música y gastronomía

Fusionan música y comida para mejoras en la salud

música y gastronomía
Una investigación señala que, desde la neurogastronomía, se logra influir en la percepción del sabor de un alimento por medio de los sonidos.

La forma del plato y los cubiertos, la música o la decoración, son complementos que han condicionado la experiencia culinaria de la alta gastronomía, y ahora están siendo investigados frente a problemas globales como la malnutrición.

Grandes chefs han desarrollado en las últimas décadas una cocina que, con ayuda de los científicos, trata de sorprender a un público selecto con platos que aparentan una cosa, pero saben  a algo muy distinto.
Y, esta indagación de las percepciones sensoriales de comensales y sus expectativas, también puede servir para aportar soluciones frente a enfermedades derivadas de la mala alimentación. Así lo entienden el chef vasco Andoni Luis Aduriz, el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) y el Basque Culinary Center, que recientemente presentaron su proyecto Brainy Tongue, para unir los esfuerzos de científicos y cocineros a favor de la salud.

Uniendo los sentidos. Uno de los invitados al estudio es Charles Spence, del Laboratorio de Investigación Intermodal de la Universidad de Oxford, quien comenzó indagando en los sentidos y acabó participando en proyectos culinarios como el de Heston Blumenthal, quien introdujo sonidos del mar para ensalzar el sabor de un plato de marisco.

Spence asegura que la búsqueda de una “experiencia total” le ha llevado en 15  años a explorar las dimensiones de la vajilla y de las sillas, la música, la temperatura y las artes visuales, entre otros tantos elementos, en hoteles, restaurantes y bares de todo el mundo.

Su última aventura con el chef  Jozef Youssef indaga en la relación entre el gusto y el color. “La comida servida en un plato blanco sabe más dulce que en un plato negro”, dice a partir de las opiniones recabadas.

Jugar con todos los sentidos se ha vuelto una receta recurrente y ha dado alas a la neurogastronomía, que aborda el estudio de cómo el cerebro percibe el sabor.

Música y comida. Spence cuenta que gobiernos asiáticos han solicitado la creación de músicas que hagan que los alimentos sepan más dulces y se puedan servir con menos azúcar a las personas diabéticas. Según el chefs, también cabe la posibilidad de modificar los menús alterando los sentidos y no los ingredientes.

“Todavía no sabemos cuánto pueden durar esos efectos, quizás sirven para una noche o una semana, pero no se sabe si durarían años”, apunta Spence, para quien tampoco está claro que puedan funcionar igual para personas de distintas edades o culturas.

En un mundo en el que más de 1.900 millones de adultos tienen sobrepeso, entre los que hay 600 millones de obesos, los expertos buscan fórmulas para cambiar los hábitos alimentarios de la población.

El jefe de neuropsicología de la Universidad de Kentucky, Dan Han, detalla que existen ensayos que están probando a “apagar” la percepción deseable de los productos no saludables. Y, también, se está tratando de desactivar los sabores y olores “indeseables” de aquellos alimentos que, sin embargo, son buenos para la salud, ricos en nutrientes y de bajo contenido en grasas, sal y azúcar.

Según Han, la neurogastronomía intenta influir de manera científica en la percepción del sabor, “ya sea para la producción en masa o para un individuo con una enfermedad que le altere el gusto y lo lleve a sufrir un déficit nutricional”. Si antes la disciplina estuvo en manos de gourmets, ahora la salud  llama a sus puertas.

Fuente: http://www.elheraldo.co/tendencias/fusionan-musica-y-comida-para-mejoras-en-la-salud-276954

riesgos del sedentarismo

Pasar ocho horas sentado y evitar riesgos para la salud

riesgos del sedentarismo

Desde hace años, científicos y médicos de todo el mundo conocen un tratamiento capaz de salvarle la vida a más de cinco millones de personas cada año, evitar buena parte de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer de mama y otros tumores y alargar la vida de cualquier persona. Lo mejor es que se trata de un remedio gratuito, disponible desde tiempos inmemoriales y al alcance de la mayoría de personas: ejercicio.

Cada año olímpico, la revista médicaThe Lancet publica una colección de artículos sobre los beneficios del ejercicio para evitar los grandes males que azotan a la salud mundial. La principal conclusión de los cuatro nuevos estudios recién publicados es que la situación mundial no ha progresado casi nada. Un cuarto de todos los adultos del mundo no hace ejercicio suficiente y, más preocupante de cara al futuro, el 80% de los niños y jóvenes tampoco llega al mínimo de deporte semanal recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En 2012, un estudio similar calculó que, cada año, el sedentarismo mata a más personas que el tabaco, que se cobra unos cinco millones de vidas.

Uno de los estudios es una revisión de 16 trabajos anteriores que engloban a más de un millón de personas. Los investigadores querían determinar cuánto ejercicio es necesario para evitar el riesgo de muerte prematura asociado al sedentarismo. El tipo de actividad analizada era andar rápido o pasear en bici, ambos durante una hora al día.

Los resultados muestran que las personas activas están mucho más sanas aunque tengan que pasar ocho horas sentados. La gente con más riesgo es la que no hace ningún tipo de actividad. Pero el trabajo muestra también que una hora de ejercicio al día basta para contrarrestar los efectos nocivos de esas ocho horas parados. Solo una de cada cuatro personas analizadas hace esa hora de ejercicio o más al día, resalta el estudio.

“Para mucha gente que tiene trabajos de oficina y se desplaza en un vehículo al trabajo no hay forma de evitar pasar mucho tiempo sentado”, reconoce Ulf Ekelund, de la Universidad de Cambridge y la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte. “No podríamos destacar más la importancia de hacer ejercicio, ya sea dar un paseo a la hora de la comida, correr un poco por la mañana o ir en bici al trabajo. Una hora al día es lo ideal, pero si esto es imposible, al menos hacer un poco de deporte al día también reduce el riesgo [de muerte prematura]”, resalta. Estudios anteriores han calculado que cada minuto de actividad física puede aportar hasta siete más de vida.

Ha habido un aumento en los países que han puesto en marcha campañas de promoción del ejercicio, según otro de los estudios publicados hoy. El ejercicio no solo frena las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el cáncer, sino que también “podría evitar unos 300.000 casos de demencia al año”, resalta Jim Sallis, de la Universidad de California en San Diego. A pesar de ello, lamenta, “la pandemia global de inactividad física sigue ahí y la respuesta global ha sido demasiado lenta”.

Los estudios piden una mayor implicación y compromiso de las autoridades sanitarias. Otro trabajo enumera intervenciones exitosas y con un coste bajo, como la realizada en Curitiba (Brasil), Bogotá (Colombia) y Cambridge (Reino Unido), donde se ha aumentado la distancia entre paradas de autobuses y esto ha logrado que la gente ande más.

Además de los incuestionables beneficios en salud, el ejercicio también puede ahorrar ingentes cantidades de dinero a las arcas públicas. En este sentido, otro estudio ha calculado por primera vez el coste sanitario del sedentarismo: unos 60.000 millones de euros al año en precios de 2013. En España los costes totales son de algo más de 2.000 millones de euros.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/27/ciencia/1469614507_721022.html

vuelta al cole saludable

La vuelta al cole, un buen momento para recuperar hábitos de salud

vuelta al cole saludable

Alimentación  saludable y equilibrada en todas las comidas, ejercicio a diario y descanso adecuado son claves para la salud.

Las vacaciones de los más pequeños se acaban y es hora de que comiencen un  nuevo curso escolar. Por eso,  esta época representa el momento idóneo para animarles a que lleven o recuperen unos buenos hábitos de salud.  Llevar una dieta diaria saludable, acostumbrarse a una actividad física frecuente y unas horas de sueño adecuadas son hábitos que, si  interiorizan  desde pequeños, les ayudarán a tener una buena salud de adultos.

Quizá una de las rutinas más complicadas de cambiar es  la del desayuno. Es frecuente que cuando los padres piensan en ella  surjan  preguntas como, ¿qué ocurre  si mi hijo se va sin desayunar al cole? o ¿cómo debe ser el desayuno?

En este sentido, es recomendable desayunar  en casa o en el colegio y tomar algo a media mañana  para así evitar  los temidos “atracones”, uno de los grandes  problemas a la hora de mantener una dieta saludable. Es importante ser conscientes de que  todas las comidas son igual de importantes, que todas deben ser saludables  y que hay  que evitar los atracones.

Si desayunamos de forma saludable, contribuimos al equilibrio nutricional del día.  No hay desayunos ideales y el criterio debe ser el mismo que para el resto de comidas.  Es decir,  variado, equilibrado y sobre todo saludable. Por ejemplo,  el desayuno es, junto a la merienda, el momento perfecto para tomar un vaso de leche u otros lácteos como los yogures o el  queso. Podemos, además, acompañarlo de una pieza de fruta, un puñado de frutos secos o pan integral, huyendo siempre del exceso de azúcar.

La práctica deportiva es otro de los hábitos que debería formar parte del día a día de nuestros hijos. Ayuda  a evitar el sobrepeso y la obesidad  y facilita que el niño tenga un desarrollo equilibrado.  Además, la actividad física mejora las relaciones sociales, reduce la ansiedad al tiempo que  mejora la autoestima,  ayuda a que se valore más el compañerismo y anima a asumir retos y responsabilidades.

Para que el niño  esté predispuesto a practicar deporte es  importante buscar actividades que le gusten y procurar que se las tome  como si fuera un juego. Para ayudarle a decidir, es recomendable que la familia lleve a cabo actividades en las que se incluya algún tipo de actividad física, como patinar, montar en bicicleta o practicar senderismo, entre otras.

El  descanso adecuado es otro hábito saludable que no se puede dejar atrás. La estabilidad emocional del niño o su grado de irritabilidad pueden depender mucho del número de horas de sueño que tengan cada noche. Debemos intentar que los niños se acuesten siempre a la misma hora, así como evitar la presencia en su habituación de aparatos que puedan alterar su horario de sueño: ordenador, consolas, teléfono, televisión…  Si no es posible, se pueden pactar horarios de uso que no interrumpan  o acorten las horas de sueño y vigilar su cumplimiento. Asimismo, también se debe  procurar que no se vayan a la cama con el estómago vacío ni inmediatamente después de la cena y, por supuesto, evitar bebidas y alimentos excitantes que puedan dificultar su descanso.

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vuelta a la rutina

Vuelta a la rutina con actitud positiva

vuelta a la rutina

Llega septiembre y con él, la vuelta a la rutina. El ser humano organiza su vida en torno a unos hábitos, en mayor o menor medida establecidos. Las vacaciones rompen esta repetición de hábitos, dotándonos de la libertad para tomar decisiones fuera de nuestro habitual marco de actuación.  De ahí que nos encontremos con un reto en septiembre: pasar de la libertad vacacional a la rutina.

Para hacer menos dura la vuelta de las vacaciones, 2 o 3 días antes del comienzo del curso, conviene incorporar unos hábitos que, con actitud positiva, permitan progresivamente adaptarnos nuevamente a la rutina. Para los más pequeños de la casa, esta situación puede ser más difícil y requiere de un mayor apoyo y empatía por parte de su entorno. Es necesario que los adultos, modelos a seguir de los más pequeños, transmitan tranquilidad y normalidad ante esta realidad tan común a todos.

Comunicación entre padres e hijos

Con el fin de evitar la frustración, es aconsejable expresar los sentimientos y compartir con la familia la negativa ante el inminente fin de las vacaciones.

  • Los padres deben escuchar a sus hijos para así poder entenderles y empatizar, construyendo una relación de confianza.
  • Comunicación bidireccional. Los niños pueden sentirse incómodos ante la llegada del curso, pero el resto de la familia también ante el trabajo. Tanto para unos como para otros, hablar va a permitir relativizar el “problema” y ver el lado positivo.

Mantener un equilibrio emocional

Con una actitud positiva, la vuelta se hará más suave.

  • Hacer partícipes a los niños de la preparación del nuevo curso. Comprar los libros, forrar cuadernos, actualizar y etiquetar el material escolar… estas actividades pueden ser divertidas cuando padres e hijos las hacen conjuntamente. Hacer partícipes a los pequeños de la preparación del curso escolar les permitirá adquirir el entusiasmo por comenzar el curso, reencontrarse con sus compañeros y seguir aprendiendo.
  • Nuevos retos. Es preferible aprovechar este momento para establecer metas, rutinas saludables, propósitos personales y profesionales en vez de lamentar el final de las vacaciones. Esta “ambición” positiva dota de la fuerza interior necesaria para iniciar una etapa llena de oportunidades que están por llegar.

No olvidar una alimentación saludable

  • Un desayuno equilibrado proporciona un reparto armónico de las calorías y nutrientes a lo largo del día. Para afrontar positiva y energéticamente los días, niños y adultos deben tomarse su tiempo para realizar un desayuno completo y saludable.
  • Después de los excesos en verano conviene acostumbrar de nuevo al cuerpo a una alimentación saludable, sin saltarse las comidas y combinándola con ejercicio físico.

Volver a los horarios

  • Al igual que los adultos, los niños necesitan un periodo prudencial de adaptación, sin aceleraciones, para poder tranquilamente asimilar de nuevo la rutina, tanto a la hora de irse a dormir como de levantarse. Para ello, 2 o 3 días antes de comenzar las clases, es conveniente empezar a adaptar los horarios.

Estilo de vida activo

  • Es necesario preparar el cuerpo para el ejercicio físico, una práctica que debería extenderse a lo largo del año para mantener un estilo de vida activo.
  • Las actividades extraescolares, una o dos veces por semana, permitirán a los niños familiarizarse y disfrutar de la rutina, si además las centramos en deporte, les ayudarán a mantenerse activos.

La vuelta de las vacaciones será más sencilla si se establecen unas pautas de estilo de vida saludable, consiguiendo un equilibrio corporal y mental para comenzar con optimismo una etapa colmada de nuevas oportunidades.

 

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televisión niños

Ver mucho la tele desde niños afecta la calidad de los huesos

televisión niños

Investigadores de la Curtin University en Perth, Australia, han descubierto que los niños que ven mucha televisión durante la infancia tienen menos masa ósea cuando son adultos, lo que les puede hacer más vulnerables a sufrir osteoporosis y fracturas de huesos cuando sean mayores.

En su estudio, cuyos resultados publica la revista ‘Journal of Bone and Mineral Research’, se tomaron datos de más de mil niños y adolescentes hasta que cumplieron los 20 años, que es cuando la masa ósea está en su punto más alto, y vieron si había diferencias en función del tiempo que pasaron frente a la televisión durante su infancia.

Los padres de los menores debían informar del tiempo que sus hijos pasaban frente al televisor con 5, 8, 10, 14, 17 y 20 años, si bien cuando eran más mayores eran los propios participantes los que informaban de sus hábitos de consumo.

A partir de ahí, los investigadores establecieron tres grupos y vieron como el 20 por ciento veía menos de 14 horas la televisión a la semana tanto en la infancia como en la adolescencia, más del 40 por ciento la veían más de 14 horas semanales y un 35 por ciento que paso de un consumo más bajo a ver la tele durante más tiempo con el paso de los años.
A los 20 años, los participantes se sometieron a una exploración de rayos X para evaluar si nivel óseo, teniendo también en cuenta la altura, el índice de masa corporal (IMC), la actividad física, la ingesta de calcio, los niveles de vitamina D, el consumo de alcohol y tabaco con 20 años.
De este modo, vieron que los que presentaban un elevado consumo de televisión desde más pequeños tenían menos masa ósea que el resto cuando tenían 20 años.
“Estar sentado viendo la televisión tiene un doble efecto perjudicial. Al no ser activos, no obtenemos el beneficio de la actividad física y, al mismo tiempo, este sedentarismo prolongado también desencadena una respuesta fisiológica que resulta perjudicial para la salud de nuestros huesos”, ha destacado Sebastien Chastin, de la Universidad de Glasgow Caledonia (Reino Unido), que no participó en el estudio.
Además, este experto reconoce que esta mala salud de sus huesos puede favorecer la aparición de osteoporosis y, en caso de sufrir una caída, su riesgo de fractura es mayor.

Fuente: http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-ver-mucho-tele-ninos-afecta-calidad-huesos-20160718144047.html