Doctor with pregnant woman

Investigadores sugieren que las alergias alimentarias pueden adquirirse durante la gestación

Científicos del Instituto de Investigación Infantil Murdoch de Melbourne, en Australia, han avanzado en el origen de las alergias alimentarias y sugieren que pueden no adquirirse del nacimiento o en una fase más avanzada de la vida, sino que podrían estar condicionadas por factores ambientales específicos durante el embarazo.

Así se desprende de los resultados de un estudio presentado en el Congreso Mundial de Alergias y Asma EAACI-WAO 2013 que se ha celebrado estos días en Milán (Italia).

En los últimos años está creciendo el número de personas que sufren alergias y actualmente se estima que ya hay unos 250 millones de personas en todo el mundo que padecen alergia a algún alimento. Esta situación es más frecuente en países en vías de desarrollo y el aumento más pronunciado se ha observado en niños.

Según explican ahora estos expertos, cada vez hay más pruebas científicas de que las alergias pueden desarrollarse en la fase fetal, ya que es posible que los bebés nazcan con una tendencia a desarrollar alergias alimentarias debido a las condiciones de vida de su madre, incluida la nutrición durante el embarazo. Esto ha sido demostrado en alergias alimentarias en niños, durante sus 12 primeros meses de vida.

En concreto, han visto que un proceso bioquímico llamado metilación del ADN desempeña un papel fundamental para un desarrollo inmunológico prenatal normal.

La metilación del ADN es sensible a las alteraciones ambientales. El estudio australiano muestra que las alteraciones o las influencias ambientales externas durante el embarazo aumentan el riesgo de alergias alimentarias. Basándose en estas pruebas, el estudio concluye que las alergias alimentarias están programadas antes del nacimiento.

En este congreso se presentaron resultados sobre la alergia al marisco, una de la más comunes entre las alergias alimentarias y una causa principal de reacciones alérgicas a la comida que pueden resultar mortales.

La investigación de Heidi R. Myrset y su equipo del Instituto Veterinario Noruego de Oslo demuestra qué partes de los alérgenos desencadenan la reacción alérgica al marisco, lo que podría ser un avance importante para encontrar una vacuna contra la alergia al marisco.

Bacteria

Un estudio relaciona las molestias por gases abdominales con una bacteria

El equipo del Grupo de Investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Vall d”Hebron Institut de Recerca (VHIR) que estudia la relación entre microbiota intestinal y determinados síntomas digestivos ha identificado las bacterias responsables de producir más gas intestinal, pero, sobre todo, de aumentar la sensibilidad a estos gases en algunos pacientes. Los hallazgos del estudio determinan cómo influye la dieta en estos síntomas y en la cantidad de gas evacuado, y además establecen las diferencias de composición de la microbiota intestinal entre los pacientes con síntomas y los pacientes sin síntomas.

El estudio, publicado en la revista GUT, una de las más reconocidas de la especialidad, parte de pacientes aquejados de malestar abdominal a causa de los gases y busca encontrar diferencias con un grupo de control para el que la flatulencia no es un problema. Se diseñaron dos grupos de estudio y se evaluaron sus hábitos dietéticos para homogeneizar al máximo los dos grupos y no partir de diferencias que ya de por si pudieran explicar una mayor flatulencia. Incluso se evidencia que las personas que al inicio presentaban más gases intestinales ya tendían a una dieta muy pobre en productos flatulentes. “En primer lugar, nos planteamos una comparativa en condiciones basales, es decir, sin hacer ninguna intervención, y se evidenció que las personas aquejadas de gases no tienen un mayor volumen de éstos en comparación con el grupo de individuos de control, pero sí es mayor el número de veces que expulsan estos gases”, explica el Dr. Fernando Azpiroz, responsable del Grupo de Investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del VHIR.

Ante una dieta flatulenta, con alimentos ricos en residuos que fermenten, especialmente leguminosas, en ambos grupos aumenta el volumen de gas en el intestino, aumenta el número de veces que se expulsan estos gases y, consecuentemente, también se produce un aumento de los síntomas abdominales. Cuando se estudió la microbiota presente en las heces de todos los individuos, se vio que existían diferencias entre ambos grupos. En los pacientes que ya inicialmente presentaban síntomas de flatulencia o meteorismo, cuando se les forzó a seguir una dieta rica en productos que favorecen esta flatulencia, la microbiota se vio rápidamente afectada respecto a las condiciones anteriores al cambio de dieta. “Vimos que disminuye la diversidad de especies y el balance entre ellas queda afectado, lo cual provoca una inestabilidad en la microbiota”, comenta el Dr. Francisco Guarner, responsable del grupo de estudio de Microbiota Intestinal. “En la microbiota intestinal existe una gran cantidad de especies, pero dos grandes familias: los firmicutes y los bacteroidetes que agrupan el 95% de todas las bacterias intestinales”, añade el Dr. Guarner. “En los pacientes con síntomas intestinales existe una rotura del equilibrio entre unas y otras y la proporción entre ellas queda afectada. Además, estos cambios afectan principalmente a las especies Bacteroides fragilis y Bilophila wadsworthia. En cambio, entre los individuos sin síntomas la microbiota permanece estable”, afirma el doctor.

De manera que una dieta más rica en alimentos flatulentos sólo altera la microbiota intestinal en aquellos pacientes que ya al inicio muestran síntomas y son más sensibles, mientras que en los del grupo de control no hay cambios significativos más allá de un aumento de los gases. Uno de los hallazgos más significativos del estudio es la presencia de Bilophila wadsworthia. Esta bacteria, descrita por primera vez el año pasado y claramente relacionada con la inflamación intestinal, es una productora de gas sulfhídrico y aumenta en la biota intestinal dependiendo de los alimentos consumidos. Este gas sulfhídrico es irritante y aumenta la sensibilidad intestinal. La cantidad de Bilophila wadsworthia en el intestino se relaciona con la cantidad de gas producido. A mayor número de estas bacterias, mayor presencia de gases, en términos generales. Pero el gran hallazgo de este estudio es que la Bilophila wadsworthia se encuentra en el intestino de los pacientes que presentan síntomas y no en el intestino de los controles sanos. “Entre sanos y afectos de meteorismo no hay un cambio sustancial respecto al volumen de gas producido pero sí respecto a quién lo produce”, explica el Dr. Azpiroz, y añade, “de forma que parece que no es la cantidad de gas lo que origina las molestias sino la composición de éste”. En los pacientes con Bilophila wadsworthia el gas es sulfhídrico, lo que produce mucha irritación y molestias, mientras que en los controles las bacterias productoras de gases producen fundamentalmente hidrógeno, metano y otros gases, que no son irritantes.

Las conclusiones del estudio determinan que, en condiciones basales, no hay muchas diferencias en el volumen de gases entre los pacientes que consultan por este motivo y los del grupo de control y que las diferencias se centran fundamentalmente en la sensibilidad intestinal y la composición de estos gases y no en su volumen y cantidad. Cuando se interviene en la dieta de estos pacientes, se vuelven más sensibles y su microbiota intestinal se desequilibra, mientras que en los controles, si bien una dieta flatulente les produce un aumento de los gases, no les supone consecuencias en la composición de la microbiota intestinal.

La microbiota Intestinal y el VHIR

Los investigadores del Vall d”Hebron Institut de Recerca (VHIR) han contribuido durante años al estudio de la microbiota intestinal y se sitúan entre los mayores expertos en este campo. En el marco del proyecto MetaHIT, que estudia y caracteriza el microbioma humano, ya han contribuido al descubrimiento de la existencia de tres grupos de poblaciones bacterianas que clasifican a la población mundial según tres tipos de flora intestinal (microbioma humano), algo parecido a lo que sucede con los grupos sanguíneos. Esta clasificación a nivel mundial permite a los investigadores acotar, en su búsqueda, el número de variables que pueden estar implicadas en enfermedades, acercando más la correlación entre el estado de la flora intestinal y el estado de salud de la persona.

También, este mismo grupo del VHIR lideró un estudio sin precedentes que demostró que era posible modificar la composición de la flora intestinal trasplantándola y que los cambios generados se mantienen, más allá de lo esperado, hasta tres meses después del trasplante. Este hallazgo abrió la posibilidad de validar tratamientos que puedan hacer variaciones en la composición de la flora y ha supuesto un antes y un después en aquellas enfermedades en las que hay evidencia científica de que la flora intestinal juega un papel determinante.

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Preocupación y percepción por el peso y la imagen corporal: ¿realidad o fantasía?

Hay preocupación por el peso totalmente razonable porque es un problema creciente que supone un importante riesgo sanitario a corto y, sobre todo, a largo plazo, y que incrementa el coste de atención sanitaria.

Problema sanitario

Hay que recodar las cifras tan alarmantes de obesidad. Según datos de nuestro equipo en una muestra representativa de adultos encontramos un 34,2% de sobrepeso y 13,6% de obesidad y en total es casi un 48% en adultos. En niños, con datos del estudio Aladino, hay un 26,2% de sobrepeso y un 18,3% de obesidad, en total casi de un 45%. Además hay una tendencia a aumentar el problema y aparte del riesgo sanitario que supone hay que añadir la preocupación estética.

¿Quieres perder peso?

En un estudio que hicimos sobre el tema a un colectivo de mujeres jóvenes se les preguntaba concretamente: ¿Crees que estás gorda? Un 64% respondía que no. Sin embargo un 15% decía que un poco y casi un 21% decía que sí. Al controlar el IMC del colectivo era de 21 y sólo había un 6,2% de mujeres que tenían sobrepeso (IMC de 25).

Al preguntar: ¿Te gustaría perder algún kilo de peso?, incluso las que afirmaban que no estaban gordas querían perder algún kilo, hasta un 65% (y algunas de ellas tenían de entrada un déficit ponderal). Un 35% no quería perder peso pero eran las más delgadas.

Si se presentan resultados del mismo colectivo en el cual se resta el peso que querían perder al que tienen y se representa el IMC real frente al deseado vemos que todas quieren estar en un IMC de 20.

Otro estudio más amplio realizado en 2.168 personas de 18-50 años de cinco poblaciones españolas pone de relieve, al preguntarles si deseaban perder peso, ganar o mantener, que la mayoría quería perder. Un 66% quería perder peso y esto es más frecuente entre las mujeres. También hay un colectivo que quiere mantener o ganar peso y en este caso es más frecuente esta respuesta en varones. Los hombres buscan un aspecto estético más musculoso.

Respuesta según el peso

Se puede diferenciar la respuesta entre los que desean perder, mantener o ganar, y vamos a fijarnos en la respuesta de los que desean perder peso y ver la diferencia de respuestas entre varones y mujeres, y entre individuos con normopeso, sobrepeso u obesidad.

Quieren perder peso un porcentaje variable de individuos creciente a medida que tienen más peso corporal, más mujeres que hombres. Pero hay que hacer dos consideraciones: algunas personas con normopeso quieren perder peso, sobre todo mujeres (65% de mujeres normopeso quieren perder peso) y no todas las personas que tienen sobrepeso u obesidad quieren perder peso. Hasta un 30% de hombres y un 50% de mujeres han seguido dietas de adelgazamiento.

Todos los datos anteriores son de un proyecto de investigación que no están publicados, pero si se ha publicado un libro titulado Nutrición en población femenina desde la infancia a la edad avanzada y uno de los capítulos habla sobre este tema. Son datos de casi 1.600 mujeres de 18-30 años y de entrada se puede destacar que el deseo de perder peso se da en todos los grupos de peso en mujeres (bajo peso, normopeso y sobrepeso y obesidad). De las que tienen déficit ponderal hay un 18% de ellas que quiere perder peso. Y también hay algunas con sobrepeso u obesidad que no quieren perder o que ya han desistido. Hay que destacar que un 68% de mujeres normopeso quiere perder peso. De las mujeres con normopeso hay un porcentaje alto que han seguido dietas y muchas lo hacen de manera habitual.

¿Cuántos kilos quieres perder?

Cuando preguntamos a estas mujeres si desean perder algún kilo casi un 70% dice que sí, y entorno a 5,6 kilos. Este deseo de perder peso va aumentando con la edad y también el número de kilos que se desea perder. También alguna quiere ganar peso pero el porcentaje es menor y va disminuyendo con la edad (porque con la edad va aumentando el peso).

Y si la pregunta es: ¿Cuál es peso con el que estarían más sanas o más atractivas? Aunque es similar hay una pequeña diferencia: el peso con el que la mujer declara sentirse más atractiva es un poco más bajo respecto al peso más sano. Lo mismo con el IMC corporal.

Al diferenciar según los grupos en las mujeres con normopeso hay un 68% de mujeres que quieren perder peso y de media unos 4 kilos; un 18% de mujeres con bajo peso quieren perder y de media unos 2,3 kilos; y, por supuesto, el porcentajes va creciendo para sobrepeso (8 kilos) y obesidad (17 kilos) y a medida que va aumentando el problema quieren perder mas kilos de media.

En las mujeres de bajo peso el porcentaje que quieren ganar es mayor porque son conscientes de que tienen bajo peso, pero en los otros grupos muy pocas mujeres quieren ganar peso. Y respecto al peso ideal, el peso atractivo es un poco más bajo que el peso que señalan como saludable.

¿Dieta por razones estéticas o por salud?

También se preguntaba en el estudio si cuando se ha seguido una dieta era por razones estéticas o por salud. Y se ve que en general es más frecuente hacer dieta por razones estéticas, preocupa más la estética que la salud.

A medida que aumenta la edad disminuye el número de mujeres preocupadas por la estética y aumenta la preocupación por la salud. Y al ir aumentado el peso las razones estéticas también disminuyen y se incrementan las razones sanitarias.

¿Qué alimentos disminuiría para perder peso?

Para concluir con este estudio una mención a la pregunta: ¿Qué alimentos disminuirían para perder peso? Vemos que hay muy poca diferencia entre las respuestas que dan las mujeres que ya han seguido dieta y las que nunca la han hecho.

Esto pone de relieve que no hay un buen conocimiento. Piensan lo mismo las que les interesa el tema y se han asesorado o no, y las que no se preocupan por el tema.

Percepción del peso

Es evidente que no tenemos una percepción real del peso. A veces esta distorsión es grave, como puede suceder en personas con TCA, pero toda persona tiene una cierta distorsión.

Para detectar esta distorsión o veracidad nuestro equipo investigador preguntaba a los estudiantes su peso y talla, y posteriormente en las clases de antropometría se tomaban los datos de peso y así esto nos permitía comparar los datos reales con los declarados.

Se vio que como media en los jóvenes estudiantes había una tendencia a declarar un peso algo inferior al que tenían (más o menos 1 kilos) y de talla algo más. Pero las personas que tienen más peso o están más preocupadas por el peso se alejan más de la realidad. Y en cuando a la talla los obesos sobrevaloran su talla en mayor medida.

¿Son conscientes los padres del peso real de sus hijos?

También nos podemos preguntar por la percepción del peso que tienen los padres de sus hijos: ¿Son conscientes los padres del peso real de sus hijos? Datos de un estudio de nuestro grupo realizado en 638 escolares controlando datos de dieta y antropometría de los niños y de los padres se constata una asociación entre situación ponderal, sobre todo con la madre, y concretamente la proporción de niños con sobrepeso u obesidad era significativamente superior en hijos de madres con sobrepeso y obesidad.

Respecto a la percepción de la madre del peso vemos que casi nunca la madre sobreestima el peso del niño, sino que hay una percepción en general o bien adecuada o se subestima. Hay un 20% de madres de niñas que no las ven gorditas cuando tienen sobrepeso. Pero la “ceguera” es mayor con los varones. Casi un 28% de madres de niños subestima su peso, es decir, que las madres no son totalmente objetivas, prefieren que esté un poco gordito.

Si el niño tiene sobrepeso u obesidad sólo un 38% de las madres lo ven y un 61% lo subestima y no lo ven. La preocupación es diferente según los niveles socioeconómicos: en los niveles más bajos hay más obesidad y preocupa menos, y en función del sexo preocupa menos en varones, y en hijos varones.

Percepción del peso en personas muy delgadas o muy obesas

Es importante controlar la preocupación por el peso tanto si la persona es muy delgada como si es muy obesa. En los estudios se puede medir la discrepancia entre la ingesta energética y el gasto. Y el alejamiento entre los resultados de ingesta y de gasto puede utilizarse como indicador de infravaloración/sobrevaloración de la ingesta.

La discrepancia es muy distinta según el IMC de un individuo, si es menor de 20 hay una ligera sobrevaloración pero a medida que aumenta el peso va creciendo la infravaloración, de manera que no es igual el resultado del estudio dietético de personas normopeso, sobrepeso u obesidad. Y respecto a la preocupación por su peso, la pregunta era: ¿Crees que estás gorda? Cuando la persona declara que no, hay muy buena coherencia ingesta gasto, pero si la persona declara que sí está gorda es mayor la discrepancia ingesta gasto.

Conclusiones

La preocupación por el peso es un dato interesante porque modifica la veracidad de las respuestas en el estudio dietético. También modifica la respuesta en datos antropométricos autodeclarados y puede modificar los hábitos alimentarios, ya que si una persona está preocupada por su peso es probable que haga dieta o que modifique sus hábitos en función de esa preocupación.

Como sabemos que hay un desconocimiento sobre pautas correctas para controlar el peso un porcentaje alto de la población está modificando sus hábitos en una dirección equivocada: algunas porque tienen sobrepeso u obesidad y otras sin motivo, y quizás están perjudicando su alimentación y su salud y su control de peso a largo plazo.

Por tanto es necesario mayor educación nutricional desde la infancia; luchar contra la obesidad empleando las medidas más eficaces y seguras para conseguir que haya menor porcentaje de personas con obesidad; y también hay que tener cuidado con el mensaje por la presión tan alta que hace que muchas personas que no tienen problemas con el peso se preocupen y hagan dietas equivocadas que ponen en peligro su salud.

Slimming

Acortar el tiempo que se está sentado en el trabajo reduce el perímetro de la cintura

Este trabajo, en el que también ha colaborado el jefe de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar de Barcelona y vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), el doctor Albert Goday, se ha realizado a partir de una muestra de 1.336.055 chequeos médicos a trabajadores observados entre los años 2004 y 2007.

De su estudio se ha hallado que la prevalencia de la obesidad en los trabajadores “es mayor en hombres que en mujeres y se presenta en mayor medida entre los trabajadores de categorías manuales frente a los profesionales de tipo intelectual”. Además, se observa que la incidencia de sobrepeso se comporta igual en ambos parámetros.

Por otra parte, los expertos han descubierto que la prevalencia de obesidad mostró “un aumento progresivo y paralelo” en los trabajadores de ambas categorías. Ante este aumento constante, Goday sostiene que la situación demanda “promover programas de prevención temprana, tratamientos específicos, así como invertir en educación para reducir las fortísimas tasas”.

Ahondando en los resultados obtenidos con el estudio de elaboración conjunta, los expertos sostienen que es llamativa “la elevada prevalencia de obesidad observada entre las mujeres con 60 o más años y ocupaciones manuales”. Además, explican que “es posible” que la prevalencia de obesidad entre la población laboral en paro sea aún mayor”.

De cualquier forma, algo que se evidencia en la investigación es que las prevalencias de sobrepeso y obesidad “han ido en aumento en España durante los últimos 20 años”, argumento al que se une el de que la tendencia al alza “es similar a la observada con anterioridad en otros estudios realizados en Europa”, concluyen los expertos.

Acortar el tiempo que se está sentado en el trabajo reduce el perímetro de la cintura

En otro trabajo, el Grupo de Investigación en Deporte y Actividad Física de la Universitat de Vic (UVic) ha demostrado que reducir el tiempo que se está sentado permite reducir el perímetro de la cintura y mejorar la percepción laboral, en el marco de la primera fase del proyecto Walk@Work Spain, un estudio impulsado para implementar un programa para aumentar la actividad física en horario laboral.

El estudio también destaca la importancia de hacer labores de forma activa, subir escaleras y dedicar unos minutos del descanso a caminar para reducir la cintura, ha informado la UVic, que ha impulsado el proyecto junto a la Universitat Ramon Llull (URL), la Universidad de Vigo y la Universidad del País Vasco.

Los investigadores han estudiado el modo de mejorar la salud y el bienestar de empleados de oficina que pasan la mayor parte de su jornada laboral sentados, teniendo en cuenta que el sedentarismo provoca enfermedades crónicas y aumenta el riesgo de obesidad.

La comunidad internacional considera que acumular 10.000 pasos diarios es el techo mínimo para obtener beneficios saludables, mientras que un trabajador de oficina acumula una media de entre 4.000 y 6.000. Aplicando métodos de aumento de los pasos, los trabajadores logran reducir su cintura y notan efectos beneficiosos dos meses después de haber acabado el programa propuesto por los investigadores, lo que demuestra la consolidación de un cambio de hábitos.

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Se inician las mediciones en 3D para completar el estudio antropométrico de los hombres

Seis años más tarde de que se iniciara el estudio antropométrico en la población femenina, el Instituto de Biomecánica inicia las mediciones en 3D de los hombres.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia colabora con el Instituto de Biomecánica (IBV) en el proyecto europeo SizingSUDOE para completar el estudio antropométrico de la población masculina española. La cabina de medición está instalada en el Museo Príncipe Felipe y consiste en un escáner que registra con tecnología óptica la forma 3D del cuerpo, según ha indicado el IBV en un comunicado.

Para hacer las mediciones, cuatro haces láser realizan un barrido en 15 segundos obteniendo 130 medidas de la persona escaneada. Esta información permitirá mejorar el diseño y la compra de ropa online en los países participantes en esta investigación: Francia, Portugal y España.

SizingSUDOE plantea la creación de una red estable entre centros tecnológicos y asociaciones empresariales para facilitar la transferencia de la información antropométrica de la población (e-business, diseño CAD, maniquíes virtuales/avatares) a las empresas del sector, de forma que puedan desarrollar nuevos productos y servicios adecuados a todos los consumidores que las hagan más competitivas.

Para ello, se pretende optimizar a escala transnacional los estudios antropométricos realizados, completando las bases de datos en los tres países mencionados de forma que sean comparables. La obtención de datos antropométricos tiene múltiples aplicaciones, no sólo en el sector de textil-confección. Contar con las medidas actualizadas de la población permite mejorar el diseño de los puestos de trabajo, del mobiliario, de los automóviles o incluso de las sillas de ruedas.

Para completar la base de datos de la población española, el Instituto de Biomecánica medirá a 1.700 hombres. Las mediciones, que se iniciaron en abril en el IBV, se han trasladado al Museo Príncipe Felipe (junto a la cafetería, en una zona de acceso libre) y se prolongarán hasta el 30 de julio de 2013. Posteriormente, está prevista la llegada a Madrid. Podrán colaborar en esta iniciativa quienes reúnan los siguientes requisitos: ser varón, mayor de 12 años y residente en España.

El peso de la industria textil

La industria textil, de la moda y confección representa una de las mayores industrias europeas con un peso predominante en los países del sudoeste de Europa, ya que se encuentran entre los 5 países del continente con más actividad en el sector.

Sin embargo, la creciente deslocalización de la producción, la aplicación de sistemas de patronaje basados en datos y proporciones corporales de los años 70, así como la escasa estandarización de los sistemas de tallaje, han provocado que una de las principales quejas de los consumidores sea la falta de ajuste de ropa (afecta en especial a las mujeres, teniendo un 40 por ciento de ellas problemas para encontrar su talla).

Esto supone una barrera para la venta por Internet y, lo que es más preocupante, provoca un elevado índice de devolución y de ropa que se queda sin vender al final de cada temporada.

En este contexto, administraciones y grupos empresariales del sector han impulsado la realización de estudios antropométricos en varios países. Sin embargo, han sido promovidos a nivel nacional y con diferentes metodologías de medida, con lo que la comparación y estandarización a nivel transnacional ha sido compleja hasta ahora.

Coordinado por el Instituto de Biomecánica (IBV), en esta iniciativa también participan la Asociación Textil de Galicia (Atexga), la Federación Española de Empresas de Confección (Fedecon), el centro tecnológico Das Industrias Téxtil e Vestuario de Portugal (Citeve), la Associaçao Téxtil e Vestuário de Portugal (ATP), la Universidad de Burdeos, el Institut Français du Textile et de l”Habillement (IFTH) y el Instituto Nacional del Consumo (INC).

SizingSUDOE es un proyecto cofinanciado con Fondos Europeos de Desarrollo Regional de la Unión Europea.

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Efectos sobre la salud de los flavonoides contenidos en cerveza, vino y sidra

El análisis de los polifenoles contenidos en las bebidas fermentadas, entre los que destaca el xanthohumol de la cerveza o el resveratrol del vino, el consumo de este tipo de bebidas y su relación con la salud y el control de peso, el papel del consumo moderado de cerveza, vino o sidra en la salud cardiovascular y arterial o la nueva aproximación al estudio de alimentos y bebidas fermentadas son los principales temas que se han tratado en la VI Jornada Científica – Taller sobre Bebidas Fermentadas y Salud de la Cátedra de Bebidas Fermentadas de la Universidad Complutense de Madrid.

Según el Catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Cátedra Extraordinaria, el Prof. Dr. César Nombela, “las bebidas fermentadas constituyen mezclas complejas derivadas de las materias primas con una notable riqueza de componentes que pueden tener relevancia para la salud humana. Diversas investigaciones científicas han demostrado que el consumo moderado de estas bebidas por adultos sanos y de otros alimentos fermentados podría tener efectos en la prevención de algunas enfermedades como las cardiovasculares o las relacionadas con la obesidad. De ahí la importancia de investigar sobre los efectos de cada componente, así como sobre el impacto del consumo moderado de bebidas fermentadas como parte de una dieta saludable en la salud de la población”.

El Prof. Julián Rivas Gonzalo, del Área de Nutrición y Bromatología de la Faculta de Farmacia de la Universidad de Salamanca, durante su ponencia Polifenoles en bebidas fermentadas: más allá de las cualidades sensoriales ha comentado que los polifenoles incluidos en la cerveza, el vino o la sidra son potentes antioxidantes que pueden complementar la función de vitaminas y otras enzimas que actúan como defensa natural ante el estrés oxidativo, desencadenante de distintos procesos degenerativos.

Por su parte, el Prof. Dr. Claus Hellerbrand, Catedrático de Hepatología Experimental en el Hospital Universitario de Regensburg, Alemania, ha destacado durante su conferencia que el xanthohumol es uno de los principales flavonoides que se encuentran en los extractos del lúpulo, ingrediente fundamental de la cerveza. Se ha demostrado que este antioxidante tiene diferentes actividades biológicas entre las que destacan su efecto antiinflamatorio y antitumorigénico en distintos tipos de cáncer, si bien, tal y como ha asegurado el Prof. Hellerbrand, es necesario continuar investigando en esta área.

La cerveza y el sistema inmunitario

Continuando con el xanthohumol, el Prof. Subhash C. Gautam, director e investigador del Departamento de Cirugía del Henry Ford Health System de Detroit ha presentado las conclusiones de diversos estudios que relacionan los fitoquímicos presentes en los alimentos derivados de plantas, como es el caso del xanthohumol de la cerveza y del resveratrol del vino, con la inhibición de las respuestas inmunitarias por mediación de células T. Así, ha explicado que “el consumo moderado de bebidas fermentadas, siempre que este consumo sea realizado por adultos sanos, podría tener efectos positivos en el sistema inmunitario”.

Las bebidas fermentadas, sus antioxidantes y la salud cardiovascular

Durante la ponencia Las bebidas fermentadas como moduladoras de la protección antioxidante, control de peso y salud, la Prof. Dra. Rosa M. Ortega Anta, Catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, ha comentado que “diversos estudios científicos concluyen que los consumidores moderados de cerveza tienen hábitos alimentarios más saludables que los no consumidores y llegan a tener mejores niveles de vitamina E, B2 y otros antioxidantes en suero, así como cifras más altas de HDL-colesterol. Asimismo, ha explicado que se ha asociado un descenso en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes.

Por otra parte, el Dr. Ramón Estruch, del Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona ha dado a conocer los resultados de su última investigación en la que se ha estudiado si los efectos cardioprotectores de las bebidas fermentadas se deben a su bajo contenido en alcohol o a los componentes no alcohólicos derivados de los ingredientes naturales con los que están elaboradas.

En su trabajo, el Dr. Estruch concluye que los compuestos fenólicos de la cerveza regulan el metabolismo de la glucosa y otras moléculas relacionadas con la arteriosclerosis. Además, tanto el bajo contenido alcohólico de esta bebida como los polifenoles que contiene podrían regular los medidores inflamatorios en sujetos con alto riesgo vascular. Según el Dr. Ramón Estruch, “estas conclusiones se obtienen siempre que el consumo de bebidas fermentadas sea moderado, es decir, en el caso de la cerveza, una o dos cañas diarias para las mujeres y dos o tres para los hombres”.

Finalmente, el Prof. Francisco Pérez-Vizcaíno, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, ha manifestado que “además de su conocido efecto antioxidante, los flavonoides interfieren con un gran número de vías de señalización bioquímicas y, por tanto, procesos fisiológicos y patológicos. Existe evidencia sólida de que, in vitro, los flavonoides ejercen efectos vasodilatadores endotelioindependientes, efecto protector sobre el óxido nítrico y la función endotelial bajo condiciones de estrés oxidativo, efectos antiagregantes plaquetarios, inhibición de la oxidación de LDL, reducción de moléculas de adhesión y otros marcadores inflamatorios y prevención del daño oxidativo”.

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La microbiota intestinal de la mujer durante el embarazo y la lactancia protege al bebé contra las infecciones

La leche materna tiene múltiples beneficios para los neonatos, muchos de ellos vinculados al amplio espectro de bacterias que contiene. Tradicionalmente descrita como estéril, estudios recientes demuestran que la leche materna es un “alimento vivo” rico en bacterias comensales, mutualistas y potencialmente probióticas que tienen un gran impacto en el intestino infantil.

Juan Miguel Rodríguez, doctor en Veterinaria, profesor del Área de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid y experto en lactancia materna que ha participado estos días en el XVI Congreso Nacional de Matronas celebrado en Zaragoza, afirma que estas bacterias ejercen un papel relevante en la protección del bebé y de su madre: “pueden contribuir a reducir la incidencia y severidad de una amplia gama de infecciones, participar en la correcta maduración del sistema inmunitario infantil e incluso prevenir la caries dental y las enfermedades periodontales”.

Protección frente al VIH

La riqueza de la leche humana es tal que los investigadores estudian el aislamiento de algunas de sus bacterias para emplearlas como probióticos en un futuro, por ejemplo, para tratar la mastitis, una de las causas principales del destete precoz, o para inhibir la transferencia del virus VIH.

Estudios in vitro realizados demuestran que algunas de las cepas presentes en la leche humana son capaces de inhibir el VIH-1. “Evaluamos la capacidad de 38 cepas bacterianas aisladas de la leche materna de mujeres sanas para inhibir la infectividad del VHI-1 in vitro -explica el profesor Rodríguez-. Los resultados indicaron que la leche humana posee ciertas bacterias con capacidad para inhibir el virus in vitro y hay que evaluar su posible papel en los mecanismos de protección frente al VIH”.

La microbiota: de madre a hijo

Hasta hace poco tiempo se sostenía que la colonización intestinal del recién nacido se iniciaba en el canal de parto, debido al contacto bucal del pequeño con la microbiota vaginal e intestinal de su madre. Posteriormente, él mismo era quien colonizaba el pecho materno a través de la lactancia y las bacterias presentes en la piel de su madre.

Pero en los últimos años la evidencia científica ha dirigido su mirada hacia las glándulas mamarias de la madre como fuente de bacterias beneficiosas para el neonato: “ninguna de las vías clásicas -boca del niño, piel de la madre- puede explicar la diversidad bacteriana que existe en la leche humana”, comenta el profesor Juan Miguel Rodríguez.

Investigaciones recientes sostienen que algunas bacterias del intestino materno podrían colonizar las glándulas mamarias durante la última etapa del embarazo y la lactancia a través de la ruta entero-mamaria, de ahí la riqueza bacteriana de la leche. “La exposición del lactante a ese amplio espectro de bacterias puede ejercer efectos beneficiosos frente a enfermedades gastrointestinales y respiratorias, así como reducir el riesgo de desarrollar otras enfermedades como la diabetes o la obesidad”, expone el profesor Rodríguez.

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Las isoflavonas de la soja restauran la producción de células deterioradas en el cerebro por la obesidad

Miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatológica de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), pertenecientes al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y miembros de la Universidad de Málaga, han descubierto que las isoflavonas de la soja consiguen restaurar los niveles de producción de células deteriorados en el cerebro por la obesidad.

De confirmarse este estudio, que ha sido realizado en ratones y publicado en la revista Plos One, las isoflavonas -sustancias naturales de origen vegetal que se encuentran sobre todo en la soja y que actúan como análogos de determinadas hormonas que segrega el organismo humano, como los estrógenos- podrían suponer una alternativa “real” al tratamiento farmacológico en la lucha contra el daño cerebral relacionado con un exceso de peso.

Para llevar a cabo esta investigación, los expertos administraron a los ratones dos tipos diferentes de dieta: una estándar y otra muy rica en grasas. Tras la inducción de obesidad se trató a los animales con daidzeína durante 13 días.

Así, los investigadores observaron que los roedores alimentados con la dieta alta en grasas sufrieron alteraciones del hipocampo y el tratamiento con daidzeína logró la reducción de la apoptosis -muerte celular- y gliosis -proliferación de astrocitos y microglia en regiones lesionadas del sistema nervioso central- en esa área del cerebro, a la vez que aumentó la proliferación de células.

“Estos efectos se asociaron a una reducción del aumento de peso; una mejora de la tolerancia a la glucosa; una disminución del colesterol, la insulina y la testosterona; y un aumento de los niveles plasmáticos de leptina”, han explicado los doctores Juan Suárez y Fernando Rodríguez de Fonseca.

Y es que, tanto la obesidad como las grasas saturadas se consideran factores determinantes de una lesión directa en el cerebro. Por ejemplo, está demostrado que la modulación de la dieta o el ejercicio físico pueden influir en los niveles de neurogénesis adulta. Así, en la obesidad, la regeneración neuronal, dependiente de la neurogénesis adulta, se deteriora notablemente.

Además, se sabe que hormonas como los estrógenos son capaces de restaurar este deterioro, aunque su uso estaría restringido. En este sentido, la administración de isoflavonas puede imitar los efectos regeneradores observados tras la administración de estrógenos, a la vez que genera efectos metabólicos beneficiosos y ayuda a reducir la obesidad.

De hecho, recientemente, el mismo grupo de investigación publicó un estudio que demuestra que la administración de isoflavonas restaura los niveles de neurogénesis en el hipocampo que la obesidad había deteriorado. Por ello, los expertos creen que es “factible” pensar que este efecto beneficioso sobre la neurogénesis podría asociarse a la mejora de los deterioros emocionales y cognitivos descritos en pacientes obesos.

“Los beneficios observados sobre la salud relacionados con el consumo de soja se han asociado a su contenido en isoflavonas, cuyas propiedades farmacológicas como agentes antiobesidad están surgiendo. Además, al presentar potentes poderes antioxidantes, comparables incluso a los de la vitamina E, investigaciones en varias áreas del cuidado de la salud muestran que el consumo de isoflavonas puede jugar un papel importante en la disminución del riesgo de contraer diversas enfermedades”.

“Está probado que alivian los síntomas de la menopausia, reducen el riesgo de enfermedades del corazón, mejoran la salud ósea y realizan una acción antitumoral y anticancerígena”, han zanjado los expertos.

Teen woman with stomach ache

Tres de cada cuatro españoles tienen molestias digestivas

El ritmo de vida actual, a menudo acompañado de estrés, una dieta inadecuada, el sedentarismo y otros hábitos poco saludables, suelen tener consecuencias sobre el ritmo intestinal. Molestias como la pesadez, el estreñimiento, la sensación de hinchazón o los gases, que afectan a más de un 75% de españoles, podrían resolverse con unos sencillos cambios en los hábitos higiénico-dietéticos, que ayudarán a mejorar no sólo la salud de nuestro aparato digestivo, sino nuestro bienestar general.

Entre los desórdenes digestivos, el estreñimiento es uno de los más prevalentes en nuestro país, tanto en adultos como en niños: afecta al 12-20% de la población, principalmente mujeres -que son el doble de prevalentes que los hombres- y a mayores de 65 años -el triple de frecuencia frente a personas jóvenes-, según datos de la Guía Práctica de Actuación Diagnóstico-Terapéutica en Estreñimiento Crónico de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

“Aunque no es una dolencia grave, el estreñimiento puede tener repercusiones sobre la calidad de vida ya que, con frecuencia, las manifestaciones intestinales se asocian a molestias”, explica el Dr. Miguel Mínguez, del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Clínico Universitario – Universitat de València.

Identificar el estreñimiento a tiempo

Muchas de las personas con este síntoma a menudo esperan que se solucione con el tiempo. De hecho, el 60% de la población que se considera estreñida nunca ha consultado a un médico por este motivo, tal y como subraya la nueva guía publicada por la FEAD. Este documento aporta a los profesionales de la salud y a la población general pautas para el cuidado del estreñimiento, el buen funcionamiento del aparato digestivo y el bienestar.

Identificar a tiempo el estreñimiento es clave, más aún si se tiene en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, este síntoma puede solucionarse adoptando un estilo de vida saludable, centrado en una alimentación equilibrada. Dado que un elevado porcentaje de personas no expresan la existencia de estreñimiento, la nueva guía señala la importancia de la concienciación de la población sobre estas molestias dentro de la rutina habitual de la visita, para poder pautar una serie de recomendaciones. Esto permitirá descartar, además, que el estreñimiento se deba a otras complicaciones de la salud o a efectos secundarios de algunos fármacos.

Alimentación equilibrada, medida fundamental

En palabras del Dr. Mínguez, “las medidas iniciales y más importantes en el abordaje del estreñimiento deben empezar por una información minuciosa por parte del médico de las características benignas del mismo”. A partir de aquí, unos sencillos cambios en los hábitos de vida pueden resultar muy efectivos para ayudar a mantener la salud digestiva ya que “la causa más frecuente de estreñimiento es una alimentación inadecuada”, subraya el experto.

Se debe hacer especial énfasis, además de en la ingesta de frutas y verduras, en la toma complementaria de fibra dietética específica, como el salvado de trigo o el pan de centeno, ya que disminuye la dificultad de las defecaciones e incrementan su frecuencia, en especial si se asocia a un consumo mínimo diario de dos litros de agua.

Italian food

El consumo de grasa saturada engorda menos si se hace ordenadamente

El grupo de investigación, coordinado por el profesor de la Universidad CEU San Pablo, Mariano Ruiz Gayo, ha demostrado en ratones que el consumo de grasa saturada engorda menos si se hace de una manera ordenada.

Concretamente, el objetivo de esta investigación, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del Plan Nacional I+D+I y que durará hasta el 2016, ha sido caracterizar la influencia del ritmo circadiano de la ingesta en el desarrollo de la obesidad.

Para ello, Ruiz Gayo y su equipo han estudiado el paralelismo que hay entre la distribución de las comidas en ciclos de 24 horas y el desarrollo de obesidad. De esta forma, han descubierto que este tipo de dietas desajusta el patrón de las comidas de forma que los animales abandonan su conducta “normal” -una ración al principio de la noche y otra al final- para pasar a comer pequeñas cantidades repartidas a lo largo de todo el día.

Además, la alteración de la conducta alimentaria ocurre de forma paralela a un aumento del peso corporal que conduce al desarrollo de obesidad. Y es que, cuando a los ratones se les obliga a seguir un patrón de comida “ordenado”, los animales pierden peso, aunque la composición de su dieta siga siendo la misma.

Asimismo, en este estudio los investigadores han analizado también las variaciones circadianas de expresión de genes y actividad de enzimas implicados en el mantenimiento de los ritmos circadianos y del metabolismo energético.

Por tanto, esta investigación, llevada a cabo íntegramente en ratones, pretende dar soporte bioquímico a la influencia, ya conocida, de los desórdenes del ritmo circadiano de la ingesta como una de las causas de la obesidad humana. El desarrollo de terapias conductuales y, eventualmente, farmacológicas pasa necesariamente por el conocimiento de estos aspectos.

El proyecto cuenta también con la colaboración de centros especializados como el servicio de Endocrinología del Hospital del Niño Jesús de Madrid, el Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense y la Universidad de Toulouse.

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Caminar 15 minutos después de las comidas puede proteger de la diabetes tipo 2

Un paseo de 15 minutos después de cada comida parece ayudar a las personas mayores a regular los niveles de azúcar en la sangre y podría reducir su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública y Servicios de Salud (SPHHS, en sus siglas en inglés) de la Universidad George Washington, en Estados Unidos.

El estudio, publicado en Diabetes Care, detectó que tres caminatas cortas después de las comidas fueron igual de efectivas para reducir el azúcar en sangre durante 24 horas que 45 minutos a pie a un ritmo entre suave y moderado. Por otra parte, caminar tras la comida resulta significativamente más eficaz que un paseo duradero en la reducción de azúcar en la sangre de hasta tres horas después de la cena.

“Estos resultados son una buena noticia para las personas de 70 y 80 años que pueden sentirse más capaces de participar en la actividad física intermitente a diario, sobre todo si las caminatas cortas se pueden combinar con recados o pasear al perro”, subrayó la autora principal del estudio, Loretta DiPietro, directora del Departamento de Ciencias del Ejercicio de SPHHS.

“Las contracciones musculares relacionadas con caminatas cortas resultan inmediatamente eficaces contra las elevaciones de azúcar en sangre, potencialmente dañinas, que se producen tras las comidas y que se observan comúnmente en las personas mayores”, explicó. Así, entiende que estos resultados, si se confirman en otros estudios, podrían dar lugar a una estrategia preventiva de bajo coste para una condición prediabética que podría, con el tiempo, convertirse en diabetes tipo 2.

Se estima que 79 millones de estadounidenses registran prediabetes, pero la mayoría no tienen idea de que están en riesgo. Otras investigaciones han sugerido que la pérdida de peso y el ejercicio pueden prevenir la diabetes tipo 2, pero éste es el primer estudio que examina sesiones cortas de actividad física programadas en todo el periodo de riesgo después de las comidas, un momento en el que el azúcar en la sangre puede aumentar rápidamente y causar daños.

DiPietro y sus colegas reclutaron a diez personas de 60 años o más que estaban sanos, pero en riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 debido a los niveles más altos de lo normal de la glucemia en ayunas y los niveles insuficientes de actividad física. Las personas mayores pueden ser particularmente susceptibles a las deficiencias en el control de azúcar en la sangre después de las comidas debido a la resistencia a la insulina en los músculos y a una secreción de insulina lenta o baja del páncreas.

“Después de la comida, el alto contenido de azúcar en sangre es un factor de riesgo clave en la progresión de la intolerancia a la glucosa (prediabetes), a la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular”, alertó DiPietro.

Los participantes completaron tres protocolos de ejercicios ordenados aleatoriamente espaciados en cuatro semanas, tomaron comidas estandarizadas y sus niveles de azúcar en sangre se midieron continuamente durante cada estadío de 48 horas.

El equipo observó que el momento más efectivo para ir a dar un paseo después de la comida fue después de la cena. El aumento exagerado de azúcar en la sangre después de esta comida a menudo dura hasta bien entrada la noche y primera hora de la mañana y esto se frenó significativamente en cuanto los participantes comenzaron a caminar en la cinta, destacó DiPietro.

La mayoría de la gente ingiere una gran cantidad de comida durante la tarde o la cena y luego se echan una siesta o ven la televisión. “Eso es lo peor que puede hacer -dijo DiPietro-. Se debe digerir menos cantidad y luego salir y moverse”. Una caminata cronometrada tras una gran cena es especialmente importante, ya que esta investigación sugiere que el aumento del azúcar en sangre después de la cena es un factor determinante de los niveles de glucosa excesivos en 24 horas, asegura DiPietro.

Stethoscope on a laptop keyboard - Cross Processed

Etiquetar la biodiversidad como un código de barras ADN, ¿es el futuro?

¿Es necesario etiquetar los seres vivos?

Parece que hay 14 millones de especies en el planeta y algunas están desapareciendo, por ello es importante que se conozcan antes de que desaparezcan y se pueda poner remedio.

Número de especies

Desde finales del siglo pasado se discutió mucho si el número de especies del planeta se puede estimar usando parámetros relacionados. Hay un texto llamado Global Biodiversity Assessment y también la revista Nature decidió hacer un insight para englobar todos los números relativos a las cantidades. Uno de los que trabajo es de David Hawksworth y su cálculo era relativo a los hongos.

Nature en el año 1995 publicó -que es aceptable todavía – datos que dicen que entre insectos y arácnidos hay 10 millones de especies. Las algas y plantas representan unas 300.000 especies cada grupo y los mamíferos son casi inexistentes.

Los grandes números están en insectos, arácnidos y hongos, y es en esos grupos donde probablemente vamos a obtener los máximos rendimientos para la humanidad.

¿Para qué identificar a las especies?

Porque hay determinadas conexiones entre grupos que lo hace inevitable, pero también porque están ahí. En particular en el mundo de los físicos nunca se plantean si hay que estudiar las estrellas, y hay muchísimas. Tampoco nadie se plantea si hay que nombrarlas. Pero nos cuestionamos estudiar o no las especies del planeta.

Pero además es necesario el conocimiento preciso de las especies tradicionalmente útiles en farmacia, medicina y agricultura.

Utilidad en diversos campos

Entre ellos:

-En Medicina se usa la identificación del germen o del vector para poder hacer tratamientos eficaces. En Medicina Forense en países con una jurisprudencia muy avanzada como el Reino Unido, que está basada en la identificación de materiales biológicos, resulta una prueba directa en casos criminalistas.

-En agricultura no hay control biológico que se pueda hacer si no se conocen las especies gérmenes y los vectores.

-En protección de los consumidores para identificación y detección de fraude.

-Para el conocimiento de los indicadores de calidad ambiental: tenemos que actuar por datos inferidos por las especies que habitan en determinados ecosistemas que pueden resultar dañados o alterados por determinadas condiciones ambientales.

-Por supuesto en la investigación básica.

-Y también para preservar las especies hay que conocerlas.

Medicina

Cuando apareció el sida como pandemia se hablaba de neumonía atípica causada por Pneumocystis. En un principio se dijo que se trataba de un protozoo que provocaba esta neumonía en los pacientes inmunodeprimidos, pero resultó que Pneumocystis es un hongo. Y en cuanto se le reconoció como un hongo se le pudo atacar como un hongo y, así, el tratamiento resultó eficiente.

Hay que reconocer los linajes de lo que se identifica porque si no seremos torpes. Más con las identificaciones relacionadas con el mundo de la Medicina.

Las enfermedades nosocomiales -que vienen en gran número de los hospitales americanos, del mundo rico al pobre- se deben a los gérmenes que proliferan en los hospitales. Y una buena parte de las enfermedades nosocomiales son por hongos.

Patricia Wiltshire, micóloga palinóloga que se dedica a la identificación por pólenes y esporas de diversos ambientes, ha hecho un enorme avance en relación con la Criminología, la Medicina Forense y la Palinología.

Los hongos son el gran mundo del futuro. Si hay un millón y medio de especies, sólo se conocen el 10% y de los 20 fármacos más vendidos en el mundo, seis son procedentes de hongos. Todos los antibióticos y las estatinas proceden de hongos. Los organismos muy sencillos son muy difíciles de identificar, tienen pocos caracteres morfológicos.

Bunker de las semillas

En agricultura cada vez se pone más de moda hablar del bunker de las semillas que está en el Polo Norte, donde se están fabricando bancos de germoplasma en prevención al cambio climático y al agotamiento de determinados linajes por las razones que fueren.

En España sólo hay un banco importante de semillas, el de la Universidad Politécnica de Madrid.

Control del fraude

Hace 5-10 años en América se puso de moda en algunos universitarios ir tomando muestras de pescado en pescaderías y haciendo la identificación por ADN, y se encontró un nivel de fraude enorme. Después hubo una protesta judicial y se llegó a un pacto con las asociaciones de consumidores y comerciantes.

Calidad ambiental

Hay organismos que detectan márgenes de calidad química del aire, sobre todo cuando se habla de contaminantes ácidos, por ejemplo los líquenes y algunos biofitos.

En base a esto se pueden hacer recomendaciones para, por ejemplo, cambiar las rutas donde se hace deporte por una determinada zona que esté menos contaminada.

Conservación de las especies

Para la conservación de las especies lo primero que hay que hacer es recolectarlas, para eso es importante que atendamos bien a lo que se llama “los puntos calientes de la biodiversidad”, que es necesario conocer mediante expediciones a China, Sudáfrica, Kenia, Marruecos…

La única colección de hongos que existe está en el Reino Unido. Hay hongos que han sido cultivados y se puede acudir a ella para contrastar los ADN que estamos obteniendo.

Los botánicos guardamos las cosas en herbarios en la Universidad y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Especies crípticas

La catalogación que se venía haciendo hasta ahora de las especies (incluso de primates y fósiles) es insuficiente por muchas razones.

Linneo y otros botánicos se ha basado siempre en los caracteres vegetativos para acudir a la identificación. Determinados organismos tienen muchos caracteres (frutos, hojas, tronco) y es fácil ver las diferencias entre las especies. Sin embargo, los hongos tienen pocos caracteres (las esporas). Además hay hongos que pasan por distintas fases a lo largo de su ciclo biológico. Hay que recurrir a un especialista cada vez que se ha de nombrar algo: micólogo, liquenólogo, etc.

En los últimos 10-15 años se está viendo que en todos los linajes vivos hay lo que llama especies crípticas con un camino evolutivo completamente peculiar definido y claro, y que sin embargo son muy distintas de otras cuyo aspecto es exactamente el mismo que tienen otro camino evolutivo distinto y que no tienen nada que ver con el anterior.

Si el objetivo es detectar productos naturales de importancia para Cosmética o Medicina (nuestro grupo está estudiando antioxidantes) hay que saber dónde hay que buscar los productos naturales y si tienen esas propiedades que se intuyen. Hay que tener claro que a veces la experimentación fracasa porque se está considerando que dos especies son idénticas y resulta que no lo son.

A veces los especialistas nos volvemos locos para encontrar los caracteres crípticos que nos digan si una especie es críptica o subcríptica, si son muy parecidas o sólo un poco. Por ejemplo los Aspergillus son 250 especies distintas, algunas muy peligrosas porque producen aflatoxinas, otras responsables de las infecciones nosocomiales y otras inofensivas. Lo mismo sucede con los Penicillium, de las 150 especies se saca un antibiótico o se fermenta un queso. Además cuando se cultivan los hongos según el medio de cultivo sale un hongo distinto.

También tenemos el ejemplo de una mariposa (publicado en PNAS) que son cuatro especies distintas pero morfológicamente no podemos identificarlas. Y lo mismo con el pez raya que tiene como mínimo 5 especies pero no todas saben igual, una es una especie criptica (además muy amenazada) y cuando se va al mercado lo venden todo al mismo precio. Eso es un fraude.

Identificación molecular

Las semillas son el futuro de la biodiversidad del mundo vegetal, pero ¿quién garantiza que una semilla de un trigo es exacta a la de otro trigo? Nadie por mucho que estén perfectamente preservadas sino somos capaces de incorporar las nuevas tecnologías al estudio de la biodiversidad. Lo más difícil en estos casos resulta ser el manejo de los programas informáticos para explotar la información.

Identificación molecular y código de barras no son cosas exactamente iguales. La identificación molecular de las especies da caracteres para distinguir las especies, caracteres genómicos, y la capacidad de engaño del genoma es relativa. Si se combinan varios genes la capacidad de engaño es mínima.

Cladograma

La forma de trabajar es sencilla: se ponen los caracteres en una matriz y los organismos en la combinante de la matriz y se obtiene una matriz binaria -o no-, y un resultado que es cladograma. Lo que está más próximo es lo que más se parece entre sí, pero como se usan caracteres genómicos lo que más se parece entre sí es, además, lo que está mas emparentado y por tanto es lo que pertenece a linajes mas próximos. No hay posible confusión.

Nombrar y contar especies, y situarla en el árbol de la vida es lo que tratan de hacer los taxónomos desde hace mucho tiempo pero sin la tecnología adecuada. Por ejemplo, volviendo a las mariposas el ADN nos destaca con toda claridad que son cuatro especies. Es decir, el progreso metodológico y el progreso cladístico nos ha llevado, junto con el uso correcto de caracteres moleculares, a poder decir cosas.

Código de barras

La clave para identificar bien (los que no son especialistas) la va a tener el código de barras. Mientras los europeos y americanos discutimos sobre qué hacer con el código de barras de ADN, los chinos desde hace un tiempo lo usan y empezaron en distintos grupos a hacer etiquetas moleculares para catalogar casi mil especies de plantas de interés farmacéutico, todas las de la farmacopea.

Mientras tanto los europeos estamos discutiendo sobre si este código de barras tiene que tener unos segmentos de ADN determinados y cuáles. En animales ya está claro que tienen que ser los coxs (cytochrome oxidase); en plants tienen que ser its (internal transcribed spacer) y coxs; y en hongos, its y otros varios.

Hay algunos problemas obvios con la delimitación de linajes, pero se avanza. Y el otro problema es con el cuánto hay que etiquetar.

Por último decir que efectivamente sí hay que hacer códigos de barras y no hay que dejar de identificar, prospectar, atender a las colecciones.