Hidratación y práctica deportiva en invierno
Es normal que con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, sudemos menos y tengamos una menor necesidad de hidratarnos, sin embargo, las necesidades a la hora de ingerir líquidos no se modifican prácticamente y resulta imprescindible mantener un adecuado equilibrio hídrico de forma constante.
El European Hydration Institute (EHI), fundación que promueve la hidratación humana y sus efectos para la salud, el bienestar y el rendimiento físico y cognitivo recuerda la importancia de mantener una correcta hidratación mientras se practica deporte, sin olvidar que el invierno es un periodo de alta actividad física en el que no se deben descuidar este tipo de hábitos saludables.
No mantener una adecuada hidratación representa un alto riesgo en cualquier época del año y en especial si se lleva a cabo la práctica deportiva. Las consecuencias pueden ser: disminuir el rendimiento, provocar cansancio, dolor de cabeza, malestar general, calambres musculares o aumento del ritmo cardiaco.
Practicar deporte en condiciones climáticas frías influye en los niveles de agua corporal debido a la pérdida de agua respiratoria y el sudor. Entre los principales factores desencadenantes de la sudoración están la temperatura ambiental, las corrientes de aire, la humedad, la intensidad y duración de la actividad física y la ropa.
Las pérdidas medias por transpiración durante la actividad física son de 1-2 litros por hora, pero pueden llegar a ser inferiores a 0,5 litros por hora o superiores a 3 litros por hora.
Los grupos de población con más riesgo de deshidratación son los deportistas expuestos a climas fríos como: esquiadores, esquiadores de fondo, alpinistas o corredores; escaladores a más de 1.600m; y los niños.
Para el Dr. Nicolás Terrados, especialista en Medicina del Deporte y Director de la Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias-Fundación Deportiva Municipal de Avilés, “el realizar ejercicio físico intenso en la montaña (por ejemplo; ski alpino o ski de fondo), aunque sea en condiciones de frío intenso, conlleva pérdida de líquido por dos razones: la primera es que cualquier ejercicio físico intenso aumenta la temperatura interna de nuestro organismo y pone en marcha los mecanismos para eliminar ese aumento de calor y uno de esos mecanismos es la sudoración, por lo que se pierde líquido; la segunda razón es que al estar en situaciones de altitud, se pierde más líquido por la ventilación pulmonar que a nivel del mar, ya que se suele hiperventilar y además al ser la humedad relativa del aire menor, se pierde más líquido por la respiración”.
Según Terrados, Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, “cuando hay pérdida de líquido corporal (por el ejercicio físico y la falta de aporte) es decir, cuando hay deshidratación, aunque sea pequeña, disminuye la capacidad para una buena regulación cardiovascular, y puede afectar al rendimiento físico”. Por ello, “cuando se hace ejercicio intenso hay que intentar aportar líquidos al organismo, aunque estemos en situaciones de frío ambiental y sería conveniente intentar beber durante la actividad y desde luego, al acabar”, advierte.
El European Hydration Institute advierte de la importancia de mantener una adecuada hidratación y recomienda la ingesta de líquidos de forma periódica recurriendo a la variedad de bebidas para conseguir el equilibrio necesario pudiendo elegir entre buenos sabores.
Recomendaciones para una adecuada hidratación en invierno:
– Beber con regularidad incluso cuando no se tiene sed, ya que esta se reduce con el frío.
– Las comidas juegan un papel muy importante a la hora de estimular la sed. Entre el 20%- 30 % del líquido que necesitamos proviene de los alimentos, y entre un 70% -80% de las bebidas de todo tipo.
– La variedad de bebidas y sabores, desde los refrescos a los caldos o sopas ayudan a hidratarnos en invierno, y equilibrar la temperatura corporal.
– Evitar el alcohol, pues su efecto deshidratante determina que se necesite beber más líquido para contrarrestar esa pérdida de hidratación.