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Oxygen therapy and obesity

Recogemos la intervención de Pedro González Muniesa en el marco del Curso de Verano Personalized Nutrition in Health and Obesity / Nutrición a la carta en la Salud y en la Obesidad organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Epigenetics and obesity

Recogemos la intervención de J. Alfredo Martínez en el marco del Curso de Verano Personalized Nutrition in Health and Obesity / Nutrición a la carta en la Salud y en la Obesidad organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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¿Por qué es tan difícil cumplir las dietas para perder peso?

Una investigación realizada por científicos del Albert Einstein College of Medicine, en Estados Unidos, podría haber encontrado la clave para explicar por qué es tan difícil seguir una dieta para perder peso. Sus conclusiones se publican en el último número de la revista especializada Cell Metabolism.

Este trabajo ha revelado que, cuando una persona no come la suficiente cantidad de alimento, las neuronas que inducen la sensación de hambre en el cerebro comienzan a devorarse a si mismas en un acto de “autocanibalismo” que intensifica la señal de hambre y hace que se tenga una mayor urgencia por comer.

Según explica el investigador del Albert Einstein College of Medicine, Rajat Singh, se trata de un proceso “realmente importante para que las células regeneren sus componentes en una especie de “mantenimiento doméstico”; es necesario también para regular el apetito”. El proceso celular descubierto en neuronas del hipotálamo del cerebro se conoce como autofagia.

Para Singh, estos hallazgos realizados en ratones sugieren que los tratamientos dirigidos a bloquear la autofagia de estas células podría ser útil como arma para luchar contra el hambre y combatir la obesidad.

En concreto, estos descubrimientos demuestran que lípidos que se encuentran en las denominadas neuronas AgRP (agouti-related peptide) se activan tras la autofagia, generando ácidos grasos libres que, después, disparan los niveles de AgRP, una señal de hambre en si misma.

Cuando se bloquea el proceso de la autofagia en las neuronas AgRP, los niveles de AgRP no se elevan en respuesta al hambre, según han demostrado estos investigadores. Sin embargo, se mantienen elevados los niveles de otra hormona, denominada hormona estimulante de los melanocitos. Esta alteración de la química del organismo hizo que los ratones adelgazaran, porque comían menos tras el ayuno y quemaban más calorías.

Se sabe que la autofagia tiene un importante rol en otras partes del cuerpo como forma de proporcionar energía en momentos de hambre. Como han demostrado estudios anteriores, a diferencia de otros órganos, el cerebro se muestra relativamente resistente a la autofagia inducida por la sensación de hambre.

“Este trabajo demuestra la naturaleza única de las neuronas de hipotálamo en su habilidad para regular la autofagia en respuesta al hambre, que es consecuente con el papel que desempeñan estas neuronas en la alimentación y la energía homeostática”, escribieron estos investigadores.

En opinión de Singh, los niveles altos crónicos de ácidos grasos en la sangre, como ocurre en las personas con una dieta rica en grasas, pueden alterar el metabolismo lipídico del hipotálamo, generando un círculo vicioso de sobrealimentación y alteración del equilibrio energético. Así, los tratamientos dirigidos a este proceso “podrían hacer que los pacientes tengan menos hambre y quemen más grasa”, una buena forma de mantener el equilibrio energético y mantener el peso.

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Cuantos más años vive una persona como obesa, más riesgo de muerte tiene

Una cuarta parte de los adultos del Reino Unido tienen sobrepeso y uno de cada 10 niños menores de 11 años en ese país son obesos. El gobierno dice que si continúa la tasa actual de crecimiento, las tres cuartas partes de la población podrían sufrir los efectos nocivos del exceso de peso de 10 a 15 años.

Sin embargo, el doctor de la Monash University (Australia), Abdullah Asnawi, y sus compañeros de investigación creen que la cifra es aún más preocupante si se tiene en cuenta la duración de esa obesidad.

El trabajo de Asnawi muestra que la duración de la obesidad o “los años como obeso” tienen un efecto directo sobre el riesgo de muerte, independientemente de otros factores como la edad o cómo de severo sea el exceso de peso es una persona.

El estudio examinó a 5.036 personas de Estados Unidos que estaban inscritas en el Estudio de la Cohorte de Framingham a las cuales se siguió su salud cada dos años en las últimas décadas. Entre los participantes el riesgo de muerte aumentó un 7 por ciento por cada periodo de dos años que la persona era obesa (lo que supone un índice de masa corporal de 30 o más).

Así, ser obeso de entre 15 y 25 años, duplica el riesgo de muerte en comparación con aquellos que no lo son y se triplica para aquellos que son obesos durante más tiempo, por lo que los investigadores consideran que este factor ha de tenerse en cuenta al evaluar a pacientes con sobrepeso.

“El estudio demuestra que, cada 10 años vividos con obesidad, los riesgos de mortalidad por cualquier causa se duplican, ya sea por enfermedades cardiovasculares así como por cáncer, lo que implica que el riesgo de mortalidad asociado a la obesidad actual en los adultos puede ser significativamente mayor que en las décadas anteriores”.

Los investigadores advierten que la obesidad está surgiendo a edades cada vez más tempranas. “Hoy en día la edad promedio de aparición de la obesidad se sitúa unos 10 años antes que en décadas anteriores, lo que significa que los niños de hoy en día aspiran a una vida más corta en comparación con las generaciones pasadas”, explica el experto.

Desde el Foro Nacional de Obesidad, Tam Fry asegura que “la obesidad está empezando a convertirse en un problema entre los sumamente jóvenes ya que se podría morir la gente por obesidad antes que sus padres”.

Los expertos consideran que estos resultados podrían ser una llamada de atención para las personas que padecen este problema ya que “el médico de cabecera podría alertarle sobre el riesgo de morir relativamente temprano, lo que podría ser una táctica útil para frenar ese crecimiento de la obesidad”.

Sin embargo, existen dudas sobre la posible eficacia global de esa medida ya que “muchas personas luchan para perder peso y no importa cuántas veces se les diga o cuántas veces lo intenten”.

Un portavoz del departamento de Salud asegura que “la lucha contra la obesidad es una prioridad para el Gobierno” y añade que “los médicos siguen las directrices actuales que se basan en que el índice de masa corporal (peso en relación con la altura) y la medida de la cintura es la mejor manera para evaluar la obesidad y sus riesgos para la salud”.

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Estar a gusto con tu cuerpo ayuda a perder peso

En esta ocasión, los investigadores analizaron a un grupo de mujeres que se sometieron durante un año a programas para perder peso, si bien fueron divididas en dos grupos para comparar la eficacia de diferentes estrategias.

De este modo, a la mitad de estas mujeres se les dio información sobre la importancia de una buena alimentación, el manejo del estrés y el cuidado personal. Por su parte, la otra mitad asistió a 30 sesiones semanales de terapia de grupo, en las que se abordaron temas como el ejercicio, la mejora y el reconocimiento de la imagen corporal, al tiempo que se les enseñó a superar algunas barreras personales claves para la pérdida de peso.

En las mujeres que participaron en este grupo, se observó que la consideración que tenían de su propio cuerpo y el grado de preocupación que éste les producía era determinante a la hora de bajar peso. Así, aquellas más satisfechas con su imagen fueron capaces de controlar la alimentación y bajar de peso en un siete por ciento, frente al dos por ciento del grupo control.

Según ha explicado Pedro Teixeira, de la Universidad Técnica de Lisboa y uno de los autores de este estudio, “los problemas de imagen corporal son muy comunes entre las personas con sobrepeso y obesidad, y en ocasiones son un obstáculo para bajar de peso”.

De hecho, añade, este estudio muestra una “fuerte correlación entre la mejora de la imagen corporal, especialmente en la reducción de la ansiedad acerca de las opiniones de otras personas, y los cambios positivos en los hábitos alimentarios”.

“Aprender a relacionarte con tu cuerpo y aceptarlo puede ser un aspecto importante y, por ello, debe tenerse en cuenta a la hora de iniciar un programa para perder kilos”, concluye.

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Los riesgos de seguir determinadas dietas para adelgazar

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha incorporado en su web “www.juntadeandalucia.es/salud” información sobre las dietas potencialmente peligrosas para la salud que prometen resultados milagrosos y que suelen proliferar en los meses de verano. Se trata de dietas que inicialmente consiguen pérdida de peso pero que conllevan riesgos para la salud.

La Consejería difunde así el análisis realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética sobre siete dietas no recomendables para la salud, “la de la alcachofa, la de sirope de arce, la de la sopa “quema grasas”, el método Dukan, la dieta de Montignac, dieta de los potitos o la del grupo sanguíneo”.

En las siete dietas, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición detecta riesgos potenciales para la salud por sus deficiencias en nutrientes fundamentales y efectos secundarios para la salud.

De forma que junto a este análisis, se añaden los criterios a tener en cuenta para considerar si una dieta es peligrosa para la salud. La Consejería de Salud insiste en la necesidad de comprobar el rigor científico de la misma, así como la exactitud y contradicciones en su planteamiento.

Así ha recordado que la mayoría de las dietas milagro no están referenciadas en ninguna base de datos científica española o internacional -Elsevier, Excelenciaclinica.net, Guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud, Scielo, ScienceDirect, Scirus, clinicaltrials.gov, PubMed-, lo que supone que no hay evidencia desde el punto de vista científico de su eficacia o seguridad.

Además, se advierte de que las dietas fraudulentas para perder peso se caracterizan por:

– prometer resultados rápidos y mágicos,

– prohibir el consumo de un alimento o grupo de alimentos,

– reducir el consumo de frutas,

– contener listas de alimentos buenos y de alimentos malos,

– exagerar la realidad científica de un nutriente,

– aconsejar productos dietéticos con propiedades extraordinarias,

– obligar a alimentarse de productos dietéticos o suplementos farmacológicos,

– incluir relatos o historias para aportar credibilidad,

– contener afirmaciones que contradicen a sociedades científicas de prestigio o a las autoridades sanitarias.

De manera que los riesgos más importantes de estas dietas son desequilibrio nutricional por déficit de nutrientes, cetosis, enfermedades cardiovasculares o renales, deshidratación o estreñimiento.

Test para verificar dietas

En esta batería de información sobre dietas potencialmente peligrosas, la Consejería de Salud de Andalucía incluye además varios tests, con el objetivo de que los ciudadanos puedan identificar si su dieta es o no correcta e incluso si puede poner en riesgo su salud. Además, se incorpora una herramienta para conocer una dieta equilibrada y saludable.

Así, frente a estas dietas potencialmente peligrosas, la Consejería ha elaborado menús saludables para ocho semanas con el objetivo de contrarrestar el efecto de estas dietas adelgazantes milagrosas monótonas, rígidas y poco apetecibles, y con las que no se aprende a comer saludablemente.

Los menús han sido elaborados por los dietistas-nutricionistas de la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética y presentan los elementos fundamentales de la dieta mediterránea adaptándose a los productos de temporada.

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La salud, una cuestión de peso

Según una encuesta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición el 15 por ciento de la población española padece obesidad. La aparición del sobrepeso se incrementa con la edad, pero su incidencia también es notable en la infancia y la adolescencia. Otros estudios corroboran que un alto porcentaje de la población española no está en “su peso ideal” y busca maneras de adelgazar.

Y no es sólo una cuestión de imagen, está demostrado que la obesidad aumenta el riesgo de determinadas patologías, como la diabetes, la infertilidad, las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, digestivas y otros síndromes metabólicos.

Además de estos riesgos para la salud, el sobrepeso conlleva obvias limitaciones físicas y psicológicas.

El fracaso de las dietas

Adelgazar y mantener un peso óptimo no es fácil. La dieta es el método elegido por la mayoría para perder peso. Pero las dietas repetidas y fracasadas producen, a la larga, daños físicos y psicológicos en las personas que las siguen.

El factor tiempo y la perseverancia son fundamentales y por eso buscamos la supervisión de centros de adelgazamiento y dietas con agenda y seguimiento diario.

Un régimen con garantías para nuestra salud debe estar controlado por un médico, adaptado a nuestro organismo y hacernos perder entre un cinco y un 10 por ciento del peso en un plazo de tres a seis meses.

Aún así, el éxito de una dieta implica un enfoque multidisciplinar. La dieta por si sola no basta.

Junto con la dieta hay otras opciones

Para ayudar a las dietas existen varios tipos de tratamientos: médicos, farmacológicos, alimentarios… así como tratamientos intervencionistas no quirúrgicos y, en el caso de obesidad severa, la cirugía.

Entre los tratamientos intervencionistas no quirúrgicos, el balón intragástrico se alza como un método eficaz y seguro.

Está demostrado que la ecuación combinación de dieta y balón intragástrico es más efectiva que realizar solamente una dieta.

Este sistema está indicado para pérdidas de peso de entre 15 y 30 kilos, y es aconsejable para adolescentes, adultos y mayores; también es un paso previo recomendable para quien padezca obesidad mórbida y necesite perder peso para aminorar los riesgos antes de someterse a una operación.

El balón intragástrico se implanta de forma ambulatoria por vía endoscópica y sin anestesia general. El balón de silicona relleno de suero fisiológico queda alojado en el estómago, proporcionando una sensación de saciedad. Tras un periodo máximo de 6 meses el balón se retira de la misma forma que fue colocado: a través del esófago y la boca.

Su colocación, mantenimiento y retirada tienen escasos efectos secundarios.

¿Y después?

Continúa el seguimiento. Para obtener los mejores resultados es preciso que todo el mecanismo de acción de la técnica se ponga en movimiento. Un equipo formado por especialistas del aparato digestivo, endocrinos, nutricionistas y psicólogos ha de supervisar ese temido “día después” para que los logros conseguidos al perder peso perduren indefinidamente.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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Descubren un nuevo enlace entre la obesidad y la resistencia a la insulina

Los científicos, en el laboratorio de la doctora Mary-Elizabeth Patti, comenzaron examinando los niveles de proteínas en el hígado de las personas obesas, observando una disminución de la cantidad de ciertas proteínas que regulan el empalme de ARN.

“Cuando una célula transcribe un gen, se genera un fragmento de ARN”, explica la doctora Patti, profesora de medicina del Harvard Medical School. “Ese fragmento de ARN se pueden dividir de diferentes formas, generando proteínas que tienen funciones diferentes. En el caso de las proteínas cuya producción recae en el hígado de las personas obesas, este proceso de cambios puede causar el exceso de grasa que se produce en este órgano, contribuyendo a la resistencia a la insulina”. Además, los investigadores demostraron que estas proteínas de empalme de ARN están disminuidas en las muestras de músculo de las personas obesas.

Los investigadores examinaron a continuación una proteína llamada SFRS10 cuyos niveles bajan en los músculos y en el hígado tanto de las personas obesas como de los ratones sobrealimentados. Este estudio de las células humanas y de ratones, demostró que la proteína SFRS10 ayuda a regular una proteína llamada LPIN1 que juega un papel importante en la síntesis de grasa. Los científicos observaron que los ratones en los que se suprimió la producción de SFRS10 produjeron más triglicéridos.

“En términos generales, este estudio añade una visión novedosa sobre cómo la obesidad, cambiando las funciones esenciales de las células, incluyendo el empalme de ARN, puede inducir la resistencia a la insulina y el riesgo de sufrir diabetes”, afirma la doctora Patti. “Esta información debería estimular la búsqueda de otros genes cuyas diferencias en el empalme puedan contribuir al riesgo de padecer diabetes tipo 2. En última instancia, esperamos que la modificación de estas vías mediante terapias nutricionales o medicamentos limiten las consecuencias negativas de la obesidad”.

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El 88 por ciento de los españoles que come a diario fuera de casa lo hace en restaurantes

Según este estudio, el 88 por ciento de los trabajadores españoles que comen fuera de casa, lo hacen en este tipo de establecimientos, una cifra muy superior a la media europea, que se encuentra en un 67 por ciento. Este proyecto, coordinado por Edenred, emisor del Ticket Restaurant®, cuenta con la colaboración de 21 entidades públicas y privadas, de los 14 países participantes.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), entidad que participa en este proyecto, alerta de que el 56 por ciento de la población adulta española tiene sobrepeso u obesidad debidos, sobre todo, a los malos hábitos alimentarios. Para disminuir estas cifras es necesario llevar una dieta equilibrada y disminuir el consumo de grasas y carnes, así como aumentar el de vegetales y cereales. Esto, sin embargo, no es siempre fácil cuando a la hora del almuerzo se debe elegir entre el primero y el segundo de un menú.

Los resultados del proyecto

Para ayudar a los empleados a saber qué elegir a la hora de la comida, y a los restaurantes a hacer más variados sus menús, FOOD ha realizado a lo largo de estos dos últimos años más de 52.000 entrevistas a trabajadores, y a 5.000 restaurantes de España, Bélgica, Francia, República Checa, Suecia e Italia. En nuestro país las entidades colaboradoras se han entrevistado con 10.000 empleados y 1.000 restaurantes.

Según indica Manuel Asla, director de Marketing y portavoz de Edenred en España, “para conseguir una mayor efectividad de la campaña tan importante es concienciar a los empleados de llevar unos hábitos saludables, como concienciar a los restaurantes de que ofrezcan menús que sigan unas pautas nutricionales equilibradas”. En este sentido, FOOD también ha preparado una serie de “recomendaciones” para los propietarios de los restaurantes, que les ayuden a promover la calidad nutritiva de los platos que sirven, sin que esto les suponga un gasto adicional.

Entre otros consejos se incluyen: utilizar métodos de cocina saludables que utilicen menor cantidad de grasa (al vapor, guisado o a la plancha) o no poner saleros en la mesa. También proponen ofrecer dos tamaños de plato, y más menús con ensalada y verduras crudas. Por otra parte, también aconsejan que se distingan claramente en la carta del menú los platos saludables del resto, y utilizar salvamanteles o bandejas que informen de los componentes de una alimentación equilibrada.

Por otra parte, con los datos obtenidos en los sondeos realizados, se ha elaborado una Guía FOOD para Empleados de la que se han distribuido varios miles de ejemplares en toda España a empresas y empleados, que contiene las diez recomendaciones y consejos que ayudan a seguir una dieta equilibrada. Además, incluye también un calendario con las frutas, verduras y pescados de temporada y un test de autoevaluación de hábitos saludables.

Con el objetivo de llegar más cerca de su público de interés, FOOD también organizó un roadshow, en el que un autobús viajó a través de seis países (Bélgica, Francia, Italia, República Checa, Suecia y España), promoviendo entre los asistentes recomendaciones sobre cómo practicar una dieta equilibrada comiendo en restaurantes.

Compromiso en la lucha contra la obesidad

FOOD tuvo hasta abril de 2011 financiación y apoyo de la Unión Europea. Ha presentado el trabajo realizado los últimos dos años ante el Parlamento Europeo y ha renovado su compromiso de continuar luchando contra los malos hábitos alimentarios de los empleados finalizada la primera fase. De esta manera, y aunque el programa europeo se haya acabado, las 21 entidades que forman el proyecto continuarán su trabajo, al que se añadirán otras entidades y países como Slovakia y la Autoridad de la Salud Pública Nacional de ese país.

FOOD está promovido en España por Edenred España, a través de su red Ticket Restaurant®, en colaboración con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Fundación Dieta Mediterránea.

Exceso de peso, tabaco y sedentarismo amenazan nuestra salud

Según sus datos, los “muy frecuentes” problemas de peso de los españoles, que afectan sobre todo a hombres mayores, tienen que ver con su alto sedentarismo. El 86 por ciento de los adultos de este país lleva una vida sedentaria. De hecho, pasan unas 14 horas semanales viendo la televisión y unas siete horas frente al ordenador.

“A uno de cada dos ciudadanos se les aconseja realizar actividad física en su tiempo libre (al menos 150 minutos semanales de actividad de intensidad moderada ó 60 minutos semanales de actividad vigorosa), pero sólo el 30 por ciento sigue el consejo”, señala el Dr. José Ramón Banegas, de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los responsables del estudio.

Otro de los factores que influye en el aumento de peso es la dieta. Los españoles sólo consiguen un 3,7 en la escala de adecuación a la Dieta Mediterránea tradicional, que se ha sustituido por una “dieta mediterránea evolucionada”, más rica en consumo de grasa animal.

Una dieta mediterránea con demasiada carne

Así, las grasas saturadas suponen el 12 por ciento de la ingesta total de energía de los adultos españoles, a pesar de que el consumo recomendado está entre el siete y el ocho por ciento. También se toman demasiadas proteínas. En concreto, los hombres ingieren 400 miligramos al día de colesterol, aunque la ingesta recomendada es menos de 300.

Sin embargo, se ha reducido la toma de hidratos de carbono (42 por ciento), cuando la ingesta recomendada está entre el 50 y el 55 por ciento y la de fibra, que se sitúa en 23 gramos por día cuando lo recomendado es que se superen los 25 gramos diarios. También es insuficiente el consumo de frutas, verduras, hortalizas y leche.

“El 80 por ciento de los españoles con problemas de obesidad recibe consejo sanitario sobre perder peso, pero sólo el 40 por ciento lo sigue”, añade este investigador.

Según este estudio, promovido por la farmacéutica Sanofi, el tabaquismo “sigue siendo muy elevado” en España. De hecho, el 28 por ciento de los adultos españoles fuma -el 15 por ciento a diario- y el 25 por ciento, es decir, uno de cada cuatro españoles, es fumador pasivo.

Además, el 33 por ciento de la población española sufre hipertensión. Casi dos tercios de estos pacientes saben que tienen este problema y de ellos, el 79 por ciento recibe tratamiento. Sin embargo, el 54 por ciento de los que están en tratamiento no tienen un buen control. “Por tanto, poco más del 20 por ciento de los hipertensos españoles está bien controlado”, destaca el Dr. Banegas.

Uno de cada dos adultos con colesterol

Asimismo, uno de cada dos adultos tiene alto el colesterol y la mitad de ellos no lo sabe. De quienes lo saben, sólo el 42 por ciento están tratados. Sin embargo, de los pacientes que reciben tratamiento, casi la mitad (47 por ciento) están sin controlar.

Casi el siete por ciento de los adultos españoles son diabéticos y el 20 por ciento no sabe que lo es. De quienes sí lo saben, el 86 por ciento está tratado, pero el 31 por ciento está sin controlar. “Es decir, menos de la mitad de los diabéticos están controlados”, asevera.

Para el Dr. Fernando Rodríguez-Artalejo, también responsable del estudio, estos datos, que no difieren demasiado de los de la última Encuesta Nacional de Salud realizada por el Ministerio, muestran que los factores de riesgo cardiovascular de los españoles son ahora “algo más altos” de lo que eran en el pasado.

Sin embargo, estos resultados se sitúan “en la línea de lo que está ocurriendo en otros países mediterráneos”, por culpa del sedentarismo, el tabaco y de que “se come demasiado” en España, donde la dieta mediterránea tradicional ha incorporado un excesivo consumo de carne.

Según José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, para el Gobierno “el factor de riesgo más preocupante es el tabaquismo”. Considera que la situación cardiovascular de los españoles “puede mejorarse”, tanto con información al ciudadano para mejorar su autocuidado como trabajando con los profesionales para optimizar el seguimiento de los pacientes.

Este trabajo, desarrollado por los doctores José Ramón Banegas y Fernando Rodríguez-Artalejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido presentado por el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, y el consejero catalán de Salud, Boi Ruiz, cuyo departamento ha colaborado en este proyecto.