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DiaBalance, FEDE y EICS crean un programa para reducir el desconocimiento entre los pacientes diabéticos

DiaBalance, en colaboración con la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) y la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud (EICS), han puesto en marcha el programa Soluciones prácticas para el día a día de las personas con diabetes, que tiene como objetivo reducir el desconocimiento que existe entre los pacientes con diabetes y sus familiares.

Y es que, la formación terapéutica en diabetes en España es actualmente deficiente. De hecho, el 40,9 por ciento de los pacientes con esta patología no ha asistido nunca a un programa de formación, a pesar de que hasta el 80,2 por ciento de quienes han participado en cursos de este tipo los considera útiles.

Por ello, esta iniciativa busca dar respuesta a esta necesidad no cubierta por parte de las administraciones públicas, a través de sesiones formativas a personas con diabetes y familiares en las diferentes asociaciones españolas. En estas conferencias se abordarán aspectos relacionados con la patología como: Mitos y falsas creencias acerca de la diabetes; herramientas para el buen seguimiento de la alimentación; qué hacer ante situaciones especiales. Así mismo, se darán conocer las soluciones DiaBalance para facilitar un estilo de vida adecuado a la persona con diabetes.

“Se deben seguir impulsando acciones como la puesta en marcha por DiaBalance para continuar concienciando sobre esta patología a la sociedad en general y a los pacientes diabéticos en concreto. Es necesario que éstos cuenten con la información y herramientas necesarias para poder gestionar de forma correcta su patología”, ha comentado el gerente de FEDE, Mercedes Maderuelo.

Desde el pasado mes de octubre de 2013 más de 1.000 personas han asistido a alguna de las 35 sesiones realizadas, siendo el “punto álgido” de los primeros tres meses del proyecto la semana en la que se celebró el Día Mundial de la Diabetes, en la que se aglutinaron hasta 20 formaciones. De cara a 2014, ya cuentan con 12 nuevas sesiones en agenda con lo que se esperan alcanzar las 2.000 personas.

“Desde un primer momento tuvimos claro que una información de calidad y unos contenidos útiles y atractivos para las personas con diabetes eran uno de los ejes centrales para establecer relación y aportar valor a esta comunidad”, ha zanjado la brand manager de DiaBalance, Eva Espona.

Más información en www.diabalance.com.

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Cómo prevenir la enfermedad cardiovascular

En el marco de la campaña Menús con Corazón, cuatro blogueros cocineros se han volcado con la salud de los españoles, el Dr. César Romero nos recuerda las pautas a seguir para llevar un estilo de vida saludable ya que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. Y entre la población femenina la mortalidad es superior a la del cáncer de mama.

El consumo moderado de café no provoca deshidratación

El consumo moderado de café no provoca deshidratación

El consumo moderado de café no provoca deshidrataciónUn estudio publicado en la revista científica PLOS ONE demuestra que no existen evidencias de la relación entre el consumo moderado de café y la deshidratación. La investigación, realizada en la Escuela de Deporte y Ciencias del Ejercicio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), concluye que la ingesta de cantidades moderadas de café no causa deshidratación sino que contribuye a conseguir la cantidad aconsejada diaria de líquido.

Antiguas investigaciones mostraban los efectos de la cafeína como causantes de la deshidratación, por lo que se supuso que el consumo común de bebidas con cafeína, como el café, también tenían este efecto. Sin embargo, el efecto del consumo moderado de café no puede compararse con el de la cafeína pura. De hecho, antes de la publicación de este nuevo estudio, se habían realizado dos investigaciones sobre los efectos del café en la hidratación, con resultados distintos y no concluyentes.

En cambio, este estudio es el primero que evalúa los efectos del consumo moderado de café comparado con el mismo volumen de agua en la hidratación. Según Sophie Killer, una de las autoras, “a pesar de que faltaban pruebas científicas, había una creencia común de que el consumo de café podía provocar deshidratación. Nosotros queríamos investigar si el consumo moderado de café, bajo condiciones normales, era perjudicial para el estado de hidratación”.

En el estudio se ha utilizado una muestra de 50 hombres bebedores habituales de café, donde se han medido los efectos del consumo moderado de café solo comparado con el consumo del mismo volumen de agua sobre el estado de hidratación. Los sujetos fueron analizados en dos fases. En la primera, los participantes bebieron diariamente cuatro tazas (200 ml) de café o de agua durante tres días; y en una segunda fase los que habían bebido café consumieron agua y viceversa.

Para evaluar el estado de hidratación, los investigadores midieron la masa corporal y la cantidad de agua total y realizaron análisis de orina y sangre. De esta forma, no se encontraron diferencias significativas en los resultados de hidratación entre los que bebieron café y los que tomaron agua. Además, tampoco se observaron diferencias en el volumen de orina y su concentración entre ambos grupos.

“El consumo moderado de café (200 ml diarios) no causó diferencias significativas en la hidratación comparado con el consumo de la misma cantidad de agua”, afirma Sophie Killer. “Concluimos que los consejos de salud pública relacionados con la hidratación deberían ser actualizados reflejando estas conclusiones”.

De hecho, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) incluye desde 2008 en la “Pirámide de la Hidratación Saludable” el café como bebida de consumo diario recomendado para una correcta hidratación.

La investigación realizada por la Universidad de Birmingham ha sido promovida por el Instituto para la Información Científica sobre el Café (ISIC), una organización sin ánimo de lucro dedicada al estudio de evidencias científicas relacionadas con el consumo moderado de café y la salud.

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Las normas sociales influyen en la elección de alimentos

Las normas sociales influyen en la elección de los alimentos, según concluye una investigación realizada por expertos de Reino Unido al hacer una revisión sistemática de 15 estudios experimentales de 11 revistas que estudiaron si el suministro de información sobre los hábitos alimenticios de otras personas influye en la ingesta de alimentos o las opciones que escogen.

Este metaanálisis, cuyos resultados publica Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, encontró que si los participantes recibieron información que indicaba que los demás estaban ingiriendo opciones bajas en calorías o alimentos con alto contenido calórico aumentó significativamente la probabilidad de que los participantes tomaran decisiones similares.

Además, los datos indican que las normas sociales influyen en la cantidad de alimentos que se comen y que el hecho de que otros coman grandes porciones incrementó la ingesta de alimentos por parte de los participantes. También hubo una fuerte asociación entre la comida y la identidad social.

“Si el sentido de sí mismo de una persona está fuertemente orientado por su identidad como miembro de su comunidad local y se percibe que la comunidad come de forma saludable, entonces esa persona podría tender a comer de forma saludable con el fin de mantener un constante sentido de identidad social”, argumenta el investigador principal, Eric Robinson, de la Universidad de Liverpool.

La necesidad de consolidar nuestro lugar en nuestro grupo social es sólo una forma en que las normas sociales influyen en nuestras opciones alimentarias. El análisis también reveló que los mecanismos sociales que influyen en lo que decidimos consumir están presentes incluso cuando comemos solos o estamos en el trabajo, aunque no seamos conscientes de ello.

“Las normas influyen en el comportamiento alterando el grado en que un individuo percibe que la conducta en cuestión es beneficiosa para él. El comportamiento humano puede ser guiado por una norma percibida del grupo, incluso cuando las personas tienen poca o ninguna motivación para complacer a otras personas”, añade Robinson.

“Teniendo en cuenta que en algunos estudios los participantes no creían que su comportamiento estuviera influenciado por las normas de educación alimenticia, parece que los participantes no consideraron conscientemente la norma cuando hicieron su elección de alimentos”, prosigue.

Los científicos advierten que se necesita más investigación pero que este tipo de estudios pueden ayudar a comprender la forma en que las personas toman decisiones sobre el consumo de alimentos y a dar forma a la política pública y los mensajes acerca de opciones saludables. “La evidencia revisada aquí es consistente con la idea de que las conductas alimentarias pueden ser transmitidas socialmente”, comenta Robinson.

“Teniendo en cuenta estas consideraciones, los resultados de esta revisión pueden tener implicaciones para el desarrollo de campañas de salud pública más eficaces para promover la alimentación sana”, agrega. Además, entiende que las políticas o los mensajes que normalizan los hábitos alimenticios saludables o que reducen la prevalencia de creencias que muchas personas comen poco saludable pueden tener efectos beneficiosos sobre la salud pública.

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Un estudio asocia la grasa en la dieta y el exceso de grasa abdominal en adolescentes

La investigación se ha realizado en un contexto en el que la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre los adolescentes y, en consecuencia, los problemas asociados a ello han aumentado “considerablemente” en los últimos años, según ha explicado la universidad vasca. El estudio ha sido publicado por revista Clinical Nutrition y forma parte del estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), financiado por la Comisión Europea.

La profesora de Nutrición y Bromatología en la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Idoia Labayen, investigadora principal del estudio, ha remarcado que, hasta ahora, “se pensaba que aun teniendo una dieta desequilibrada, si hacías mucho ejercicio físico, lo compensabas de alguna manera”. “En este estudio, hemos comprobado que eso no es así”, ha advertido.

El objetivo ha sido estudiar qué papel ejerce el componente lipídico (la grasa de la dieta) en la acumulación de grasa abdominal en los adolescentes. La acumulación de grasa en el abdomen está considerada como la más perjudicial para la salud ya que incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión arterial y, entre otros, hipercolesterolemia.

Sin embargo, según ha indicado la universidad, no había trabajos previos que examinaran el papel de la composición de la dieta en el exceso de grasa abdominal en una etapa “tan crítica” del desarrollo como la adolescencia. En este sentido, Labayen ha recordado que los adolescentes son “un grupo de riesgo en cuanto a estilos de vida se refiere, ya que empiezan a tomar sus propias decisiones con lo que quieren o no quieren comer, y viven también una etapa en la cual muchos de ellos dejan de hacer deporte”.

Los investigadores trabajaron con una submuestra de 224 adolescentes que participaron en el estudio Helena, de un total de más de 3.500, en los cuales se midió la grasa abdominal mediante absorciometría dual de rayos X, además de los hábitos dietéticos y la actividad física.

La actividad física no es suficiente en este caso

Algunos autores habían propuesto que las dietas con elevado contenido graso podían incrementar el riesgo de obesidad, incluso sin aumentar el aporte calórico total, lo que supone que, “independientemente de las calorías totales consumidas, un porcentaje excesivo de grasa en la dieta podría dar lugar a un mayor porcentaje de grasa corporal”.

Los resultados de este estudio confirman esta hipótesis y demuestran que el porcentaje de grasa de la dieta se asocia “significativamente” con un aumento de adiposidad abdominal y que, además, esta relación es independiente de los niveles de actividad física que realizan los adolescentes.

“A pesar de que normalmente la actividad física es un factor de prevención, en este caso en particular, no consigue contrarrestarlo”, ha señalado la investigadora de la UPV/EHU.

El objetivo principal del estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence) es obtener información acerca de la salud cardiovascular y de los hábitos dietéticos y de actividad física de los adolescentes europeos. Recibió en 2011 el primer premio a la mejor difusión de resultados de un proyecto europeo de manos de la Comisión Europea y suma más de 100 publicaciones en revistas internacionales.

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Descubren la molécula responsable de los beneficios del ejercicio

Aunque está claro que el ejercicio puede mejorar la salud y la longevidad, los cambios que se producen en el cuerpo para facilitar estos beneficios están menos claros. Un equipo de investigadores norteamericanos ha descubierto una molécula que se genera durante el ejercicio y contribuye a los efectos beneficiosos del ejercicio sobre el metabolismo, tal y como describen en la edición de enero de la revista Cell Metabolism.

“Nuestro hallazgo refuerza la idea subyacente de que las señales generadas en un órgano están relacionadas con la circulación y la influencia de otros tejidos tales como las células de grasa y el hígado”, explica el autor principal del estudio, el doctor Robert Gerszten, de la División de Cardiología y Cardiovascular del Centro de Investigación en el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos.

Estudios iniciales del laboratorio de Spiegelman, que colaboró en este estudio, han demostrado que una proteína denominada PGC-1alfa regula genes metabólicos en el músculo y contribuye a la respuesta del músculo al hacer ejercicio. En experimentos realizados en células y ratones, Gerszten y sus colegas forzaron la expresión de PGC-1alfa en las células musculares y luego buscaron metabolitos que se secretan de las células.

Así, identificaron el ácido beta aminoisobutírico (BAIBA) como uno de esos metabolitos y encontraron que aumenta la expresión de los genes que están involucrados con la quema de calorías en las células de grasa. También redujo el aumento de peso y ayudó a equilibrar los niveles de azúcar en sangre en ratones.

Los análisis realizados en estudios sobre el ejercicio en humanos y participantes en el Estudio del Corazón de Framingham revelaron que los niveles de BAIBA aumentan durante el ejercicio y se asocian inversamente con factores de riesgo metabólicos. En concreto, los niveles de BAIBA se correlacionaron inversamente con los niveles de azúcar en sangre en ayunas, insulina, triglicéridos y colesterol total y hubo una tendencia hacia una asociación inversa con el índice de masa corporal (IMC).

Los hallazgos sugieren que BAIBA puede contribuir a la protección frente a las enfermedades metabólicas inducida por el ejercicio. “La manipulación de BAIBA o las enzimas que generan BAIBA puede tener un potencial terapéutico -comenta Gerszten-. La quema de grasa es probable que influya en múltiples aspectos de la salud metabólica relacionados con la diabetes, enfermedades cardiacas y otras condiciones”.

etiquetado

Nuevas normas para el etiquetado de alimentos que contengan carne

Será más adelante cuando desde Bruselas se decida si se tomarán medidas legislativas a este respecto, ya que por ahora sólo ha realizado un estudio, que muestra que el 90% de los ciudadanos europeos estarían a favor de esta medida. Aunque el porcentaje aportado varía según el Estado. Para la elaboración de este informe, realizado por expertos independientes, se ha realizado una amplia consulta y se ha tenido en consideración la opinión no sólo de los consumidores sino también la de autoridades competentes en la materia y la de la industria alimentaria.

Este estudio contempla las ventajas e inconvenientes que tendría la adopción de la medida y las repercusiones que tendría en el mercado interior y en las exportaciones a otros países no pertenecientes a la Unión Europea. Se señala en un informe, que los ciudadanos tienen interés por conocer el origen de la carne de los productos que consumen, pero que no es un factor determinante para la compra. De esta forma, también se especifica en este documento que las propiedades decisivas son el precio y la calidad, por ello, un 80% de los ciudadanos europeos rechazaría la medida si este nuevo etiquetado hiciera incrementar el precio en un 10%.

Así pues, se están estudiando la adopción de tres posibilidades. La primera, mantener como hasta ahora un etiquetado voluntario que indique la procedencia comunitaria o no de la carne; la segunda es obligar a los productores a que realicen este etiquetado; y la tercera, que es especificar el país de origen, no sólo si es de la Unión Europea o no.

Este estudio sólo se refiere a la carne utilizada para hacer otros preparados, ya que en el año 2015 el etiquetado de la carne de ternera, cerdo, ave y cabra debe especificar el país o los países donde se ha criado y sacrificado el animal, con independencia de si se trata de un producto fresco, refrigerado o congelado. Así pues, mediante el Reglamento no. 1337/2013 se establece esta obligatoriedad y otros requisitos como la consideración del peso y la edad del animal.

El etiquetado de los alimentos es un asunto muy importante para la salud pública, ya que es la principal herramienta de comunicación entre el productor y el consumidor. Por este motivo, las autoridades competentes en la materia están regulando de forma cada vez más estricta la información que se le proporciona al cliente final para que cuente con toda la información básica que sea de su interés.

Con estas medidas se pretende evitar escándalos como el de las vacas locas o la carne de caballo, caso reciente, por el que carne de este animal no apta para el consumo llegó a diferentes productos precocinados (como lasañas y albóndigas) que se distribuyeron por toda Europa.

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Relación entre niveles de colesterol y riesgo de Alzheimer

Según una investigación de la Universidad de California (UC) en Davis, en Estados Unidos, “un estudio muestra que niveles más altos de HDL (colesterol bueno) y menores niveles de LDL (colesterol malo) en sangre están asociados con menores niveles de depósitos de placa amiloide en el cerebro”, señala el autor principal del estudio, Bruce Reed, también director asociado del Centro de Enfermedad de Alzheimer de UC Davis.

La relación entre los niveles elevados de colesterol y un mayor riesgo de la enfermedad de Alzheimer ha sido conocida durante algún tiempo, pero el estudio actual es el primero en relacionar específicamente el colesterol a los depósitos de amiloide en participantes humanos vivos de este trabajo publicado en la edición digital de JAMA Neurology, según Reed.

“Los patrones no saludables de colesterol podrían estar causando directamente niveles elevados de amiloide que se sabe que contribuye a la enfermedad de Alzheimer de la misma manera que tales patrones promueven la enfermedad cardiaca”, afirma.

Para el colesterol HDL, un nivel de 60 mg (de colesterol)/dl (de sangre) o más es lo mejor, mientras que para el colesterol LDL se recomienda un nivel de 70 mg/dl o menos para las personas en alto riesgo de enfermedades del corazón. Así como se puede prevenir el riesgo de accidente cerebrovascular mediante el control de la presión arterial, ocurre lo mismo con los niveles de colesterol sérico y el desarrollo de depósitos de amiloide, según el director del Centro de la Enfermedad de Alzheimer de la UC, Charles DeCarli.

El estudio se realizó en 74 individuos masculinos y femeninos de 70 años y mayores que fueron reclutados de clínicas de ictus de California, grupos de apoyo, instalaciones de alto nivel y el Centro de la Enfermedad de Alzheimer. Incluyeron tres individuos con demencia leve, 33 eran cognitivamente normales y 38 que tenían deterioro cognitivo leve.

Los niveles de amiloide de los participantes se obtuvieron usando un rastreador que se une a las placas amiloides y obtiene imágenes de sus cerebros mediante escáneres PET. Niveles más altos de LDL y niveles bajos de HDL se asociaron con un mayor amiloide cerebral, un primer paso para encontrar lazos entre el colesterol en la sangre y la deposición de amiloide en el cerebro.

“Este estudio proporciona una razón para continuar, sin lugar a duda, el tratamiento del colesterol en las personas en las que se está produciendo pérdida de memoria, independientemente de las preocupaciones sobre su salud cardiovascular”, subraya Reed, también profesor en el Departamento de Neurología de UC Davis.

“También sugiere un método para reducir los niveles de amiloides en personas de mediana edad, cuando esa acumulación está empezando. Si la modificación temprana de los niveles de colesterol en el cerebro resulta que reduce los depósitos de amiloide en etapas tardías de la vida, podríamos potencialmente marcar una diferencia significativa en la reducción de la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer”, concluye.

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Las dietas “drásticas” para adelgazar los kilos cogidos en Navidad pueden ser peligrosas

“No hay que tomar medidas dietéticas drásticas, es un error e incluso nos puede colocar en una situación de riesgo especialmente a las personas que tienen alguna patología asociada al sobrepeso”, indicado Salvador, quien recomienda que se adapte la alimentación teniendo en cuenta la situación individual de cada persona.

El experto considera que el comienzo del año “es un buen momento para cambiar los hábitos nocivos para la salud, que incluso había antes de las navidades”, y plantearse una alimentación saludable. Sin embargo, recuerda que es un “error” realizar dietas restrictivas en el contenido calórico o desequilibradas en alimentos.

“Si se hace una dieta muy restrictiva se pierden kilos pero a base de agua y masa magra, que son dos compartimentos necesarios”, advierte el experto que considera que la “clave” para recuperar los hábitos es hacer una alimentación equilibrada y combinarla con actividad física -que debe ser incorporada progresivamente- y, sobre todo, “incluirlo en la vida cotidiana”.

El aumento de peso es una de las mayores preocupaciones de las personas pasadas las fiestas navideñas. Según el presidente de la SEEN, “se estima que se pueden llegar a ganar de 2 a 5 kilos de peso”, ya que “somos muy dados a comer bien y nos gustan los turrones y los dulces”. Esto hace que el mes de enero se llene de propósitos relacionados con la pérdida de peso.

No se trata de quitarse los kilos en unos días, sino “quitarse el exceso de grasa” que se ha acumulado estos días. Y para ello, reitera que se deben “recuperar” hábitos saludables y actividad física de modo que “se pueda ir perdiendo peso de forma paulatina”.

Una encuesta realizada por ‘Sbelta Plus’ muestra que hasta 67 por ciento de los españoles tiene previsto adelgazar después de las fiestas navideñas, aunque sólo un 52 por ciento de los españoles admite que habrá engordado entre 2 y 4 kilos en estas fechas. Y un 23 por ciento cree que el aumento de peso será casi imperceptible.

La dieta mediterránea, una gran ayuda

La dieta mediterránea puede ser una gran ayuda para rebajar los kilos que se han ganado en la Navidad y además ayuda a reducir los riesgos cardiovasculares. “Es una aliada excelente” afirma, y aunque “mucha gente la conoce, no todos la aplican”.

“Hay que hacer una dieta equilibrada: tiene que haber carbohidratos, grasas y proteínas; es preferible el pescado a la carne; hay que tratar de huir de las grasas animales; y en lo que respecta a los azúcares y carbohidratos, hay que tomarlos pero especialmente los complejos, y evitar los dulces”, explica.

Además de cuidar la alimentación, también debemos dormir las horas necesarias, ya que varios estudios han demostrado que la falta de sueño puede favorecer el aumento de la obesidad.

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Piden evaluar los efectos del bajo consumo de selenio en la población

Un trabajo realizado por los investigadores Luis López Bellido, del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3) en la Universidad de Córdoba (UCO), y Francisco Javier López-Bellido Garrido, de la Universidad de Castilla-La Mancha, advierte del bajo nivel de consumo de selenio entre la población española y de la necesidad de que los organismos públicos promuevan estudios que evalúen el alcance de dichos déficits y aporten posibles soluciones.

Según ha informado el ceiA3, el selenio (Se) tiene un comportamiento dual en el ser humano, tóxico a elevadas dosis pero esencial para la salud en pequeñas cantidades, con funciones antioxidantes y anticancerígenas entre otras. Su aporte se realiza a través de la dieta y es introducido en la cadena trófica por su extracción por los cultivos.

En último término es el suelo el que determina su mayor o menor presencia en los alimentos, pero su extracción por los cultivos y la flora es un proceso fortuito debido a que, al contrario que para el ser humano y los animales, no es un nutriente esencial para las plantas.

Un estudio multidisciplinar realizado por los investigadores Luis López Bellido y Francisco Javier López-Bellido Garrido, de los departamentos de Ciencias y Recursos Agrícolas y Forestales de la UCO y Producción Vegetal y Tecnológica Agraria de la Universidad de Castilla-La Mancha, respectivamente, recoge ahora los distintos trabajos existentes en España en torno al selenio.

El estudio confirma las deficiencias de este microelemento en la población nacional, predisponiéndola a determinados tipos de enfermedades, y advierte de que éstas podrían ser evitadas o al menos atenuadas con un adecuado aporte de selenio a través de la dieta.

El artículo, publicado recientemente en la revista Nutrición Hospitalaria, va más allá y considera necesaria la implicación de los organismos públicos nacionales en la promoción de estudios encaminados a evaluar el verdadero alcance de las deficiencias de selenio en la población española y sus posibles soluciones.

El profesor Francisco Javier López-Bellido explica que los estudios realizados en la última década han demostrado que las necesidades medias de selenio por individuo son más elevadas que los valores referenciados como óptimos por los organismos oficiales, tanto nacionales como internacionales, y que no sólo deberían ser considerados los efectos directos de su deficiencia, sino los adecuados para alcanzar una salud óptima a través de maximizar u optimizar las ‘Se-proteínas’.

A nivel nacional, según López-Bellido, habría que duplicar la ingesta de selenio en la población española, con el fin de alcanzar unos valores medios próximos a 100 microgramos al día. Aunque entre los grupos de alimentos con mayores concentraciones de selenio estarían determinados tipos de carnes y el pescado; el trigo y sus derivados (harina, pan, pastas, etcétera) son una de las principales fuentes, debido a su elevado consumo diario e importancia en la dieta.

Sin embargo, los niveles de selenio en el trigo y otros cultivos varían muchísimo, según la región en la que se produzcan, pues a su vez dependerán de las concentraciones que del mismo se den en el suelo y por ende, y en último término, influirá en la ingesta de selenio por la población.

En este punto, el estudio matiza que los datos sobre la ingesta diaria de selenio mediante el análisis de los distintos grupos de alimentos que componen la dieta en España son muy escasos, pero todo parece indicar la existencia de bajas concentraciones en el trigo nacional, al ser cultivado en suelos deficientes en este elemento.

La fertilización con selenio de los cultivos (Se biofortificación) podría ser la alternativa más factible para incrementar los niveles de selenio de toda la población nacional, como ya se está realizando en otros países, o producir alimentos funcionales para determinados grupos de riesgo, como son los vegetarianos, la infancia y la tercera edad.

Comer despacio

Comer despacio reduce más la sensación de hambre

 

Comer despacio reduce la ansiedad

Una nueva investigación sugiere que la capacidad de controlar el consumo de energía del cuerpo humano puede verse afectada por la velocidad a la que comemos, de modo que reducir la velocidad de la ingesta de alimentos suprime la sensación de hambre y ayuda a consumir más agua durante la comida, según los resultados publicados en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.

Para analizar la relación entre la velocidad de la alimentación y el consumo de energía, un equipo de investigadores del Departamento de Kinesiología en la Universidad Cristiana de Texas, en Estados Unidos, analizó cómo la velocidad de la alimentación afecta a las calorías consumidas durante una comida tanto en sujetos de peso normal como con sobrepeso u obesos.

Los investigadores también recopilaron datos sobre las sensaciones de hambre y saciedad antes y después de las comidas a ritmo rápido y a ritmo lento y el consumo de agua durante estas ingestas de comida.

Mientras que los estudios anteriores han examinado la relación entre la velocidad de alimentación y el peso corporal, la mayoría de esos análisis se realizaron con personas de peso normal. En este nuevo trabajo, los científicos pidieron a un grupo de sujetos de peso normal y con sobrepeso u obesidad que consumieran dos comidas en un entorno controlado.

Todos los sujetos tomaron una comida a una velocidad lenta, para lo que se les enseñó a pensar que no tenían limitaciones de tiempo, tomar bocados pequeños, masticar a fondo y hacer una pausa y dejar la cuchara entre bocado y bocado, y un segundo plato a una velocidad rápida, para lo que se les pidió que pensaran que tenían una restricción de tiempo, tomaran grandes bocados, masticaran rápidamente y no se detuvieran ni dejaran la cuchara en ningún momento.

Al concluir el estudio, los autores encontraron que sólo los sujetos de peso normal tuvieron una reducción estadísticamente significativa en el consumo de calorías durante la comida lenta en comparación con la rápida: 88 kilocalorías (kcal) menos del grupo de peso normal frente a sólo 58 kcal menos en los de exceso de peso u obesos.

“Reducir la velocidad de alimentación condujo a una reducción significativa en la ingesta de energía en el grupo de peso normal, pero no en el grupo de sobrepeso u obesidad. La falta de significación estadística en el grupo con sobrepeso y obeso puede deberse en parte al hecho de que consumieron menos alimentos durante las dos condiciones en comparación con los sujetos de peso normal”, explica la autora principal del estudio, Meena Shah, profesora en el Departamento de Kinesiología de la Universidad Cristiana de Texas.

Menos hambre después de comer despacio

“Es posible que los sujetos con sobrepeso y obesos eran más conscientes de sí mismos y, por lo tanto, comieron menos durante el estudio”, agrega. A pesar de las diferencias en el consumo de calorías entre el peso normal y con sobrepeso y obesidad, el estudio encontró algunas similitudes. Ambos grupos sentían menos hambre más tarde después de la comida lenta que tras la ingesta de la comida rápida.

“En ambos grupos, las sensaciones de hambre fueron significativamente inferiores a los 60 minutos de empezar la comida de forma lenta en comparación con la ingesta de alimentos que hicieron de forma rápida “, destaca Shah. “Estos resultados indican que en los dos grupos podría esperarse menos hambre en una comida que se consume más lentamente”, añade.

Asimismo, tanto los grupos con peso normal como con sobrepeso u obesidad consumieron más agua durante la comida lenta. Durante la condición de ayuno, los participantes de todo el estudio sólo tomaron 25,57 cl de agua, pero durante la situación de ingesta lenta esa cantidad se elevó a 34,1 cl.

El consumo de agua fue mayor durante la comida lenta en comparación con la situación de ingesta rápida de comida en un 27 por ciento en el grupo de peso normal y el 33 por ciento en el grupo de sobrepeso u obesidad. Cuanto mayor sea el consumo de agua durante la condición de comer lentamente probablemente causará mayor distensión del estómago y puede afectar al consumo de alimentos”, argumenta Shah.

Con las tasas de obesidad en aumento entre la población adulta en Estados Unidos, esta información sobre cómo los diferentes grupos de peso consumen alimentos será de utilidad en la elaboración de estrategias para reducir el consumo de energía. “La desaceleración de la velocidad de comer puede ayudar a reducir el consumo de energía y suprimir los niveles de hambre y puede incluso mejorar el disfrute de una comida”, concluye esta experta.

seguridad alimentaria

III Congreso Internacional sobre Alimentación Animal : Seguridad Alimentaria y Producción de Alimentos

La alimentación animal constituye un pilar fundamental para garantizar la seguridad alimentaria, siendo uno de los primeros eslabones de la cadena de producción de alimentos. Las normativas que han aparecido en estos últimos años en tema de higiene y trazabilidad de los piensos, cada vez han sido más estrictas, sumándose la creciente preocupación de los ciudadanos por los
alimentos que consumen.

Durante el congreso, en el que se dieron cita más de 300 asistentes, se abordaron temas de máxima actualidad como las nuevas tendencias regulatorias; una revisión sobre los controles y análisis de riesgos; los sistemas de autocontrol y su impacto en la producción de alimentos; el control y la prevención de contaminantes en la cadena de alimentación animal; las contaminaciones cruzadas en la fabricación de piensos y los nuevos modelos de comportamiento del consumidor.

La mesa redonda El consumidor y su papel en la alimentación y la seguridad alimentaria, estuvo moderada por Juan Carlos Zuloaga, Director-Gerente de ELIKA. La participación de AESAN corrió a cargo de Juan Julián García Gómez, vocal asesor, basando su intervención en La Comunicación del Riesgo y la Percepción del Consumidor. Por su parte Abel Mariné, de la Facultad de Farmacia de Universidad de Barcelona, trató sobre Productos de origen animal en la alimentación; Roberto Ruiz Santos de Neiker-Tecnalia, sobre Circuitos cortos de comercialización de los productos de origen animal y Mauro Rivas, responsable de calidad de Eroski S. Coop. acerca de la Estrategia de proximidad “lo local”.

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, tuvo una participación muy activa a través de la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios. Tanto el Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco; como la Diputación Foral de Álava; la Diputación Foral de Bizkaia; la Diputación Foral de Gipuzkoa; EPEA (Asociación de Fabricantes de Pienso de Euskadi); la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria (ELIKA) y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) han sido partícipes de la organización.