video_generica_listado

Aditivos, contaminantes y alergias alimentarias

Recogemos la intervención de D. Tomás Chivato Pérez durante de Mesa Redonda Entorno alimentario y situaciones especiales en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Interacciones dieta-xenobióticos en las etapas de la vida y situaciones fisiológicas

Recogemos la intervención de D. Josep Tur Marí en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Influencia de los fármacos en la utilización de la dieta y el estado nutricional

Recogemos la intervención de Dña. Elena Alonso Aperte en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Influencia de la dieta y el estado nutricional en la utilización y acción de los fármacos

Recogemos la intervención de D. Antonio Aguilar Ros en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

video_generica_listado

Concepto de interacción dieta y xenobiótico: las interacciones alimento/medicamento como ejemplo

Recogemos la intervención de D. Abel Mariné Font en el marco de la Jornada Interacciones Dieta y Xenobióticos en el Siglo XXI, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

reportaje_generica

Ejercicio físico sí, pero con moderación

Para el jefe de servicio de Cardiología del Hospital La Zarzuela y Hospital San Francisco de Asís, el doctor Enrique Asín Cardiel, el ejercicio físico moderado es útil, “pero realizar deporte en exceso puede derivar en una verdadera patología”.

“Hace falta matizar los límites entre lo fisiológico y lo patológico en el corazón del deportista, ya que ahondar en esta diferencia puede suponer prevenir muchas muertes súbitas”, argumenta.

En cuanto a la conveniencia de realizar ejercicio tras haber presentado un problema cardíaco, el especialista ha afirmado que sí es recomendable, sobre todo en lo referido a enfermedad coronaria. Y en cuanto al resto de enfermedades cardíacas, siempre y cuando el paciente no presente insuficiencia cardíaca, sin duda es beneficioso el ejercicio. “Es lo que llamamos prevención secundaria y rehabilitación”, matiza.

Para este experto, la gente que realiza ejercicio físico sin conocer su situación cardiovascular corre un “riesgo importante”, motivo por el cual “el ejercicio físico debe ir adaptado a la situación de cada paciente”.

Este experto explica que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados, y, en este sentido, ha querido destacar que “el sedentarismo, los hábitos alimentarios, el exceso de peso, la grasa corporal, o la grasa abdominal, se correlacionan directamente con las enfermedades cardiovasculares, y especialmente con enfermedad coronaria, hipertensión arterial y sus complicaciones cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, o insuficiencia cardiaca”.

“Cuanto más progresa la Cardiología Terapéutica más importancia debemos dar a la prevención”, subraya el jefe de Cardiología del Hospital La Zarzuela y coordinador del Simposio Internacional sobre Implicaciones cardiovasculares del ejercicio, el deporte y la obesidad, auspiciado por la Fundación Ramón Areces y que tendrá lugar el próximo 13 de diciembre.

Para este experto, “hay que empezar a abordar este problema en la escuela, cuando el sistema cardiovascular está sano y antes de que se dañe”. “Lamentablemente, hoy en día el 46 por ciento de los niños sufre exceso de peso, el 16 por ciento obesidad y el 35 por ciento sobrepeso, “una situación que debe cambiar, ya que es un problema sanitario de primera magnitud”, recuerda.

video_generica_listado

Incontinencia urinaria

Recogemos la intervención del Dr. Francisco José Brenes Bermúdez en el marco del Curso Educación Sanitaria e Interrogantes en Patologías para la Oficina de Farmacia (2ª Parte) organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con la Organización Médico Colegial.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Síntomas del tracto urinario inferior no neurogénicos en el varón

Recogemos la intervención del Dr. Francisco José Brenes Bermúdez en el marco del Curso Educación Sanitaria e Interrogantes en Patologías para la Oficina de Farmacia (2ª Parte) organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con la Organización Médico Colegial.

Acceda a la transcripción de la ponencia

reportaje_generica

Las enjutas de Disneylandia. La imaginación como exaptación del juego del fingir

Los humanos somos una especie narrativa y nos diferenciamos por ello de otras especies, incluso de las más cercanas.

Para comenzar explicar que en los años 50 a unos pacientes que tenían una epilepsia incurable se les realizó una cirugía experimental para ver si podían impedir que las descargas epilépticas pasaran de una parte a otra del cerebro, y así curar la epilepsia que era refractaria al tratamiento farmacológico. ¿Qué sucedió? Pues que los estímulos que se les presentaban sólo iban a una parte del cerebro, al derecho o al izquierdo. De manera que a un paciente se le presentaba una imagen visual de una pata de una gallina que iba sólo a su cerebro derecho (que en la mayoría de los humanos es el cerebro no lingüístico, el que no habla), y en cambio el cerebro izquierdo (del habla), recibía la imagen de una casa en el campo en invierno. Posteriormente se le daba a escoger un número de tarjetas (cada parte del cerebro domina una de las manos, la contralateral), de manera que elige dos tarjetas: una de una pata de gallina y otra de una pala. Y al preguntarle porqué las había elegido dijo que “una era una pata de una gallina y la otra era una pala para recoger los excrementos de la gallina”. Es decir, se inventó una historia (ya que no sabía que su cerebro izquierdo había recibido otra imagen distinta).

Anosognosia

La anosognosia, que es la negación de que se padece una enfermedad, sucede en algunos pacientes que tienen dañado el lóbulo parietal. Por ejemplo un paciente que pierde el uso de una extremidad y niega que padezca algo en esa extremidad, e incluso puede reconocer que ese brazo no se mueve, pero se inventa una historia para explicarlo.

Paramnesia

Es una patología neurológica muy grave en la que se afecta una parte del hipocampo (que tienen que ver con la consolidación de los recuerdos), en algunos casos producto del alcoholismo crónico, y llegan a una parte de fabulación.

Esquizofrenia

En la esquizofrenia muy a menudo hay alucinaciones, la mayoría son auditivas y en ocasiones visuales. Muchas veces se refieren a las alucinaciones como el problema de estos pacientes y en realidad estas alucinaciones suelen contar “la solución a su problema”, es decir, se inventan historias que pueden dar cuenta, dentro de su esquema lógico, de lo que ellos están experimentando. Y la historia, lo que narran, es una manera de dar paz a su “infierno interior”.

Síndrome de Capgras

Se trata de sujetos que se comportan de manera normal pero que están convencidos que alguien muy cercano a ellos es un impostor. Ramachandran formuló una hipótesis que explica por qué sucede esto. En algunos pacientes, los que tienen esta focalidad clara, las amígdalas están dañadas. Estas estructuras colorean las experiencias de nuestra vida cotidiana, fundamentalmente nos advierten de que hay un peligro o de que estamos en situación de familiaridad. En estos pacientes esas estructuras no funcionan y pierden la familiaridad que antes tenían y su consciencia. De manera que su parte más racional necesita dar a esa sensación una explicación y la más sencilla es que, si esa persona no provoca en mí los sentimientos de familiaridad, no puede ser mi mujer, madre, etc. sino que tiene que ser un impostor.

¿Por qué somos narrativos e imaginativos?

En toda la evolución desde el Australopithecus afarensis hasta el Homo sapiens sapiens hemos pasado de un cerebro de 414 mL hasta uno de 1350 mL. Es decir, que en menos de 3,5 millones de años el cerebro ha ganado casi 1000 mL. Y el porcentaje de energía que gasta nuestro cerebro ha pasado de alrededor del 10% a un 25% actual.

También se ha producido un cambio en el porcentaje del cociente de encefalización. Del macaco al humano han pasado unos 20 millones de años y el cociente ha subido entre 6 y 9 veces. En cambio, en el mismo tiempo, la evolución del ratón a la rata ha mantenido el cociente de encefalización igual, ¿por qué ha sucedido tan rápido y por qué tanto?

Se han formulado dos hipótesis, la clásica hasta hace 20 años era la hipótesis ecológica que dice que los problemas con los que nos encontramos la especie Homo precisaron de un incremento de nuestra inteligencia y de nuestro tejido cerebral para solucionar estos problemas en nuestro entorno ecológico. Después apareció la hipótesis social, que se acepta como más razonable, que dice que nuestro cerebro ha crecido tanto porque somos una especie social muy particular. La vida en grupo es complicada y la conducta social requiere de una inteligencia más sutil que la utilizada para la comprensión del mundo físico.

Requerimientos para ser social

Entre los requerimientos el más complicado biológicamente es reprimir el deseo inmediato. En la vida social no hacemos lo que nos apetece, y eso, biológicamente, es muy raro. Necesitamos comprender las otras mentes, identificar los deseos, las fobias, las filias, distinguir entre mentirosos y honestos, ver los estados de ánimo, predecir las acciones de los demás, comprender las normas sociales, “saber hacer” en un entorno social y elegir la mejor estrategia para conseguir nuestros objetivos.

Todos estos requerimientos, y muchos más, son funciones específicas que tienen que hacer nuestro cerebro en cada momento cuando tenemos una interacción social.

¿Somos los únicos pensadores sociales del mundo?

La respuesta es, evidentemente, no. Un ejemplo de vida social donde hay una interacción compleja son los babuinos, donde el 50% de los acoplamientos son de los machos alfa. Sin embargo el 50% restante corresponde a alianzas de machos que actúan por su cuenta. ¿Cómo? Se ponen de acuerdo dos espontáneamente y uno ejerce de despiste del macho alfa (le pega y le persigue) para que el otro se aparee. Al día siguiente lo hacen al revés. Y en estructuras más sofisticadas como los chimpancés, el estatus alfa tiene que ver más con las alianzas que con la fuerza bruta.

Dilema morales

Pero hay diferencias entre esa sociabilidad y la nuestra. Se pueden aplicar una serie de juegos (que descubrieron los economistas conductuales en los años 50): los dilemas económicos o morales. En uno de ellos, el dilema del ultimátum, hay dos jugadores y un premio: uno de los jugadores hace una oferta al otro y el otro acepta, y se reparten el premio o no acepta y pierden los dos. Muchas veces no se acepta por parte de uno de los jugadores por diferentes motivos (por ejemplo castigar al otro). Eso es constante en todas las culturas humanas con raras excepciones, en las que pasa a la inversa: si me quedo 9 de 10 euros lo aceptan porque esa cultura tiende al sacrificio social.

Los resultados en general son que para ofertas sobre un 20% (dar 2 de 10 euros) hay un 50 % de rechazos en todas las culturas. En cambio en ofertas menores al 20% hay un 70% de rechazo. Sin embargo el supuesto de racionalidad económica es aceptar cualquier oferta, porque algo te vas a llevar, es decir, la mayoría de nosotros no somos racionales. Y es tan brutal esta predisposición que, incluso cuando jugamos con un ordenador, le castigamos: con 9 sobre 1 hay un 30% de personas que dice que no. Sin embargo cuando estas pruebas se han hecho con simios resulta que los chimpancés son más racionales que nosotros. Hay algo que nos diferencia.

Mecanismos evolutivos de la sociabilidad

La sociabilidad se ha basado en varios mecanismos evolutivos. Uno es ayudar a los tuyos, por ejemplo en la estructura social de las abejas o de las hormigas, se ayuda a los que tienen la misma carga genética. Otro caso es la cooperación, por ejemplo los lobos para cazar o incluso los delfines con los pescadores. Otro mecanismo es retornar una ayuda porque te servirá más tarde, por ejemplo los babuinos (se necesita memoria y emociones para ello). Posteriormente si las estructuras se complejizan, como en los chimpancés, se establecen reglas sociales relativamente complejas, se ayuda al que tiene prestigio (al macho alfa) para luego obtener favores.

En cambio a los humanos además se nos castiga o se nos premia, somos sensibles a las normas sociales. Tenemos una estructura social compleja y nos ayudamos porque hay unas normas que acatamos y que cuando rompemos dejan de funcionar. Las sociedades humanas están reguladas por normas compartidas en las que hay, por ejemplo, recompensa altruista, los individuos que acatan las normas son recompensados con coste para los recompensadores (se da un premio), y el castigo es lo que se hace en el ultimátum, los individuos que no lo aceptan son castigados con coste para los castigadores.

Esto ha llevado a situaciones curiosas. En un estudio de unos psicólogos sociales holandeses se hizo una encuesta en ciertas organizaciones (policías, ejército, etc.) que se basada en la hipótesis de que en toda sociedad hay entre 15-20% de individuos egoístas. En una prueba con estructuras sociales donde las normas eran claras vieron que los egoístas confiaban más que los generosos en las estructuras, las normas y el jefe. En cambio cuando las normas eran bajas los egoístas pasaban de las normas y del jefe y, en cambio, los prosociales o generosos se mantenían igual.

Esto juntamente con lo que sabemos del ultimátum y de la evolución de la cognición social da a entender que, en cierta manera, las normas y las estructuras sociales responden más a un beneficio porque controlamos a los caraduras que porque nos organizamos todos de manera adecuada. Es decir, la justicia y las estructuras sociales están para controlar a los caraduras, sino no serían necesarias.

Por tanto, la conducta social es compleja, los requerimientos para ser social son innumerables y, sobre todo, los humanos necesitan comprender las normas sociales. Y todo ello necesita de cerebro.

Estrategias del juego social

Aprender a ser social lleva su tiempo, no sólo con estructuras preestablecidas conseguiremos ser sociales y aceptar las normas. Y de ahí viene la simulación social y los escenarios que permitan aprender los distintos elementos que intervienen en la interacción social: situaciones, roles, actitudes, marcadores somáticos, causalidad social.

Necesitamos un espacio, un entorno, un contexto donde podamos aprender a ser sociales. Y eso es el juego del fingir, el juego simbólico, que se aprende en el periodo de la infancia donde jugamos entre los dos y 6 años. A partir de los seis años disminuye en beneficio de juegos con normas, pero antes hemos aprendido la estructura de la simulación social. Es un laboratorio donde aprendemos a ser ciudadanos de un entorno social.

Ese proceso es extremadamente complejo cognitivamente. Necesitamos de una estructura cognitiva muy sofisticada, la pretensión de espacios y objetos, necesitamos historias e inventar diferentes personajes, simulación, imaginación y también necesitamos contrafácticos (son las situaciones que no existen pero que podrían existir).

Preadaptaciones

Hay unas preadaptaciones que lo permiten: la conciencia social (el hecho de saber que somos un miembro de una determinada sociedad), la mimesis (la pantomima, la manera de comunicarnos mediante gestos), el juego, el lenguaje corporal, la simbolización, el acicalamiento verbal y la metacognición (el poder pensar sobre el pensamiento). Todo esto son preadaptaciones pero falta el espacio del contrafáctico, de la imaginación, de la invención de la ficción.

El juego de simulación genera el impulso narrativo, las ficciones narrativas precisan de simulaciones del mundo social y éstas precisan de un simulador cognitivo, es decir, el cerebro se ha convertido a causa del impulso del pensamiento social en un gran inventor de historias. Y eso ha explotado en el concepto de imaginación y con ella hemos hecho todo lo demás.

La imaginación como enjuta

Por tanto la imaginación es un efecto secundario a la cognición social, la imaginación como enjuta. La evolución no tiene un plan, sino que recicla, pero llega a soluciones que son suficientemente buenas. Por ejemplo, si estudiamos lo que el cerebro de una rana procesa al cazar insectos con los experimentos adecuados se ve que el cerebro de una rana no es sensible a los insectos, no procesa insectos, sino motas negras que pasan delante de su campo visual. Afortunadamente para ella la mayoría de las motas negras son insectos. Es decir, esa capacidad para detectar motas negras es una exaptación, una enjuta, una adaptación nueva en la historia evolutiva. Una exaptación es una adaptación que ha modificado su funcionalidad.

En realidad el término enjuta se refiere a la estructura arquitectónicas que está entre medio de los arcos. Esta parte en algunas iglesias se convirtió en un diseño artístico muy importante, y en cambio no tenían esa función originalmente, sólo eran el espacio que quedaba entre dos arcos. Es decir, de alguna manera las enjutas son como las exaptaciones de esa estructura arquitectónica, por ello se utilizó esa expresión. Y por ello se utiliza como la analogía con el juego del fingir. Éste es en realidad una exaptación que ha permitido crear la imaginación a partir del impulso social para aprender a ser individuos en una sociedad.

reportaje_generica

El 80% de las personas con hipercolesterolemia familiar no saben que la padecen

La hipercolesterolemia familiar es una enfermedad silenciosa, que muchas veces se hace visible a través de sus consecuencias más drásticas: ataques cardiacos, ictus o trombosis. De hecho, la mayoría de los infartos de personas menores de 50 años se debe a una hipercolesterolemia genética sin diagnosticar.

El diagnóstico precoz es la única opción para controlar los efectos de esta enfermedad y permitir una mejor calidad de vida a las personas que la padecen, así como un ahorro a la sanidad pública. Se estima que en España más de 875.000 personas tienen hipercolesterolemia familiar, sin embargo el 80 por ciento ni siquiera sabe que la padece.

Desde la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) el mensaje es claro: “La prevención es la clave y, hoy en día, existen técnicas que permiten detectar esta dolencia con una simple muestra de saliva. Además, al tratarse de una enfermedad genética, la prueba sólo se realiza una vez en la vida”.

Actualmente, existen diferentes niveles de implantación de métodos de diagnóstico en las comunidades autónomas, a la hora de detectar esta enfermedad y evitar sus consecuencias.

Así, las comunidades autónomas más implicadas son Madrid y Castilla León, ya que cuentan con plan de diagnóstico precoz y han convocado concursos durante los dos últimos años para suministrar estas técnicas a sus hospitales. Aragón, Cataluña y País Vasco también cuentan con iniciativas en este sentido, suministrando estas técnicas a los hospitales propiciando la actividad rutinaria respecto a la hipercolesterolemia familiar.

“Creemos que es indispensable poner en marcha un Plan de Diagnóstico Nacional que conciencie al sistema sanitario de la importancia de utilizar estas técnicas”, insisten desde la SEA. Además, afirman, “la prevención supondría un mejor control de los enfermos y un ahorro a largo plazo para las arcas públicas, al evitar los efectos graves que provoca: ataques cardiacos, ictus, trombosis e, incluso, la muerte”.

Cabe destacar la labor realizada por la empresa biotecnológica Progenika en este campo, la cual desarrolló en 2004 un chip de ADN para detectar la hipercolesterolemia familiar con una simple muestra de saliva. Según Progenika, “el chip simplifica y clarifica el diagnóstico clínico y es de gran ayuda para el manejo de este tipo de pacientes, tanto en atención primaria como especializada, ya que su uso es extremadamente sencillo”. Utilizando esta prueba de forma rutinaria se puede diagnosticar de forma rápida y eficaz a los enfermos de hipercolesterolemia familiar, cuyo tratamiento temprano es de gran importancia en la prevención de las enfermedades cardiovasculares prematuras.

Recomendaciones internacionales

Ya en el año 1997 la Organización Mundial de la Salud emitió su primer informe sobre el manejo de la hipercolesterolemia familiar. Posteriormente desde Estados Unidos el Proyecto MEDPED, recomendaba la necesidad de un diagnóstico temprano como herramienta fundamental de prevención. Recientemente la Sociedad Europea de Cardiología y La Asociación Europea para la Prevención y Rehabilitación Cardiovascular también se han unido a estas recomendaciones.

En este sentido, países como Holanda cuentan, desde 1994, con un Plan de Detección Nacional de Hipercolesterolemia Familiar (Cascada Familiar). Entre los beneficios obtenidos: el 85 por ciento de los pacientes diagnosticados siguen un tratamiento adecuado para normalizar sus niveles de colesterol, viéndose reducido el riesgo de sufrir un ataque al corazón prematuro en un 80 por ciento. Se estiman que las personas diagnosticadas por el Plan de Detección Nacional han alargado su esperanza de vida en más de 3 años. Además, gracias al plan se evitan 26 infartos de miocardio por cada 100 pacientes diagnosticados y tratados con edades comprendidas entre 18 y 60 años.