efectos beneficiosos sobre la modulación de los radicales libres causados por la oxidación. Además, las personas que presentaban niveles más elevados de polifenoles en la orina, indicador de un mayor consumo de alimentos que la contienen, obtuvieron mejores puntuaciones en pruebas de memoria.

Se ha descrito que el estrés oxidativo y la inflamación consecuente son los principales causantes de la patología asociada a trastornos relacionados con el envejecimiento. Los resultados encontrados sugieren que los alimentos ricos en polifenoles propios de la dieta mediterránea podrían contrarrestar el declive cognitivo asociado con la edad gracias a su elevado poder antioxidante. El seguimiento longitudinal de estos participantes proporcionará una evidencia más firme sobre el potencial de la dieta mediterránea y sus componentes para ayudar a mantener un buen funcionamiento cognitivo a pesar del envejecimiento, así como para reducir la incidencia de la enfermedad de Alzheimer.

La salud de los niños puede predecir si sus padres padecerán enfermedades futuras

La investigación, liderada por Charles Glueck del Hospital Cincinnati (Estados Unidos), observó a 852 escolares que tenían de media 12 años y que padecían colesterol, triglicéridos, sobrepeso y presión sanguínea alta. Después, 26 años más tarde, evaluaron a sus padres, que tenían de media 66 años.

Así, hallaron que en el 47 por ciento de las familias estudiadas, uno de los padres había sufrido un ataque cardiaco o derrame cerebral. Mientras que en el 37 por ciento de los casos, uno de ellos había desarrollado diabetes.

De esta manera, los autores del estudio explicaron que si un niño de 12 años tiene “colesterol malo” puede predecir que su padre tenga problemas cardiovasculares, 30 años después.

De la misma manera, si el menor padece de sobrepeso, su padre puede desarrollar diabetes en el futuro. Además, si el hijo tiene la presión alta, sus padres tienen el doble de posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca o derrame cerebral.

En este sentido, los investigadores consideran que revisar la salud de los niños es importante, puesto que puede dar pistas del estado de sus padres, ya que éstos no siempre se realizan los chequeos necesarios.

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Prescribir ejercicio moderado previene la mortalidad prematura por cualquier causa y unos 15 problemas de salud

Así lo ha demostrado un trabajo del Hospital Transfronterizo de Puigcerdà y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, publicado en Medicina Clínica. Para obtener estos beneficios -que se dan en ambos sexos y aumentan con el volumen e intensidad del ejercicio- aconsejan ejercicio moderado al menos media hora, 5 días a la semana; o ejercicio intenso al menos 20 minutos, 3 días por semana.

Según esta investigación, la actividad moderada durante al menos media hora la mayor parte de los días de la semana reduce un 31 por ciento el riesgo de mortalidad. Así lo puso de manifiesto una revisión sistemática de cerca de 1,5 millón de individuos seguidos durante unos 11 años.

Asimismo, la incidencia de enfermedad cardiovascular baja un 33 por ciento entre quienes practican una actividad moderada con la misma frecuencia (la mayor parte de los días de la semana), según una revisión con cerca de 726.000 participantes y un seguimiento de 14 años.

“Algunos estudios muestran que incluso una actividad ligera puede reducir el riesgo cardiovascular. Caminar una hora semanal redujo un 50 por ciento el riesgo de enfermedad coronaria y una sola sesión semanal de ejercicio intenso redujo la mortalidad cardiovascular un 39 por ciento en hombres y un 51 por ciento en mujeres”, apuntan.

Además, el riesgo de accidente cerebrovascular baja un 31 por ciento con el ejercicio moderado, según una revisión con casi 480.000 participantes seguidos durante 13 años. También se acorta un 32 por ciento el riesgo de accidente cerebrovascular, como lo muestra una revisión con 112.000 pacientes a ocho años.

En relación al cáncer, en una revisión con 1,4 millones de pacientes seguidos a 10 años, se vio una reducción del 30 por ciento en la incidencia del cáncer de colon dentro del grupo más activo. Otra revisión, esta vez sobre 1,8 millones de pacientes seguidas a 10 años, se observó una reducción de la incidencia del cáncer de mama del 20 al 40 por ciento en el grupo más activo.

Por otra parte, el ejercicio logró una reducción del 42 por ciento en la incidencia de diabetes tipo 2 en una revisión sistemática de 624.000 pacientes seguidos durante unos nueve años. También es útil para prevenir el síndrome metabólico y el ejercicio moderado ayuda a mantener el peso, no tanto a perderlo.

De la misma forma, la actividad física moderada reduce la prevalencia de osteoporosis y en un 17 por ciento la incidencia de fracturas. Según una revisión con 4.100 pacientes, este nivel de ejercicio redujo el dolor y la discapacidad derivadas de la artrosis, sobre todo en el caso de la artrosis de rodilla.

También es eficaz a la hora de reducir el riego de limitación funcional y discapacidad física, bajándolo en entre un 30 y un 50 por ciento. Asimismo, un programa de ejercicios de fuerza y equilibrio mejora la función física y reduce el riesgo de caída entre un 11 y un 40 por ciento.

Además, baja el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en mayores de 65 años. Asimismo, cualquier forma de actividad física diaria reduce un 41 por ciento el riesgo de padecer trastornos psicológicos, según una revisión de 19.800 pacientes.

Sin embargo, los efectos adversos del ejercicio físico pueden ser el riesgo de lesiones del aparato locomotor y el riesgo cardiovascular. En concreto, siguiendo las recomendaciones mínimas de ejercicio, se produce una lesión por persona cada cuatro años. Otro riesgo es el cardiovascular, cuyas complicaciones más relevantes son la muerte súbita y el infarto agudo de miocardio. No obstante, según la conclusión de los expertos, “el beneficio del ejercicio supera a sus riesgos”.

La pérdida de peso reduce la presión arterial en obesos y la diabetes en pacientes pluripatológicos

Este trabajo, parte precisamente de la premisa de que ya existen “evidencias suficientes que documentan y avalan” la relación entre el aumento de la presión arterial, la hipertensión arterial y el exceso de grasa corporal.

Igualmente, los autores de este trabajo sostienen -en la introducción del mismo- que también existe “evidencia concluyente” de que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial en individuos obesos, “sino que además tiene efectos beneficiosos en la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertrofia ventricular izquierda y la apnea obstructiva”.

Al tiempo, resaltan el hecho de que muchos de los factores que influyen en dichas patologías son “modificables”, tanto los que tienen que ver a los factores conductuales, “como régimen alimentario, inactividad física y consumo de tabaco y alcohol”; como los factores de tipo biológico, “como las dislipemias, la hipertensión arterial, el sobrepeso o la hiperinsulemia”.

“Es aquí, en la capacidad de modificar dichos factores, donde podemos y debemos actuar”, subrayan los investigadores de este trabajo. Del mismo modo, apuntan a la reducción de peso a largo plazo “como una parte importante de la atención prestada a las personas obesas con diabetes”.

Por todo ello, se marcaron como objetivo de su presente investigación el comprobar en un caso clínico concreto los factores directos que provoca la adhesión y seguimiento de las indicaciones sanitarias con respecto a la pérdida de peso y su relación con el mejor control metabólico, tanto de la diabetes, como de la presión arterial, la cifras de colesterol total y los triglicéridos.

Así, presentaron el caso clínico de seguimiento y evolución durante 18 meses en la consulta de enfermería de una mujer de 50 años, de origen anglosajón, residente en la Costa del Sol desde hace 25 años, casada, sin hijos, fumadora de 15 cigarrillos al día, obesa y sedentaria.

Aclararon en su estudio que dicha paciente diana es una persona obesa que comienza con hiperglucemia sugerente de diabetes y que, al mismo tiempo, debuta con hipertensión arterial y dislipemia mixta. Además, reseñan que tiene hábitos alimentarios “al estilo inglés”, con tratamiento farmacológico para la diabetes, la hipertensión arterial y la dislipemia.

Tras valorar los resultados clínicos previos y su posterior control de la enfermedad y test de adherencia al plan terapéutico de esta paciente, los autores del trabajo han concluido que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial, sino que tiene además efectos beneficiosos en la diabetes y la hiperlipemia. Además, subrayan que “muchos de los factores” que influyen en dichas patologías son modificables, “tanto los factores conductuales como los biológicos”.

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El colesterol sigue en 2012: Menos plato y más zapato para combatirlo

Uno de los principales riesgos después de las fiestas navideñas es comenzar el año con exceso de colesterol en nuestras arterias. Descuidar la alimentación y los buenos hábitos durante las Navidades puede suponer un aumento de factores de riesgo cardiovascular que, como el colesterol, pueden pasar factura más adelante a la salud cardiovascular, según destaca uno de los máximos expertos del país, Juan Pedro-Botet, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA). Por ello, el doctor asegura que entre el 15 de diciembre y el 15 de enero se extiende un período conocido como “el mes del riesgo cardiovascular”.

El Dr. Pedro-Botet, que también es el responsable de la Unidad de Lípidos y Riesgo Cardiovascular del Hospital del Mar de Barcelona, subraya la importancia de tener unas arterias limpias “ya que son las carreteras por las que la sangre fluye al corazón”. En este sentido, el experto destaca que los hábitos de vida que adoptan los españoles durante las fiestas navideñas “generan un mayor peligro de obstrucción, al aumentar el peso y los niveles de colesterol en sangre”.

El colesterol es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades del corazón. Cuando hay un exceso de colesterol malo (LDL), se comienza a producir un estrechamiento de las arterias por acumulación (arteriosclerosis), que puede derivar en problemas cardiovasculares de mayor envergadura.

El Dr. Juan Pedro-Botet explica que uno de los principales problemas, según ha concluido el estudio ENRICA, es que el 50 por ciento de los españoles tiene colesterol elevado y la mitad de ellos no lo sabe. Por ello, “es de vital importancia hacerse revisiones periódicas”, subraya el doctor, “y reducir los niveles de colesterol cuando se encuentran aumentados”.

Plan de ataque contra el colesterol

Después de las Navidades es importante recuperar cuanto antes unos hábitos nutricionales y de estilo de vida saludables. Para controlar los niveles de colesterol y conseguir unas arterias sanas es fundamental una pauta alimenticia basada en la dieta mediterránea (rica en frutas y verduras) combinada con un poco de ejercicio físico.

Así, el mejor consejo para comenzar el año de forma saludable es “menos plato y más zapato”, es decir, moverse más y comer de forma prudente e inteligente, afirma Rosa Solá, experta en Nutrición de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA). “Como el colesterol no produce síntomas, es importante, además, realizar analíticas periódicas para revisar sus niveles y evitar alimentos de alto contenido en grasas saturadas”, concluye.

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Un nivel moderadamente elevado de colesterol LDL implica riesgo de cardiopatía coronaria

El profesor Golsdstein recordó las áreas epidemiológica, experimental, génica y terapéutica que han dado lugar a que la comunidad científica acepte que el colesterol LDL, conocido popularmente como “colesterol malo”, es el factor causal clave que subyace a la patogénesis de la enfermedad coronaria.

El profesor Goldstein, profesor de Genética Molecular de la Universidad de Texas, fue galardonado con el Nobel de Medicina en 1985 por sus trabajos sobre el colesterol y la relación entre el aumento de los niveles de colesterol en sangre y la formación de depósitos grasos vasculares y la arteriosclerosis. Asimismo y en colaboración con Michael S. Brown, demostró la existencia en la membrana celular de receptores que captan y degradan las LDL plasmáticas.

En su intervención, el Nobel Goldstein se refirió a cómo los descubrimientos de los receptores de LDL y de su vía de metabolismo (SREBPs) han conducido a una comprensión molecular de cómo las estatinas reducen los niveles de “colesterol malo”. También se refirió al nuevo hallazgo que la proteína PCSK9, como regulador de los receptores de LDL. Los hallazgos permiten adivinar un nuevo futuro para aquellos pacientes con la enfermedad de hipercolesterolemia familiar que sufren de muerte prematura por falta de herramientas eficaces a largo plazo. Además hipotetizó sobre un nuevo escenario más amable si cabe para combatir la formación de las placas arterioesclerosas.

Tratamiento precoz y coste-eficacia

Recordó que la Asociación Americana del Corazón recomienda actualmente controlar el nivel de colesterol cada cinco años, a partir de los veinte. Si se detectan altos niveles de “colesterol malo” en la juventud es fácil controlarlo con un cambios en el estilo de vida y, si es necesario, con fármacos. Destacó que la detección y tratamiento precoz es claramente defendible desde la perspectiva de coste-eficacia y que los niveles ideales son cada vez más bajos en base a la evidencia científica. Existe por lo tanto una gran esperanza de mejorar la incidencia de enfermedades cardiovasculares.

En la jornada científica conmemorativa de la trigésima Memorial Fernández-Cruz, que se inició con la intervención del Nobel Goldstein y que estuvo dirigida como en anteriores ediciones por el profesor Arturo Fernández-Cruz, jefe del Servicio de Medicina Interna y director del Área de Prevención Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, han participado también prestigiosos especialistas nacionales e internacionales del área de la prevención cardiovascular.

El objetivo fue analizar los avances que permiten aplicar nuevas estrategias en el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular como los test genéticos o la medición del tamaño de los telómeros, sin perder de vista la actualización del manejo y prevención de los pacientes de alto riesgo, incidiendo en aquellos que son portadores de hipertensión arterial, obesidad-diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad vascular o fumadores.

Las conclusiones convergen en que “la identificación temprana de los factores de riesgo que conducen a la arterioesclerosis es el nuevo paradigma en la prevención y que su implementación no sólo salva más vidas sino que desde el punto de vista de los cuidados de la salud son definitivamente más rentables”, comenta Fernández-Cruz. La detección temprana consigue un 90 por ciento de supervivencia mientras que la medicina reactiva y tardía sólo alcanza un 10 por ciento. La repercusión en el gasto sanitario es, por lo tanto, muy impactante.

Conclusiones del Estudio DRECE

La población española consume 250 calorías al día menos que hace 20 años y, sin embargo, su tasa de obesidad ha crecido entre un 17 y un 21 por ciento debido, en parte, al estilo sedentario que se sigue en la actualidad, según se desprende del estudio de Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España (DRECE).

Y es que “los jóvenes dedican cada vez menos tiempo a la actividad física y más a ver la televisión o a permanecer delante del ordenador”, ha reconocido el coordinador de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el Dr. Miguel Ángel Rubio. Asimismo, ha precisado que este hecho puede, a su vez, incitar al “sobreconsumo inadvertido de picoteo”.

Sin embargo, los resultados del estudio subrayan que la población española presenta una mortalidad cardiovascular inferior a la de otros países europeos. Los expertos alegan que puede ser debido a la existencia de una tasa superior de colesterol HLD, conocido como “bueno”, ya que tiene un efecto protector.

“El estudio DRECE pone de manifiesto que los españoles, sobre todo las mujeres, presentan una de las cifras de colesterol “bueno” más elevadas respecto a otros países con mayor mortalidad cardiovascular”, ha afirmado el doctor Agustín Gómez de la Cámara, de la Unidad de Investigación Clínica e Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario 12 de Octubre.

Así, uno de los fines de este estudio ha aclarado el presidente de DRECE, el doctor José Antonio Gutiérrez, es “tratar de averiguar por qué la muerte por enfermedades cardiovasculares no es un problema tan importante como en otros países”.

En este sentido, el 40 por ciento de las defunciones en menores de 74 años son a consecuencia del cáncer, mientras que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ronda el 16 por ciento. El Dr. Gómez de la Cámara ha aclarado que detrás de estos fallecimientos precoces por enfermedades cardiovasculares está la diabetes y ha instado a los responsables políticos a que hagan un esfuerzo especial para detectar y tratar “adecuadamente” esta enfermedad.

Menos legumbres y más refrescos

El Dr. Gutiérrez ha reconocido que los hábitos alimentarios de la población española no son malos. “Nos aproximamos a las recomendaciones dietéticas saludables, sin detectar cambios que puedan ser motivos de alarma”, ha precisado.

Algunos de estos cambios que el estudio ha puesto de manifiesto es que los españoles comen ahora menos cereales y legumbres pero, en cambio, ingieren más refrescos y zumos. “Este hecho puede pasar desapercibido, pero su asociación con la obesidad y el síndrome metabólico es claro”, ha aclarado el presidente de DRECE.

Los investigadores han dado cuenta también de que la dieta mediterránea sigue prevaleciendo entre la población española y que se sigue consumiendo aceite, especialmente el de oliva.

En el estudio, que comenzó en 1990, han participado cerca de 5.000 personas de ambos sexos, que tenían, en su origen, entre cinco y 59 años. Además de 52 centros de salud y más de un centenar de investigadores. Durante estas dos décadas se ha realizado en total cuatro estudios.

Las enfermedades cardiovasculares son las responsables de más de 125.000 muertes cada año en España y cerca de cinco millones de ingresos hospitalarios.

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Día Mundial de la Diabetes: Actuemos contra la diabetes. ¡Ya!

En España, la diabetes tipo 2 afecta a más de 5 millones de españoles, aunque el 43,5 por ciento no lo sabe. Estas cifras van en aumento debido a, entre otros factores, el estilo de vida sedentario, el sobrepeso y la obesidad. Por otra parte, la diabetes tipo 1 supone entre el 10 y el 15 por ciento del total de la diabetes y es la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia. En España, unos 30.000 niños menores de 15 años tienen diabetes y cada año se producen unos 1.100 casos nuevos.

El doctor Alejandro Domingo, endocrinólogo y nutricionista del Hospital USP San Camilo de Madrid advierte de que “hacia 2050 la diabetes podría llegar a afectar al 50 por ciento de la población”, ante lo que recomienda someterse a una determinación de glucosa.

El test de medición de la glucemia consiste en una sencilla prueba diagnóstica. Mediante un pinchazo en la yema del dedo podemos detectar si los niveles de azúcar en sangre son elevados, señal característica de la diabetes. “Aunque depende de cada persona y de sus circunstancias se considera que, en ayunas, los niveles de glucemia no deben superar los 100 0 110 mg/dl“, explica el experto.

La diabetes es un grupo de enfermedades de múltiples causas que se caracterizan por un elevado nivel de glucosa en sangre que resulta del defecto en la secreción y/o en la acción de la insulina. Esta hormona ayuda a metabolizar la glucosa, permitiendo que ésta sea aprovechada por el organismo. De no controlarse puede generar distintos trastornos en la salud. Estas complicaciones, pueden evitarse o frenarse con un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.

Aunque los síntomas más conocidos de la diabetes son: sed intensa, orinar más de lo habitual y aumento del apetito acompañado de pérdida de peso inexplicable, la enfermedad puede estar silenciosa durante mucho tiempo y sólo podemos detectarla por los datos de glucosa en sangre en ayunas o después de sobrecarga de glucosa o desayuno de prueba.

Los hábitos de vida actuales están repercutiendo en un aumento de la diabetes tipo 2 en todo el mundo, mientras que las complicaciones crónicas asociadas a un mal control de la enfermedad, como la retinopatía, la nefropatía y la neuropatía, siguen en aumento. De hecho, se estima que la mitad de los afectados por diabetes padece retinopatía diabética, primera causa de ceguera legal en adultos, y la frecuencia del infarto de miocardio y trombosis cerebral es de dos a tres veces mayor en estos pacientes. La diabetes es responsable de una de cada cinco (20 por ciento) de las amputaciones de extremidades inferiores que se producen en España, al tiempo que la nefropatía diabética es responsable del 30 por ciento de las diálisis y trasplantes renales.

Prevención de la diabetes tipo 2

Expertos de todo el mundo coinciden en señalar que la diabetes tipo 2, que representa el 90 por ciento de todos los casos de diabetes, se puede evitar actuando preventivamente sobre los factores de riesgo modificables. Es decir, un estilo de vida saludable basado en la dieta equilibrada y la práctica de algún tipo de actividad física, dependiendo de la edad y circunstancias personales, contribuyen a la prevención de la enfermedad.

Así, como principales medidas para mejorar el estilo de vida se señalan las siguientes:

– Mantener el peso normal o perder más de un cinco por ciento si existe sobrepeso.

– Realizar un consumo de grasa inferior al 30 por ciento de las calorías diarias.

– Realizar un consumo de grasa animal (saturada) inferior al 10 por ciento de las calorías diarias.

– Incluir más de 15 gramos de fibra natural por cada mil calorías ingeridas al día.

– Practicar actividad física regular durante más de 30 minutos al día, al menos 5 días a la semana.

En este sentido, con el fin de concienciar a la población general sobre la importancia de la prevención de la diabetes, a las personas con diabetes de los beneficios de un buen control y a las autoridades sanitarias de la prioridad que es poner en marcha iniciativas en torno a la enfermedad, desde hace 20 años se celebra el Día Mundial de la Diabetes cada 14 de noviembre, instaurado por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), como respuesta al alarmante aumento de los casos de diabetes en el mundo. En 2007, Naciones Unidas celebró por primera vez este día tras la aprobación de la Resolución en diciembre de 2006 del Día Mundial de la Diabetes, lo que convirtió al ya existente Día Mundial de la Diabetes en un día oficial de la salud de la ONU.

Actuemos contra la diabetes. ¡Ya!

En esta edición, que se celebra bajo el lema Actuemos contra la diabetes. ¡Ya!, la Federación Internacional de la Diabetes ha centrado su campaña en cinco mensajes principales:

La diabetes mata: 1 persona cada 8 segundos, 4 millones de personas cada año.

La diabetes no discrimina: Afecta a todas las edades, ricos y pobres y a todos los países.

No podemos seguir ignorando la diabetes: 4 millones de vidas perdidas cada año, 1 millón de amputaciones al año, millones perdidos en ingresos y productividad.

La atención esencial para la vida es un derecho, no un privilegio: Educación, medicinas, tecnologías.

Elija salud: Demande alimentos y ambientes saludables, manténgase activo y coma bien. Usted puede marcar la diferencia.

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Las bondades del HDL colesterol

El estudio, uno de los mayores de su clase, examinó los registros médicos de más de 30.000 pacientes con diabetes, observando que los pacientes con bajo nivel de HDL sufrían más infartos y accidentes cerebrovasculares.

Los investigadores estudiaron a pacientes con diabetes debido a que son más propensos a las enfermedades cardíacas, según el estudio Framingham del corazón publicado en 2008. Si bien existe una evidencia considerable de que la reducción de la cantidad de lipoproteínas de baja densidad, también conocidas como LDL o colesterol “malo”, puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, la relación entre el colesterol HDL y la enfermedad cardiaca no se había descrito hasta ahora con claridad.

“Nuestro estudio aporta evidencias de que el aumento de los niveles de HDL puede ser una estrategia importante para reducir el riesgo de sufrir un ataque cardiaco”, afirma el autor principal del estudio, el doctor Gregory Nichols, investigador principal del Centro de Investigación sobre Salud Kaiser Permanente, Oregon (Estados Unidos).

“Esta es una noticia prometedora para los pacientes con diabetes, que tienen un mayor riesgo de padecer problemas cardíacos. Elevar el colesterol bueno puede ser una forma más a disposición de estos pacientes para reducir dicho riesgo”, añade la doctora Suma Vupputuri, coautora del estudio e investigadora en Kaiser Permanente en Atlanta (Estados Unidos).

El estudio incluyó a 30.067 pacientes que participaron en los registros de diabetes de Kaiser Permanente en Oregon, Washington y Georgia entre 2001 y 2006. A estos pacientes se les realizaron al menos dos mediciones de colesterol HDL con entre 6 o 24 meses de diferencia. Después de obtener la medición del colesterol, los investigadores llevaron a cabo un seguimiento de los pacientes durante 8 años, con el fin de registrar las hospitalizaciones por ataque al corazón o derrame cerebral.

Los pacientes cuyos niveles de HDL habían aumentado, sufrieron un 8 por ciento menos de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares que los pacientes cuyos niveles de HDL se mantuvieron igual, mientras que los pacientes cuyos niveles de HDL habían disminuido sufrieron un 11 por ciento más ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Este estudio fue observacional y no hubo intervención para modificar los niveles de HDL y, aunque muchos pacientes tomaban estatinas para reducir el colesterol “malo”, muy pocos tomaban medicamentos para mejorar el HDL.

Otros estudios anteriores han llegado a conclusiones contradictorias. Un estudio publicado en 2009 en la revista Archives of Internal Medicine observó que, por cada aumento de 5 mg/dl de colesterol HDL se producía un descenso del 21 por ciento en el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Sin embargo, una revisión sistemática de más de 100 ensayos clínicos publicada en el British Medical Journal también en 2009, encontró que el aumento del colesterol HDL no redujo el riesgo de enfermedades del corazón o la muerte.

A principios de este año, el Instituto Nacional de Salud tuvo que suspender un ensayo clínico en el que se administraban dosis altas de niacina para aumentar los niveles de HDL, porque los pacientes, que ya estaban tomando estatinas para reducir el colesterol “malo”, no experimentaban una reducción en los ataques al corazón por el consumo de niacina. La niacina es uno de los muy pocos medicamentos para aumentar el HDL, pero también puede tener efectos secundarios como enrojecimiento, vómitos, mareos y picazón.

Por otro lado, se pueden aumentar los niveles de HDL sin medicación, manteniendo un peso adecuado, cambiando la dieta, evitando el humo del tabaco, y practicando ejercicio.

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Incremento de la diabesidad

En este encuentro, que ha contado con la colaboración de Novo Nordisk, el presidente de la Sociedad Española de Endocrinología (SEEN), Javier Salvador, se ha referido así a la vista de estos datos a la necesidad de ahondar “en la formación de los profesionales en el diagnóstico y tratamiento de todos aquellos pacientes con enfermedades endocrinológicas y/o nutricionales”. De hecho, ha subrayado que en España “cinco de cada diez personas con diabetes tipo 2 presentan ya obesidad”.

Del mismo modo, Francisco Pajuelo, director Médico de Novo Nordisk, ha destacado la importancia de establecer sinergias entre los profesionales implicados en el tratamiento de la diabetes y la obesidad, “al objeto de lograr una mejor calidad de vida de las personas con diabetes”.

En España, se estima que más de la mitad de la población adulta tiene problemas de sobrepeso y que entre el 30 y el 35 por ciento padece de obesidad abdominal, aunque estas cifras epidémicas afectan desde muy temprano a los más jóvenes.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), Xavier Formiguera, ha agregado que en España el 15 por ciento de los adolescentes es obeso, uno de cada cuatro niños hasta los 18 años tiene sobrepeso y un 10 por ciento obesidad, lo que significa “que estamos empezando a ver en ellos enfermedades propias de los adultos”.

Estos expertos han coincidido en el hecho de que la obesidad es un problema de salud pública “de primer orden”, que se asocia a una gran comorbilidad y que tienen un coste sociosanitario importante.

“Favorece la aparición de muchas enfermedades, como la diabetes, hipertensión arterial, dislipemia, hiperuricemia, la apnea del sueño y las enfermedades cardiovasculares”, ha advertido Formiguera, quien igualmente ha alertado de que ya se sabe que la obesidad “favorece también la aparición de algunos tipos de tumores, como es el caso del cáncer de endometrio en mujeres postmenopáusicas o el de colon en el hombre”.

En opinión de este experto, la obesidad requiere de un abordaje multidisciplinar, “ya que si somos capaces de adelgazar a un individuo, haciéndole mejorar sus condiciones de enfermedades asociadas, el tratamiento de la obesidad mejorará la dislipemia, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, por ejemplo”.

Del mismo modo, ha enfatizado que estos factores “repercutirán sin duda en un ahorro de costes para el sistema sanitario, porque si continuamos con estas cifras epidémicas no habrá ningún país que pueda asumirlo económicamente”.

En Andalucía, según los datos del estudio Di@bet.es, la diabetes tipo 2 afecta ya al 16,3 por ciento de la población y el 37 por ciento de los andaluces presenta obesidad. Se estima que sólo una de cada tres personas con diabetes controla bien la enfermedad.

Según apunta la doctora Sonia Gaztambide, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes (SED), en la comunidad andaluza la prevalencia de diabetes y obesidad “es mayor que la media nacional, ya que las cifras de diabetes mellitus en nuestro país se sitúan en 13,8 y en Andalucía detectamos casi tres puntos más con respecto a la media nacional”.

Nuevas aportaciones terapéuticas

Durante la reunión también se han abordado las últimas innovaciones terapéuticas en el tratamiento de la diabesidad. Según Gaztambide, los nuevos tratamientos actúan controlando la glucemia, además de que tienen un efecto sobre el peso y producen menos efectos secundarios.

Por su parte, el presidente de la SEEN ha explicado que los análogos del GLP-1 “son los únicos fármacos antidiabéticos que además de controlar la glucemia inducen una pérdida de peso, que llega a ser significativa en muchos pacientes”.

A su juicio, este hecho representa un “cambio radical” en el enfoque terapéutico de la diabesidad, ya que la mayoría de los antidiabéticos existentes hasta ahora provocaban como efecto indeseable un incremento del peso corporal”.

La última innovación terapéutica disponible en España es liraglutida, un fármaco con una homología del 97 por ciento al GLP-1 (Péptido Glucagón tipo 1), una hormona secretada por el intestino cuya función es regular los niveles de glucemia manteniéndolos en rangos de normalidad.

Según los resultados del programa de Estudios clínicos LEAD (Liraglutide Effect and Action in Diabetes), en el que han participado más de 4.600 personas con diabetes tipo 2 y que constituyen unos de los más completos programas de investigación clínica en esta enfermedad, la liraglutida ha demostrado reducir un 1,25 por ciento los niveles hemoglobina glicosilada sin producir hipoglucemias. Además, ayuda a reducir el peso y la presión arterial sistólica y actúa beneficiosamente sobre las células beta del páncreas, las productoras de insulina.